MENSAJE
DEL
GOBERNADOR
Juan Manuel de Rosas
AL ABRIR LAS SESIONES DE LA LEGISLATURA DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
EL 27 DE DICIEMBRE DE 1844
¡Viva la Confederación Argentina!
¡Mueran los salvajes unitarios!
___
El Poder Ejecutivo
Buenos Aires, Diciembre 27 de 1844.
Año 35 de la Libertad, 29 de la Independencia
y 15 de la Confederación Argentina
A la Honorable Representación de la Provincia
SEÑORES REPRESENTANTES:
Vuestra apertura, con auspicios felices y gloriosos, recompensa los desvelos y sacrificios por la independencia de la patria. Las sesiones que iniciáis dejarán grandes recuerdos. Os saludo con esta íntima confianza. Libre y victoriosa la República, os debe la preservación de sus derechos, de su felicidad y de su honor. Oprime a los salvajes unitarios la enormidad de su traición. El Omnipotente ha guiado vuestras ilustradas deliberaciones. El mundo juzgará la invencible firmeza y sabia moderación que habéis opuesto a los más complicados actos de violencia. La República os aplaude con el sentimiento de su justicia, de su dignidad y de su gloria. Nunca han podido conocer más los enemigos de la Confederación la falsedad de sus designios: la ineficacia de sus atentados. Inspirasteis a los defensores de la libertad americana alto esclarecido denuedo. Nuevos y espléndidos triunfos de la Confederación han quebrantado la fuerza de tantas agresiones. El entusiasmo nacional corresponde ardientemente a la grandeza de las circunstancias. Os presento el homenaje de mi admiración y gratitud. En tan propicios resultados reconozco humildemente los inmensos beneficios del Todopoderoso. Habéis llenado la misión más elevada y noble de la humanidad. Al congratularos, me complazco seáis los elegidos para deliberar sobre el estado de los negocios públicos. Sumisamente espero, Honorables Representantes, vuestro soberano fallo.
DEPARTAMENTO DE RELACIONES EXTERIORES
El gobierno no ha omitido esfuerzos por estrechar las relaciones de la Confederación con las potencias amigas.
Os instruí que el comodoro don Juan Brett Purvis, comandante en jefe de las fuerzas navales de S. M. B. en la estación del Plata, atacó la libertad y la dignidad de la República con profundos ultrajes. El insulto al pabellón argentino: la agresión en el Puerto de Maldonado: la violencia interventiva para rehabilitar a los vencidos enemigos de la Confederación, y la ofensa a sus derechos de beligerante, renovada en desacato de las órdenes del gobierno de S. M., son desleales agresiones con que el jefe británico ha quebrantado principios inviolables y comprometido importantes intereses. Estos procedimientos, y el simultáneo armamento de extranjeros, han prolongado la guerra con afligente dispendio de vidas y fortuna. El gobierno, cumpliendo vuestra soberana sanción, prescribió al Ministro Argentino en Londres reclamase de S. M. la satisfacción y reparación. El gobierno considera que S. M. sentirá toda la enormidad e inconveniencia de las ofensas, La confianza que inspiran los principios elevados del gobierno de S. M., persuade no haya desatendido la justicia con que la Confederación exige el respeto a su independencia, y a la fe inviolable de los tratados.
La separación del jefe británico de las aguas del Plata, ordenada por el gobierno de S. M. no ha reprimido sus excesos. Desde el Janeiro activamente influye en turbar las relaciones de perfecta inteligencia entre la Gran Bretaña y la Confederación, y en mantener encendida la guerra, alentando a los enemigos de las dos repúblicas. Estos instaron por segunda vez la intervención armada de la Gran Bretaña. El primer ministro de S. M. declaró en la Cámara de los Comunes, que semejante derecho no existe en la ley de las naciones.
S. M. anunció al gobierno el matrimonio de sus queridos primos S. A. R. la Princesa Augusta Carolina Carlota Elizabet María Sofía Luisa, y S. A. R. el Gran Duque hereditario de Meklemburg Strelitz. El Gobierno expresó a S. M. viva complacencia por tan importante acontecimiento. La congratuló también con íntimo interés y satisfacción por el feliz nacimiento de un príncipe que S. M. se dignó comunicarle.
