noviembre 07, 2010

Carta de Manuel Ugarte a la Federación Universitaria Argentina: "La paz en América" (1919)

CARTA A LA FEDERACION UNIVERSITARIA ARGENTINA [1]
La paz en América
Manuel Baldomero Ugarte
[1919]

Señor Presidente de la Federación Universitaria Argentina:
Leo en los diarios la feliz resolución que ha tomado la Federación Universitaria en lo que se refiere a la paz en América y me permito enviar a usted y por intermedio de usted a todos los estudiantes argentinos, las más entusiastas felicitaciones.
Las dificultades que existen entre Chile, Perú y Solivia pueden ser discutidas y resueltas al margen de violencias inútiles, dentro de la fraternidad hispanoamericana, en un ambiente de deferencia y respeto. Provocar nuevas guerras sería ofrecer a los extraños fácil oportunidad de censura y hasta propicia ocasión para intervenciones contrarias a nuestra dignidad continental. Lo que nuestra América necesita es paz, trabajo y cordura; paz, para estabilizar la vida; trabajo, para valorizar la riqueza y cordura, para prever el porvenir. Una desavenencia como la que nos amenaza, destruiría cuanto somos y cuanto podemos ser, cuanto ha realizado cada República aisladamente y cuanto pueden alcanzar mañana todas en conjunto.
La guerra mundial que acaba de extinguirse no ha hecho más que descontentos y debiera alejar a la humanidad de la violencia por muchos siglos. Nuestra tendencia a imitar no puede ser tan incurable que nos lleve a pretender tener también una hecatombe para competir con Europa, en civilización. Durante un momento de locura universal, nuestra superioridad ha consistido precisamente en abstenernos de arrojar leña a la hoguera en que se consumía la prosperidad del mundo. Los que en Europa nos llaman "salvajes" tuvieron que reconocer, aunque fuera tácitamente, que fuimos, por lo menos en un instante, más sensatos que ellos.
Pero si nos lanzamos a nuestra vez al precipicio, no tendremos siquiera la excusa que pudo ser en su tiempo el contagio del desequilibrio general y seremos, para la Historia, los aturdidos y los empecinados que ven descarrilar el convoy que les precede y siguen por el mismo viaducto, presas de una fatalidad suicida.
El verdadero problema de América no es el de saber quién extenderá más sus límites a costa del vecino, cosa que sólo puede dar por resultado una ampliación en el mapa, dado que se trata de países de suyo tan vastos, tan poco poblados y tan sobrados de riquezas no valorizadas aún; el verdadero problema de América no es el de destruir, sino el de crear realmente las nacionalidades en sus fundamentos económicos, diplomáticos y culturales, emancipando a las patrias jóvenes de sujeciones y apoyos molestos y coordinando la acción superior de ellas para que puedan tener mañana una voz propia y una actitud independiente en los debates del mundo.
Mantener la discordia, con cualquier pretexto que sea, es olvidar lo grande por lo pequeño y prolongar la debilidad en que nos encontrarnos todos ante las potencias imperialistas. Por eso es digna de encomio la actitud de una juventud que levanta, en medio de las pasiones, una amplia bandera de paz, bajo la cual puede cobijarse el derecho y la dignidad de todos y a cuya sombra se ensancha nuestro propio patriotismo argentino, manifestando una inquietud solidaria ante el porvenir de los pueblos hermanos.
MANUEL UGARTE

[1] Reproducido en La Patria Grande, Editorial Internacional (Berlín-Madrid), 1922.

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