julio 15, 2010

"Memorandum de Betancourt para el Cómite Coordinador con motivo del anuncio oficial de un nuevo proceso eleccionario" (1956)

MEMORANDUM PARA EL COMITÉ COORDINADOR SOBRE LA TACTICA POLITICA A ADOPTAR POR ACCIÓN DEMOCRÁTICA CON MOTIVO DEL ANUNCIO OFICIAL DE UN NUEVO PROCESO ELECCIONARIO
Rómulo A. Betancourt
[2 de Noviembre de 1956]

MEMORANDUM PARA EL COMITÉ COORDINADOR
1) SITUACIÓN POLÍTICA NACIONAL.
Hemos coincidido ustedes, los grupos de La Paz-México y yo en apreciar que las perspectivas políticas venezolanas se presentan con rasgos muy positivos. Dependerá fundamentalmente de nuestro realismo para apreciar los hechos y del despliegue de una acción propagandística y táctica realizada en forma coordinada, beligerante, eficaz, que esas perspectivas de hoy sean transformadas en logros, o que se frustren. Trataré de analizar, esquemáticamente, el panorama nacional y de señalar los que conceptúo derroteros de nuestra acción de Partido.
2) EL ANUNCIO DE ELECCIONES Y SU SIGNIFICACIÓN.
El 16 septiembre 1956 dio Pérez Jiménez declaraciones a "La Esfera" relacionadas con el próximo proceso eleccionario. Dijo que "durante sus sesiones ordinarias del próximo año las Cámaras Legislativas discutirán el Proyecto de Estatuto Electoral, cuyo articulado regirá el proceso eleccionario venidero". Al hacer el anunció, expresó P.J. que "el Estatuto señalará la forma de actuación de los partidos políticos y cómo se realizará el proceso eleccionario".
Este anuncio no fue transmitido, hasta donde alcanza mi información, por las agencias noticiosas internacionales. Pero ya comienza a comentarse en la prensa extranjera. The New York Times (28, Oct. 1956) publicó un extenso despacho, fechado en Caracas por su corresponsal viajero Tad Szluc (sic). Ese artículo es más bien crítico del régimen. Dice lo que un periodista-viajero ve en la superficie y que, por otra parte, es en grande parte cierto: que no hay en Venezuela una oposición articulada que se exprese tan agresivamente como la argentina en los días pre-caída de Perón o ahora en la Colombia de Rojas Pinillas; agrega que "bien por el éxito de la Seguridad Nacional (policía secreta) para paralizar la actividad política con métodos brutales, o bien, como dicen los líderes gubernamentales porque la prosperidad económica ha hecho que los venezolanos olviden la política, lo cierto es que la actividad política ha llegado a ser prácticamente inexistente". Agrega el articulista: "No se permite el funcionamiento de partidos políticos y se les niega el derecho de reunión. Los periódicos que están sometidos a censura, hace tiempo que dejaron de publicar editoriales políticos, ni tienen noticias políticas que informar. En los cuatro años corridos desde las elecciones de 1952 la nación ha vivido dentro de un vacío político y el régimen piensa que esto es bueno para el pueblo". Añade: ''A pesar de los efectivos avances económicos logrados bajo el régimen de Pérez Jiménez, es probable que el gobierno sea derrotado de realizarse unas elecciones libres. Esto, de acuerdo con los observadores, sería consecuencia de una reacción contra la opresión política y el fracaso del régimen para hacerse querer. Por esta razón, las posibilidades de una elección libre son limitadas". Considera el articulista que solo una reacción abierta de los militares contra el régimen pudiera subvertirlo; señala que los "bien-pagados y bien-tratados" militares juegan un "papel influyente en la vida nacional" y son leales al gobierno, "a pesar de que hay ciertas fricciones". Señala que PJ mantiene el "ojo puesto" sobre los Oficiales y con frecuencia realiza cambios de comandos en las guarniciones, apresa o da de baja a desafectos, o a contendores potenciales. Y concluye con la observación de que la Universidad, que en América Latina ha sido tradicionalmente foco de insurgencias dictatoriales, parece quieta, "porque la policía secreta vigila estrechamente a los estudiantes". Este resumen lo he hecho con el propósito de señalar que ya el tema de las elecciones venezolanas está "haciendo noticia", y no con el propósito de suscribir como ciertas todas las apreciaciones que en él se hacen.
