Mensaje del Presidente de la República Argentina, José Figueroa Alcorta, ante la Asamblea Legislativa (1908)

MENSAJE

DEL

PRESIDENTE DE LA REPUBLICA ARGENTINA

José Figueroa Alcorta

AL ABRIR LAS SESIONES DEL CONGRESO NACIONAL

EN DE MAYO DE 1908

En la Ciudad de Buenos Aires, Capital Federal de la República Argentina

SEÑORES SENADORES, SEÑORES DIPUTADOS:

Vengo una vez más a cumplir el deber constitucional de inaugurar vuestras sesiones ordinarias, y daros cuenta del estado general de la Nación.

Difícilmente se habrá presentado a un Presidente argentino un conjunto de circunstancias que, como las actuales, reclame con mayor imperio el ejercicio de sus derechos a esta elevada tribuna.

Llego a ella con la serena persuasión de que no alcanzan hasta aquí los ecos disonantes de las contiendas partidistas, ni pueden irradiar desde esta altura sino los conceptos genuinos de la verdad como principio y como régimen, del deber como norma inquebrantable de actuación, del patriotismo como inspiración y como sentimiento.

En la evolución de los sucesos constitutivos de la actualidad política, habrá errores, imprevisiones o deficiencias; las pasiones habrán impreso en algunos casos su sello característico, y en el roce de intereses y de opiniones no siempre se habrá mantenido el punto de mira al nivel de los altos ideales y de las grandes causas; pero puedo afirmar, por lo que a mí respecta, que en caso alguno mis procederes de mandatario han sido determinados por un designio opuesto a lo que entiendo por los deberes y facultades que me conciernen, mientras cumple a mi lealtad reconocer situación equivalente a los que han ejercido el legítimo derecho de disentir con mis ideas o con mis actos de gobernante.

Si hay, pues, en la situación política del país causas y efectos que constituyen un estado de cosas que es urgente modificar en el sentido de una normalidad firme y duradera, es también evidente que nada fundamental impide la remoción de tales obstáculos opuestos al desenvolvimiento moral y material de la Nación, por la lucha de predominios transitorios sobre intereses subalternos, con mengua de los intereses permanentes del Estado.

Es entonces de elemental cordura y de previsión patriótica, apartar de los roces y enconos partidistas todo aquello que en ningún país de instituciones regulares está al alcance de la política militante.

Lo que es sustantivo, orgánico, institucional, y que afectado por la lucha de los partidos puede afectar a su vez el fundamento mismo de las instituciones, debe permanecer a cubierto de tales riesgos y al amparo de las más eficaces garantías.

No se daría así el caso de la situación presente, caracterizada por la anormalidad que implica en el régimen ordinario de la administración pública la carencia de la ley de gastos.

El Poder Ejecutivo no entiende, en efecto, que el decreto del 25 de Enero, de que os debo cuenta por disposición del mismo, haya determinado explícita o implícitamente el ejercicio de la función legislativa que la Constitución atribuye al Congreso, de sancionar la ley de presupuesto. El Gobierno que presido tiene el concepto intergiversable de sus atributos legales, y en consecuencia, no incurrirá en caso alguno ni en la limitación negligente de su ejercicio, ni en la extensión invasora de los mismos sobre las atribuciones y facultades de los otros poderes.

Cuando se ha resuelto, pues, por el decreto aludido, la vigencia de la ley de presupuesto hasta entonces no substituida, el Poder Ejecutivo ha estado bien lejos del propósito atentatorio y subversivo de abrogarse expresas facultades del Congreso, de exteriorizar un desconocimiento arbitrario de dichas facultades primordiales, o siquiera de sostener que se pueda prescindir de la sanción legal de los gastos y recursos en el desenvolvimiento regular de la administración y del Gobierno.

La disposición precitada de ese decreto, importa sólo una medida de carácter administrativo, determinada por la necesidad de fijar un régimen adecuado y de ordenación conveniente a los gastos públicos, pero en manera alguna la pretensión de invadir la esfera de acción legal del poder legislativo, que hubiera importado en tal caso una medida atentatoria de la Constitución. Y hago extensivas las consideraciones precedentes a las consecuencias ineludibles y procedimientos ulteriores del mismo decreto, que afirmo han sido determinados por circunstancias graves y móviles elevados y dignos, absolutamente ajenos al designio inconcebible de incurrir en una violación de fueros parlamentarios, que no habría tenido justificación razonable.

La atribución constitucional que pone a cargo del jefe de la Nación la administración general del país, le establece el deber correlativo de velar por el funcionamiento regular de ese organismo que comprende la vida misma de la Nación, y que ninguno de los poderes instituidos tiene potestad legítima para detener en su régimen funcional.

De estos principios elementales, aplicados al caso y a las circunstancias determinantes del decreto de referencia, ha deducido el Poder Ejecutivo, no el derecho y la facultad discrecional de proceder en los términos establecidos, sino su imperiosa obligación ineludible, que ha cumplido serenamente, sin móviles apasionados, con la conciencia de su deber y sus responsabilidades, y por el medio consagrado en la legislación positiva de la generalidad de los países regidos por instituciones democráticas, de prorrogar los efectos de la ley de gastos y recursos, cuando el poder legislativo ha omitido el ejercicio de la facultad constitucional que al respecto le está atribuida.

Pero el régimen transitorio y eventual de la ley prorrogada en sus efectos durante el receso legislativo, no debe subsistir cuando el Congreso reabre el período de sus sesiones ordinarias, y se halla en consecuencia en situación legal de subsanar la omisión anotada. Afirmo, pues, nuevamente, la imperiosa necesidad de regularizar el régimen de la administración con la base legal de la sanción del presupuesto para el año corriente, y confío en que será esa tarea la que inicie vuestra labor eficiente y patriótica, reclamada por tantos y tan fundamentales intereses.

Por lo demás, no cerraré el somero capítulo de este tema sin cumplir con un deber que me imponen no sólo mis propios sentimientos y convicciones, sino también mi posición ante el país y ante vosotros: el de afirmar mi respeto profundo por la Constitución, y en consecuencia, por las atribuciones y facultades que ella os consagra.

Habría considerado redundante esta declaración relativa al más elemental de los deberes del ciudadano y del gobernante, si apasionamientos políticos que debo considerar transitorios, y a través de los cuales se me juzgó con injusticia en una hora de conmoción intensa, no hubieran atribuido a mi actitud en el caso recordado el desconocimiento de preceptos fundamentales a que no faltaría por consideración alguna, pues pienso que en la Constitución está el principio vital del Gobierno y del Estado, y que fuera de ella no hay sino el caos, la disolución política, que ningún ciudadano argentino ha de ser tan insensato para promover o consentir.

INTERIOR

Las relaciones oficiales de la Nación con las provincias y de éstas entre sí, han continuado en la más franca armonía y solidaridad.

Esto no obstante, la Nación ha debido acudir, solicitada al efecto, o por propia iniciativa, sugerida por circunstancias urgentes, a imponer el orden, transitoriamente interrumpido, o a asegurar el imperio de las instituciones, en dos provincias conturbadas por movimientos revolucionarios que necesitaron ser eficazmente reprimidos, para normalizar su vida política, económica y social.

Con motivo, en efecto, del motín revolucionario ocurrido en la provincia de San Luis, algunas horas antes de que se hiciera el cambio de gobierno, V. H. dictó la ley de intervención federal a aquella provincia, a la que se dio inmediatamente estricto cumplimiento.

Estudiada la situación política de dicha provincia y proveída su organización administrativa, el señor Interventor Dr. Iriondo puso en posesión del gobierno legal al señor Gobernador electo Dr. Adaro, y dio luego por terminada su misión, habiendo presentado el informe de ella y sido aprobados todos sus procedimientos por decreto de 31 de Marzo último.

El Gobierno de San Luis se desenvuelve hoy dentro del orden constitucional de aquella provincia, cuya riqueza y progreso adquieren rápidamente incremento notorio.

Al discutirse el proyecto de intervención a aquel Estado, el Poder Ejecutivo sostuvo la tesis según la cual debían conferírsele las facultades amplias de los artículos 5° y 6° de la Constitución, a fin de avocarse el conocimiento pleno del caso y proceder según correspondiera, -tesis que fue rebatida por la consideración del peligro que puede haber en acordar tales facultades políticas para que se ejerciten discrecionalmente por el Poder Ejecutivo.

Ahora bien: cumple a mi derecho dejar establecido que en aquella intervención practicada por los poderes plenos de la Constitución, el agente federal se limitó a estudiar el caso, a examinar imparcialmente los hechos producidos y la situación creada por ellos, y encontrando en forma los antecedentes constitutivos de las autoridades depuestas, las restableció al ejercicio de sus funciones legales, normalizando así la situación gubernamental y política de la provincia.

En el receso de vuestras sesiones, el Poder Ejecutivo ha intervenido también, urgido por circunstancias premiosas, en la, provincia de Corrientes.

El proceso político de esta provincia, largo y accidentado, ha interesado a los partidos y a los ciudadanos de todos los matices politices en que está dividida la opinión nacional.

Ese proceso es conocido por V. H. desde su iniciación, y traído a vuestras deliberaciones, el Poder Ejecutivo fue llamado a ellas y acudió a exteriorizar su pensamiento político, no sin prever que podrían producirse en un futuro próximo las complicaciones que más tarde han ocurrido.

