diciembre 03, 2010

Mensaje de los Ministros Encargados del Poder Ejecutivo, Felipe Arana y Manuel Insiarte, al abrir las sesiones de la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires (1841)

MENSAJE
DE LOS
MINISTROS ENCARGADOS DEL PODER EJECUTIVO
Felipe Arana y Manuel Insiarte
AL ABRIR LAS SESIONES DE LA LEGISLATURA DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
EL 27 DE DICIEMBRE DE 1840

¡Viva la Federación!

El Poder Ejecutivo
Buenos Aires, Diciembre 27 de 1840.
Año 31 de la Libertad, 25 de la Independencia
y 11 de la Confederación Argentina.
A la Honorable Representación de la Provincia
SEÑORES REPRESENTANTES:
Siente el Gobierno inmensa satisfacción al saludar a la decimaoctava Legislatura de la provincia en el día solemne de su instalación. Abierta esta sesión bajo los más felices auspicios para la República, vuestra misión augusta os marca el camino honroso que debéis andar para recoger cumplidamente el fruto de los heroicos sacrificios que han conquistado una gloria que conservaremos sin mancha. A vosotros está reservada la noble tarea de cimentar la obra fundada por la justicia y la victoria, esperando siempre que ilumine vuestros consejos el Arbitro Supremo del Universo, ante quien sumisamente me inclino para rendirle un holocausto profundo de gratitud íntima, por la visible protección con que ha velado sobre los destinos de la Confederación. El Gobierno os felicita por la enérgica, sabia y virtuosa cooperación que le habéis prestado, y se complace al daros cuenta del estado de los negocios públicos, solicitando vuestro soberano fallo.
DEPARTAMENTO DE RELACIONES EXTERIORES
Las relaciones de la Confederación Argentina con las naciones amigas se conservan sin alteración.
El Gobierno de S. M. B., animado siempre de un sentimiento sincero de amistad a la República, le ha prestado sus altos, imparciales y buenos oficios en las últimas desavenencias con la Francia. Tan digno proceder digno es del reconocimiento de la República. El ilustre Ministro de la Gran Bretaña, Caballero don Juan H. Mandeville, ha adquirido títulos indelebles a la estimación de los argentinos.
El tratado celebrado en 24 de Mayo próximo pasado para la completa abolición del tráfico de esclavos ha sido ratificado y canjeado. Se han establecido los tribunales de acuerdo con el mismo tratado; y el Gobierno se lisonjea de haber suscrito el acto que cierra para siempre en la Confederación el vergonzoso comercio de la especie humana.
El Gobierno persevera en sus reclamaciones, y en el sostén de los derechos de la República a las Islas Malvinas. Conservará siempre esperanza en su propia justicia, y en la elevada rectitud del Gobierno de S. M. B.
S. M. la Reina Victoria favoreció al Gobierno con la plausible noticia de su matrimonio con S. A Real el Príncipe Alberto Francisco Augusto Carlos Manuel, hijo segundo de S. A. Serenísima el Duque reinante de Sajonia Coburgo Gotha. El Gobierno celebró pomposamente este fausto acontecimiento, y felicitó a S. M. con sincero interés por su felicidad personal.
La misma Augusta Soberana se ha dignado informar al Gobierno del fallecimiento de S. A. Real la Princesa Augusta Sofía. Este ha participado del sentimiento de S. M. por aquella pérdida deplorable. Los empleados civiles y militares han llevado por un día el luto de costumbre.
Al daros cuenta el año pasado del estado de las relaciones de la Confederación con la Francia, os expresó el Gobierno la esperanza de que la razón y no la fuerza decidiría la contienda. Los sucesos han venido a realizar cumplidamente este presentimiento feliz.
La voz de la justicia penetró en el ilustrado juicio de S. M. el Rey de los franceses. Insuficientes fueron para impedirlo los esfuerzos injustificables de los agentes de la Francia. Los informes correctos e imparciales del distinguido veterano que relevó al contralmirante Leblane en las aguas del Plata, esparcieron luz sobrada sobre una cuestión desnaturalizada ante los consejos del ministerio francés. Al contralmirante Dupotet debe la Confederación este acto de justicia, lealtad y benevolencia.
