MENSAJE
DEL
GOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE SAN JUAN
Jorge Alberto Escobar
EN EL ACTO DE TOMA DE POSESION DEL CARGO DEL GOBERNADOR
EL 10 DE DICIEMBRE DE 1991
En la Ciudad de San Juan, provincia del mismo nombre, de la República Argentina
Señor Presidente Provisional del Honorable Senado de la Nación, doctor Eduardo Menem; Señor Presidente de la Honorable Cámara d Diputados; señores legisladores nacionales y provinciales; hermanas y hermanos sanjuaninos.
En esta trascendente mañana de San Juan, asistiendo a la cita histórica que el compromiso constitucional nos confiere, venimos a este Honorable recinto legislativo para añadir un nuevo eslabón constitucional hacia la continuación de la cadena democrática. Somos portadores del entusiasmo inmanente que desafía la obra fundamental de la transformación. Traemos el mandato valiente de la población para cambiar a San Juan. Hemos venido a infundar dinamismo y alegría a nuestra provincia.
Derrumbar el muro del antagonismo y la apatía, transformar esos escombros en cimientos edificantes y abrir paso a los cambiantes vientos de la innovación, cuyos soplidos ya suenan en el tímpano del oído nacional, es la misión que nos proponemos, añadiendo esfuerzos y cortando cintas, para inaugurar en San Juan la era del desarrollo.
Es cierto que también estamos presentes para cumplir con la formalidad constitucional del juramento, pero de nada serviría este compromiso ante Dios y ante los hombres si no nos supiéramos capaces de ejercer los instrumentos idóneos para la provincia despierte este sopor al que parece estamos condenados.
Si no estuviéramos aquí para establecer la conciencia de la necesidad de una variante aguda, audaz, responsable y constante, nuestra prédica no sería otra cosa que una burda y pasajera caricatura de la improvisación.
No nos interesa revalidar la monea evaluada de la nostalgia improductiva. A nosotros nos interesa reconvertir el esfuerzo conjunto, en la monea de la paz, que como lo define Juan Pablo Segundo, es la otra cara del desarrollo.
¿Qué entendemos por instalar el desarrollo en San Juan? Que simplemente con la fuerza política de un momento que nos apura, trataremos de remarcar con la fibra del énfasis, que sin la presencia de una voluntad política común ante la necesidad de insertar a San Juan al contexto nacional, no habrá el crecimiento necesario, para que exista igualdad de oportunidades, justicia con equidad y autoridad para la convivencia.
Concretamente: si perdemos esta vez el tren del desarrollo, será imposible acercar a nuestra gente, hasta la estación de la paz. Es por este andarivel que pretendemos insistir para erradicar las disociaciones de hombres. Para ello, debemos tener perfectamente en claro que no hay desarrollo, cuando previamente falta la autoridad, y que significa hacer Crecer, mejorar la calidad de vida, y hacer progresar a los demás.
Sin prejuicios ni exclusiones y con el respaldo moral que nos brinda la convicción de un pueblo que nos eligió con la premisa sagrada de servir y no servirnos de los demás, para hacer progresar y no progresarnos, manifiesto que estos principios son para nosotros credo y devoción. Y como me reconozco de pocas palabras y muchos hechos, ante toda la población sanjuanina: ¡Juro… que desde hoy instalo el desarrollo en San Juan…!
En este sentido y sintonizando perfectamente la fuerza vigorosa y arrolladora de un Presidente que ha producido el mayor movimiento sísmico de los últimos años en la mismidad de cada uno de los argentinos, al descascarar irresponsabilidades y tibiezas, y asumiendo la audacia que se requiere cuando se tiene la vocación de bronce; es que alentamos todo esfuerzo de la actividad privada que tiende a revertir la costumbre de vivir por vivir, entre déficit y postergaciones, como quien se olvida de la dignidad de vivir para resignarse a la condición de durar.