Penetrado el Poder Ejecutivo de la grave situación de Corrientes; oídos los reclamos y solicitudes de todos los bandos políticos de aquella provincia, sin exclusión alguna; previsto el daño incalculable que una lucha tan vehemente debía traer a la paz de sus habitantes, a su comercio, a sus industrias, a su riqueza general, a sus finanzas, al crédito propio y al de la Nación; justificando el propósito de evitar que el excesivo ardimiento de las luchas salvara las fronteras de la provincia, y en el anhelo, por otra parte, de encauzar por las vías de la Constitución y de la ley la noble y ejemplar actividad ciudadana de Corrientes, el Poder Ejecutivo solicitó de V. H. el envío de una intervención federal a su territorio y el H. Congreso creyó no, deber acceder a su solicitud, en la esperanza sin duda, de que la contienda empeñada se mantendría en sus justos límites.

No ocurrió así, sin embargo, pues bien pronto la controversia correntina colmó sus excesos, y los bandos políticos en acción se aprestaron a la lucha armada.

Para agotar, antes, todos los recursos de la prudencia, y respetando las altas consideraciones que indujeron a V. H. a denegar anteriormente la intervención federal, el Poder Ejecutivo creyó de su deber enviar y envió, por decreto de fecha 3 de Octubre de 1907, en calidad de comisionado confidencial a los efectos de apaciguar la controversia empeñada, al señor Senador Nacional por Jujuy, doctor Domingo T. Pérez,

El señor Senador doctor Pérez marchó a cumplir su patriótico cometido, y su acción fue ineficaz para dirimir por un acuerdo levantado, las cuestiones que dividían a los partidos políticos correntinos, logrando apenas, con su mediación y la de las tropas nacionales, evitar encuentros sangrientos, que nunca hubiéramos deplorado bastante.

En atención a estas circunstancias, con fecha 10 de Octubre de 1907 decretóse por el Poder Ejecutivo, en uso de atribuciones que le son propias en el receso de vuestras sesiones, la intervención a la provincia de Corrientes, de acuerdo con los artículos 5º y 6º de la Constitución Nacional, y al solo objeto de organizar su Poder Legislativo.

El 14 de Octubre fue nombrado interventor nacional el doctor Carlos Dimet, y producida pocos días después inopinadamente su renuncia, fue nombrado en su reemplazo el señor Senador nacional por Santa Fe doctor Eugenio Puccio, a quien se trasmitieron para el desempeño de su cometido, las instrucciones de su antecesor.

Estudiada detenidamente la situación política de la provincia, el señor Interventor estimó necesario asumir el mando de ella, a los efectos, primero de garantir la inscripción electoral de todos los ciudadanos habilitados por la ley, y de presidir después las elecciones, sin omitir las funciones administrativas propias del cargo asumido.

A este último efecto, garantida la paz y la libertad, por el ejercicio franco de todos los derechos, se ordenó la percepción e inversión de las rentas del Estado, se regularizaron todos los servicios públicos, se organizaron sus escuelas fiscales dándoles nuevas orientaciones e instituyendo un curso normal anexo a la mejor de ellas, y en fin se realizaron todas las mejoras y adelantos posibles dentro de los recursos y de los plazos de actuación de la intervención federal.

Mientras tanto, practicóse el empadronamiento electoral con la más estricta corrección, y conc1uído éste y demás requisitos legales del caso, convocóse al pueblo para el día 5 de Abril próximo pasado a elecciones de los miembros que compondrían su Legislatura.

A esos comicios han concurrido todos los partidos políticos, y una prueba bien elocuente de la libertad y el orden que han reinado en aquel ambiente de imparcialidad y justicia, es que, de los 48.000 inscriptos en el censo electoral de la provincia ,han votado cerca de 32.000 ciudadanos, sin un desorden, ni siquiera una contravención policial.

El escrutinio de estas elecciones ha dado a cada partido su justa representación en la Legislatura, con arreglo a la ley provincial de elecciones; la oposición constituida por dos agrupaciones coaligadas, ha obtenido dos terceras partes de la totalidad de cada Cámara, e instalado el Poder Legislativo, dicha oposición ha entablado juicio político al gobernador de la provincia suspendiéndolo en; el ejercicio de sus funciones, y creando en consecuencia las circunstancias en virtud de las cuales el mando gubernativo que ejercía la Intervención ha debido transmitirse al Presidente de la Legislatura Provincial.

El juicio político continúa dentro de los resortes locales con prescindencia absoluta de la Intervención, que al verificar la transmisión del mando ha dado por terminadas sus funciones. Mientras tanto, y sean cuales fueren los resultados finales de esta nueva incidencia de aquel largo proceso político, cumple a mi deber dejar bien explícitamente establecido: que la Intervención federal en Corrientes ha sido determinada por levantados propósitos, extraños a todo sentimiento e interés personal o partidista; que su desempeño por el distinguido ciudadano que ha tenido a su cargo tan delicada misión, corresponde estrictamente a los patrióticos fines que la inspiraron; y que, en consecuencia, la provincia de Corrientes encamina ya su actuación política en el pleno goce y ejercicio de sus instituciones.

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Los recientes sucesos de Santiago del Estero han puesto una nota por todos los conceptos deplorable en la actualidad política del país, atentando contra la estabilidad del gobierno de aquella provincia, conmoviendo intensamente el orden público en la misma, y haciendo víctimas de la revuelta y la asonada sangrienta, a ciudadanos tan distinguidos como el diputado nacional electo doctor Mariano Santillán.

La condenación enérgica que el atentado ha merecido en la opinión pública del país, demuestra que a estos procedimientos de subversión y de violencia fraticida hay que oponer todos los medios que nuestras instituciones consagran al servicio del orden y la estabilidad social y política; y con ese concepto del caso producido y de los antecedentes que le son aplicables, el Gobierno de la Nación ha contribuido a impedir mayor efusión de sangre y a restablecer la normalidad alterada.

Nada hay que autorice ni justifique esa actuación desquiciadora de todo régimen político regular, que en el caso aludido ha podido ser dominada en horas por la eficacia de los medios ejercitados, pero que deja en la escena el sedimento conocido corrosivo de la violencia todo régimen político regular, que en el caso aludido ha podido ser sangrienta. Apresurémonos a extirpar definitivamente de nuestras prácticas políticas este resabio cruel, anacrónico con el progreso y la cultura de la hora presente, y sólo entonces habremos afianzado sobre bases firmes el crédito y la prosperidad nacional.

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Llamado el pueblo de la República al ejercicio de sus derechos electorales en ocasión de la renovación bienal de la Honorable Cámara de Diputados, ha concurrido sólo en parte, esto es, lejos de la proporción a que tenemos derecho de aspirar los que, malogrado las resistencias activas y pasivas, insistimos en que tarde o temprano el triunfo .es de las instituciones, en su esencia y en su régimen.

Con escasas excepciones, en que se han controvertido las decisiones del comicio, en la generalidad de los distritos electorales han concurrido, sin contendores, sólo los partidarios de la lista o de los candidatos elegidos.

Ese síntoma no siempre denuncia falta de libertad y de garantías, pues en muchos casos revela indiferencia y desgano por el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de los deberes cívicos.

Así, nadie podrá sostener con verdad que en la Capital de la República el sufragio carece de garantías y de plenas seguridades para libre desempeño; y, sin embargo, es notoria en este distrito la abstención de los ciudadanos en el ejercicio de sus derechos de tales, en comicios tan importantes como el de renovación de la Honorable Cámara de Diputados y el de reorganización electiva del Concejo Deliberante Municipal.

La abstención de significado más sugerente es la relativa al comicio comunal, porque en él solo actúa el voto calificado, lo que importa decir que abandonan sus derechos más aptos; porque ha sido necesaria doble convocatoria para obtener los sufragios en la proporción establecida por la ley; y, en fin, porque la composición del padrón comprueba que los ciudadanos más caracterizados de la capital, los que mayor suma de intereses representan, y que más decisión debieran tener lógicamente por intervenir en la constitución del gobierno local, no se han inscripto, vale decir, no pueden ser electores ni elegidos.

La anormalidad misma del hecho induce a encontrar su explicación en la circunstancia de haber estado por tanto tiempo suspendido el régimen comunal electivo, y relajados en consecuencia sus resortes principales; y sí, como es de esperarse, fuera ésta la causa determinante del caso expresado, debemos confiar en la favorable modificación ulterior del mismo.

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La cuestión obrera, verdadero problema social contemporáneo, continúa preocupando a los estadistas modernos y espera vuestra dedicación y deliberaciones para ser encarado resueltamente entre nosotros, y regido por leyes de fondo y de forma que determinen su solución.

Problema trascendental, vario y complejo: que comienza en el hogar y la familia y trasciende de la fábrica y el taller, del proletario a la colectividad, debe merecer todas las preferencias legislativas.

Ya se le considere bajo el punto de vista meramente humano o de una ética social levantada, esa cuestión debe ser resuelta según las mejores conquistas de la ciencia y experimentación contemporáneas, en el sentido de obtener la seguridad del pan cotidiano a la vez que la elevación moral de los obreros, bajo las garantías tutelares de una legislación apropiada y de un patronato modelo del Estado, como lo proyectan recientemente los americanos del Norte.

Reclaman al efecto una legislación especial los derechos y agravios del trabajo y los del capital; los accidentes del trabajo, controlados por una severa inspección del Estado; la responsabilidad de los patrones; la aplicación de los horarios de trabajo ; el procedimiento para intervenir en los conflictos industriales, en beneficio de los patrones, de sus operarios y del público consumidor, y en general, en todos los rozamientos o conflictos del capital y del trabajo, previa una investigación de las condiciones de los obreros, sean ellos hombres, mujeres o niños, y cuanto más débiles o expuestos a peligros, tanto más indicada una ley humanitaria, defensora de toda debilidad accidental o fisiológica.