Ahora bien, tenemos que formulamos una pregunta básica: ¿de dónde ha provenido esta decisión del régimen de correr el albur de unas elecciones? Sabemos que no está manifestándose pública y visiblemente, porque el terror oficial lo impide, el anhelo de la mayoría determinante de los venezolanos de un cambio de gobierno. No creo tampoco posible que haya habido presiones externas, específicamente norteamericanas, para que se realice ese proceso. Y no queda, por eliminación, sino una hipótesis: la de que es verídica la versión recibida por varias vías de que han sido grupos de militares los que han obstaculizado el plan inicial de Vallenilla, que era lógico dentro de la mentalidad suya y la de su jefe, de apelar al truco de la "prórroga" del mandato por el dócil Congreso ad hoc. En todo caso, cualquiera que sea la causa de la decisión tomada, lo cierto es que todo hace esperar la apertura en el país a mediados del próximo año, de un proceso electoral.
Frente a este proceso, la actitud del pueblo venezolano es de escepticismo.
He tenido ocasión de hablar con personas venidas del interior, las cuales trasmiten y reflejan ese estado de ánimo. Argumentan: 1) ese proceso no podría ser libre, porque, como dice el corresponsal del Times, lo perdería el régimen y no está dispuesto a afrontar esa contingencia; y 2) de ser libre y ganarlo la oposi¬ción, se repetiría el golpe de cuartel del 2, Dic.52.
Nuestra actitud no puede ser la de ponernos a la cola de ese derrotismo.
Sabemos bien que la acción de los Partidos populares y revolucionarios, como el nuestro, no puede ser la de seguidismo fatalista de las reacciones primarias de las masas. Somos vanguardia organizada, equipo conductor, núcleo energético, capaz de trazar planes realistas y de transformar, mediante la ejecución de ellos, las condiciones negativas en otras de signo positivo.
Y esto es perfectamente hacedero en el caso concreto que nos ocupa. Trataré de resumir apreciaciones que todos hemos venido haciendo, a través de correspondencia y en contactos personales.
Los planes de régimen de realizar un proceso eleccionario pre-fabricado, sin permitir el margen de libertades que los condujo al desastre del 30 de noviembre del 52, los podemos desquiciar, y lo vamos a desquiciar, mediante una acción de pinzas, que comprenda la presión internacional y la presión interna.
La presión internacional va a servirnos en la primera etapa de nuestro trabajo para lograr el "aflojamiento" de las condiciones existentes en el país, caracterizadas por el temor indudable de mucha gente para actuar políticamente ante la perspectiva de carcelazos, torturas, deportaciones y asesinatos. Esa presión internacional debemos cumplirla poniendo en ejecución el plan sugerido por mí a ustedes en reciente Memorandum. En síntesis consiste en lograr que Parlamentos democráticos, instituciones de diversas índole, personalidades destacadas, apoyen públicamente la petición Grant-Baldwin a las Naciones Unidas. Señalo la necesidad de que el CC estudie las condiciones específicas de cada país, y no se limite a enviar una circular genérica a los grupos, sino que de acuerdo con esas condiciones prevalecientes en cada país señale los métodos más realistas y eficaces para actuar. Y algo que considero importante es el de indicarle a los grupos que en los mensajes enviados a la ONU, copia de los cuales deben hacerse llegar al gobierno