El Gobierno persevera en sostener el perfecto derecho de la República al territorio de las Islas Malvinas.
S. M. el Rey de los Franceses participó al Gobierno los matrimonios de S. A. R. el Príncipe de Joinville con S. A. I. la Princesa del Brasil Francisca Carolina, y de S. A. R. la Princesa Clementina de Orleans con el Príncipe de Saxe Coburg Gotha. Altamente complacido el Gobierno, felicitó a S. M. por tan venturosos sucesos.
El Ministro Plenipotenciario de S. M. partió a París temporalmente, dejándonos recuerdos honorables.
Ha sido reconocido en el carácter de Encargado de Negocios "ad interim" el secretario de la Legación.
Os dí cuenta de la conjuración de una parte de la población francesa en Montevideo, promovida y alentada desde que el comodoro británico emprendió crueles hostilidades. Confiaba que prevalecieran los principios de neutralidad, y el sistema de buenas relaciones de la Francia con los Estados americanos, y en la explicita reprobación de aquellos escandalosos atentados por el Ministro Plenipotenciario de S. M. cerca de este gobierno. Considera y estima altamente la política del gabinete de S. M. en las Cámaras sobre una cuestión desnaturalizada por exagera40s inexactos informes. Pero no puede estimar neutrales las congratulatorias explicaciones presentadas a los enemigos de la Confederación por el contralmirante de las fuerzas navales de S. M. frente a Montevideo, que aplaudió el efugio por el que los franceses armados contra estas repúblicas del Plata, prosiguen hostilizando dos naciones amigas de la Francia. Tan inaudito suceso mantiene la guerra y profundiza vivas alarmas. El Gobierno, confiado en la esclarecida justicia de S. M. el Rey de los Franceses, espera que los principios a intereses mutuos se preserven con eficacia conveniente, para remover todo lo que tiende a comprometerlos con ofensa de la justicia y de la humanidad.
La Convención celebrada entre los Comisarios Franceses y Argentinos, de conformidad al artículo primero de la Convención de Paz con la Francia, ha tenido entero cumplimiento.
El Gobierno ha recibido con sincero aprecio dos Reales Cartas de S. M. anunciando el nacimiento de S. A. R. la Princesa Francisca María Amelia de Orleans y de S. A. R. el Príncipe Fernando Felipe María, Duque de Alençon. Ha dirigido a S. M. expresivas felicitaciones por tan prósperos acontecimientos.
Grato ha sido al Gobierno reconocer al Encargado de Negocios y Cónsul General acreditado en la Confederación por el de S. M. la Reina de Portugal.
El Senado de la Libre Ciudad Anseática y República de Hamburgo ha reconocido la independencia de la Confederación.
Conserva el Gobierno perfecta y fraternal armonía con los Estados americanos. Perseverante en los principios de paz, y de estricta neutralidad en sus negocios interiores, les acredita sinceramente amistosa benevolencia, y entera adhesión al sistema americano.
Sintiendo el Gobierno vivo pesar por la afligente desgracia a bordo del vapor de guerra "Princeton", de los Estados Unidos, y por la pérdida lamentable de dos Ministros de Estado y de varias personas distinguidas, dirigió al Presidente una carta de pésame.
El de aquella República ha reemplazado a su agente especial en la Confederación, por un Encargado de Negocios que ha sido reconocido. Ha dejado aquél entre nosotros honoríficos recuerdos.
El de la Confederación no abandona sus derechos en las justas reclamaciones pendientes de la República ante el gobierno de los Estados Unidos.