S. M. el Rey de los franceses acreditó en el carácter de Ministro Plenipotenciario al Vicealmirante Barón de Mackau, digno representante de la Francia. La mutua franqueza y la simple exposición de los hechos acercaron intereses que jamás debieron desunirse. Una convención recíprocamente honrosa puso término a las calamidades de una prolongada contienda. La República, salvando su honor, y los derechos sagrados e irrevocables de su independencia, se complace altamente en volver a saludar a S. M. y a la Francia entre las naciones amigas. Permitid al Gobierno, Honorables Representantes, que os felicite por un acontecimiento que, si bien satisface los votos patrióticos de la Confederación, es un testimonio para ella de la justicia del gobierno de S. M. el Rey de los franceses, y del carácter elevado de su Ilustre Ministro el Barón de Mackau.
Ha sido reconocido en calidad de Encargado de Negocios "ad interim", y a cargo del consulado general de Francia, el secretario de la legación.
Fueron nombrados los comisarios que por parte de la República deben concurrir al cumplimiento del artículo 1° de la Convención de Paz con la Francia.
El Gobierno tiene buenas razones para creer que SS. MM. el Emperador de todas las Rusias y el Emperador de Austria están dispuestos a reconocer la independencia de la República Argentina.
S. M. el Rey Dinamarca ha autorizado con plenos poderes al Capitán de navío el comodoro Walf, para extender y favorecer las relaciones de amistad, buena correspondencia y comercio con la Confederación.
El Rey de Holanda aun no ha satisfecho las reclamaciones del Gobierno por la captura del buque argentino "Gobernador Dorrego". Sobre este punto el Gobierno se ocupará con el interés que ya reclama.
El Cónsul de Amburgo, nombrado por el Senado de la Ciudad Ansiática y República de Brema, cerca de este Gobierno, está facultado para reconocer en su nombre la independencia de la Confederación.
Nuestra misión en los Estados Unidos de la América del Norte sigue desempeñando los objetos a que fue destinada. El Gobierno espera del ilustrado Gabinete de Washington que la justicia de sus reclamaciones no será desoída.
El Gobierno ha tenido que lamentar la pérdida del Cónsul de los Estados Unidos: su conducta consular le había dado derechos a la estimación pública y a la particular del Gobierno.
Un ciudadano de los mismos Estados ha sido admitido al desempeño de las funciones consulares temporalmente, y hasta que sea conocida la disposición de su Gobierno.
Declarada la mayoría del Emperador del Brasil, S. M. don Pedro II, por la Asamblea General Legislativa del Imperio, fue comunicado al Gobierno por S. M. I. este próspero acontecimiento. El Gobierno participó de la satisfacción debida, manifestando a S. M. sus votos amistosos.
Desea sinceramente que consolidados bajo su administración en el imperio los principios conservadores de la sociedad, restablecida su paz interior, y premunido contra los embates del desertor americano, penetre S. M. acertadamente la política pérfida y ominosa de aquel aventurero contra la dignidad, bienestar e integridad de los Estados vecinos.
Se ha ausentado temporalmente el Ministro Extraordinario del Imperio por el mal estado de su salud. Ha sido reconocido en el carácter de Encargado de Negocios "ad interim" el secretario de la legación y cónsul general brasileño.
Después de la caída del usurpador del Perú, todas las repúblicas continentales continúan en el goce pacífico de su independencia y libertad. Sus relaciones con el Gobierno de la Confederación Argentina se conservan. Circunstancias conocidas de los Señores Representantes han retardado la salida del Ministro Argentino nombrado para consolidarlas.
La República Oriental del Uruguay sigue sometida al humillante yugo de un impávido usurpador. Envuelta en la guerra en que la sumió el cabecilla Rivera, sufre agitada el peso de una administración antiamericana y venal. Intentado ha romper la mano sacrílega de su autoridad intrusa los lazos de amistad y unión con que los argentinos y orientales recogieron juntos los laureles gloriosos de su independencia. Pero su caudillo inmoral, desacreditado por sus perfidias, ha visto desbaratados ya sus proyectos nefandos por los más espléndidos triunfos de la República. Despavoridos en medio de una nación virtuosa que lo detesta, y en descubierto ante la Europa y la América por sus traiciones, vaga sin concierto y sin plan. Su presencia no humillará a los valientes orientales más allá del tiempo que la Confederación desplegue su poder para auxiliarlos y recuperar la libertad y el orden legal con el escarmiento de sus opresores.