Alentando la actividad que genera la imaginación de los individuos y que prescinde la regulación de nadie, salvo la que dicta la sana competencia, estaremos resguardando el tesoro mas preciado de los sanjuaninos; es decir el tiempo porque éste se paga con vida y nosotros no tenemos vocación de hacerle perder el tiempo a nadie. Cuando nos propongamos integrar los esfuerzos, despejando antagonismos estériles, es porque queremos conceptos claros, vocación definida, metas concisas y proyectos expeditos, porque hay demasiado sol en nuestra querida tierra, para que nos andemos chocando entre la bruma de los si… pero… a lo mejor… quizás… algún día… no porque tengo la vida hecha… es que vivimos en una aldea, etcétera.
Señores: aprovechemos la transparencia del sol y dejemos de pelearnos contra el viento Zonda, si es que somos capaces de entender las ventajas, de saber usar el viento a nuestro favor!!!
Recuperar la iniciativa privada, la capacidad de anticipación, y el pensamiento de vanguardia como lo decía Mariano Moreno cuando expresaba que el vigor coherente de un pensamiento actual con la voluntad realizadora es le motor de la grandeza, es nuestra tarea prioritaria y creemos que después de un siglo y medio de historia, ya es tiempo suficiente como para arrojar el lastre de la neurosis que paraliza para ponernos a actuar.
El desarrollo en todos los niveles, tales como el económico, cultural, político, social, intelectual y espiritual es una tarea que nos concierne a todos en la conciencia de que lo más importante es no demorar más.
Sin embargo cuando nos referimos al desarrollo, también estamos hablando de la prerrogativa regia de esa creación maravillosa que es el hombre. Nuestra mayor inversión consiste precisamente en mejorar la calidad de vida de los sanjuaninos, tomando al hombre como el principio del fin de todo nuestro esfuerzo desarrollista. Sobre este concepto quiero acentuar la pronunciación de nuestra inmediata gestión que apuntará a la prioridad que tendrán quienes no pueden salir del pantano de la indigencia. La pobreza no es solamente lo que muchos piensan, una mera carencia de cosas. Para nosotros es, por sobre todas las cosas, la falta de derechos y todo sector marginal de una sociedad que resigna sus derechos, se resigna a la condición de vivir definitivamente sin libertad.
Lo que decía un niño de la calle cuando le preguntaban que le gustaría ser cuando fuera grande, a lo que el niño contestó: Lo que me toque. No queremos que nadie espere el designio de la fatalidad; exigimos que nadie, absolutamente nadie, encierre sus sueños en el arcón de la, prescindencia.
Tampoco volveremos la vista atrás, hurgando en los archivos del revanchismo para convertirnos en estatuas de sal, porque quien mira permanentemente hacia revertir esta manía muy nuestra de eludir la realidad del presente, evadiéndonos hacia un futuro mediato, utópico o hacia la rememoración de un pasado distribucionista e improductivo.
Cuando miremos por el espejo retrovisor, será exclusivamente para aprovechar la experiencia que nos previene, proyecta y consolida en el futuro inmediato. Nuestra meta no se sustenta en quienes tienen los ojos en la nuca o en quienes solo en el más allá. A nosotros con la plenitud de nuestra fuerza espiritual y la lucidez del intelecto, nos interesa empezar a corregir, el más acá. En este derrotero estamos vivenciando un concepto fundamental de la obra de gobierno: hacer poco por los placeres de los hombres, bastante por sus necesidades absolutamente todo para desarrollar sus virtudes.
Deseo que nuestra gente entienda ahora y para siempre, que así como nuestros padres y ancestros se proyectaron con la fuerza del viento que no mira hacia atrás… De la misma forma, trataremos de concientizarnos para combatir los movimientos de repliegue hacia la pereza que: lo que ha sido, lo que fue y lo que pasó, por el solo hecho de haber sucedido, ha renunciado a la posibilidad de ser lo mejor, porque el desconocimiento potencial de lo que vendrá, conlleva la conciencia del perfeccionamiento.
