Mensaje del Presidente de la República Argentina, Bartolomé Mitre, ante la Asamblea Legislativa (1864)

MENSAJE

DEL

PRESIDENTE DE LA REPUBLICA ARGENTINA

Bartolomé Mitre

AL ABRIR LAS SESIONES DEL CONGRESO NACIONAL

EN 1° DE MAYO DE 1864 [1]

En la Ciudad de Buenos Aires

CONCIUDADANOS DEL SENADO Y CAMARA DE DIPUTADOS:

Al daros cuenta del estado del país al iniciarse el actual período legislativo, según lo prescribe la Constitución, cábeme la satisfacción de anunciaros, que la tranquilidad y la ley imperan en todos los pueblos de la república. Las montoneras que surgieron en la Rioja y cuya acción se circunscribió a aquella localidad y a otros puntos lejanos de los centros de población de algunas provincias circunvecinas, fueron dominadas y vencidas completamente, aunque a costa de sensibles sacrificios; y la perturbación del orden y la paz ocurrida en algunos otros pueblos de la República, fue momentánea, obteniéndose su propio restablecimiento, así como el de sus autoridades legales. En pueblos tan trabajados como los nuestros por las luchas intestinas, que dejan tantos elementos de desquicio al entrar en un orden normal, no son de extrañarse estos desórdenes parciales, fruto de nuestros propios errores. Ellos tendrán irremediablemente término final, cuando se comprenda por todos que la anarquía y el desorden hicieron su época, y que encima de las malas pasiones que quieren arrastrarnos de nuevo a las pasadas desgracias, se encuentran los intereses de los pueblos mismos resueltos a sostener la paz y la ley, que es su única salvaguardia. Consagrado el Gobierno al deber primordial de contener propaganda anárquica que se esparcía desde la Rioja; y al sometimiento de los rebeldes que allí habían establecido su centro de operaciones, no por esos ha dejado de atender a las demás exigencias que declaraba el adelanto del país y sus intereses, tanto interiores como exteriores. Y aun cuando su acción por le que respecta a lo primero, ha tenido que ser limitada por aquellas causas, los pueblos argentinos avanzan en la senda del progreso en que se encuentran, fortaleciéndose a la sombra de las instituciones liberales que nos rigen.

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La cordialidad en las relaciones con las naciones amigas, es el testimonio más concluyente de la recta política exterior de los gobiernos. El argentino, prestando la más eficaz protección al comercio extranjero, y haciendo efectivas las garantías y derechos que la Constitución acuerda a todos los que buscan el trabajo y la subsistencia en nuestros hospitalarios pueblos, atrae al país una creciente inmigración, y estrecha los lazos que lo unen con los gobiernos de los pueblos civilizados, con quienes mantiene relaciones de amistad y de comercio.

Siento, no obstante, recordar, al Honorable Congreso, que por lo que respecta a la vecina República Oriental del Uruguay, ni la lealtad que ha observado en todos sus procederes hacia aquel país y gobierno, ni la circunspección con que ha guardado la neutralidad mas estricta en sus cuestiones internas; han bastado para corregir las erradas apreciaciones de aquel gobierno acerca de los actos de la administración argentina. Su empeño por presentar a ésta en connivencia con uno de los partidos en que esta dividida aquella sociedad, lo ha hecho incurrir en injustificables avances, cuyas consecuencias han recaído especialmente sobre el comercio entre ambos países, hallándose hasta el presente interrumpidas sus relaciones oficiales. El gobierno argentino, lejos de abusar de la situación difícil en que se ha hallado la República Oriental, para vindicar la dignidad y derechos del pueblo argentino, ofendido más de una vez por aquellos avances, se ha limitado a la adopción de algunas medidas coercitivas de carácter transitorio, en la esperanza de que mejor aconsejado gobierno oriental, vuelva sobre sus pasos, y procure un arreglo digno y conveniente, para lo cual siempre ha estado dispuesto el argentino. Varias tentativas se han hecho en este sentido, pero desgraciadamente infructuosas. Los buenos oficios empleados para el efecto por los Agentes Diplomáticos de S. M. el Emperador del Brasil y de S. M. B. en ambas riberas del Plata, no han alcanzado el éxito que era de esperarse en el interés de estos países y del comercio en general. El Gobierno de S. M. el Emperador del Brasil envió un agente especial cerca del argentino, con motivo de los sucesos que ocurrían en la Banda Oriental. Satisfecho aquél con las mutuas explicaciones que se trasmitieron acerca de la actitud del Gobierno argentino en aquella lucha, este incidente ha servido para estrechar aun más las cordiales relaciones entre ambos países y gobiernos. En cuanto a los asuntos pendientes con el Imperio, van teniendo una solución satisfactoria, a lo que contribuye la presencia de esta capital, de un elevado Agente Diplomático de S. M. I., como también la reciente misión que acaba de partir de aquí, cerca del Gobierno de S. M. el Emperador.