INTERIOR
Las provincias de la Confederación gozaban de cumplida paz y se mantenían en estrecha armonía con ésta bajo el pacto federal de la República después de bloqueado el Río de la Plata. Sus gobiernos y pueblos simpatizaban con los principios del Encargado de las Relaciones Exteriores en defensa de sus libertades e independencia.El Gobierno sobrellevaba con noble resignación el peso de una situación embarazosa, por haberle cabido la honra de presidir el entusiasmo nacional. Almas viles, menguadas, los salvajes unitarios, no comprendieron la omnipotencia de la opinión popular, apoyada por la justicia. A favor de las dificultades mismas que rodeaban la autoridad suprema, alzáronse con el poder en el seno de algunas provincias, ahogando los votos de los patriotas más esclarecidos. Degradados, cobardes, dieron a su traición el nombre de interés público, y a su infame deserción de la causa de América, el de fervor constitucional.
Triunfos repetidos anonadan a estos traidores, y aproximan a la república la época de confraternidad y concordia que debe preceder a su organización nacional.
Las provincias de Entre Ríos, Santiago, Santa Fe, Córdoba y las de Cuyo, siempre fieles al juramento de nuestra libertad, han hecho sacrificios heroicos en su defensa, combatiendo valientemente contra los salvajes unitarios que han intentado avasallarlas. Se han cubierto de gloria. Con su lealtad han servido de escollo insuperable contra los traidores, y con perseverante decisión, sostenido los sagrados derechos de la independencia, de la Confederación y de la América.
Arrojado ignominiosamente del Entre Ríos, donde fue vencido y perseguido a muerte en la memorable batalla de Sauce Grande, el 16 de Julio, el cabecilla traidor Lavalle, con los restos de su bando salvaje, se atrevió a profanar el suelo de esta provincia y la de Santa Fe, halagado de insanas ilusiones. Espantado luego de su propia temeridad, y de la explosión ardorosa de los federales, huyó aturdido sembrando la desolación hasta los desiertos del Chaco. Las lanzas del ejército unido de operaciones de vanguardia de la Confederación, que le acosaron desde que pisó la provincia, le alcanzaron en los desiertos del Quebrachito, y el 28 de Noviembre último quedó sepultada su loca empresa con un tremendo escarmiento de sus esclavos. Los ejércitos confederados, vencedores en ambas jornadas de perpetua gloria, colmaron las esperanzas de su patria, llenando un gran voto de la América toda.
He ahí, Honorables Representantes, el fiel estado de nuestras relaciones exteriores, y de las provincias de la Confederación.
La visible protección del Ser Supremo ha brillado en los períodos más complicados y difíciles de la Nación. Confío en que ella coronará benignamente la paz de la República.
GOBIERNO
La invasión del cabecilla salvaje Lavalle exigía en el ejército de la Confederación la presencia de su general en jefe, nuestro Ilustre Restaurador. Menester era desconcentrar la acción poderosa de S. E. a la defensa de la República. El Gobierno fue delegado en la persona del Ministro de Relaciones Exteriores. A esta confianza superior a su capacidad, debe la alta honra de hablaros en este día solemne.
Indiscreto y ruinoso hubiera sido el ilimitado respeto a las propiedades de los salvajes unitarios, en medio del saqueo y del incendio con que los infames traidores de su bando aniquilaban las fortunas de los federales. El Gobierno se veía colocado en la alternativa, o de consentir impasible que la riqueza de los enemigos de la República sirviese al sostén de los bárbaros invasores, o de privarles de todo medio la hostilidad. No podía vacilar en la elección. Declaró inmediatamente responsables los bienes muebles e inmuebles de los traidores salvajes unitarios, a la reparación de las pérdidas de los federales, a las erogaciones extraordinarias por causa de la guerra, y a los premios acordados al ejército de línea y milicia, ocupado exclusivamente en defensa de la independencia y honor de la Confederación Argentina. Esta declaratoria, conforme a decretos anteriores vigentes fue, Honorables Representantes, una medida indispensable arrancada por gratitud y proceder hostil de los mismos que medraban a costa de los desvelos de la autoridad.