No me interesa convencerme e que todo tiempo pasado fue mejor, cuando admito que el único pesimismo válido, es en realidad, el de no poder ser los mejores. Cuando nos acostumbremos a expresarnos al modo de: Mi país, mi provincia y nuestro destino, en vez de hablar de este país, de la provincia y del destino, estaremos variando nuestros hábitos en dos aspectos fundamentales para empezar a crecer: en primer lugar cambiaremos la contemplación por la acción y estaremos, en segundo lugar, convencidos de que lo mejor es lo único que todavía no nos ha sucedido.
A los sectores que no gozan de cierta igualdad virtual y que por cuestiones accidentales del destino se ven postrados y desanimados, les quiero acercar un párrafo de esperanza. Es cierto que vamos a priorizar la humedad dignificante del trabajo sobre la desértica desocupación, pero también quiero que concienticen sobre las aberraciones que a veces se cometen, justamente por no tener claros los conceptos de una verdadera justicia.
Se habla de justicia natural que le da a cada uno lo que se merece, sin medir la igualdad de oportunidades para cada uno de los individuos. Los que tienen más salud, talento, buenos modales y cierta cuota de suerte, siempre son más favorecidos. Para nosotros, esta es la justicia de la desigualdad.
A cada uno según sus necesidades como la de Jesús y sus apóstoles, es sin duda la justicia ideal, quizás utópica en estos días, pero imitable.
La justicia de la demagogia, que cada uno trata de darle la misma cosa, sin medir las oportunidades del esfuerzo y del premio al mérito, no sirve.
Para nosotros hay un solo concepto de justicia válida en estos días: es la que compensa las diferencias accidentales de las personas, pone a la educación y al desarrollo integral de la persona en el corazón de las decisiones políticas, sembrando la igualdad del ascenso y descartando la igualdad que mediocriza. Mejorar la calidad de vida de los sanjuaninos desde la vasta geografía en todas sus formas y expresiones, es el mejor concepto de justicia que pretendemos ejercer.
Entre nuestras prioridades figura también, el reordenamiento del Estado que no debiera asustar a nadie, tanto servidor público como usuario, que se precien de capacitar el servicio y recibir los beneficios, simultanea y respectivamente.
Es hora que entre todos desgajemos el fastidioso y frondoso árbol de la burocracia ya que seguir sosteniendo un Estado que no se aggiorna a las transformaciones de los tiempos, nos recuerda a los políticos que equivocando el diagnóstico siempre sostenían que no sabemos lo que nos pasa; justamente es eso lo que nos pasa, pero como nosotros conocemos perfectamente la enfermedad y el remedio, les aseguro que la convalecencia será dura, pero la salud segura.
No vamos a malgastar un hábito de nuestras energías, cocinándonos en el viejo horno de las contradicciones. Aquí seremos taxativos y fieles a la línea de gobierno nacional, reinventando un Estado que motorice el mérito, capte la mano de obra calificada, desmotive la mediocridad y se capacite integralmente para terminar con la incertidumbre del expediente que sabemos cuando entra y cuando no sale.
A este Estado que se ha puesto en contra de la gente, lo vamos a optimizar y a reconciliar. Absolutamente nadie nos va a trancar la voluntad de cumplir con lo prometido. Para ello tenemos conceptos claros, autoridad moral, pactos éticos, visión política y un alma social que ya tiene el valor de: cambiar lo que es cambiable…
Aprovecho este tiempo que inicia una fase crucial en la historia de San Juan, para enviar un mensaje a los justicialistas de la provincia. En primer lugar, así como el sentimiento es la memoria del corazón les transmito esta sensación inefable de agradecimiento, por haberme hecho posible que en las tres escalas de la excelencia aristotélica llegara a consumar la aspiración superlativa de ser el gobernador de San Juan.
Cabe en mi gratitud tanto el vota protagónico de la militancia como el de mujeres y hombres anónimos, que creyeron en un Proyecto. Ellos permitieron redescubrir mi vocación política y van a colaborar conmigo en la transformación de San Juan. Apelo de tal forma al criterio magnánimo de mis compañeros para que no haya cabida a ningún tipo de obstáculo y resentimientos. Yo les quiero decir a los justicialistas de la Provincia que de ellos depende la mayor responsabilidad en la tarea de aunar criterios y esfuerzos. Su primer abrazo de u justicialista en esta nueva epopeya no debe ser precisamente a otro justicialista. Abracemos al hermano que dejó su idea distinta atesorada en aquel 11 de agosto ¡Basta de desencuentros!