Próximo a partir para el Paraguay el agente que el Gobierno enviaba cerca del de la Asunción, con el objeto de arreglar cuestiones pendientes entre ambos países, han surgido algunos incidentes que le aconsejan suspender el envío de tal misión. La realizará luego de terminadas estas dificultades, que espera serán removidas sin menoscabo de la buena armonía que debe reinar entre pueblos y gobiernos hermanos y vecinos, ligados por intereses comunes. El Gobierno recibe constantes testimonios de amistad de parte del de los Estados Unidos de Norteamérica, así como su distinguido representante en la República, caballero D. Roberto Kirk, que retribuye con especial agrado. Recientemente ha sido despachada la Legación Argentina cerca de aquel gobierno, debiendo antes permanecer en la República de Chile, con el fin de llenar importantes objetos de la misión que tiene allí que desempeñar. Tanto sobre estas materias, como sobre otros puntos en conexión con las relaciones que cultiva el Gobierno con otras naciones americanas y de la Europa, hallareis interesantes conocimientos en la memoria del Ministerio de Relaciones Exteriores. La Legación de S. M. B. al frente de la cual se halla de nuevo el ilustrado caballero, D. Eduardo Thorntom, contribuye eficazmente al mantenimiento de las buenas relaciones entre ambos gobiernos. Los reclamos pendientes de súbditos británicos, se hallan en su mayor parte terminados con justicia y equidad, y muy en breve lo serán también los pocos que aún existen en la comisión especial. Oportunamente el Gobierno os someterá el protocolo firmado sobre los reclamos de súbditos británicos en la provincia de Buenos Aires. Igual resultado a las reclamaciones de súbditos británicos, han tenido las que existían pendientes por parte de súbditos de S. M. el Emperador de los franceses, habiendo firmado un protocolo análogo por lo que respecta a los que hay sobre la provincia de Buenos Aires. Es, además, un acto de justicia, recomendar con tal motivo a las consideración pública, el amistoso y conciliador espíritu que ha guiado en estos arreglos, así como en sus demás relaciones oficiales al Ministro de S. M. el Emperador, caballero Lefevre Bécour. Las reclamaciones de súbditos italianos, se han arreglado ya en crecido número, quedando muy pocas que lo serán también en breve, procediendo en todo de acuerdo con el digno representante de S. M. el Rey de Italia, el caballero Barbolari. No se ha verificado aún el canje de las ratificaciones del tratado celebrado últimamente con la España. El Gobierno de S. M. consideró deber someterlo previamente a las Cortes, y se aguarda el pronunciamiento de éstas para proceder a aquel acto.