Bajo el peso de atenciones prementes el Gobierno no ha podido dedicarse a los arreglos convenientes en la administración de justicia. La legislación del país reclama preferentemente las alteraciones consiguientes a nuestra existencia política, y al nuevo giro de nuestras relaciones sociales.
Se han reglamentado las atribuciones del Ministerio de Pobres y Menores, de acuerdo con los dictámenes de la Excma. Cámara de Justicia, y de una ilustrada comisión.
Las sillas vacantes en el Senado del Clero han sido provistas en eclesiásticos, acreedores a la consideración del Gobierno por su virtud y adhesión a la causa santa de la Federación. Otros eclesiásticos no menos meritorios han sido condecorados con canonjías honorarias.
Nuestro culto sagrado se presenta con la dignidad y pompa debidas a la Majestad Divina.
El tribunal erigido para conocer de los recursos de nulidad e injusticia notoria, los tribunales de justicia, el Departamento General de Policía, el Tribunal de Comercio, la Defensoría General, los juzgados de paz en la ciudad y campaña, la Sociedad de Beneficencia, la Universidad, la Academia de Jurisprudencia, la Inspección General de Escuelas, la Administración de la Biblioteca, la de Correos, el Departamento Topográfico, el de Serenos, la Comisión Administradora del Hospital de Hombres, llenan su deber a satisfacción del Gobierno y del público. Sobre las mejoras de que son susceptibles algunos de estos establecimientos, el Gobierno se ocupará oportunamente.
El celo del ciudadano encargado del Hospital de Mujeres no alcanzaba por sí solo a la administración de aquella casa de caridad. El Gobierno la ha colocado bajo la dirección de una comisión compuesta de personas animadas de sentimientos de beneficencia. Sirven con esmero y constancia bajo la presidencia del primer encargado del establecimiento.
La disminución de nuestros recursos pecuniarios, y el aumento progresivo de las atenciones de la guerra impusieron al Gobierno el penoso deber de retirar los subsidios destinados a la conservación de los establecimientos de caridad, de beneficencia y de educación de ambos sexos. La piedad pública se apoderó de ellos, y se conservan hasta el día a expensas de la filantropía generosa de la provincia. Se acerca la época en que libre el Gobierno de aquellas vitales exigencias, exonere a los benéficos ciudadanos del noble peso que sobrellevan con laudable perseverancia.
Reconociendo el gobierno que a la benévola protección del Omnipotente son debidos el inestimable bien de la paz de que goza la provincia, y los gloriosos triunfos obtenidos por los valientes defensores de la libertad de la Confederación contra los salvajes unitarios, ha dispuesto tributarle por tan insignes beneficios, en el día que designe, las más fervientes alabanzas, y agradecimientos profundos.
Paso ahora, Señores Representantes, a daros cuenta de la constancia, servicios y lealtad heroica del ejército
GUERRA
El ejército de línea y milicia de la provincia, aumentado considerablemente con batallones y escuadrones de nueva creación, ha sido el modelo de la lealtad, del honor y del más decidido entusiasmo.
Los rebajados, entre los que se hallan los que hicieron la gloriosa campaña a los desiertos del sur en los años 1833 y 1834, se han presentado decididos a defender la causa de la libertad y de la independencia. Con ellos se han levantado cuerpos bajo su propia denominación.
Digno es de vuestro reconocimiento el generoso auxilio que continúan prestando los hacendados de la campaña.
Una guarnición fuerte está encargada de la conservación de Martín García. El Gobierno se promete de este cantón servicios importantes, que ha empezado ya a hacer a la causa nacional de la Federación.
El Parque de Artillería satisface los deseos del Gobierno.
La Capitanía del Puerto y Comandancia de Matrícula se desempeña con celo y vigilancia.