El Departamento Nacional del Trabajo, instalado por decreto de 14 de Marzo de 1907, funciona con regularidad, recogiendo por ahora datos y estadísticas relativas al trabajo y sus condiciones, en los diversos ramos de la industria, y que publica en su boletín trimestral.

En Mayo del año anterior el Poder Ejecutivo propuso a V. H. la ley orgánica de este Departamento, y sería de desear que ella fuera dictada a la mayor brevedad, para que los funcionarios y agentes de esta repartición tengan atribuciones definidas y puedan eliminarse las dificultades opuestas a sus investigaciones.

Esta institución ha colaborado en la solución de varios conflictos del trabajo, especialmente en la huelga de ferrocarriles en Marzo de 1907.

Por la primera vez entre nosotros, el Ministerio del Interior consiguió entonces hacer aceptar el arbitraje, para resolver la cuestión pendiente entre las empresas ferroviarias y sus maquinistas y fogoneros, con lo que la calma y el tráfico se restablecieron.

Con este motivo el Poder Ejecutivo creyó conveniente pedir a V. H. la adopción de una ley semejante a la que rige en los Estados Unidos para prevenir y resolver las contiendas colectivas que perturban el servicio de transportes, y el proyecto respectivo se encuentra a vuestra consideración.

Ha intervenido también el Departamento del Trabajo en la redacción del proyecto sobre trabajo de las mujeres y de los niños que, con algunas modificaciones es ley de la Nación y está en vigencia, previamente reglamentada para facilitar su ejecución, en la capital de la República.

Esta ley como la del descanso dominical, que ha sido reproducida ya en varias de nuestras provincias, debe aplicarse como un ensayo de legislación en materias hasta ahora inexploradas en nuestro país y cuya consideración se impone, sin embargo, para prevenir y curar males que se extienden a la par que crecen las complicaciones de la vida industrial.

Es, por lo demás, urgente una ley que asegure a las víctimas de los accidentes del trabajo una reparación equitativa: por el Ministerio del Interior se os enviará, a la brevedad posible, el proyecto respectivo.

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Es preocupación preferente del gobierno la organización y tomento de los territorios nacionales.

Su rápido progreso explica fácilmente el anacronismo actual de su ley de creación de 16 de Octubre de 1884, y los decretos y resoluciones reglamentarias posteriores, sobre justicia letrada, concejos municipales y de fomento.

Como dice acertadamente uno de sus gobernadores, carecen de la libertad, de la amplitud y de la flexibilidad necesarias para ir impulsando y favoreciendo la importancia que rápidamente adquieren esas colectividades.

Los gobernadores de territorio tienen precarias facultades y exiguos sueldos, sin relación con la importancia siquiera económica de su territorio. Les faltan medios para impulsar cualquier progreso local y las fuerzas productoras de sus pobladores, y en tal virtud, el Poder Ejecutivo proyecta actualmente, una vez más, para someterlas a V. H., leyes de fondo y de forma que consulten las presentes necesidades de los territorios, las de sus industrias y comercio nacientes, sus fuentes de riqueza, la condición de sus habitantes, y que mejor centralicen en los gobernadores sus facultades administrativas, y eviten los constantes conflictos que se suceden entre los funcionarios de las gobernaciones, pues éstas necesitan ir ensayando su vida autónoma del futuro, así como las prácticas del gobierno propio, arraigando elementos de valer y creando núcleos comunales, bases de iniciación de los grandes centros.

Se hace lo posible por seleccionar y vigilar la inmigración que viene a poblar los territorios y facilitar su asimilación por la obediencia a las leyes del país, el estudio del idioma nacional y la concurrencia de los niños a las escuelas fiscales, sin olvidar al elemento indígena que en gran parte vive aún disperso y sin ayuda oficial, y que no sólo es digno de sus piadosas consideraciones, sino que tiene derecho a ellas flor disposición expresa de la Constitución.

Varios territorios se aproximan ya a las condiciones previstas por su ley fundamental, pero les faltan aún elementos con qué ensayar su vida autónoma de provincia.

En el presente período legislativo procuraré presentar a V. H. un proyecto de ley de organización política del territorio de la Pampa, vaciado en el molde de análoga legislación norteamericana, que permita a sus pobladores ensayar una vida nueva y los prepare para el ejercicio ulterior del gobierno propio.

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La policía de esta Capital ha continuado su acción enérgica y eficiente, si bien moderada y ecuánime, en pro del orden y tranquilidad sociales, utilizando de una manera adecuada a esos fines, los elementos de que dispone para la acción preventiva y represiva del delito.

Sin actos de fuerza ni de violencia, ha podido dominar los movimientos huelguistas con su secuela de excesos criminales y de turbulencias callejeras.

Las cifras que la estadística policial arroja sobre el movimiento criminal, acusan en su totalidad un aumento de 947 delitos genéricos, en 1907 comparado con 1906, pero observando el cuadro de la proporción de delitos por cada 100.000 habitantes, se tiene una disminución del 3.12%.

En las contravenciones también se nota un aumento relativo pero sin importancia, y en general, los datos que ofrece la criminalidad de la Capital en 1907 son relativamente satisfactorios, pues señalan en conjunto un descenso apreciable si se tiene en cuenta el aumento de población que asciende a casi 50.000 habitantes.

Se hacen necesarias, no obstante, múltiples y crecientes medidas preventivas, y mayor energía en la represión, que han de traducirse en segura eficacia de los procedimientos y disposiciones policiales.

Al efecto se harán necesarias ciertas innovaciones y reformas, explicables por el incremento de población, por el mayor antagonismo de los intereses de la vida, y por deficiencias felizmente corregibles, en la moralidad y educación de la gran masa cosmopolita de esta Capital.

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En el orden sanitario, el estado del país es satisfactorio.

Los casos de enfermedades infecciosas, que se han mostrado aislados en algunos puntos, no han tenido ulterioridades.

El año trascurrido ha sido a este respecto completamente tranquilizador en todo el país, y especialmente en la Capital de la República, un tanto flagelada en los anteriores.

El paludismo, aunque no con mayor virulencia, ha continuado ejerciendo su acción perturbadora en la región norte de la República, tanto en el sentido social, como económico. La ley dictada por V. H. para combatirlo, será llevada a la práctica con toda energía, y sólo espera los recursos que el H. Congreso consagre a dicho efecto.

La Sanidad marítima y fluvial experimentará modificaciones que aumentarán su eficacia a base de la construcción de la estación sanitaria de Corrientes y de nuevos servicios que se crean dentro de sus recursos ordinarios.

Las leyes sobre el ejercicio de la medicina y para combatir la lepra, que esperan vuestra sanción, llenarán un verdadero vacío, llevadas a la práctica.

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El aumento en el movimiento general de los servicios postal y telegráfico de la Nación, ha asumido en el año último las mismas importantes proporciones observadas en el año precedente, elevándose sus ingresos a $ 9.808.712.88, que representa $ 722.119.47 más que en 1906, sin haberse producido en la tarifa modificación alguna.

Los gastos no han sido sin embargo cubiertos por las entradas, pero el déficit resulta relativamente insignificante en un país de tan vasto territorio y escasa densidad de población, como es éste. Nuestra aspiración no debe ser, al menos por ahora, la de hacer del correo una fuente de rentas positivas para el erario; y antes bien, debemos continuar ampliando y perfeccionando sus servicios, más en consideración al interés que reporta como eficaz auxiliar del desarrollo de nuestro progreso, que al interés meramente productivo o fiscal.

En 1907 se han construido 298 kilómetros de nuevas líneas de telégrafos de la Nación, y continuado la reparación de la red en la extensión consentida por los fondos votados, y se han abierto 157 nuevas oficinas, entre postales y telegráficas, elevándose el total de las que funcionan actualmente a 2138.

En el año corriente se iniciará la construcción del edificio para la Casa Central, y se ha dado ya comienzo a las obras del de Córdoba, siendo indispensable la construcción también de casas adecuadas en el Rosario, Tucumán y otras partes, por reclamarlo imperiosamente las exigencias del buen servicio.

Anotaré dos progresos importantes en orden a las comunicaciones aéreas, realizadas en el año: el que representa la inauguración del servicio telefónico a domicilio entre esta Capital y el Rosario, establecido por la Compañía Unión Telefónica, previa concesión y pase de toda su red a depender de la ley nacional respectiva; y el que significa la instalación y funcionamiento de la telegrafía sin hilos para las comunicaciones marítimas, que dos empresas particulares han realizado a la vez.

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Reitero con la más decidida insistencia la afirmación de que es urgente e indispensable que el H. Congreso resuelva la forma definitiva de celebración del Centenario de la Independencia Nacional, pues no se concibe que hayan obstáculos capaces de impedir, o siquiera de retardar iniciativas que -el patriotismo reclama a tan justos títulos.

Mientras la Comisión nombrada por el Poder Ejecutivo continúa su actuación en el límite circunscripto de su cometido y de los medios a su alcance, recomiendo una vez más a la elevada consideración de V. H. el proyecto de ley correspondiente que espera la sanción legislativa.

En el presente período de vuestras sesiones puede todavía resolverse a tiempo tan importante asunto; más tarde sería sin duda ineficaz, y el glorioso centenario no se celebraría como lo merece su significación histórica y lo exige el sentimiento nacional argentino.

RELACIONES EXTERIORES Y CULTO

Cultivamos relaciones cordiales con todos los Estados, y recibimos de ellos constantes testimonios de buena voluntad y deferencia.

Los Países Bajos han elevado al primer rango su representación diplomática en nuestro país, y algunos gobiernos de Europa y América han trasladado sus antiguos y meritorios representantes, substituyéndolos por personas distinguidas, que contribuyen eficazmente a robustecer la cordialidad internacional.