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Las provincias de la República, cooperando eficazmente a la buena marcha de la autoridad general, le han presentado facilidades para el lleno de la alta misión que le está confiada. Acatando sus disposiciones para el bien general del país, poniendo a su disposición y anticipándose a sus órdenes, cuando la urgencia de los casos lo ha requerido, todos los elementos con que contaban, han contribuido poderosamente al mantenimiento de la paz pública y el sometimiento de las montoneras de la Rioja. En la frecuente comunicación que mantiene el Gobierno Nacional con los de todas las provincias, ha existido siempre la más pronunciada armonía y cordialidad. A ello contribuye eficazmente en que una y otras autoridades se mantienen en la órbita de sus atribuciones y deberes, demarcadas claramente en la carta fundamental de la República. Un año más cuenta la ley de residencia del Gobierno Nacional en la Ciudad de Buenos Aires y experiencia de este año ha demostrado que tal ley conciliaba todos los intereses y todas las necesidades que se trataron de llenar. Y aun cuando se haya pretendido explotar pasiones y desconfianzas, suponiendo el ánimo de modificar aquella ley, la convicción que existe de que ni el Gobierno ni el Congreso Argentino tratan de ocuparse extemporáneamente de un asunto, que por la misma ley tiene fijado el término de duración, ha esterilizado esos conatos tendientes a alterar la confianza en la obra que tanta sangre y sacrificios cuenta a la República y sobre la que reposa la paz y engrandecimiento futuro de la nación en general, y la provincia de Buenos Aires en particular. Con motivo de las alarmas creadas en algunas provincias cercanas a la Rioja, por las correrías del cabecillo Peñaloza, varios gobiernos hicieron declaraciones de “estado de sitio” en sus respectivas jurisdicciones. El Gobierno Nacional como era su deber, les negó facultad para tales actos, siendo como es, según lo determina la Constitución, una atribución exclusiva de la autoridad nacional y del Congreso el declarar en “estado de sitio” el todo o parte del territorio de la República. En la memoria del Ministerio del Interior, se registra la correspondencia habida sobre la materia. Algunas dudas han surgido, por lo que respecta al alcance de las jurisdicciones nacional y provincial en el municipio, relativamente al derecho de establecer impuestos locales y percepción de los existentes. El Gobierno se ha limitado a cumplir las leyes dictadas, respetando en todo caso lo prescripto en la ley de residencia de la autoridad nacional. No obstante las dificultades con que ha tenido que luchar la administración por falta de recursos, a consecuencia de los crecidos y extraordinarios gastos que demandó la pacificación de la Rioja, e instalación del Gobierno Nacional, ha atendido a las necesidades de las provincias argentinas, según le ha sido posible, haciendo uso de la cantidad votada por el Congreso con tal objeto.

El ferrocarril Central Argentino, que partiendo del Rosario debe llega hasta Córdoba, puede decirse que es ya una lisonjera realidad. El concesionario de esta grande obra, señor Wheelwright, con perseverancia infatigable, ha logrado vencer todas las dificultades que experimentó para el buen éxito de la empresa. Parte de los rieles y otros materiales para este ferrocarril, están ya en camino para la República, y continuarán estos arribos con regularidad hasta la terminación de la obra. Actualmente, se hacen los estudios necesarios por ingenieros enviados al efecto por los señores Smith y Knight, para el ferrocarril de la Concordia a Monte Caseros. Tiene el Gobierno fundados motivos para esperar un arreglo a fin de llevar a cabo esta obra importante. Las mensajerías llamadas "Sinfines", que deben también contribuir al engrandecimiento y prosperidad del país, serán muy pronto introducidas con arreglo al contrato celebrado. Las recientes experiencias que se han hecho de aquellas mensajerías, no dejan dudas de que nuestro suelo se adapta a este sistema de locomoción. Se ensayará en breve la perforación de un pozo artesiano en los llanos de la Rioja, habiendo partido ya el personal y material que ha de emplearse en este trabajo que se realizará por cuenta del Gobierno. En el ramo de puentes y caminos de la República, se han verificado importantes trabajos, estando otros en construcción actualmente y próximos a emprenderse muchos más que están en proyecto. En esta materia el Gobierno no omite sacrificios, pues es incuestionable que el progreso de los pueblos está ligado y depende en gran parte de la facilidad en las vías de comunicación; y a fin de dar mayor extensión a estos trabajos, ha celebrado un contrato con personal respetable de Londres, para la aplicación del millón de pesos e acciones de puentes y caminos, cuya emisión fue autorizada por el Congreso. El servicio de correos, postas y demás en relación con esta materia, ha recibido también las mejoras de que era susceptible, y según lo va requiriendo la experiencia.

La navegación del río Bermejo se realizó por el capitán Lavarello hasta !a Esquina Grande. El vapor se hallará de regreso en breve en este puerto. Por lo que respecta la inmigración útil y laboriosa del exterior, acrece en proporciones tan considerables, que habiendo ascendido el año pasado a diez mil, los datos que se tienen de la que ha arribado en el primer trimestre del actual, dan casi la seguridad de que aquel número se duplicará en el año corriente. Y sin embargo, este número no alcanzará a llenar la falta de brazos que se experimenta en el país, a consecuencia de las grandes obras que en él se realizan, y que no marchan con la rapidez que se requiere, dando lugar esta falta a que no se inicien otras que tienen por base la abundancia de brazos.