Una escuadrilla se prepara con actividad. Pronto dominarán nuestros buques de guerra las aguas del Paraná y Uruguay.
Las guarniciones situadas en los fuertes de las fronteras soportan la soledad y la intemperie, con la más recomendable constancia.
Las numerosas tribus de indios amigos continúan dando ejemplo de fidelidad.
El ejército de línea y milicia ha buscado ansioso al enemigo en las guaridas más lejanas, combatiendo con denuedo republicano por la independencia de la Nación, y por los derechos de la América. Disciplinado y sufrido, soporta impasible la inclemencia de los desiertos y las privaciones de las inmensas travesías que recorre. Brillan su moral, su disciplina y su coraje. Inflamado de los sentimientos íntimos de mi más ardoroso entusiasmo, os recuerdo sus heroicas fatigas, su lealtad sin ejemplo, su perseverancia denodada, su ardor americano, y los inmarcesibles laureles que ha ganado gloriosamente contra los salvajes unitarios, enemigos de la libertad de la Confederación. Los esplendorosos triunfos que se han sucedido, serán monumentos eternos de su valor y de su heroica constancia. Los valientes generales, jefes, oficiales y guerreros esforzados, partícipes de tantas glorias, han ilustrado nuestros anales militares con inmortales victorias. Dignos soldados de la República Argentina, rivalizan en su virtud marcial con los más distinguidos veteranos de la memorable guerra de la independencia americana. El Gobierno les ha acordado premios honoríficos y valiosos.
Congratulaos, Señores Representantes, de haber visto cumplida la acertada previsión que os hizo el Gobierno en el año pasado, al anunciaros que el ilustre Presidente del Estado Oriental del Uruguay, Brigadier don Manuel Oribe, brillaría con fama en el campo del honor combatiendo contra los enemigos de la libertad americana. Acompañado de distinguidos orientales y al frente de una división triunfante en D. Cristóbal, y en el Sauce Grande, bajo las órdenes del Ilustre Brigadier D. Pascual Echagüe, general en jefe del ejército unido de operaciones de la Confederación en el Entre Ríos, han participado de todos los peligros, recogiendo por todas partes los laureles de las victorias contra los salvajes unitarios. No está distante la época en que vuelvan a su patria con los trofeos honrosos de su valor.
La milicia pasiva en la campaña, inflamada de ardiente entusiasmo sirve a la par del ejército.
Gozaos, Señores Representantes, en el espectáculo que ofrece a la República la bizarra y leal conducta de los guerreros de la provincia. Dignos son de vuestra especial consideración y gratitud.
HACIENDA
Las atenciones ordinarias y extraordinarias del año fenecido han sido satisfechas cumplidamente. Empleasteis, HH. Representantes, toda la fuerza de vuestro saber y patriotismo para superar inmensas dificultades al votar auxilios prontos y proporcionados a las prementes urgencias del erario. Habéis llenado dignamente vuestra augusta misión, y una espléndida gloria ha coronado tan heroicos esfuerzos. La patria y el Gobierno os tributan reconocimiento y gratitud.
La suma de doce millones de pesos en moneda corriente, que por la ley sancionada el 28 de Marzo, pusisteis a la disposición del Gobierno, se ha invertido con circunspección y economía.
Los diez millones de pesos en fondos públicos, creados por la citada ley, se han empleado con suma prudencia y discreción en los objetos para que fueran destinados. El valor de sesenta por ciento fijado para la enajenación, no ha sido alterado. El precio de los fondos circulantes ha mejorado. La afluencia de buques mercantes de todas las naciones, de que se ve cubierta nuestra rada, produce al tesoro ingresos considerables por entrada marítima, que con los de salida vigorizan la hacienda pública.
La comisión especial, nombrada por el decreto de 16 de Julio de 1839 para el examen de las cuentas de la Casa de Moneda de los años de 1836, 37 y 38, se ha expedido satisfactoriamente. Su informe, acompañado de dos estados demostrativos del capital que gira la Casa de Moneda, y de las emisiones, renovaciones y quema de billetes inútiles, detalla el giro y operaciones del establecimiento. El Gobierno de conformidad con lo informado y propuesta de la comisión, aprobó el 13 de Mayo las enunciadas cuentas, y ordenó su publicación.