Con motivo del viaje de instrucción de la fragata “Presidente Sarmiento”, los soberanos de Alemania, de España y de Portugal, y los Presidentes de Estados Unidos y de Francia, hicieron a nuestros marinos demostraciones que hemos agradecido o retribuido, conceptuándolas como testimonio de simpatía y de respeto a la República. Los gobiernos americanos, por medio de sus diplomáticos reunidos en la ciudad de Washington, resolvieron anticiparse a la fecha reglamentaria para designar la capital en que ha de celebrarse la cuarta Conferencia Pan-Americana. La ciudad de Buenos Aires fue votada por la totalidad de los representantes con excepción de uno solo, que formuló reparos que fueron retirados más tarde. Con motivo de este incidente, el Gobierno de los Estados Unidos, como los representantes de los otros Estados americanos, hicieron acta de adhesión a la República Argentina, procurando que la delegación unánime concurriera a la designación de la ciudad de Buenos Aires. Con estos antecedentes, el Gobierno autorizó a nuestro Ministro en Estados Unidos a agradecer los actos mencionados, y en consecuencia éste ofreció un banquete al Secretario de Estado Mr. Root, a los representantes de las repúblicas americanas y a otras personalidades del mundo político.

El Gobierno de los Estados Unidos ha nombrado, con motivo de la Conferencia referida, una comisión de nueve personas, entre las que figuran miembros del Congreso y de la política, para que unidas a otra comisión de nueve personalidades argentinas, tomen a su cargo los actos preparatorios para la más eficaz celebración de la asamblea, que se inaugurará en Buenos Aires el 25 de Mayo de 1910. Con este objeto, he designado ya la comisión argentina, en la cual está representado el H. Congreso de la Nación por distinguidos miembros de ambas Cámaras.

Está convenido en principio con los Estados Unidos un tratado regularizando la situación de los ciudadanos de uno y otro país que tomen carta de ciudadanía, y los efectos civiles y políticos de este acto. Oportunamente será sometido a vuestra consideración el texto original.

He dedicado una atención preferente a las relaciones con los países americanos, y especialmente con los que están más vinculados a la República Argentina por razones de vecindad, de tradiciones y de comercio. Me complazco en manifestar a V. H. que estas relaciones han sido estrechadas durante el año transcurrido, habiendo encontrado en los gobiernos de dichos Estados las mayores facilidades para robustecer nuestras vinculaciones políticas.

Estamos cumpliendo con la República de Bolivia el protocolo que V. H. sancionó el año pasado para facilitar y estimular la conexión de los centros comerciales de ambos países por medio del ferrocarril. Un ingeniero argentino, unido a una comisión de ingenieros de Bolivia, estudia en estos momentos la traza más económica y rápida para llevar el ferrocarril de Tupiza a Potosí, es decir, para hacer de esta última ciudad un centro de irradiación para el comercio argentino hacia el Norte, el Oriente y el Sur de Bolivia, y de exportación de productos bolivianos.

Nuevas ideas están en estudio a fin de facilitar las comunicaciones en un tiempo más rápido; y espero que podré informar a V. H. del resultado de las investigaciones que se practican, durante el presente período de sesiones.

Por lo demás, es urgente que V. H. considere el proyecto de ley en que se asignan los fondos para cumplir los protocolos relativos a la prolongación del ferrocarril del Norte, desde las fronteras de Bolivia hasta la ciudad de Tupiza, gastos que serán hechos paulatinamente.

Habiendo llegado nuestro ferrocarril del Norte a la frontera, conviene poner en práctica una convención proyectada sobre encomiendas postales, pues el comercio boliviano prefiere ya, de un modo señalado, la vía Rosario-Quiaca para sus relaciones con el exterior.

Los gobiernos argentino y brasileño cambian constantes manifestaciones de cordialidad. El Ministro argentino acreditado en 1907 ha sido acogido con toda deferencia por el Gobierno y por las más altas personalidades del Brasil; ha entrado de lleno en su cometido, y están planteadas las negociaciones que se refieren a diferentes intereses comunes de los dos países; pronto será firmado un protocolo que completa la demarcación de límites en el Río Uruguay, por la entrega recíproca de las islas, que, según las actas de dicha demarcación, pertenecen a uno y a otro país.

Están también en estudios arreglos comerciales, para los cuales el gobierno del Brasil ha manifestado a nuestro Plenipotenciario su buena voluntad. Las convenciones de esta naturaleza son siempre complicadas por razón de los intereses gremiales que afectan y por el deber que tienen los gobiernos de consultarlos. Sin embargo, el Gobierno .argentino, como el gobierno del Brasil, están de acuerdo en reconocer -que cada país debe hacer algunos sacrificios con el objeto de estimular el desarrollo de sus relaciones comerciales y políticas.

El Poder Ejecutivo ha celebrado en Río de Janeiro un contrato ad referéndum para adquirir el palacio que perteneció al Barón de Cotegipe, en la posición más favorable y hermosa, sobre la avenida Beiramar. Oportunamente os presentaré el mensaje y proyecto de ley pidiéndoos los fondos necesarios para consumar la adquisición, que no sólo obviará las dificultades de encontrar en Río de Janeiro un local aparente para la legación, y las del alto costo de la vida en aquella ciudad, sino que dará al Brasil un testimonio elocuente de consideración de parte de la República Argentina.

Hasta ahora nuestra Legación ha permanecido en Petrópolis, residencia de verano en el Estado de Río de Janeiro, y lejana de la capital.

Esta circunstancia impide a los diplomáticos vincularse estrechamente con los centros dirigentes de la política y de la sociedad brasileña; y el Gobierno argentino ha recibido indicaciones de su propia Legación y de origen brasileño, según las cuales será altamente ventajoso para los intereses de nuestro país, establecerla en la capital de la República.

Muy adelantadas están las negociaciones de múltiple carácter que hemos iniciado con la República de Chile, de las cuales espero que pronto os podré dar informes definitivos.

A fin de vigorizar estas negociaciones, la República de Chile envió a Buenos Aires el año pasado una delegación de ciudadanos expectables, que debía estudiar nuestro movimiento comercial, y especialmente todo lo relacionado con la producción y comercio de vinos. Para corresponder a este acto amistoso, más que para adelantar negociaciones que están avanzadas, el Gobierno envió a Chile en el mes pasado una expectable comisión que estudiará aquel mercado en sus relaciones con los centros productores de nuestro país. La opinión pública de los dos Estados ha acogido estos actos internacionales con marcada simpatía; y nuestras relaciones con Chile están robustecidas en una forma, de que tal vez no hay precedente en nuestros anales políticos.

La República del Paraguay está siempre dispuesta a manifestarnos su sincera amistad. Una comisión de altas personalidades llegará en breve para asociarse a las celebraciones del 25 de Mayo, correspondiendo a la delegación que el Gobierno argentino envió a la Asunción en 1907.

Se ha acordado también anticipar los convenios de dragado y validar oportunamente su sanción, para restablecer un convenio comercial que favorezca los intereses de los dos países, asegurándose recíprocamente facilidades y estímulos para los respectivos mercados.

El Gobierno argentino, a petición del gobierno paraguayo, lo ha autorizado a tener en el puerto de esta capital un depósito para la exportación de sus maderas al extranjero, evitando así al país vecino y amigo las graves dificultades con que tropieza su comercio debido a la larga navegación, a los trasbordos y a la dificultad de alcanzar en oportunidad los buques exportadores.

Se han acordado también anticipar los convenios de dragado y balizamiento del río Paraguay, colocando balizas provisionales en ciertos puntos que entorpecen la navegación en dicho río, y por consiguiente, el comercio con la República Argentina.

El Paraguay, siguiendo la política de paz y de progreso a que está entregado decididamente, ha recibido de Inglaterra un tren de dragado e ingenieros competentes para dedicarlos al mejoramiento de la navegación de sus ríos. Existe ya conformidad entre los dos gobiernos para que estos materiales, unidos a los trenes análogos de la República Argentina, den al río Paraguay la profundidad necesaria en ciertos pasos para establecer la continuidad, baratura y rapidez de comunicaciones con los puertos argentinos y con los demás del exterior.

Se ha convenido también la forma en virtud de la cual, conciliando los reglamentos sanitarios de la República Argentina con los del Paraguay, será permitida la exportación del ganado paraguayo al Chaco y Corrientes. Con esta medida se favorece a los productores paraguayos y a la vez se fomenta la población de nuestras gobernaciones del Chaco con haciendas aclimatadas.

El fallecimiento del plenipotenciario boliviano en el Paraguay ha demorado la tramitación convenida para dar forma final al tratado de arbitraje firmado en Buenos Aires en Enero de 1907 por los Ministros de Relaciones Exteriores de Bolivia y Paraguay a favor de la mediación argentina. El reemplazante ha sido ya nombrado, y ambos gobiernos nos han manifestado reiteradamente sus deseos de cumplir el tratado de Buenos Aires.

La República del Uruguay correspondió a las especiales y espontáneas demostraciones de amistad que le hiciera mi gobierno, con el envío de una división naval al puerto de Montevideo en Abril de 1907, asociándose a nuestra celebración del 9 de Julio por medio de una distinguida comisión civil y militar. Ella fue objeto en Buenos Aires de calurosas distinciones, en las que participaron a la vez el gobierno y la sociedad.

En el mes de Agosto, con motivo de haber dictado el gobierno del Uruguay un decreto reglamentando la pesca, en que hacía concesiones para la misma hasta la mitad del Río de la Plata, y del naufragio del vapor “Constitución”, ocurrido al día siguiente de promulgado dicho decreto, en el veril sur del canal de Martín García, se produjo un incidente diplomático que ha terminado cordialmente por las recíprocas manifestaciones que contienen las notas cambiadas y que son del dominio público. El gobierno argentino se limitó a mantener sus derechos para ejercer la policía fluvial en dicho canal.