El capitán Woorhees, de la marina de los Estados Unidos, ha ofendido la soberanía de la Confederación por agresiones excesivamente injuriosas contra la escuadra argentina. Movido de un hecho bajo distinto pabellón, y sin promover averiguación o explicaciones, rompió fuego sobre los buques argentinos, aprisionó sus jefes y oficiales, e interrumpiendo violentamente el bloqueo, arrebató algunos individuos norteamericanos voluntariamente adscriptos al servicio de la marina de la República. El Gobierno pidió al agente especial de los Estados Unidos prontas explicaciones y completa satisfacción de tan graves ofensas. Me es grato informaros que las seguridades oficiales que dio el agente especial reprobando como temerario, y deplorando los procedimientos del oficial agresor, han sido renovadas por el Encargado de Negocios, y por el comodoro de la escuadra de los Estados Unidos en las estaciones del Brasil y Río de la Plata. Se restableció el respeto al bloqueo, arbitrariamente interrumpido y violentado por aquella agresión. El Gobierno, a quien hicieron declaraciones explícitas con expresiva benevolencia, ha mirado con estimación en este acto de justicia y amistad la prueba inequívoca de una conducta honorable y neutral. Ha ordenado al Ministro Argentino en Washington reclame del gobierno de los Estados Unidos completa satisfacción y reparación. Muy confiadamente espera obtenerlas, así por la perfecta amistad que existe entre los dos países, como por el espíritu de justicia de aquel ilustrado gabinete.
S. M. el Emperador del Brasil participó al Gobierno el matrimonio de S. A. I. la Princesa doña Januaria con S. A. R. el Príncipe D. Luis Carlos Maria, Conde de Aquila. Muy complacido el Gobierno por tan agradable suceso, felicitó íntimamente a S. M.
El Ministro Argentino en la Corte del Janeiro, constantemente ha invitado sin éxito al Gobierno de S. M. I. a resolver las reclamaciones presentadas sobre los agravios inferidos a la Confederación por los Ministros residentes del Imperio en esta República y Montevideo. La desaprobación de sus actos, las seguridades dadas por el ilustrado gabinete brasileño de su adhesión a establecer un sistema de mutuo interés y confianza en represión de la anarquía, y la elevada rectitud de S.M. I. no permiten hesitar una reparación justa y honorable.
En las explicaciones mutuas se han establecido los principios de lealtad y simpatías del gobierno argentino hacia el de S. M. No se ha desestimado el principio e interés común que defiende la Confederación El gobierno siente manifestaros que estas convicciones no han producido actos para garantir a la República El Ministro argentino exigió con perfecto derecho la actitud inofensiva de los revoltosos enemigos de la Confederación y su retiro de puntos del territorio brasileño en contacto con los rebeldes de Corrientes y del Estado Oriental. Asintió el gobierno imperial, declarando haber dictado las órdenes convenientes. Por el transporte del cabecilla salvaje unitario Paz, con séquito de combatientes, en un buque de guerra brasileño; y por la facilidad y repetición de su fuga con manifiesta cooperación de las autoridades subalternas del Imperio, no juzga el gobierno cumplidos los deberes de la neutralidad. Ha dirigido en consecuencia al Ministro en la Corte de Río de Janeiro las órdenes que prescribe el honor de la Confederación, sin contrariar por ellas la política pacífica y amistosa que perseverantemente ha acreditado en sus relaciones con el Imperio.
Íntimamente desea el gobierno que S. M. I. preserve los principios conservadores de la sociedad, restablezca la paz interior y triunfe de los enemigos de la independencia, integridad y honor del Imperio.
Partió para Chile el Ministro Plenipotenciario, cuya salida estuvo retardada por circunstancias inevitables. El gobierno se ha esforzado, en medio de la guerra, por acreditar al de la República de Chile sus sinceros deseos de resolver con franca benevolencia los puntos convenientes para la conservación de las amigables y fraternales relaciones entre ambos Estados.
Deseoso de comprobar al de Bolivia la benévola consideración que le profesa, y su amistosa disposición al arreglo de los verdaderos intereses de dos Estados vecinos y hermanos, ha despachado el Ministro Plenipotenciario que os anunció. Será convenientemente instruido acerca del tratado de amistad, comercio y navegación con esta República, cuyas bases propuso el Encargado de Negocios de aquel Estado. Las atenciones que incesantemente han pesado sobre el gobierno, no le han permitido ocuparse de este asunto.