venezolano, se utilice un lenguaje nuevo. Consistiría ese cambio en eludir el uso de epítetos agresivos ("dictadura oprobiosa", "tiranía militar", etc.) para calificar a la gente de Caracas como "gobierno de Venezuela" del cual se solicita libertad de presos, retorno de exilados, decreto de una amplia amnistía política y libertades públicas para que el país pueda retornar a la normalidad constitucional "a través de un proceso de evolución pacífica si¬milar al que ha tenido lugar en el Perú y que se está perfilando en Honduras y otros países latinoamericanos". En otras palabras: que se aprecie como no se trata de una finta propagandística, denunciativa, más de los exilados venezolanos sino de algo conexo con un plan político maduro. Este plan de presión externa pública debe completarse con discreto (sic) y hábiles acercamiento a Cancillerías del continente, para hacerles conocer nuestros propósitos sinceros de no buscarle soluciones violentas y conspirativas a la crisis venezolana, sino que estamos propiciando una solución "a la peruana". Aprovecharé un viaje a fines de año que haré a Estados Unidos para cumplir una parte muy importante de esa acción sobre Cancillerías. (En carta recién recibida por mí de Romualdi y en la respuesta mía, cuyas copias se incluye, verán que ya he comenzado a adelantar pasos en el sentido indicado). Tiene que ser parte también importante de este plan el de lograr que compañeros con visa regresen al país; y están en manos del CC seguir presionando a esos compañeros para que retornen a Venezuela. También es de una obvia importancia lograr que se obtenga visas, a través de gestiones CIOSL-ORIT, para los dirigentes sindicales, según atinada sugerencia reciente del CC. A ese respecto, considero que el CC debe elaborar un documento analítico en el sentido indicado para hacerlo llegar al Buró Sindical del exilio; y que al estar elaborado, me envíen copia para reforzar yo los planteamientos que ustedes hagan con una carta colectiva mía para esos compañeros. Importante es decirles que el cablegrama mío solicitando listas de pre¬sos se debió a petición expresa de AFL-CIO, que ha decidido ejercer activa presión, pública y privada, para lograr un mayor respeto para las libertades públicas en Venezuela, fundamentalmente la libertad de sindicalización.
Trataré de sintetizar lo dicho sobre presión externa: a) debe lanzarse de una vez, sin más dilaciones, la ofensiva para lograr que Congresos democráticos se solidaricen con la presentación en la ONU del caso venezolano, y solo espero la noticia de ustedes de que ya han elaborado todo el material para los grupos a fin de enviar yo cartas mías a los lideres parlamentarios y jefes de Partido, instándolos a cooperar en los planes que les expondrán nuestros compañeros; b) deben elaborar ustedes borradores de los textos de los documentos que procuraremos aprueben los Congresos, o que sean firmados por asociaciones e individualidades, a fin de que tengan un tono uniforme, no agresivo y violento, sino en el tono que considero más útil; c) debemos esforzarnos en lograr el regreso de compañeros con visa, y de obtenerlas para grupos determinados, como el de los sindicalistas, d) Esta nueva línea nuestra debemos hacerla llegar a zonas diplomáticas interesante mediante gestiones directas y el concurso de jefes de gobierno amigos en Matalandia, alvarandia, peñalandia y sardilandia.
