julio 27, 2010

Discurso de Perón en el acto inaugural de los Cursos de Perfeccionamiento para obreros adultos (1944)

«Selección de discursos período 1943-1945»
“DISCURSO EN EL ACTO INAUGURAL DE LOS CURSOS DE PERFECCIONAMIENTO PARA OBREROS ADULTOS”
Juan Domingo Perón
[24 de Julio de 1944]

La inauguración de más de sesenta cursos de perfeccionamiento para obreros adultos representa para la Dirección de Aprendizaje de Menores el primer jalón de esta obra, que ha de capacitar en el futuro a la industria argentina.
Cuando nos demos realmente cuenta de las posibilidades de la industria en nuestro país, frente al triste ejemplo del obrero improvisado en la industria actual, impuesto por las necesidades creadas por la situación bélica, debemos pensar en el futuro de la misma, ya que puede plantearnos problemas extraordinariamente serios como para que la descuidemos.
En las actuales circunstancias la industria del país puede defenderse racionalmente con cualquier recurso, en cuanto a la mano de obra atañe. Pero en los días venideros sólo podrá con una mano de obra suficientemente capacitada competir con las demás industrias del mundo. Se otra manera, la solución que se dé a los problemas que plantee la industria será solamente parcial, impondrá una protección a la industria que será totalmente contraria a los intereses de esa industria misma.
Sostuve una vez –dijo mas adelante-, que la Secretaría de Trabajo y Previsión no regalaba nada, que su misión no era hacer beneficencia.
Seguidamente el Secretario de Trabajo y Previsión se extendió a ejemplos demostrativos de la veracidad del aserto, destacando que es de fundamental importancia en el perfecto acabado de las producciones industriales la labor o la contribución de operarios altamente capacitados.
Toda la obra realizada hasta ahora, gran parte con la amplia colaboración popular, como las colectas para ayudar a San Juan y a las provincias del Norte, no ha sido hecha con sentido caritativo; es la solidaridad de la Nación que con un sentido cabal de un deber fraterno y humano, corrió en ayuda del hermano necesitado.
Las mejoras que la Secretaría de Trabajo y Previsión ha acordado bajo múltiples formas; aumentos de jornales; salario familiar; rebaja de alquileres; viviendas, etc. Tampoco son un donativo generoso. Son, y así lo interpreta al pueblo, actos de justicia, de estricta justicia social, que tardaron demasiado en llegar, pero que la revolución del 4 de Junio los impuso, en cumplimento de uno de sus postulados básicos.
Puedo afirmar que al ir cumpliendo por etapas sucesivas el amplio programa social que me trajo a esta casa del trabajo, siento en mi espíritu la satisfacción del caminante que, en pos de una meta soñada, comprueba al final de cada jornada que está un poco más cerca de su destino.
Con el acto de hoy, al inaugurar sesenta y dos cursos de perfeccionamiento para obreros adultos, plantamos otro jalón, cumplimos otro aspecto del programa de la revolución.
Hemos prometido propender por todos los medios a nuestro alcance al mejoramiento de la clase trabajadora y a la elevación del “standard” de vida de las clases modestas.
Todo lo que era función del Gobierno dentro de ese plan, ha sido ya cumplido o está en vías de cumplirse.
Pero para que la mejora de la clase trabajadora pueda ser integral, para que ella abarque todos los ángulos de su zona de incidencia, es fundamental que el obrero aumente su cultura y acreciente su capacidad de producción, pues con lo primero se justificará la elevación social que pretendemos y deseamos para la clase trabajadora, y con lo segundo, los mejores salarios serán el inmediato resultado de su mayor y mejor producción.
Cuando el obrero sea más culto como hombre y como ciudadano, se aminorarán las vallas que hoy separan a la sociedad en sectores de influencia y de valores no equivalentes; tendremos una clase social obrera de mayor gravitación que la actual, lo mismo que mejores salarios, mejor “standard” de vida, y una organización de servicios sociales adecuada, harán que sean menos modestas y menos necesitadas las clases que hoy clasificamos como tales.
Pero ahora es el obrero quien debe realizar las próximas etapas procurando mejorarse social y profesionalmente.
Obreros de Buenos Aires, de Lanús, Tres Arroyos, Bahía Blanca, Rosario, Santa Fe, Concepción del Uruguay, Santiago del Estero, Tucumán y Mendoza, que me estáis escuchando, oidlo bien:
La Secretaría de Trabajo y Previsión en cumplimiento de un amplio programa social que se ha trazado el Gobierno de la Nación, os ha dado ya o está en vías de daros, todas aquellas mejoras a las que tenéis justo derecho.
Las mejoras a las que de hoy en adelante aspiréis, debéis conquistarlas con vuestro esfuerzo mejorándoos como hombres, como ciudadanos, como trabajadores.
Los cursos que se inauguran, atendidos por técnicos elegidos especialmente, muchos de ellos obreros como vosotros, que se han ganado con el estudio y el esfuerzo su situación actual, os han ganado con el estudio y el esfuerzo su situación actual, os permitirán lograr esa mejor situación social y ese mejoramiento económico que yo, en nombre del gobierno de la Nación, aspiro para todos los hombres modesto de mi país.
Directores y maestros: a vuestro cuidado y bajo vuestra responsabilidad queda desde hoy esa pléyade de hombres buenos que el país os entrega.
El acto que se realiza esta tarde al inaugurar en primer término los primeros cursos de perfeccionamiento obrero creados por la Secretaría de Trabajo y Previsión en cumplimiento del decreto Nº 14.538, tiene además otro significado, tal vez tan importante como aquel, porque representa una nueva política de gobierno en lo que se refiere a la organización de servicios sociales de importancia para el país: la coordinación de los esfuerzos de la Secretaría de Trabajo y Previsión y de los Ministerios de Agricultura a Instrucción Pública para organizar todo un sistema de perfeccionamiento de obreros adultos, así como para la formación de aprendices para las industrias del país.
Esa política se concreta en este organismo que comienza esta tarde sus actividades: la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional, en la que está representados, además de los dos Ministros ya citados, y la Secretaría de Trabajo y Previsión, los organismos patronales de la industria y los obreros.
De esta conjunción de esfuerzos ha de resultar el impulso único que el país necesita para lograr ese mejoramiento de la clase trabajadora del que tanto se ha hablado antes de ahora, pero por el cual nada se ha hecho en realidad, y que de hoy en adelante dejará de ser un programa a realizar porque se ha convertido ya en la política social en la política social, uniforme, de todo el Gobierno de la Nación.
La Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional, que desde hoy queda constituida, corresponderá en adelante, la orientación, y el consejo técnico necesarios parque la acción de la Dirección General de Aprendizaje y Trabajo de los Menores se desarrolle de acuerdo con las exigencias de nuestro medio industrial.
JUAN DOMINGO PERÓN

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