Muy reconocido el gobierno, correspondió su declaración de estar autorizado para convenir relaciones de alianza entre los dos Estados en unánime adopción de medidas sobre el destino de Santa Cruz.
El de Bolivia invitó asimismo al de la Confederación a manifestar su disposición acerca de la concurrencia a la reunión de Ministros, autorizados para deliberar sobre este asunto, como interesado en su conveniente éxito. El gobierno, al comunicarle su determinación de no intervenir, ha estimado con perfecta benevolencia tan noble y amistoso interés por la tranquilidad de un Estado hermano, y el espíritu de justicia que lo ha dictado. Aunque le expresó que el Ministro argentino explicaría las razones de esta resolución, se las anticipó sin dilación en prueba de su sincera amistad.
No puede el gobierno separarse de los principios universales de justicia para establecer una excepción que honre a los sediciosos de todas las naciones con prerrogativas contrarias a la seguridad general de los Estados. Se alentarían los trastornos, las rebeliones y crímenes. Juzga inconciliable con la estabilidad del orden, y con la paz de las repúblicas americanas, la consideración distinguida a un criminal convicto y sentenciado de atentados enormes, desleal a la- independencia americana y sorprendido en un plan de ferocidad inaudita.
La República Oriental defiende con sublime esfuerzo su libertad e independencia, y la autoridad legal restablecida en su territorio. Los orientales, fieles a su deber y fama, valientemente perseveran, auxiliados por los argentinos, en tan noble lid. El cabecilla Rivera, ni con intervención de extranjeros, ha podido prevalecer: contra el vigor y grandeza de la opinión nacional. Vencido y humillado por los libres, pretende prolongar desesperadamente los infortunios de aquel país. Las dos repúblicas, por sus victorias y decisión invencible, marchan a afianzar sólidamente la paz, el orden legal y su respectiva perfecta independencia.
INTERIOR
Las provincias de la Confederación reparan los males causados por los salvajes unitarios. Sus gobiernos, fieles a la independencia y pacto federal de la República, acreditan al Encargado de las Relaciones Exteriores entera confianza y cooperación.
Ocurrió y terminó en Salta un suceso desagradable, en que los enemigos de la Confederación han simulado ver defecciones imaginarias contra la causa nacional. El gobierno ha mirado con serio desagrado ese escandaloso hecho de sedición anárquica contra la autoridad legítima. Prontamente se restableció el orden en Salta con el triunfo de la legalidad.
El ciudadano don Miguel Otero, ex Gobernador y Capitán General de Salta, comunicó haberse cumplido sus órdenes para la elección de sucesor, a consecuencia del vencimiento en su término legal. Con repetición instó, desde su arribo a ésta, se evitara todo gravamen en su hospedaje. El gobierno ha accedido en vista de aquel aviso oficial. Altamente ha estimado su oferta de su persona y de todos sus bienes, sin la menor reserva, para el digno sostén de la causa nacional de la Confederación. Se ha complacido en acreditar íntimo aprecio a este distinguido argentino, y lo recomienda a vuestra augusta estimación.
El gobierno del Paraguay ha instado el reconocimiento de la independencia.
El de la Confederación ha renovado la manifestación que con fraternal franqueza le había hecho, de los gravísimos inconvenientes que no le permiten prestar su aquiescencia; y de las insuperables dificultades e inminente peligro en que pon dría la independencia común el reconocimiento de la del Paraguay. Se ha complacido en darle otra prueba de sincera amistad en armonía con sus anteriores declaraciones, y con los deseos de aquel gobierno, permitiendo la navegación del Paraguay, obstruida hasta entonces por el estado político de Corrientes.
Fue instruido el gobierno de la variación del Gobierno Provisional Consular y nombramiento de un presidente. Retribuyó con singular complacencia los nobles sentimientos de aquel gobierno, y le reiteró la fraternal benevolencia que le ha acreditado con vivo interés por la seguridad, bienestar y libertad del pueblo paraguayo.