En precaución del abuso introducido con prejuicio del erario, se expidió el decreto de 7 de Enero del corriente año. Se ordenó que las letras de cambios se extendiesen en el papel sellado destinado a este objeto, con sujeción de los contraventores a la multa designada en el artículo 4° de la ley de 24 de Enero de 1833
La escasez de moneda de cobre, por su falta de circulación, fomentaba el desorden introducido de la emisión de cédulas bajo la garantía privada. El Gobierno acudió a esta mal, expidiendo el decreto de 8 de Marzo último. La Casa de Moneda fue autorizada para reemplazar las piezas de cobre bajo un peso y tipo diferente, del mismo metal: las cédulas fueron extinguidas.
La ley sancionada por V. H. para el pago de la Contribución Directa correspondiente al año presente, quedó debidamente cumplida por el decreto fecha 26 del mismo mes. En la ciudad y en la campaña se ha comprado simultáneamente en el término y orden señalados con la de 1839. La falta de estadística completa de los capitales contribuyentes, y la ejecución de las liquidaciones respectivas, han causado en su cobro algún retardo.
Lo cobrado por la Contribución Directa de 1840 no ha correspondido a la suma calculada en el presupuesto de recursos.
Oportunamente se expidió el decreto reglamentario fecha 3 de Julio último, para realizar la distribución del premio honorífico de tierras de propiedad pública acordado por la ley de 9 de Noviembre de 1839, a favor de los empleados civiles y militares heroicamente fieles al juramento santo de nuestra Confederación y de la independencia de América. Empezaba la distribución de los premios, cuando la invasión del salvaje cabecilla Lavalle la dejó en suspenso, por hallarse en el ejército y en campaña la mayoría de los que eran comprendidos en ella, y por la contracción exclusiva del jefe supremo de la provincia, nuestro Ilustre Restaurador, Héroe del Desierto y Defensor Heroico de la Independencia Americana, al escarmiento de este infame atentado. Restablecida la tranquilidad, el ejército de línea y milicia, y los demás empleados fieles, optarán oportunamente a los premios y medalla honorífica que perpetúe la memoria de sus distinguidos servicios.
El orden de precedencia en las solicitudes de ubicación de las acciones de premio, quedó establecido por el decreto de 14 de Julio.
El agio calculado por los salvajes traidores unitarios, como ele- mente hostil contra el gobierno, el comercio y la población, fue contenido por medidas enérgicas. La autoridad descargó vigorosamente sobre los colaboradores de este ruin juego el peso de la justicia pública.
El Gobierno no olvida sus compromisos en el empréstito de Inglaterra. Circunstancias notorias e invencibles han retardado se verifique un arreglo que no ofrezca dudas sobre el cumplimiento en el pago de él. Lo tomará en consideración oportunamente.
Nuestros campos, regados por las aguas pluviales, prometían al afanoso labrador abundantes y ricas cosechas, y nuestros ganados se multiplicaban con prodigiosa celeridad. Las hordas salvajes de los traidores unitarios esterilizaron nuestra campaña, obligando al cultivador y al ganadero a empuñar las armas contra los traidores. La provincia preparó por fortuna su pronto exterminio, y en breve renacerá el movimiento y la alegría de nuestra hermosa campaña.
En medio de los trastornos que han comprometido la fortuna pública y particular, las rentas y capital amortizante de los fondos públicos se han pagado fielmente. Su crédito se eleva en progresión notable.
Se acude con puntualidad al pago del interés de los billetes de tesorería.
La deuda clasificada se ha disminuido considerablemente. El gobierno la tiene siempre presente y acudirá oportunamente a los medios de su extinción.
El estado general de la Caja de Depósitos que os presenta el gobierno, os instruirá del movimiento anual de este útil establecimiento.
Las oficinas de contabilidad, distribución y recepción de los diversos ingresos que forman el tesoro público, se han desempeñado con exactitud, actividad y pureza.