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Las rentas ordinarias recaudadas en toda la república, habrían cubierto los gastos del mismo orden, y la situación financiera de la administración habría presentádose bajo una faz lisonjera, si desgraciadamente no hubiese sido indispensable aplicar una crecida parte de aquellos recursos a los multiplicados gastos imprevistos que requirió la pacificación de la Rioja. El Gobierno se ha visto, por lo tanto, en graves dificultades para hacer frente a los compromisos que pesaban sobre la administración, y ha tenido que retardar su cumplimiento fijo siempre en la idea de que cuanto sacrificio hiciera para el más rápido sometimiento de los montoneros, le sería compensado con el aumento de recursos que le ofrecería el país en completo estado de paz. Sus previsiones han sido justificadas por los hechos. Restablecido el orden en la Rioja, y pagados los gastos que demandaron las costosas operaciones llevadas a cabo con tal objeto, el Gobierno ha podido salir de aquellos compromisos mas urgentes con sus recursos ordinarios.

Pero existiendo otros de igual carácter, cuyo monto no le permitía llenarlos de igual modo, consideró indispensable usar de la autorización conferida por el Congreso en la ley de presupuesto, y mediante operaciones de crédito que ha celebrado, serán abonadas en su totalidad las sumas que se adeudaban para el papel moneda, crédito público y garantía de presupuesto de la provincia de Buenos Aires; contando por lo demás la administración con recursos suficientes para cumplir todas sus obligaciones en el resto de este año. Con las rentas ordinarias, se ha pagado, los intereses y amortización, los cupones de la deuda extranjera, los intereses y amortización de los fondos públicos inscriptos hasta el 1° de Abril, los intereses de los títulos provisorios por los meses de Octubre, Noviembre y Diciembre, los intereses y amortización de los tres millones del empréstito de 1° de Octubre de 1861, las subvenciones a las provincias, los vapores, mensajerías y gran parte de lo que se estaba adeudando al Bando de la Provincia de Buenos Aires. Se ha terminado el edificio destinado para las sesiones del Congreso, y organizádose la Oficina del Crédito Público Nacional, cubriéndose todos los gastos que han originado igualmente con las rentas ordinarias, así como los que han demandado otras obras públicas de consideración que se han llevado a cabo. La comisión clasificadora de la deuda, se expide en sus funciones con recomendable acierto y detenido examen, habiendo despachado un número considerable de expedientes prolijamente estudiados por aquella y por todos los miembros del Gobierno. Puede asegurarse al Congreso, que la deuda de la Confederación, que va a inscribirse en el Gran Libro, no alcanzará a los diez millones de fondos públicos decretada; por la ley. En el sistema de economías que ha adoptado el Gobierno, se han verificado muchas de consideración, continuando en esta senda, que logre equilibrar el presupuesto, que es el punto adonde trata de alcanzar. Muy en breve espera el Gobierno someteros las cuentas de inversión de los años 1862 y 63, así como la ley de presupuesto para el año entrante. Por lo que respecta a los diversos asuntos relacionados con el Departamento de Hacienda, así como a otros trabajos y mejoras realizadas, hallareis más extensos conocimientos en la memoria del Ministerio del ramo.

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Removidas las dificultades que obstaban a que la Alta Corte de Justicia Federal llenase sus funciones, se halla al presente ejerciéndo¬las con toda regularidad, lo mismo que los juzgados de sección establecidos ya en los puntos de la República en que tienen su asiento. La experiencia ha de ir mostrando las necesidades que aun se sienten para perfeccionar la pronta y buena administración de justicia, y el Gobierno en oportunidad os presentará las proyectos que juzgue adecuado a tal objeto. Por el Departamento de Justicia., Culto e Instrucción Pública, se han emprendido y terminado en su mayor parte, publicaciones de importancia, tanto por lo que respecta al ramo de justicia como en otros varios de la administración. El Gobierno ha continuado dispensando la debida protección a la religión en el Estado, ya contribuyendo con los medios que requería su mayor esplendor, como facilitando a sus Ministros todo aquello que tenia por objeto el que llenasen debidamente su augusta misión. Reina felizmente una perfecta inteligencia entre el Gobierno y los Obispos Diocesanos en la frecuente comunicación que mantienen, con motivo de los asuntos que se suscitan, y aun cuando en algunos de ellos no ha habido conformidad de vistas, manteniéndose una y otra autoridad en la órbita de sus atribuciones y deberes, han evitado todo conflicto, obteniéndose así la unión y concordia entre los fieles. Permanece aun en la República el delegado de Su Santidad, Monseñor Marino Marini, a quien el Gobierno se complace en acreditarle tos elevados sentimientos de respeto y deferencia que abriga hacia nuestro Santísimo Padre. Sensible ha sido el Gobierno, no poder acceder por ahora, a la proposición hecha por el delegado de Su Santidad, referente a la creación de un Arzobispado en alguna de las Diócesis en que esta dividida la República.