La provincia de Entre Ríos brilla por virtudes y sacrificios heroicos que la recomiendan al distinguido aprecio de la Confederación. Sostiene un valiente virtuoso ejército incorporado al de operaciones, y otro para la defensa de su glorioso territorio. Hospeda dignamente al distinguido gobernador legal de Corrientes, a las recomendables personas de esa administración, a su séquito y emigrados.
Los salvajes unitarios han logrado en el asesinato alevoso del Gobernador Delegado don Cipriano Urquiza, uno de los resultados horribles de sus doctrinas e instigaciones feroces. El mundo civilizado mirará con horror ese sistema de impiedad y barbarie. Los ejecutores del feroz crimen sufrieron la pena legal. La Confederación lamenta la pérdida de la víctima esclarecida; y con profunda indignación execra la atrocidad inaudita.
El régimen legal, la paz interior y un activo comercio, florecían en Corrientes, cuando una horda de rebeldes salvajes unitarios, colecticiamente aumentada, llevó a esa provincia la opresión, que mantiene con sangriento terrorismo. A la perpetración de crímenes sin cuento han unido un sistema de pillaje execrable contra la navegación interior. El gobierno prepara los elementos para asegurar en Corrientes la victoria de la legalidad.
Ved ahí, Honorables Representantes, el estado de las relaciones exteriores y de las provincias de la Confederación. La Divina Providencia ha favorecido el triunfo de la justicia. Bajo su protección, la República, gloriosa y fuerte, ha superado dificultades inmensas y vencido a sus injustos enemigos. Honrosamente procura alcanzar por las armas, con perseverancia y valor, su seguridad, y una paz venturosa honorable, digna del esclarecido nombre argentino.
GOBIERNO
La provincia de Buenos Aires realza sus antecedentes gloriosos.
Sostiene enérgicamente la dignidad de la República. Todas las virtudes que ilustran los anales de un pueblo libre, concurren a la defensa de la independencia y honor nacional.
El culto sagrado se conserva con el esplendor debido a la Majestad Divina. El clero secular y regular desempeña dignamente su sagrado ministerio.
Ha restablecido el gobierno el Convento de Recoletos, anteriormente suprimido y arruinado. Se repara gradualmente. El recomendable guardián de San Francisco y los religiosos destinados a ese asilo de religión y caridad, corresponden por su piedad y celo.
Dedica el gobierno continua atención al sistema anterior, y ha establecido los beneficios de la seguridad y del orden. Es grande y progresivo el aumento de población. Proporcionalmente al incremento de las buenas costumbres disminuyen los delitos. Estas garantías de la prosperidad y engrandecimiento de la provincia, y de su libertad, se han alcanzado después de largos infortunios de anarquía. Los inconvenientes de la guerra no han disminuido la abundancia.
Perjudicial era al Estado y a la sociedad el juego del carnaval. El gobierno lo abolió para siempre.
El uso de un luto pomposo producía ruinosos dispendios y perjudicaba la moral pública. Lo ha reducido el gobierno a una demostración sencilla y virtuosa, sin coacción a la libertad de usar vestidos negros.
Ha establecido las condiciones esenciales para que la educación pública sea nacional, eficaz y útil. En las prescripciones que ha dictado, se guardan los derechos e intereses de la República, y se promueven e inspiran generosos principios de religión, virtud y patriotismo.
Las instituciones de caridad, de beneficencia y educación de ambos sexos, se conservan generosamente auxiliadas por el público.
No olvida el gobierno la importante obra en la Alameda. Gradualmente algo se va disponiendo de conformidad a vuestra soberana sanción.
Se continúa la reparación del empedrado de las calles de la ciudad.
La situación tranquila y próspera de la provincia ha atraído grande emigración. Los estados demostrativos de su movimiento que se publican, prueban la continua progresión.
Los empleados públicos, civiles y militares, en todos los diversos ramos de la administración, cumplidamente llenan sus deberes. Dignos son de vuestro elevado aprecio, de la estimación del gobierno y de sus conciudadanos.
Contemplad ahora, Señores Representantes, la acrisolada virtud y esclarecida gloria del ejército.