Las cuentas financieras de la provincia prestan por su publicidad la más positiva garantía de la fiel inversión de las rentas públicas. El gobierno se honra en presentaros las correspondientes al año de 1840. Quedan sometidas a vuestro examen. Fallad, Honorables Representantes, porque en este punto, os lo repite el gobierno encarecidamente, jamás se considerará investido con la suma del poder el Gobernador de la provincia.
Se complace también en presentaros el Registro Oficial correspondiente a 1840. Inscriptos encontrareis en él, por su orden cronológico, las sanciones de la Honorable Sala, los decretos del Gobierno en los varios ramos de la administración y los estados generales y parciales sobre el manejo de la hacienda pública.
Las exigencias públicas se han atendido cumplidamente. Si algunos ramos no han producido la suma calculada, otros le han excedido.
Las entradas ordinarias y extraordinarias, reducido el metálico a moneda corriente, suman treinta y cuatro millones, novecientos sesenta y nueve mil setecientos setenta y cuatro pesos cuatro y cuartillo reales (34.969.774 4 ¼).
De esta suma hay que rebajar la existencia en tesorería que pasa a 1841 en metálico, moneda corriente y letras de aduana y tierras para que resulte lo desembolsado en 1840 con arreglo al presupuesto. Importa, reducido el metálico a moneda corriente, dos millones seis mil cuatrocientos treinta y cuatro pesos (2.006.434).
Resulta haberse desembolsado en 1840, treinta y dos millones, novecientos sesenta y tres mil trescientos cuarenta pesos, cuatro y un cuarto reales (32.963.340 4 ¼).
Agrégase a esta cantidad quince millones quinientos cincuenta y dos mil ochocientos veinticuatro pesos tres cuartillos reales, que importa la deuda particular exigible, para demostrarse el total de los gastos ordinarios y extraordinarios con arreglo al presupuesto en 1840 (15.552.824 ¾).
Son cuarenta y ocho millones quinientos dieciséis mil ciento sesenta y cuatro pesos, cinco reales. (48.516.164 5).
El presupuesto de 1840, incluso el de la Honorable Junta de Representantes, suma veintisiete millones seiscientos cuarenta y cinco mil doscientos cincuenta y nueve pesos, cuatro y cuartillo reales, incluida la deuda particular exigible (27.645.259 4 ¼).
Queda demostrado haberse bastado en 1840, veinte millones ochocientos setenta mil novecientos cinco pesos tres cuartillos reales más de la suma que votasteis (20.870.905 ¾).
Si bien es cierto que los gastos de la administración exceden en dicha suma a la cantidad votada por la Honorable Sala, debe considerarse que en ella está comprendido el monto de la deuda particular exigible, cuyo pago corresponde hacerse en 1841. En la invasión salvaje unitaria que ha sufrido la República, encontrará Vuestra Honorabilidad el poderoso motivo de este aumento de gasto extraordinario.
El Gobierno tiene la satisfacción de cumplir religiosamente la ley que ordena el presupuesto general de gastos y recursos para el servicio de la provincia en el año siguiente. Os presenta, Honorables Representantes, el presupuesto general de gastos y de los recursos para el año de 1841. Examinadlo y deliberad.
Presupuesto general de sueldos y gastos para el año de 1841, incluso los extraordinarios y reducido el metálico a moneda corriente
Honorable Junta de Representantes, cuarenta y siete mil trescientos cinco pesos (47.305).
Gobierno, dos millones ciento ochenta mil treinta y seis pesos cinco y medio reales (2.180.036 5 ½).
Relaciones Exteriores, un millón quinientos cincuenta y un mil seiscientos noventa pesos (1.551.690).
Guerra, veinticuatro millones ciento ochenta mil novecientos treinta y seis pesos, cinco reales. (24.180.936 5).
Hacienda, inclusa la deuda particular exigible, veintidós millones trescientos cincuenta y ocho mil ciento quince pesos tres cuartillos reales (22.358.115 ¾).
Importa: cincuenta millones trescientos dieciocho mil ochenta y tres pesos, tres y cuarto reales (50.318.083 3 ¼).