Machemos juntos al destino de grandeza que le aguarda impaciente a San Juan.
A las mujeres y hombres de mi partido, les pido humildemente que me ayuden a gobernar nuestra provincia; y van ha encontrar mi corazón en la calle 25 de Mayo y a mi alma en el mapa de San Juan.
Volviendo alegóricamente a las fuerzas alegóricas de San Juan, quiero decirles que estamos empeñados, aunque el sol sea fuerte, a no permitir ningún tipo de eclipses y a erradicar los problemas que carcomen los proyectos comunes.
El Vicegobernador de la Provincia llevará la tarea ingente de cogobernar la Provincia. El como yo, conocemos perfectamente los códigos de nuestro proyecto político, no dando lugar a ningún tipo de dicotomías o superposiciones y de esta manera al mejor estilo, de equipo de trabajo, muchas veces me verán en este Recinto trabajando, como lo verán al Vicegobernador en la Casa de Gobierno, porque el éxito de la gestión depende igualmente tanto de uno como de otro.
En esta sintonía y estilo de “stereo político” durante nuestro mandato, cuando el gobernador de la Provincia este viajando para insertar o reinsertar a San Juan, quiero que sepan mis queridos amigos, que en el Vicegobernador encontraran, a mí mejor yo.
Con el Presidente también están todos los legisladores que componen la Cámara de Diputados, y ya trascendiendo toda bandería política, me quiero dirigir específicamente a ustedes, legisladores de mi Provincia, para confesarles que si bien algún escéptico dijera alguna vez que para soñar, …primero hay que saber… como decía Martín Luther King: “yo hoy tengo un sueño…”
El sueño de compartir con ustedes el fantástico desafío de elevar a San Juan al nivel de las provincias más pujantes y desarrolladas.
Para ello, traigo un lenguaje político diferente, remozado y actual que convoque a todas las fuerzas políticas de la Provincia, en la discusión de proyectos básicos, consensuados y comunes, donde se asiente la estructura del nuevo edificio social que procuramos construir.
Pretendemos divergencias, pero detestamos antagonismos estériles, cuya factura principal siempre se termina debitando en el pasivo de nuestra Provincia.
Los tres Poderes deben ser el trípode donde se asiente el progreso de San Juan, con la vigencia actual de que todo debe seguirse haciendo en su medida y armoniosamente.
Pretendo que dejemos de lado las exclusiones y que nos pongamos a trabajar en forma urgente, discutiendo todo el tiempo el “quehacer”; para que no nos pasemos estos próximos cuatro años, haciendo el “que discutir”.
Yo necesito a estos hombres y mujeres jóvenes, talentosos y pujantes para cumplir con los objetivos que vengo señalando. No se sorprenda nadie, sí en los próximos días nos ven haciendo trámites en Buenos Aires con diputados y políticos de otras extracciones partidarias, que hayan interpretado el nuevo Lenguaje político que debe sacar a San Juan del letargo. Es hora de dejar de tirarle la manga para extenderle la mano a San Juan” que sin excepciones debe ser una pasión de todos.
Si logramos ponernos de acuerdo en los puntos fundamentales que nutren el crecimiento de la Provincia, estaremos avanzando hacia el puerto de grandeza que nuestra estirpe soñó.
No tengamos temor de soñar, pues aunque soñemos con pasión diferente despertaremos todos juntos.
La soledad no es la mejor estrategia, ella solamente conlleva a la desgracia política de condenar a San Juan a la muerte de de Tupac Amaru, desgarrado por los caballos de la dispersión.
El mundo gira cada vez a mayores revoluciones y si no nos subimos a la correntada política que en forma descollante imprime el Presidente de la Nación, para recuperar el tiempo perdido, acortando la brecha, seguramente no estaremos en la cabeza, sino que nos convertiremos; en polvo disperso de un cometa que se mueve en el universo de los países irrelevantes. San Juan no está fuera del contexto de la Argentina, es parte de ella, San Juan es la Nación.