GUERRA
El ilustre General D. José de San Martín, héroe glorioso de nuestra independencia, ha merecido un nuevo recuerdo del gobierno.
Sirven con ardiente entusiasmo los rebajados de diversas épocas, los admitidos por enganche y los destinados.
La milicia activa presenta a la República trofeos espléndidos de su lealtad y valor.
La pasiva es recomendable por la virtud con que presta importantes servicios.
Los hacendados auxilian con patrióticas generosas donaciones. El gobierno distinguidamente las aprecia.
El ejército sobre las fronteras, al que están incorporadas las numerosas tribus de fieles indios amigos, soportan con perseverancia y honor, la aspereza del desierto. Ha obtenido gloriosos triunfos sobre los indios enemigos, que acosados por el hambre, se precipitan a robar. El gobierno se dispone al establecimiento de una guardia más en el centro de la frontera.
¡Señores Representantes! Los ejércitos de línea y milicia, y la escuadra de la Confederación, inflamados en ardiente patriotismo, corresponden denodadamente a sus gloriosos deberes. Al frente de Montevideo ha sido humillada la horda de aventureros atroces. La guarnición disminuida y desalentada llega al término de una resistencia inútil.
El desertor Rivera, alcanzado y siempre vencido, arrastró su derrota a la frontera del Brasil. Ceniza y humo es toda su importancia.
En todas partes las lanzas de los libres han derribado a los traidores, en todas ha brillado el valor americano. En los pueblos y en los campos esas armas son el sostén de la propiedad, del orden, de la ley y de la opinión nacional. La subordinación y la virtud forman el único blasón de esos soldados republicanos. El Cielo ha bendecido sus banderas y coronádolas de inmarcesible gloria. Los generales, jefes, oficiales y tropa, son eminentemente dignos de vuestras felicitaciones, de vuestro distinguido reconocimiento y del elevado aprecio de la Confederación. Complacido íntimamente y teniendo a honra comandarlos, os presento con viva recomendación sus glorias ilustres, altas virtudes y denuedo americano.
El Presidente del Estado Oriental, ínclito Brigadier D. Manuel Oribe, ha inmortalizado su renombre, capacidad y esclarecido valor. Brillan gloriosos triunfos y altos hechos, que elevadamente lo recomiendan a la gratitud y aprecio de las dos Repúblicas, a las simpatías de la América y a la justicia de la posteridad hacia los hombres ilustres.
El esclarecido Gobernador de Entre Ríos, General D. Justo José de Urquiza, conduciendo con habilidad y valor a la victoria un heroico ejército, ha adquirido inmensa gloria e ilustrado los fastos militares de la Confederación.
El esclarecido General D. Ángel Pacheco, hábil y denodado en el campo del honor, ilustradamente acredita sus virtudes y su valor de renombre inmortal.
El invicto Brigadier D. Guillermo Brown pertenece a los defensores ilustres de nuestra independencia.
Congratulaos, Honorables Representantes, en tan sublime eterna gloria.
Debo ahora daros cuenta de la hacienda pública.
HACIENDA
El gobierno se complace en manifestaros alto reconocimiento por vuestra ilustrada cooperación para mejorar la hacienda pública. Ha vencido las dificultades de una época extraordinaria.
El crédito público se ha elevado en unión a la gloria nacional. Sabéis que más de la mitad de la deuda se ha extinguido, que progresa rápidamente su amortización.
Los derechos e impuestos no han correspondido al cálculo de recursos.
Acrece la concurrencia de buques mercantes y es progresivo el valor de las importaciones. Estos resultados y el vigor del crédito, demuestran que el comercio no ha cesado de superar prósperamente la influencia de la guerra.
Los productos del país, aumentados, acrecientan la exportación. Los granos de la cosecha anterior han provisto al consumo de la población. El gobierno dispensa la protección posible a la agricultura. En los dilatados campos de la provincia prospera el cultivo y se aumentan los ganados. Asciende la importancia del producto de lanas finas.