Párrafo especial merece el documento suscrito por el Presidente del Partido que ha acordado el ce. Estoy plenamente de acuerdo con él. No podré enviarlo con los viajeros. Es evidente que un documento de esa significación debe meditarse y escribirse con tranquilidad, y no a vuela-máquina. Pero pue¬den estar absolutamente seguros de que el borrador les irá en el curso de la próxima semana. Ese documento debe ajustarse, en su intención y estilo, a la nueva táctica que estamos aplicando. Debe aceptar como un hecho real que habrá elecciones; debe señalar que frente a ese anuncio nuestra actitud es positiva, en el sentido de que consideramos ésa como la vía lógica para solucionar la crisis política nacional; deba hacer énfasis en que un gobierno democrático en Venezuela no significará paralización ni por un día, ni por una hora, del aporte de petróleo venezolano al mundo occidental, ahora urgido como nun¬ca de ese aporte debido a la crisis bélica en el Medio Oriente; debe señalar que las elecciones, para que no sean una farsa y puedan traer situaciones críticas como las ha habido en los últimos meses en Honduras, necesita realizarse dentro de un clima de conciliación nacional, con las cárceles vacías de secuestrados políticos, retorno de exilados y promulgación de un amplio decreto de amnistía; debemos señalar que todos los partidos democráticos deben tener derecho a la participación activa en los próximos comicios, que ninguna razón existe para prolongar el ostracismo de A.D. de la vida legal, pero que si la obcecación de los enemigos del Partido dentro de la Administración venezolana actual los lleva al extremo absurdo de mantener la ilegalidad de nuestra organización, nosotros no adoptaríamos por ello una actitud negativa, sino que siempre es¬timularíamos la concurrencia del electorado a las urnas. Ese documento, por tratarse del primero que señala un viraje en la línea del Partido, debe tener cierto carácter general y no caer en cuestiones de detalle. Ya iremos precisando mejor los objetivos en el curso de nuestra campaña. Ese documento, como ustedes muy bien señalan, no invalida, sino que facilita, la redacción y publicación posterior de un segundo manifiesto colectivo, firmado por nosotros y por exilados de otras vertientes políticas, o independientes.
Este plan de acción externa debe ser sincronizado con otro proyectado hacia el interior del país. Necesitamos lograr que ese plan interno alcance los siguientes objetivos: a) estimular ambiciones presidenciales en gente de la camarilla gobernante (a ese fin responde, admirablemente, la maniobra que ha adelantado Z.C. ya la cual estoy prestándole estímulo en la forma que les indicará Molina); b) incitar a otros candidatos potenciales a que actúen (la carta para RC, incluida, responde a esa finalidad, sobre la cual hemos estado de acuerdo); c) aprovechar el viaje de Cárdenas para que sea agente estimulador de inquie¬tudes políticas y aún para que trate hábilmente de nuclear a un grupo que pueda servirnos mañana como respiradero legal (la carta para Cárdenas que incluyo indica lo que se me ocurre puede hacerse) y d) hacer repercutir en Venezuela, mediante un intenso bombardeo de propaganda escrita desde el exterior, esa campaña externa, y al efecto planear una serie de folletos y hojas sueltas con el documento del Presidente del Partido y todos los otros que se produzcan como resultado de la campaña de respaldo a la denuncia Baldwin-Grant. Esto comporta, también, la necesidad de editar mensualmente a Informaciones Venezolanas y a Venezuela Democrática; y a utilizar todas las vías de penetración de propaganda al país. Mientras no construyamos la vía, hoy obstruida, a través de Villamizar, tenemos que ingeniarnos para abrirnos otras. En reciente carta que he recibido del compañero Pedro Torres, hijo, de Aruba, me dice que por ahí está expedita la vía, y bien se podría utilizar como estafeta al cónsul manuelero: también el embajador del mismo en lalaolandia; despachos por correos desde Nueva York y otros sitios, etc). Esta campaña tendrá el resultado de sacudir el decaído ánimo de las gentes del interior y de hacerles ver que no estarán solos en la lucha. Además, bien sabemos cual es la mecánica del combate social: las masas apáticas, derrotistas, desesperanzadas, son las mismas que se empeñan en la batalla una vez que ésta haya sido emprendida. Es una constante universal la de que la capacidad de los pueblos para recobrar la fe es inagotable, e inagotable también sus reservas para la acción, que no desaparecen, sino que por lapsos se ocultan y como soterran.