No obstante la excitación que estos sucesos produjeron en la capital de la república vecina y el debate sostenido por la prensa de ambos países, las relaciones de los dos gobiernos continúan en el mismo estado de cordialidad que antes de producirse el incidente, y no hay motivo para que esta situación sea alterada.

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En el mensaje del año pasado os comuniqué la iniciativa de convocar una conferencia de derecho internacional privado, que se celebraría en Buenos Aires en 1910, a fin de uniformar y codificar la legislación del domicilio, que constituye la base de nuestra legislación civil.

Los gobiernos europeos han manifestado la decisión de concurrir a este acto, a que atribuyen la mayor importancia dado el extraordinario desarrollo de los países que basan su legislación en dicho sistema.

La circunstancia de haber sido elegida la ciudad de Buenos Aires para celebración de la cuarta Conferencia Panamericana, me ha inducido a cambiar la fecha de la reunión de la conferencia de derecho internacional privado, fijando su inauguración en Buenos Aires, el 8 de Julio de 1909. Las invitaciones oficiales a los gobiernos que han manifestado confidencialmente su adhesión serán dirigidas en el presente mes.

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Mantener y ensanchar los mercados existentes para la producción argentina, y abrir otros nuevos, ha sido una preocupación constante de mi gobierno, y tengo la satisfacción de anunciaros que se han iniciado trabajos en diferentes países europeos para obtener ciertas ventajas en favor de nuestros productos, que naturalmente tendremos que compensar de una manera equivalente. Estas negociaciones son siempre lentas y difíciles, pero se llevan con perseverancia y con fe.

La política comercial predomina hoy en el mundo, y no es posible aislarse por medio de un sistema fiscal prohibitivo y excluyente. La prosperidad de las naciones, de este punto de vista, es solidaria; y todas reconocen la necesidad de hacerse concesiones recíprocas para mantener la prosperidad industrial y comercial. Con el concepto de estas ideas, he dedicado una atención preferente a la reorganización del cuerpo consular sobre bases modernas, de manera que satisfaga plenamente su misión de fomentar la prosperidad comercial e industrial de la República, y de estimular el consumo de sus productos en los mercados extranjeros.

Se han realizado inspecciones eficaces del servicio consular en Italia, Francia, Suiza, Noruega y Dinamarca. Estas inspecciones tienen una importancia administrativa provechosa para el mejoramiento del servicio; y en Noruega y Dinamarca han permitido plantear negociaciones comerciales de trascendencia.

Será necesario aumentar la representación de la República en Ciertos estados europeos que mantienen ministros en nuestro país, a los cuales no hemos podido corresponder hasta ahora, sino enviando Cónsules Generales o Encargados de Negocios.

He reformado el ceremonial diplomático permanente de la República, oyendo los consejos de la experiencia, de manera que nuestro país tenga, como todos los más adelantados, un régimen permanente para las relaciones del cuerpo diplomático con las autoridades del país, y para todas las incidencias a que da lugar el cultivo de las relaciones internacionales

He dictado también una reglamentación de las funciones de los cónsules extranjeros, fijando su carácter y su acción, a fin de evitar los constantes rozamientos que se producen en el interior de la República entre los mismos y las autoridades locales.

Tengo la satisfacción de deciros que la República Argentina, no obstante el número crecido de extranjeros que la habitan, no tiene reclamaciones diplomáticas pendientes. Algunas veces los ministros extranjeros llaman la atención del gobierno sobre quejas que reciben de sus connacionales, pero sin dar a su procedimiento el carácter de reclamaciones y más bien invocando los sentimientos de amistad y cordialidad con que son tratados. Todas estas cuestiones tienen soluciones fáciles dentro de las leyes locales o federales, demostrando que los extranjeros gozan en nuestro país de una consideración franca y sincera.

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Por la primera vez han sido invitadas las naciones de Sudamérica a participar en la obra política, humanitaria y Científica de las conferencias de la paz que se celebran periódicamente en La Haya. Las sesiones de la segunda conferencia tuvieron lugar desde el 15 de Junio hasta el 18 de Octubre. Han sido sancionadas trece convenciones, de las cuales las más importantes reglamentan diversos puntos de vista, inherentes al derecho durante la guerra.

Si los anhelos originales de la Conferencia no se han realizado, sus deliberaciones comportan al menos un importante progreso en la cordialidad internacional y un altísimo honor para las mal conocidas repúblicas hispanoamericanas, a las cuales ha ofrecido la civilización una solemne oportunidad para demostrar su cultura y -su influencia en los destinos humanos.

La delegación argentina recibió instrucciones tendientes a apoyar con eficacia la obra de cordialidad internacional proyectada. Dichas instrucciones le dejaban la necesaria libertad para proceder, previa consulta al Gobierno, porque el programa definitivo de los asuntos a tratar debía ser determinado por la Conferencia misma. Oportunamente recibiréis informes completos sobre la acción de los delegados argentinos que desempeñaron sus funciones con discreción y con brillo.

Los plenipotenciarios de Italia tomaron la iniciativa para celebrar con los argentinos un tratado de arbitraje, que contuviera los últimos principios admitidos por la política y la ciencia. Di oportunamente los poderes necesarios a nuestros representantes, y suscrita la convención, fue comunicada a la Conferencia, la cual la recibió con vivas simpatías. Ha sido, sin duda, uno de sus resultados positivos y memorables.

En virtud del convenio preexistente para constituir los tribunales de presas y de arbitrajes y de las sanciones de la segunda Conferencia, la República Argentina tendrá una honrosa representación en dichos tribunales.

Las delegaciones europeas y norteamericanas han tributado las más distinguidas pruebas de cortesía y de amistad a los representantes de la República Argentina, a las cuales se correspondió dignamente.

La República Argentina es invitada con frecuencia a las numerosas Conferencias y Congresos celebrados anualmente sobre asuntos de interés universal. Estas asambleas nos ofrecen oportunidad de exponer nuestro progreso y de fomentar los intereses de la República. Acuerdo siempre pues, eficaz acogida a estas invitaciones, designando delegados expensados o “ad honorem” que han mantenido en alto los intereses nacionales y prestado servicios distinguidos al país.

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Están operando sobre el terreno las comisiones argentino-paraguayas encargadas de estudiar los diferentes brazos del río Pilcomayo para determinar definitivamente el límite internacional.

Hace dos años el Poder Ejecutivo llamó la atención del H. Congreso sobre la necesidad de agregar al Ministerio de Relaciones Exteriores la Oficina de Límites Internacionales con carácter permanente, pues es costeada ahora con los fondos destinados a los diferentes trabajos de la frontera. Esta oficina permanente es necesaria para conservar el material, la documentación geográfica y diplomática de los archivos; y necesitar estar siempre custodiada por funcionarios idóneos, que son a la vez los asesores permanentes del gobierno en todos los incidentes a que da y dará siempre lugar la vida de frontera, la conservación de los hitos, el reemplazo de los perdidos y las necesidades de la colonización de los territorios. Recomiendo a V. H. la sanción de las partidas en el presupuesto próximo.

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La Iglesia argentina continúa desempeñando eficazmente su misión. El Metropolitano y los Obispos Diocesanos, cuyas virtudes son notorias, reciben de mi gobierno todas las atenciones y servicios posibles, a los cuales ellos corresponden con la mayor cordialidad.

La Diócesis de La Plata ha sido dotada de edificio propio para sede de sus autoridades; pero en la mayor parte de los Obispados de la República se carece de esta comodidad, que es al mismo tiempo requerida por el decoro episcopal. Será necesario dotar de casas convenientes a todos los obispados para la sede de sus titulares, lo cual podrá hacerse gradualmente, mejorando las que existen y construyendo otras.

He prestado también atención al desarrollo de los seminarios de la Capital y de algunas provincias. El primero es un establecimiento notable que hará honor al país. El clero nacional se forma así con un espíritu eminentemente argentino, en establecimientos de educación fundados y costeados por el tesoro de la Nación y por las donaciones de los fieles.

El digno sacerdote propuesto a la Santa Sede por el Poder Ejecutivo, con Acuerdo del H. Senado, para el Obispado de Santiago del Estero, ha creído oportuno retirar su candidatura por razones piadosas que le hacen alto honor. Obedeciendo a ellas solamente, el P. E. ha aceptado la renuncia y proveerá en oportunidad lo que corresponda respecto de esa nueva Diócesis, cuya separación del Obispado de Tucumán está ya decretada.

Debo llamar la atención de V. H. sobre las dotaciones de los obispados y del clero en el presupuesto del culto. Las altas dignidades de la Iglesia quedan en una situación inferior a la de algunos empleados subalternos de la administración ordinaria. Este hecho no debe continuar, pues el encarecimiento general de la vida alcanza también al clero, y, por otra parte, la dignidad de su Ministerio exige que el Estado, que sostiene el culto, lo sostenga con la amplitud y decoro que corresponde.

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La Sociedad de Beneficencia difunde cada día más su acción bienhechora, reclamada con mayor exigencia por el crecimiento del país y de las necesidades consiguientes; pero sus recursos no aumentan en la proporción que estas necesidades reclaman, y será conveniente proveer con eficacia a los gastos generales y urgentes de conservación, mejoramiento y ensanche de los numerosos establecimientos que esta institución tiene a su cargo.

Los fondos de la lotería que se le entregan, costean el mantenimiento ordinario de dichos establecimientos; pero no hay margen para atender a las necesidades que acabo de representar, porque los productos de la lotería a que me refiero no satisfacen las exigencias presentadas.