El gobierno desea sinceramente la oportunidad para el arreglo y acomodamiento sobre el solemne compromiso en el empréstito de Inglaterra. Es puntualmente cumplida vuestra honorable sanción, que autorizó al gobierno para entregar cada mes al comisionado de la casa de Baring Hermanos y Compañía, cinco mil pesos metálicos, en cuenta de pago.
La contribución directa se ha recaudado con retardo. Las comisiones reguladoras no concluyeron su encargo el día prefijado por la ley. El gobierno adoptará las medidas necesarias para el puntual desempeño.
Hay una disminución en el producto de la contribución directa, derechos de patentes y registro de marcas, por los justos premios acordados a los leales defensores y empleados del Estado.
Eran indispensables la alteración en la tarifa de patentes y la designación de las diversas clases de comercio, industria y profesiones. El gobierno las ha establecido.
Las cuentas de la administración de la Casa de Moneda en los tres últimos años han sido examinadas por la Contaduría. No ofreciendo a ésta reparo, el gobierno en lo que a él toca, las ha aprobado y prescripto su publicación.
Oportunamente será atendida la deuda clasificada. El gobierno no la olvida.
Se paga con puntualidad el interés de los billetes de tesorería.
Los corredores de número, por su contracción y celo en la formación del estado de ros precios corrientes, rinden un servicio recomendable.
La fiel inversión de las rentas está garantida por la contabilidad y su publicación.
El gobierno os presenta las cuentas de la provincia en 1844. Examinadlas y pronunciad.
Honorables Representantes, vuestro soberano fallo. Sabéis que no me considero investido con la suma del poder en la administración del caudal público.
El Registro Oficial que os presento contiene en orden cronológico vuestras honorables sanciones, los decretos gubernativos y los estados de la administración del tesoro público.
Los ingresos, gastos y suma presupuesta, presentan los resultados siguientes:
Las entradas ordinarias y extraordinarias, reducido el metálico a moneda corriente, suman treinta y siete millones, ciento treinta y nueve mil ochocientos seis pesos uno y medio reales (37.139.806 1 ½).
De esta suma se rebaja la existencia en tesorería que pasa a 1845 en metálico, moneda corriente y letras de Aduana, para que resulte lo desembolsado en 1844 con arreglo al presupuesto. Importa, reducido el metálico a moneda corriente, dos millones ciento dos mil novecientos nueve pesos uno y medio reales (2.102.909 1 ½).
Resulta haberse desembolsado en 1844, treinta y cinco millones, treinta y seis mil ochocientos noventa y siete pesos (35.036.897).
Agregase a esta cantidad diecinueve millones setecientos ochenta y un mil trescientos noventa y siete pesos seis y medio reales que importa la deuda particular exigible, para demostrar el total de los gastos ordinarios y extraordinarios con arreglo al presupuesto de 1844 (19.781.397 6 ½).
Son cincuenta y cuatro millones ochocientos dieciocho mil doscientos noventa y cuatro pesos, seis y medio reales (54.818.294 6 ½).
El presupuesto de 1844, incluso el de la Honorable Junta de Representantes, suma sesenta y tres millones setecientos noventa y ocho mil novecientos tres pesos, siete reales, incluso la deuda particular exigible (63.798.903 7).
Queda demostrado haberse desembolsado en 1844, inclusa la deuda, ocho millones novecientos ochenta mil seiscientos nueve pesos medio real menos de la suma que votasteis (8.980.609 ½).
En los pagos que no han tenido lugar, por no haber entrado la suma del déficit ni parte de ella en tesorería, en el cálculo sobre la duración de la guerra, en la confianza del crédito, en la subordinación y en el acendrado patriotismo, encontrará V. H. el motivo de esta diferencia.
El sistema de hacienda por la simplicidad de sus resortes, claridad, exactitud de sus cálculos y cuenta pública presenta sólidas garantías.
La ley del presupuesto, tan firmemente establecida, prescribe al gobierno un grato deber. Os presenta el de 1845. Examinadlo y deliberad.