El otro aspecto a debatir es el de que si logramos la apertura del compás en el interior del país y se va a unas elecciones siquiera como las del 30 de novo del 52, el resultado ¿cuál sería? No puede caber duda de la segunda derrota de PJ. Y frente a la posibilidad de un nuevo desconocimiento del resultado de esas elecciones tenemos elementos que oponer; a) el cuarteamiento actual de las FAN y el descrédito aun mayor de PJ y su clique, por su política de escandalosos robos, desaciertos administrativos y tiranía política; b) las medidas previas que se adopten -las medidas que no fueron adoptadas en el 52- para responder con una lucha de calle, apoyada inclusive por sectores castrenses, al intento de nueva burla del veredicto electoral; y c) el clima actual de América, que es evidente y claramente impropicio para nuevos alardes de rampante militarismo.
Hemos podido apreciar que esta línea en trance de iniciarse tiene buena acogida. La exposición exploratoria que hizo en México el compañero Molina fue muy bien recibida. Sin embargo, debemos aprovechar viajes de compañeros para que visiten lugares donde hay cierta concentración de emigrados y que puedan explicarle verbalmente este plan de trabajo y las finalidades que persigue. Molina lo va a hacer con los escasos compañeros que hay en Lima; y me parece conveniente que el compañero Peña, cuando venga hacia el Norte, vuele previamente a Santiago a reunirse con los compañeros de Chile. Debe procurarse que el compañero Manzo vuele de Buenos Aires a Santiago a entrevistarse con él, porque en la Argentina hay un grupo grande de compañeros. También debiera hacerse un esfuerzo para que concurra allí el compañero Sardi, o mejor, que vaya a La Paz. Está en un sitio importante por razones obvias, y debe estar bien enterado de nuestros planes. Ustedes tomarían allí las decisiones del caso.
Hay un grave obstáculo para el desarrollo de este trabajo: el de la falta de dinero. Necesitamos imprimir mucha propaganda, desplazar compañeros de un lado a otro, gastar en el envío de material impreso al país, editar regularmente, y en tirajes mayores a los actuales, a nuestros órganos de prensa. He hablado con el compañero Molina acerca de una posibilidad de obtener de inmediato algunos recursos imprescindibles; sobre ese y otros planes posibles escribiré también al compañero Mata.
Eso es todo por ahora, compañeros. Es obvio que cuando un comando de Partido se traza un plan es contando con los elementos a la vista, con los datos que dispone, con los informes confiables con que cuenta. Pueden surgir hechos que no estamos en condiciones de prever, entre ellos que sea más profunda de lo que imaginamos la crisis intra-cuarteles y de que surja en un momento determinado un movimiento parecido al argentino. Hasta ahora no disponemos -insisto- de datos que nos merezcan fe y que indiquen esa posibilidad. Pero ella está entre las previsibles. También está la cuestión de seguir con nuestro viejo propósito de hacer viajar a la "niñita' hacia su destino. Es evidente que en estos momentos no hay ninguna facilidad para ello, pero puede surgir del desarrollo de los acontecimientos una coyuntura nueva, que cambie el panorama. Es decir: que nosotros, al trazamos una línea, no es para considerarla como la única, la inmodificable. El desarrollo del proceso político venezolano, que debemos seguir atenta y desveladamente, nos indicará lo que debe hacerse en el momento. Ahora lo que estamos procurando es trazar un rumbo y de seguirlo con tenacidad con constancia y, sobre todo, con fe. No se trata de que el CC trace directrices, en una forma más o menos mecánica, sino que le insufle confianza a los compañeros de que está haciendo no solo lo único que por el momento está en nuestras manos hacer, sino lo que consideramos necesario y útil. En el tono de las cartas recibidas de ustedes, y de otros compañeros, he podido apreciar que hay verdadera convicción en nuestra gente exilada en que ahora si está abierta una posibilidad cierta de cambio en Venezuela, y por eso tengo la seguridad de que trabajaremos todos con el mismo empeñoso entusiasmo que ha caracterizado al Partido en las grandes jornadas políticas que jalonan su historia.
Con un fraternal abrazo colectivo y nuestra consigna de siempre:
POR UNA VENEZUELA LIBRE Y DE LOS VENEZOLANOS,
ROMULO A. BETANCOURT

No hay comentarios:

Publicar un comentario