DISCURSO ANTE UNA CONCENTRACION OBRERA EXPRESANDO LA ADHESION, DE LOS TRABAJADORES A LA POLITICA SOCIAL DEL GOBIERNO
Juan Domingo Perón
[12 de Julio de 1945]
Hoy es un día de fiesta para esta casa y representa en el sentimiento de nuestra apreciación, el triunfo de la clase trabajadora, que es también nuestro triunfo porque hemos abrazado con cariño la bandera del proletariado argentino, que defenderemos siempre.
Cuando iniciamos esta cruzada redentora sabíamos bien que habíamos de vernos con enemigos poderosos; pero no dimos nunca ni daremos jamás, un paso atrás en la lucha empeñada. Sabemos que tenemos la razón, y cuando un hombre avanza montado sobre la razón, no necesita espuelas.
Es hoy un día jubiloso para la Secretaría de Trabajo y Previsión. Hemos sido calumniados; hemos sido vilipendiados; mucho honor para nosotros, porque ello ha sido por la causa más noble, cual es la defensa de los humildes y de los hombres que trabajan y realizan diariamente el esfuerzo sudoroso para hacer la grandeza de esta patria por la cual estamos dispuestos a dar la vida.
Es hoy un día jubiloso para la Secretaría de Trabajo y Previsión. Hemos sido calumniados; hemos sido vilipendiados; mucho honor para nosotros, porque ello ha sido por la causa más noble, cual es la defensa de los humildes y de los hombres que trabajan y realizan diariamente el esfuerzo sudoroso para hacer la grandeza de esta patria por la cual estamos dispuestos a dar la vida.
No habrá calumnia, no habrá obstáculo, no habrá sacrificio que pueda impedirnos seguir firmes en la defensa de nuestra causa, porque en ella está el porvenir de la República.
Somos hombres de trabajo y de lucha. La República tiene por delante un grandioso porvenir que nosotros forjaremos con tesón y sin medir el esfuerzo. Dije hace mucho tiempo que no nos creemos indispensables. Estamos empeñados en una lucha por la razón, por la verdad y por la justicia; y si a pesar de nuestros buenos augurios caemos en la demanda, habrá siempre detrás de nosotros, otros decididos que tomen nuestra bandera y la lleven adelante.
Nosotros no hemos hecho sino interpretar un ambiente del mundo y quien se oponga a ello caerá vencido por esa evolución mundial que tiende a que cada día el hombre sea más libre, más feliz y más dichoso. Quien esté en contra de esa evolución está perdido por el tiempo y estará perdido en el futuro si no sabe reaccionar modelando su corazón y atemperando su egoísmo y su codicia.
No somos abanderados de nada nuevo. Somos abanderados de una justicia que ha sido eterna en la teoría, pero que rara vez ha triunfado en los hechos.
Pero tenemos la seguridad de que con sacrificio, con unión y con patriotismo, habrá de triunfar en el futuro. Esta enorme multitud, que está dando a Buenos Aires, un ejemplo de cultura, de entusiasmo y de decisión, no puede ser vencida en sus anhelos. Los hombres podemos desaparecer por circunstancias de la vida, somos pasajeros; pero los pueblos son eternos. Los hombres que servimos a los pueblos con unción y con sacrificio, estamos resarcidos de ello cuando presenciamos el entusiasmo de tantos argentinos que luchan por la grandeza de la patria, al luchar por su propia felicidad.
Señores: felices los pueblos que pueden dar este espectáculo de cultura ciudadana y que resuelven sus problemas arrimando los corazones para unirse y formar el gran corazón palpitante de la nacionalidad.
Les pido que se desconcentren en orden para evitar posibles accidentes y les ruego que lleven grabada en la retina esta magnífica demostración de lo que es una verdadera democracia en marcha, democracia siempre superior a la cacareada por los que nunca supieron cumplirla en forma auténtica.
JUAN DOMINGO PERÓN
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