El que reniega de su Provincia que le dio el ser, el que siempre se está ríen do de 1.a obra de los demás, sin advertir que se ríe de si mismo, el iconoclasta que vende su identidad y el ser como si fueran mercancías, no está colaborando con la misión de hacer un País y una Provincia mejor. En este aspecto tendremos una ardua tarea para depurar el padrón de males que nos aquejan, porque en realidad el escéptico, el envidioso y el charlista de café; son tres carenciados más. Sin perder el sentido del humor, ahora sí nos proponemos hacer una gestión en serio.
Tenemos la protección y la mirada atenta de Dios, recursos urgentes que laten desde las entrañas de nuestra tierra, ventajas competitivas y comparativas de diversa naturaleza junto a la que somos, de manera que no vamos a desperdiciar la oportunidad de empezar a crecer y a creer en lo que somos.
En esta corriente le quiero dar un papel a la mujer sanjuanina en el Proyecto de cambio que abordamos. San Juan que le dio el voto a la mujer argentina por primera vez, en un gesto histórico de audacia, equidad y grandeza, seguirá siendo señera en la revalidación de la dignidad femenina.
La composición de esta Cámara, compuesta por varios legisladores y la participación de ellos en los ministerios del Poder Ejecutivo es la cabal ratificación de lo que decimos, por lo que no necesitamos cupos ni listas porcentuales para saber darle a la mujer de nuestra Provincia el lugar que le corresponde en el marco de la responsabilidad común. Entendemos que mentalmente la mujer tiene recursos que el hombre todavía no explora y no estamos dispuestos a desperdiciarlos en este gobierno.
Creo haberme referido ya a los ancianos de la Provincia cuando sostuve un párrafo anterior, que lo pasado renuncia a su condición de ser lo mejor.
Consecuentemente les pido que se sumen al saludo activo el ¡Como les va! Para archivar el ¡como les fue!
Pero también debemos referirnos a quienes guardan las mayores expectativas del futuro, es decir a los jóvenes. Alguna vez un filósofo se quejaba de retraso de su pueblo que según el, no mañanaba. Pues nosotros le contestamos a nuestros jóvenes que con ellos, desde hoy, empezamos a mañanar ya que en ellos ciframos nuestras esperanzas de plasmar un mañana mejor. Vamos a hacer hincapié en el trabajo y la capacitación, pero así también les pedimos, otra vez, que depende fundamentalmente de ellos la construcción de un país, no del orgullo y desafío de una generación intermedia.
La sangre argentina no se lava con agua. También sabemos que el color de la sangre llama. Por eso hago propia la exhortación del Presidente y les digo a los jóvenes de mi provincia , a los que se marcharon y a los que se quedaron, a los que andan buscando trabajo, a los que están estudiando, a los jóvenes de la actividad rural que construyen a la Provincia de afuera hacia adentro…
Que si bien la imagen de una nación se forja desde afuera, ya tenemos para eso el prestigio de nuestro Presidente.
Pero a la patria, jóvenes amigos de mi tierra se la construye desde adentro. No le privemos en consecuencia a San Juan la pasibilidad de ser solidarios con ella aprovechando la experiencia en popa de nuestros adultos y ancianos y de la fuerza en proa de nuestra maravillosa juventud. Que las diferencias irreconciliables no son tales cuando cambian de ángulo, y atendemos más en lo que nos acerca que en lo que nos separa.
Les quiero decir algo más para ir finalizando es necesario que todos en nuestra Provincia comencemos a revalorizar nuestro ser provincial en todas sus expresiones culturales yo le asigno un especial y particular énfasis a la actividad cultural de esta tierra, ella nos ayudará a querernos más y a sentirnos identificados con lo que pretendemos ser y hacer.
Hay que poner el acelerador en la acentuación de la cultura en todas sus manifestaciones que recree el espíritu, enriquece la mente y desarrolla la imaginación que vamos a necesitar en la tarea creativa de gobierno.