Durante el año pasado he prestado a la Sociedad de Beneficencia todo el apoyo que ella ha requerido, dentro de los límites financieros del gobierno. Cumplo ahora un deber recomendándola a la consideración de V. H. y del país.

HACIENDA

Al inaugurar el período legislativo del año anterior, formulaba gratas esperanzas sobre las condiciones de prosperidad en que se desenvolvería el ejercicio de que os doy cuenta, a poco que se eliminaran contratiempos imprevistos a las industrias y al comercio. Estos augurios se han cumplido, y hoy podemos recordarlos, anotando en nuestras estadísticas uno de los años de mayor producción y de mejores rendimientos.

La prosperidad ha alcanzado a todos los exponentes de la vida material del país, y de ello son una sugerente manifestación las siguientes cifras que sintetizan el resultado de la gestión financiera durante el ejercicio pasado.

Los recursos en efectivo, fueron estimados en:

Si se comparan estas cifras con las calculadas, se tiene una diferencia de $ 6.500.724 oro, y $ 10.894.212 m/n., o sea un total de $ 25.668.584 m/n., que representa un 11.92% sobre lo calculado.

La comparación de las mismas cifras, con la recaudación del año anterior, que fue de $ 61.628.452 oro y de $ 86.637.625 m/n., arroja el siguiente resultado: $ 2.702.377 oro y $ 8.022.945 m/n., es decir, $ 14.164.708 m/n., lo que significa un aumento de 6.24 % para la renta.

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Estando autorizado a gastar. Por presupuesto: (en efectivo) $ 24.450.258 oro y $ 155.931.227 m/n, y (en títulos) $ 2.412.950 oro y $ 11.930.910 m/n, es decir, en total: $ 229.084.885.82 m/n., solamente se ha gastado: $ 26.336.720 oro y $ 156.371.257 m/n., en total $ 216.227.440 m/n, lo que da una diferencia, en menos, de pesos 12.857.445 m/n.

Pero el total de gastos imputados al ejercicio de 1907, comprendidos los extraordinarios es de: $ 252.202.210 m/n., de cuya cifra corresponde: $ 29.100.710 m/n., a leyes especiales, y $ 6.874.059 m/n a diferentes acuerdos.

Satisfechos todos estos gastos, quedaba disponible un excedente de $ 7.500.000 m/n, que ha sido íntegramente destinado a la amortización de la deuda correspondiente a ejercicios anteriores.

Los principales recursos extraordinarios con que se ha contado provinieron del remanente del empréstito, de la negociación de títulos autorizada para dar cumplimiento a la Nº 5102 de la Defensa Agrícola, y del canje de las cédulas hipotecarias de la provincia de Buenos Aires.

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El P. E. ha procurado en todo momento contribuir, con su gestión financiera, a la consolidación definitiva del Crédito Nacional, porque estima que es él, uno de los factores más eficaces en el sentido de afirmar dentro y fuera del país, la creciente confianza que en los últimos años ha llegado a inspirar, no obstante las dificultades financieras que han afectado tan profundamente a los mercados extranjeros. Como una comprobación de sus esfuerzos en este sentido, me es grato recordar a V. H. que el cálculo de recursos incluía la autorización para emitir títulos a oro por $ 2.412.950, Y por $ 11.930.910 m/n.: en total: $ 17.414.888 m/n, El P. E. sin embargo, ha prescindido por completo de ese recurso, resistiéndose también a realizar las autorizaciones para emitir hasta $ 64.000.000 destinados al pago de diversas obras públicas, que ha atendido en efectivo dentro de los recursos ordinarios de la administración.

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La circulación de giros sobre créditos en Europa que, el 31 de Diciembre de 1906 era de $ 8.820.000 oro, se ha reducido a pesos 4.032.000 oro al 31 de Diciembre de 1907, habiéndose amortizado en $ 4.788.000 oro.

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La circulación de letras de tesorería que el 31 de Marzo de 1906 llegaba a $ 1.700.529 oro, y 8.015.289 m/n y el 31 de Marzo de 1907 era de $ 411.437 oro Y $ 4.995.253 m/n., ha quedado reducida a pesos oro ro.078, Y $ m]n, 190.682, al 31 de Marzo del corriente año.

Anoto este dato con tanta mayor satisfacción, cuanto que, también puedo comunicaros que nuestra Legación en. Londres, tiene a la fecha adelantados los fondos necesarios para las obligaciones del Gobierno hasta el la de Julio próximo, sin que para llegar a esta situación el P. E. haya tenido necesidad de recurrir durante este año, al crédito de que por la ley respectiva dispone en el Banco de la Nación.

Al daros cuenta del ejercicio anterior os anunciaba la contratación de un empréstito de $ 35.000.000 oro, de 5% de interés y 1% de amortización, destinado a cancelar definitivamente los préstamos contraídos para el retiro del empréstito Margan.

El resultado líquido de esa operación ha producido al Gobierno pesos 32.334.120 oro, con los cuales se han pagado:

A Baring Brothers y Cía…….. $ 20.160.000 oro.

A la Banque Francaise………. $ 10.000.000 oro.

quedando un remanente líquido de $ 2.174.120 oro, que está computado entre los recursos extraordinarios.

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La deuda externa se ha amortizado en $ 4.820.608 oro, quedando al 31 de Diciembre de 1907, en $ 319.512.507.55 oro.

La deuda interna a oro, que era de $ 16.400.000 al finalizar el ejercicio de 1900, y que posteriormente se disminuyó en $ 12.770400 oro de fondos públicos de la ley de Bancos garantidos, inutilizados por haberse hecho cargo la Nación de las emisiones a que aquéllos respondían, queda en $ 55.505.700 al concluir el de 1907. Este aumento se debe en primer término al empréstito de $ 35.000.000 con que se levantaron los compromisos en el exterior a que he hecho referencia, y que no importa un aumento real de deuda, sino una substitución de deuda externa por interna; y en segundo lugar, la emisión de $ 16.876.100 autorizada por ley número 5129 para aumento del capital del Banco de la Nación, que no pesa sobre el tesoro, púes sus servicios deben ser hechos por el mismo Banco.

La deuda interna a papel se ha amortizado en pesos 1.681.300 m/n, El aumento se debe a que en cumplimiento de la ley número 5102, que destinaba $ 10.000.000 para la Defensa Agrícola, se han puesto en circulación $ 11.939.700 de los bonos creados por ley número 4963, con que se había reintegrado al tesoro las sumas adelantadas en efectivo hasta el 31 de Diciembre de 1906 para el pago de las obras de salubridad.

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Paulatinamente se sigue dando cumplimiento a la ley número 3871, y al finalizar el ejercicio, el fondo de conversión era de $ 19.762.402.46 oro, habiéndose aumentado en $ 2.953.663.49 oro sobre su estado al 31 de Diciembre de 1900.

La circulación fiduciaria en 31 de Diciembre de 1906 era de pesos 526.747.831 moneda nacional; y el total de oro de $ 102.731.014, lo que representa el 51 ½ % del equivalente de aquélla al tipo legal. En igual fecha de 1907 la circulación llegaba a $ 532.163.414.69 m/n., y el total de oro era de $ 124.876.277, o sea el 53% de la misma equivalencia.

La existencia de oro en la Caja de Conversión es a la fecha de más de 129 millones y medio, y en el fondo de conversión de $ 22.000.000 oro. Aquella proporción continuará mejorando cada vez más, concurriendo a los efectos de la equivalencia total con el ordenamiento de nuestras finanzas, con el uso moderado del crédito, con la limitación de los gastos y el estímulo al trabajo general, que dan las obras útiles y reproductivas, así como también con la confianza que despierta en todas partes la respetuosa energía de los gobiernos celosos del cumplimiento de la Constitución y de las leyes.

Sin embargo, el saneamiento de nuestra moneda y la patriótica empresa que se iniciara a raíz de las profundas perturbaciones económicas que hicieron fracasar nuestro régimen monetario, está amenazada de una nueva dificultad.

Parece que la experiencia de las crisis pasadas no nos suministrara eficaces enseñanzas.

La “unidad de emisión”, única conquista de aquella época, que parecía salvaguardada por el progreso institucional, está seriamente afectada por emisiones de diversos tipos y papeles que se producen en algunas provincias, simulando la moneda nacional.

La gravedad de este hecho no escapará a vuestra penetración. De acuerdo con el artículo 67, inciso 10 de la Constitución Nacional, solamente la Nación puede emitir billetes con los caracteres de la moneda, y a mérito de tal disposición, y para salvaguardar los grandes intereses a que ella se refiere, el P. E. se verá en el caso de reiterar las disposiciones que el año anterior se hicieron valer a este respecto.

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La crisis financiera norteamericana, que tuvo una repercusión tan intensa sobre todos los mercados del mundo, ha dejado también sentir sobre nuestra plaza, aunque con menos intensidad, los efectos reflejos de su demanda de capitales retardando las ventas de nuestros productos en Europa, desviando la afluencia del metálico, obstruyendo el desenvolvimiento general de los negocios vinculados con el extranjero, paralizando las operaciones, alterando los cambios y elevando la tasa del interés; pero estas dificultades han servido para comprobar la solidez de la situación económica y financiera de la República y para que ésta sea considerada, con verdad, como excepcionalmente favorables por los que observan el desenvolvimiento de los países que ejercen influencia decidida en la marcha económica del mundo.

La acción de los bancos ha sido bastante amplia. El 31 de Diciembre de 1906 sus estados daban las siguientes cifras en millones: Depósitos, 754; adelantos y descuentos, 701; existencias, 257; representando las existencias el 34 % de los depósitos, y los adelantos y descuentos, el 73% de su activo.