Las razones que lo han inducido a declinar la aceptación de tal propuesta, las hallareis consignadas en la Memoria del Ministerio respectivo. Sin embargo, reconociendo el Gobierno la conveniencia de la creación de una silla metropolitana, hará con vuestro concurso lo que se estime mas en acuerdo con los intereses religiosos del país. Siente el Gobierno no haber podido destinar a la instrucción pública, todos aquellos recursos que demanda este importante ramo, de que tantos beneficios reporta la sociedad. Las urgentes y vitales necesidades de restablecer el orden y paz en los diversos puntos de la República en que fue alterado, le han insumido gran parte de las entradas ordinarias, habiéndose visto en consecuencia, en dificultades para atender los gastos de la administración. Sin embargo, si poco se ha creado de nuevo en el ramo de instrucción publica, los establecimientos existentes tanto en la capital como en Córdoba y Entre Ríos, continúan dando los buenos resultados que se experimentan, según se observará por los informes contenidos en la memoria de Instrucción Pública, cuyo Ministro personalmente visitó aquellos establecimientos.

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La rebelión del cabecilla Peñaloza, a quien seguían en gran parte los habitantes de la Rioja, ha requerido de parte del Gobierno Nacional, sacrificios de toda clase para lograr dominarlo, y restablecer el orden y la paz, no sólo en aquella provincia foco de la anarquía, sino también en varios puntos de otras provincias lanzaban los montoneros en sus incesantes correrías. Se comprende bien las dificultades que ha sido indispensable superar para obtener aquel resultado, cuando se tiene presente la topografía de la provincia de la Rioja, llena de serranías y bosques espesos y dilatados, en que se guarecían los montoneros en la persecución activa y tenaz que se les hacía, y que abandonaban por salidas ignoradas, lanzándose con nueva brío a sus correrías. Sin embargo, perseguidos sin tregua ni descanso por divisiones lanzadas a la Rioja por diversos puntos, batidos y destrozados en diferentes acciones que fueron obligados a aceptar, señalándose las de Punta de Agua, Lomas Blancas, Arroyo Seco y Las Playas, y reducidos notablemente en su número despida de las últimas derrotas que sufrieron en Caucete, villa inmediata al pueblo de San Juan y en la misma provincia de la Rioja, donde volvían los restos escapados y que fueron alcanzados por las fuerzas al mando del Coronel Arredondo, el cabecilla Peñaloza fue sorprendido en Olta por Comandante Irrazábal y pasado por las armas, hecho que desaprobó el Gobierno, por haber sido ejecutado sin sujeción a lo que prescriben las leyes en la materia. Los gobiernos de las provincias de Mendoza, San Juan, San Luis, Santiago, Córdoba, Tucumán, Salta y Catamarca, han prestado de buena voluntad y patriotismo y eficacia toda la cooperación que les ha demandado la autoridad nacional para contribuir a la pacificación de la Rioja. Con su importante auxilio, las fuerzas nacionales lograron llevar a cabo tan difícil y costosa empresa, y es un acto de justicia que me complazco en llenar, recomendando a vue¬stra consideración y a la del pueblo argentino, a aquellos gobiernos y provincias, como asimismo al General D. Anselmo Rojo, jefe de las operaciones militares por la parte del Norte de la República, al Go¬bernador de San Juan, encargado de otra misión análoga por la del Oeste, al Inspector y Comandante General de Armas, que marchó a campaña con el fin de dar dirección y centro a las operaciones empren¬didas sobre la Rioja, y a los gobernadores de Santiago y Tucumán, que a la cabeza de respetables divisiones se lanzaron en busca del enemigo, así como al Coronel Arredondo, jefe de las operaciones en el centro de la Rioja. Mientras tenía lugar la persecución del rebelde Peñaloza, estalló en Córdoba un motín que derrocó sus autoridades legales. Felizmente, la rapidez y oportunidad cm que ocurrió el Ins¬pector y Comandante General de Armas, con fuerzas adecuadas, con que batió a aquel cabecilla que se había colocado al frente de los amotinados, puso termino al desorden, restableciendo la autoridad legal.