Presupuesto general de sueldos y gastos para el año de 1845, incluso los extraordinarios y reducido el metálico a moneda corriente
Honorable Junta de Representantes, cuarenta y siete mil setecientos veintiséis pesos (47.726).
Gobierno, dos millones quinientos sesenta y siete mil novecientos noventa pesos cuatro reales (2.567.990 4).
Relaciones Exteriores, un millón cuatrocientos noventa y seis mil veinticuatro pesos (1.496.024).
Guerra, veintiocho millones doscientos treinta y cuatro mil ciento sesenta y siete pesos, seis reales (28.234.167 6).
Hacienda, inclusa la deuda particular exigible, veintisiete millones cuatrocientos treinta mil quinientos catorce pesos dos y medio real (27.430.514 2 ½).
Importa: cincuenta y nueve millones setecientos setenta y seis mil cuatrocientos veintidós pesos, cuatro y medio reales (59.776.422 4 ½).
Cálculo de recursos para 1845
Existencia en tesorería en letras y moneda corriente, reducido a ésta el metálico, dos millones ciento dos mil novecientos nueve pesos uno y medio reales (2.102.909 1 ½).
Colecturía
Por derechos de entrada y salida marítima y terrestre, de puerto, correos, pregonería, grados, alquileres, arrendamientos, intereses, corrales, saladeros y policía, treinta y tres millones novecientos veintiséis mil setenta y cuatro pesos dos y tres cuartos reales 33.926.074 2 ¾).
Contribución directa, un millón quinientos mil pesos (1.500.000).
Papel sellado, patentes y boletos de registro de marcas, un millón ochocientos mil pesos (1.800.000).
Tesorería
Entradas extraordinarias, quinientos mil pesos (500.000).
Venta de cueros, cuatrocientos mil pesos (400.000).
Ídem de fondos públicos existentes, ocho mil setecientos dos pesos dos y tres cuartos reales (8.702 2 ¾).
Total de recursos, cuarenta millones doscientos treinta y siete mil seiscientos ochenta y cinco pesos siete reales (40.237.685 7).
Déficit: diez y nueve millones quinientos treinta y ocho mil setecientos treinta y seis pesos, cinco y medio reales (19.538.736 5 ½).
Total de recursos incluso el déficit: cincuenta y nueve millones, setecientos setenta y seis mil cuatrocientos veintidós pesos cuatro y medio reales (59.776.422 4 ½).
HONORABLES REPRESENTANTES:
Os he dado cuenta fiel de la administración. El Cielo, iluminándoos, ha favorecido benignamente la justa causa de la República. El gobierno os presenta su acendrado reconocimiento. Tenéis la fuerza de la ley, la virtud y sabiduría que deben consolidar y hacer útiles las espléndidas victorias de la Confederación. La gratitud pública os acuerda con vivas simpatías la más cordial decisión, y en vosotros se fijan todas las esperanzas.
¡Legisladores! Motivos profundos instan la reconsideración de vuestras honorables resoluciones, que me prescriben continuar en el mando. Si las circunstancias de la República exigen un poder con suficiente fuerza, armonía y rapidez, la inamovilidad de la persona en el mando supremo no es un principio. Mientras la elección más reflexiva asegura los derechos públicos, hay patriotas esclarecidos que merecen vuestra confianza y que inspiran la seguridad de un fiel desempeño. Mirad, Señores Representantes, que teniendo los ciudadanos iguales deberes, he prestado ya con
servicios posibles. Para obedeceros he desatendido mi salud y oprimido los afectos y quebrantos de mi corazón. Mas el sacrificio de mis convicciones es superior a mis fuerzas. Dignaos admitir la dimisión del mando supremo que decididamente os reitero con perfecta confianza en un éxito necesario.
A vuestro derredor reflejan todas las glorias de la patria. Rindo mi gratitud humilde a Dios Nuestro Señor. Su Divina Providencia que hace triunfar la razón y prosperar las naciones, continúe perdurable en premio a vuestras virtudes y a los heroicos sacrificios de los argentinos por su independencia, el honor y la libertad sin mancha de la Confederación.
JUAN MANUEL DE ROSAS
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