En igual fecha del año anterior, se tenía en millones: Depósitos, 783; adelantos y descuentos, 764; existencias, 311. Lo que representa para las existencias el 39% de los depósitos y para los adelantos y descuentos, el 71% de su activo.

Sin embargo, los bancos particulares se han encontrado aislados de pronto en medio de la situación de confianza en que habían venido operando, viendo alejarse de improviso las probabilidades de un seguro e inmediato reembolso de los adelantos hechos a las industrias y al comercio. La restricción del crédito con que necesariamente debieron buscar el restablecimiento de la normalidad faltos del apoyo que en otros países ofrecen las instituciones de redes cuento, ha producido un ligero malestar, que no tiene gravedad en sí mismo, y que desaparecerá tan pronto como esté liquidado el saldo de la balanza mercantil.

Es síntoma halagüeño el que, en el momento más álgido de esta situación, nuestro stock de oro en la Caja de Conversión no haya bajado de $ 102.000.000 y sea hoy de más de $ 129.000.000.

Nuestras instituciones de crédito han prestado servicios generales inapreciables, habiendo el Banco de la Nación, con sus recursos ordinarios, contribuido eficazmente a aliviar el mercado y a mantener el tipo de 7% en el interés; y aplicando el Banco Hipotecario sus capitales actuales para satisfacer los préstamos acordados, ya que no le ha sido posible atender nuevas solicitudes, por estar pendiente de vuestra consideración el aumento de capital para ese establecimiento.

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Preocupa a este Gobierno la reforma de las leyes que rigen nuestro sistema impositivo y rentístico.

El régimen aduanero, cuya regularidad asegura la percepción de la parte más considerable de la renta nacional, ha sido objeto de prudentes modificaciones que esperan vuestra aprobación; a las iniciativas ya sometidas a vuestra consideración sobre modificaciones a la tarifa de avalúos, el P. E. piensa agregar otras igualmente interesantes al desenvolvimiento comercial del país, como lo es sin duda la ley de aduanas, que reclama una meditada revisión.

Entre tanto, se ha efectuado la reglamentación de las funciones de los tribunales de vistas, la del despacho de las encomiendas internacionales y la de las operaciones de importación y exportación por el puerto de Bahía Blanca, consultando en todos los casos las exigencias del contralor y las facilidades reclamadas por los diversos gremios mercantiles, así como la exportación de frutos del país por el puerto de la capital.

Nuestras iniciativas se encaminan ahora a reorganizar los elementos de la policía aduanera y sus servicios, para dar las mayores facilidades posibles al comercio de cabotaje y al mismo de ultramar, simplificando sus requisitos con ahorro de tiempo y de dinero

Están pendientes de vuestra consideración el proyecto de reformas de la ley de sellos, remitido en Septiembre del año próximo pasado; el de reorganización del Ministerio Fiscal que se os envió algunos días después, y el de reducción al 4 ‰ de la tasa para el cobro de la contribución territorial.

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El movimiento de importación y exportación de los puertos de la República se ha producido en forma regular, sin que las dificultades que se dejaron sentir en años anteriores se hayan repetido, gracias a las modificaciones introducidas, con la debida anticipación, en la reglamentación de las operaciones de carga y descarga. Esta regularidad se ha hecho tanto más sensible, cuanto que ella ha conocido precisamente con el mayor movimiento en las operaciones del comercio exterior de que haya recuerdo en los anales económicos del país, y del que dan idea precisa las siguientes cifras;

Las importaciones en los tres primeros meses de año suman en oro

$ 70.840.220, y las exportaciones pesos 115.627.832, lo que arroja como saldo de la balanza comercial a favor del país en los tres meses transcurridos, la suma de $ 44.787.612 oro. Este movimiento supera al del primer trimestre del año anterior en $ oro 16.179.335 por concepto de importación y en $ oro 18.681.615 por concepto de exportación.

Para dar una idea más aproximada de la importancia de las exportaciones a que me vengo refiriendo, bastará indicar que ellas han alcanzado a 1.947.000 toneladas en el primer trimestre del año anterior, mientras que en el mismo período del corriente año han llegado a la cantidad de 2.768.417 toneladas. Se ha debido así cargar, por los diferentes puertos de la República, durante los tres primeros meses de este año 821.416 toneladas más que en el primer trimestre de 1907.

Deseo también daros cuenta del ingreso de las rentas y su inversión en el primer trimestre del año en curso.

Han producido $ m/n, 65.667.:280.31 y se han invertido $ 38.506.073.94 en pagos del presente ejercicio, y del excedente, $ 23.369.123.46 en la amortización de deudas de ejercicios vencidos.

Lo imputado durante el mismo período asciende a $ 48.331.923.50 m/n; correspondiendo $ 47.497.587.50 a los gastos hechos en virtud del decreto de 25 de Enero ppdo.; $ 473.997.13 a leyes especiales y pesos 360.338.87 a acuerdos de ministros.

JUSTICIA E INSTRUCCIÓN PÚBLICA

Todos los países civilizados luchan con el problema de eliminar las dilaciones y los errores de la justicia, y uno de los medios de conseguir el mejoramiento propuesto, es sin duda alguna, la selección severa del personal que ha de hacerla efectiva, dando base al criterio de esta selección en los antecedentes honorables, en la preparación amplia y en una laboriosidad comprobada.

Por mi parte, llamado a nombrar magistrados judiciales, he procurado ajustar mi criterio a las condiciones mencionadas; pero ello no será bastante mientras no se aborde el problema de la justicia con un propósito positivo de reformas fundamentales. No sólo deben ser revisadas las leyes de procedimientos y las leyes fundamentales, como el Código Penal; es necesario también pensar que para tener los jueces más respetables e idóneos, eligiéndolos entre las primeras personalidades del foro, debe ofrecérseles una remuneración proporcionada a la absoluta abstención de todo negocio, que las leyes imponen a los magistrados.

Mientras el juez no sea debidamente remunerado, y no se mantenga alejado de los contactos y rozamientos de los negocios comunes, no será posible decidir a las personalidades más prestigiosas del foro a aceptar puestos en la magistratura, con excepción de los de Corte, que por su importancia política tienen más prestigio.

La administración de justicia de la capital ofrece, sin duda, deficiencias que van subsanándose en la medida de lo posible, y podemos prever que cada día habrá en ella mayor suma de idoneidad impuesta por el mismo acrecentamiento de progreso y cultura de la metrópoli; pero no podemos, por desgracia, decir otro tanto de la administración judicial de los territorios federales, que se resiente, en general, de deficiencias fundamentales. Y es deplorable, por cierto, que mientras por otra parte se desarrollan los esfuerzos más enérgicos para poblar esos territorios, sea precisamente su administración de justicia, deficiente y mal dotada, una causa segura de su despoblación.

No siempre es posible elegir magistrados de notoria responsabilidad profesional para los territorios, porque la vida que allí se impone es de milicia, de sacrificio y de aislamiento, y sólo dotándolos con altas remuneraciones pueden compensarse las desventajas de servir en ellos.

Por otra parte, la justicia está allí mal distribuida; es imposible que un juez pueda desempeñar funciones en causas criminales, por ejemplo, con la eficacia que la persecución del crimen requiere, cuando los delitos se cometen a cien leguas de su sede, de tal suerte que todo el proceso queda librado a comisarios y auxiliares de justicia subalternos, cuyos antecedentes de preparación nadie acredita. Es necesario, pues, aumentar los jueces de territorio y proveer de otros recursos financieros que permitan substituirlos, para que la justicia honrada, enérgica y eficiente, aparezca en todas partes y sea un factor de bienestar y de progreso.

Al hablar de la justicia de los territorios federales, no debo dejar de mencionar lo que pasa en ellos con las cárceles; no son tales sino en el nombre, y los presos se escapan a menudo, burlando a los agentes de policía y a los jueces, y determinando la frecuente impunidad de los delitos. Las mismas consideraciones expuestas respecto de la magistratura son aplicables a este punto, pues en las condiciones actuales es muy difícil hallar y conservar un personal idóneo para la dirección y administración de las cárceles.

Construir edificios especiales y seguros, y dotar a las gobernaciones federales de los fondos necesarios para la mantención y seguridad de los presos, mejorando los sueldos para conseguir empleados hábiles, son medidas de la mayor urgencia, que me permito recomendar a la consideración de V. H., entre varias otras que es necesario estudiar y sancionar a la mayor brevedad.

La justicia federal inspira confianza al país y son excepcionales las causas en que es ella objeto de quejas por negligencia o inconducta de los jueces: me complazco en recomendarla a vuestra consideración como la garantía tranquila de todos los intereses, a donde no alcanzan las pasiones de que no siempre está exento el criterio judicial.

Me congratulo al manifestaros también que las relaciones entre la Suprema Corte Federal y el Poder Ejecutivo, son las que corresponden a poderes coordinados de la Constitución de recíproca cordialidad.

El Ministro provisional del ramo se ha ocupado especialmente de activar las obras del Palacio de Justicia, en que debe ser instalada la Corte Suprema Federal, que actualmente ocupa un local por muchos conceptos deficiente e inadecuado para el funcionamiento del más alto tribunal de la Nación .

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El Palacio de Justicia está retardado por errores comunes en nuestra administración. Proyectado en cuatro millones de pesos, se requerirán ocho millones para su terminación; V. H. será circunstanciadamente informada a este respecto en las presentes sesiones. Entre tanto, de una prolija inspección verificada recientemente en el nuevo palacio, resulta posible que dentro de seis meses pueda ser instalada allí la Suprema Corte Federal y los tribunales civiles y comerciales de la capital ; y esta medida no sólo beneficiará la justicia, que tanto la necesita, sino que desahogará al tesoro de ingentes gastos por alquileres que representan cada día una suma considerable, determinada por el mayor valor de la propiedad urbana y por el abuso de los propietarios.