Hay que arriar la bandera quejosa del reproche para izar la bandera del orgullo de sentirnos argentinos y sanjuaninos. Si realmente creemos que somos lo que pensamos, los invito a que empecemos a pensar en positivo, poniendo el corazón junto a nuestro tesoro mayor la Provincia y la Patria que, junto al poder que nos brinda la plegaria, tendremos sin ninguna duda la claridad mental, la fuerza espiritual y el camino expedito, para plasmar con éxito la empresa que hoy proponemos poner en marcha.
Aprovechando esta oportunidad inigualable, le traigo a todo el pueblo sanjuanino un mensaje de paz y su correspondiente bendición, a quien calza las sandalias del Pescador, me refiero al Su Santidad el Papa Juan Pablo Segundo.
El Sumo Pontífice, a través de este humilde servidor, nos alienta a construir al nuevo hombre, revestido de amor y grandeza. En ese sano propósito, a través de nuestro viaje nos envía una especial bendición para San Juan.
Hermanas y hermanos de mi provincia: como decía Juan Domingo Perón al reasegurar nuestra identidad y valores, que al impulso frío del dinero le opondremos como coherederos de la espiritualidad hispánica, la supremacía vivificante del espíritu. Sabia reflexión para recordar que todo baja desde el espíritu hacia la construcción del hombre y desde la voluntad política hacia el desarrollo digno de las personas.
En este marco de grandeza institucional y en este día de alegría y gloria, avizorando ya la tierra de la esperanza, próximas al quinto centenario del descubrimiento y evangelización de América hago una invocación a Dios y los convoco a la fascinante y deslumbrante tarea de realizar entre todos, la segunda fundación de San Juan.
Refundemos San Juan, haciendo la epopeya de mayor originalidad y acometimiento que hayamos imaginado, con próceres, santos y valientes de carne y hueso como son nuestros trabajadores, maestros, profesionales, estudiantes, niños, mujeres y viejos sanjuaninos que hasta ahora esperaban en soledad y que merecen ver una nueva tierra prometida.
Hagamos la segunda fundación de San Juan, plasmando los ideales de aquellos inmigrantes que se asentaron en el sueño mismo de las realizaciones. Revivamos la alegría de creer en movimiento, porque solo los pueblos que se animan son los que pueden desembarcar.
Fundar a San Juan de una vez por todas, donde la posibilidades se transformen con el pasaporte hacia una vida mejor, para que el que transita Colanguil, hasta el maestro de Gualcamayo. De Cieneguita, hasta las Sierras de Chavez. Desde Tocota, Puchuzúm, El Leoncito y Barreal…hasta sI nostálgico Vallecito de Guaco.
Animémonos a hacer la segunda fundación de San Juan sin perder la esencia del reservorio histórico de quienes histórico de quienes abnegadamente lo dieron todo a cambio de nada. Desde Domingo Faustino Sarmiento con su madre empeñosa que tejía y tejía sueños de la grandeza de su hijo, en su tierra amada en obras con el padre Garbini, la hermana Berrotarán, la hermana Garcés, Horacio Videla, don Pablo Ramella, Aburnio Verd, Rogelio Díaz Costa, Carmen Peñaloza de Varese, Mercedes Gallardo Valdez, y hasta el tranco sudoroso de Jesús Morales, que corre y corre por la vida tratando de alcanzarnos la grandeza anhelada.
Luchemos con fuerza, jamás nos demos por vencidos y no aflojemos en la convicción de que la libertad, el desarrollo, la convivencia política, el bienestar de nuestro pueblo, de los grandes desafíos, la reconciliación con la realidad y los emprendimientos más audaces no son, nunca fueron; se hacen con la fuerza que empuja la polea de los tiempos. Es necesario comenzar ahora y si ustedes me ayudan, dentro de cuatro años viviremos en una provincia contenta, al vera a sus hijos libres, protagonistas, aspirantes y realizados.
Dios los bendiga, a todos y muchas gracias.
JORGE ALBERTO ESCOBAR
No hay comentarios:
Publicar un comentario