Últimamente ha estallado otra conmoción en la misma provincia, habiendo legrado dominarla su Gobierno con los elementos con que contaba para su sostén. Algunos pequeños disturbios se han hecho sentir en la provincia de Salta, coincidiendo con la sublevación de una parte del batallón 8° de línea en Jujuy. El acierto de las medidas adoptadas por los gobernadores de estas provincias, ha cortado el mal en su principio, y el orden y la paz se ha restablecido inmediatamente

La imperiosa necesidad de atender con la mayor parte de los elementos con que contaba el Gobierno a la pacificación de la Rioja, entre otros males que ha hecho experimentar al país, impidió al Gobierno continuar en la realización del plan que había adoptado para la seguridad de las fronteras. Así es que han tenido lugar varias invasiones de indios que aunque en corto número, han causado sensibles desgracias, perpetrando a la vez robos en las haciendas, cuando el Gobierno Nacional había distraído las fuerzas enviadas a su guarda, para atender con ellas a premiosas exigencias del orden publico interior. Libre hoy la administración de aquellas atenciones, se consagra con todo el interés que demanda tan importante materia, a la seguridad de las vidas y propiedades de los habitantes de campaña, realizando trabajos que han de producir este resultado tan urgentemente reclamado por los intereses del país. A esto contribuirá también eficazmente la nueva organización dada al Ejercito Nacional, reducido a las proporciones que requiere el estado en que se halla la República y que permitirá distribuirle en la nueva línea de fronteras y emprender a la vez operaciones en el desierto, cuyo buen éxito requiere el empleo de fuerzas de línea. El Gobierno creyó de conveniencia para el país y aun para mantener la paz exterior, que es uno de los primordiales objeto de su política, siempre que ella sea conciliable con la dignidad y derechos de la república, el fortificar el importante punto de Martín García, como se ha verificado; sin que el uso de ese legítimo derecho pueda interpretarse como una tendencia a perturbar la libre navegación de los ríos, principio que ha reconocido y sostiene y sostendrá hasta por conveniencia propia el Gobierno argentino.

Los buques de la Escuadra Nacional que se conservan en el mejor estado, rinden el servicio a que son llamados, con toda regularidad.

Por lo que respecta a otros trabajos y mejoras introducidas en el Departamento de Guerra y Marina, el Gobierno se refiere a lo que sobre la materia se contiene en la memoria que os será presentada por el Ministro respectivo.

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Cumpliendo con el deber que la Constitución me impone, después de esta rápida reseña de los asuntos mas notables que han ocurrido en el país en el último año, reseña que será complementada con las memorias de los Ministros de la administración, podréis formar juicio exacto acerca de la actualidad de la República y de las necesidades que estáis llamados a remediar. Por mi parte, he procurado a toda costa mantener la libertad y conservar la paz general, a fin de que a su sombra, se radiquen las instituciones que hemos alcanzado, congratulándome de haber hallado en la gran mayoría los pueblos, la más eficaz y espontánea cooperación en esta obra. Y es que los pueblos, que recogen los beneficios de la libertad y de la paz, y que contemplan con regocijo la altura a que ha llegado el país, y el progreso y prosperidad creciente en que marchamos, comprenden que ese buen sentido que tienen tan acreditado, que el orden y las instituciones libres, son la fuente más fecunda del bien general, y que fuera de este camino, las sociedades marchan irremediablemente al desquicio y al caos. Felicitándoos cordialmente al iniciar vuestros trabajos en el actual período legislativo, cuento con vuestra valiosa ayuda para proporcionar a nuestra paria, la República Argentina, todo el bien y felicidad que ardientemente le deseo.

Buenos Aires, Mayo 1° de 1864.

BARTOLOME MITRE

[1] Hasta el día 12 que se instaló el Congreso no fue presentado este Mensaje.