Cálculo de recursos para 1841
Existencia en tesorería en letras y moneda corriente, reduciendo a ésta el metálico, dos millones
seis mil cuatrocientos treinta y cuatro pesos (2.006.434).
Colecturía
Por derechos de entrada y salida marítima y terrestre, de puerto, correos, pregonería, grados, alquileres, arrendamientos, intereses, corrales, saladeros y policía (26.800.000).
Contribución directa, un millón quinientos mil pesos (1.500.000).
Papel sellado, un millón quinientos mil pesos (1.500.000).
Tesorería
Importe de venta de trescientos noventa y dos mil quinientos ochenta y cinco pesos, tres cuartos de real de fondos públicos al sesenta por ciento, doscientos treinta y cinco mil quinientos cincuenta y un pesos, un cuarto de real (235.551 ¼).
Entradas extraordinarias, tres millones (3.000.000).
Venta de cueros, doscientos mil pesos (200.000).
Restan diferentes ciudadanos por fondos a plazos, trescientos noventa y cuatro mil quinientos cuarenta y siete pesos, real y medio (394.547 1 ½).
Total de recursos: treinta y cinco millones, seiscientos treinta y seis mil quinientos treinta y dos pesos uno y tres cuartillos reales (35.636.532 1 ¾).
Déficit: catorce millones seiscientos ochenta y un mil quinientos cincuenta y un pesos, uno y medio reales (14.681.551 1 ½).
Total de recursos incluso el déficit: cincuenta millones trescientos dieciocho mil ochenta y tres pesos, tres y cuarto reales (50.318.083 3 ¼).
El Gobierno Delegado, por orden del Gobernador propietario, se abstiene de proponeros arbitrio alguno para llenar el déficit en 1841, porque habiendo terminado el período de su compromiso para el mando supremo de la provincia, es aquél del resorte de la nueva administración y de vuestras ilustradas deliberaciones entrar en aquella tarea.
Debe también manifestaros, por especial encargo del mismo Gobernador propietario, que el mensaje, en lo relativo a sus cuentas y cálculos, ha sido una tarea que en los años anteriores le ha ocupado muchos días de constante trabajo. Que al presente su atención personal al ejército le ha privado de aquella contracción detenida y de la grata satisfacción que hubiera sentido en rendir a su patria este nuevo servicio, como lo ha hecho en otras ocasiones. Tampoco al Gobierno Delegado, en medio de las inmensas atenciones de la administración y del corto tiempo, ha sido posible entrar en el mismo detenido examen.
SEÑORES REPRESENTANTES:
Después de haberos presentado el cuadro de la administración, el Gobierno halla feliz compensación a sus afanosos desvelos por la conservación, gloria y ventura de la República, al contemplarla en el goce de su cara independencia.
Afianzados para siempre los indestructibles derechos de los pueblos, bajo el escudo sagrado de la Federación, ilustrado el sentimiento de las masas por la experiencia de los sucesos y formada una opinión invencible de un extremo a otro de la República, contra los enemigos implacables de la patria, los salvajes traidores unitarios, gozaos en el prospecto de la organización nacional que será el fruto de la paz.
Después de combatir tantas dificultades y de triunfar de ellas con el auxilio del Omnipotente, os incumbe conservar y aumentar con vuestra sabiduría el depósito sagrado de las instituciones y de los principios que las armas de la Confederación han salvado y ennoblecido.
Nuestro Ilustre Restaurador, el Héroe del Desierto, el Defensor Heroico de la Independencia Americana, Brigadier don Juan Manuel de Rosas, participa con vosotros de esa gloria pura y eminentemente republicana.
Sobre todo es necesario no olvidemos que el Ser Supremo que hasta ahora ha bendecido la causa de la Confederación, debe recibir el primero en religioso homenaje, los laureles de nuestros triunfos y el incienso de nuestras alabanzas.
Al despedirse de vosotros el Gobierno, se halaga con la idea de que los ecos nobles y libres de este recinto resonarán en la Confederación, para difundir las virtudes republicanas que inmortalizan los Estados, recogiendo los argentinos por fruto de vuestras nobles tareas la libertad y la ventura de la patria.
Dios guarde a V. H. muchos años.

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