Subsisten sin resolverse los problemas fundamentales de la instrucción pública en todas sus fases, desde la escuela primaria a la Universidad, y requieren el concurso combinado y unánime de la opinión pública, de las autoridades superiores y de los profesionales, para buscar de consuno las soluciones anheladas.

Podría decirse con verdad que todas las organizaciones existentes tienen un carácter provisional; que las aspiraciones generales al respecto no están satisfechas, y que es necesario abordar una vez por todas el complejo problema de la instrucción, tal vez el más trascendental de todos los que deben preocupar la atención de los poderes públicos con relación a la vida normal del país.

La tendencia a la autonomía educacional, auspiciada en toda la República y teóricamente irreprochable, ha sufrido cierto desprestigio en los últimos ensayos, a consecuencia de abusos que ella ha fomentado y que, desgraciadamente, tienden a demostrar que sólo el contralor de las autoridades federales puede impedir.

La Universidad de Buenos Aires ha pasado por sus períodos de crisis y de agitaciones profundas, y aunque algunas reformas se han implantado en sus facultades, el régimen general permanece un tanto resentido y la enseñanza misma sufre de sus consecuencias. Falta intensidad en los estudios, anhelos definidos en la juventud estudiosa, y tal vez dedicación en una parte del profesorado.

En la instrucción secundaria el problema es más complejo; el plan de enseñanza no responde a las necesidades de la misma, y ha creado una vida artificial en nuestros establecimientos de segunda enseñanza, que contribuye al retroceso que en estas materias se había iniciado desde años anteriores. Además de inadecuado al carácter y necesidades del país, este plan es de un recargo considerable, de tal manera que los educacionistas y los padres de familia hacen sentir al Gobierno la necesidad de reformarlo, como una garantía de que se pueda enseñar y aprender algo serio y de provecho.

La ampulosidad de los programas, por el número de las materias y por la intensidad con que se pretende enseñarlas, hace fracasar la obra, pues los niños agotan sus fuerzas sin conseguir salvar los límites de una deplorable frivolidad. El ministro del ramo ha debido dedicarse personalmente a reformar algunos de esos programas, sin poder disponer del tiempo necesario para una tarea tan fundamental y extensa; pero la Inspección General de Colegios Nacionales ha sido advertida de las deficiencias, y está de acuerdo con la necesidad de proceder a una revisión fundamental.

La disposición legal que confiere la redacción de los programas a los encargados de aplicarlos en los colegios, es inconveniente, porque entonces esos planes se resienten del espíritu de especialidad que recarga todas las materias. En la formación de los planes y programas debe intervenir siempre la dirección superior del Estado, para dar orientación a los estudios obedeciendo a altos conceptos constitucionales y sociales. Esa dirección es también la llamada a equilibrar las exigencias excluyentes de los especialistas y limitar la extensión abrumadora y estéril de la enseñanza, de acuerdo con los diversos propósitos que ella busca, que en ningún caso deben ser únicos e inflexibles.

Persuadido de que esta tarea es tan importante como grave, he resuelto nombrar una comisión que tomando en cuenta todos los proyectos de planes y programas existentes, algunos de los cuales han perdido su importancia por el nuevo carácter que asume nuestro progreso y la sociabilidad argentina, realice su condensación y prepare un proyecto definitivo para someterlo a la deliberación de V. H. en las presentes sesiones. Esta comisión debe desempeñar una misión triple: proyectar el plan de enseñanza, redactar los programas y aconsejar las medidas más eficaces para su aplicación. Tal habría sido la función permanente del Consejo Nacional de Enseñanza Secundaria Normal y Especial, tantas veces iniciado y otras tantas sometido a una postergación indefinida.

La instrucción primaria requiere también una dedicación inteligente y enérgica, para su reorganización administrativa y técnica. Es un hecho establecido por los especialistas que la instrucción primaria en nuestro país actúa fuera de sus cauces naturales, y está produciendo una especie de proletariado y de aristocracia escolar, que se apodera como una fiebre maligna de los hijos de las clases trabajadoras, quienes salen de las escuelas desdeñando el trabajo y aspirando a una vida de superior nivel, a la cual no están preparados por sus recursos, ni por sus antecedentes. Esta desviación de las corrientes populares del trabajo, de las artes y de los oficios, de la industria y del comercio, para optar al magisterio y a los empleos oficiales, puede encaminarnos a una verdadera crisis social.

No significa esta observación que deba negarse protección eficaz a los niños que revelan talentos superiores, por humilde que sea su origen; pero no es explicable que el Estado esté fomentando también, con grandes sacrificios de los contribuyentes a todos los elementos inferiores de las escuelas, no pocos de los cuales pasan a años superiores por complacencias, o por el deficiente sistema de nuestros exámenes.

Se crea y fomenta así oficialmente el proletariado a que me he referido antes, que sueña con exaltaciones imposibles, para las que, por otra parte, no está preparado moral ni materialmente. Mientras en todas partes del mundo estas tendencias son combatidas, y sólo se deja el paso libre a los que sobresalen, es urgente impedir que en nuestro país se produzca el fenómeno contrario.

La deficiencia de las escuelas y de los colegios costeados por el Estado, ha dado lugar al desarrollo extraordinario de la escuela y del colegio particular. Hace veinte años, fundar un colegio o una escuela particular era acometer un negocio ruinoso: hoy las escuelas y-los colegios particulares son negocios lucrativos, y representan en la República una población escolar que aumenta constantemente, alcanzando ya a la cifra de 115.000 alumnos, o sea un poco menos de la cuarta parte de los que asisten a los institutos oficiales.

El desarrollo de la enseñanza particular es sin duda muy plausible, pero aumenta la complejidad de los problemas que los poderes públicos tienen que resolver, pues repito que no es posible abandonar la dirección superior de las necesidades de este orden y del porvenir del Estado, a los intereses privados o de grupo. Los peligros de este estado de cosas son evidentes: las investigaciones oficiales demuestran que existen numerosos colegios particulares donde nunca se ha escuchado el Himno Nacional, y que parecen empeñados en educar ciudadanos argentinos para países extranjeros, enervando de un modo evidente el sentimiento de la nacionalidad, harto debilitado ya por la parte de la inmigración que no se naturaliza ni se incorpora al país por la familia o la .propiedad.

El estudio y revisión de los programas de enseñanza primaria en toda la República, demuestra un estado de cosas semejante en lo relativo a la instrucción elemental. La nueva dirección de la misma, apercibida sin duda de esta situación, proyecta con aplauso general las reformas fundamentales que el país reclama.

Entre tanto, me es grato manifestaros que la enseñanza comercial e industrial y las escuelas que responden a especialidades técnicas y prácticas, aumentan su población escolar de una manera constante, desviando así una parte de los elementos jóvenes e intelectuales de los colegios nacionales y de las escuelas normales, hacia rumbos más positivos. La gran Escuela Industrial de la Nación se ha instalado ya en su edificio propio, constituido en virtud de ley sancionada por V. H., y muy pronto seréis invitados a inaugurarla.

Las construcciones escolares sancionadas en virtud de una ley especial, continúan progresando; y están ya instaladas en edificios propios las escuelas normales de Mercedes y Azul, en Buenos Aires, y de Esperanza, en Santa Fe. En el año corriente quedarán terminados los edificios para las escuelas normales de La Rioja, Salta y Villa Mercedes (San Luis) y para los colegios nacionales de Santiago del Estero y de La Plata. La escuela normal de Río Cuarto está pronta y será entregada al servicio público de un momento a otro. Los proyectos de edificio para la Universidad y para el Colegio Nacional Central de Buenos Aires, están en estudio, habiéndose limitado el concurso a los artistas residentes en el país.

Las escuelas profesionales de mujeres tienen una organización que considero provisional. Al revisarse sus programas, se ha observado en ellos la tendencia común en el país de dar a toda enseñanza, aún a ésta eminentemente práctica y adaptable al trabajo material, un carácter teórico, recargándola con asignaturas como la música y los idiomas, que no tienen aplicación en esta clase de colegios; se ha evitado pues el peligro de que las escuelas profesionales degeneren en un tipo especial de escuelas normales, lo que indudablemente habría sido desnaturalizar su objeto y defraudar los anhelos del país.

Nuevos estudios e iniciativas que se refieren a estas escuelas, tienden a reducirlas a su tipo práctico y popular, alejándolas de las teorizaciones y frivolidades que han hecho fracasar tantos sistemas de enseñanza en todos los ramos.

A fin de facilitar el desenvolvimiento y la vida de estos institutos, se ha vigorizado su inspección con especialistas reputados; y he dictado en el mes de Febrero el plan de estudios y los reglamentos necesarios para fijar su marcha, pues como dejo expresado, su organización era incompleta.

Los defectos de los planes y programas de las escuelas profesionales de mujeres, provienen precisamente de que debemos confiarlas al personal educado con otros fines en las escuelas consecuencia, las escuelas profesionales no darán todos los resultados esperados, mientras no estén confiadas a un personal docente especialmente preparado para la enseñanza práctica de ese género; y con este fin he creado un curso normal de profesorado de artes y oficios e industrias femeninas, que está ya funcionando, y cuya organización seria dependerá de la sanción del proyecto de la ley que someteré en oportunidad a V. H.

No terminaré estas observaciones generales sin llamar vuestra atención una vez más, sobre los progresos del analfabetismo en la República. No menos de 450.000 niños dejan de asistir a las escuelas primarias, y aunque una parte de ellos recibe nociones de educación en su casa, su número es reducido, y la intensidad de aquéllas es sin duda deficiente. Todos los esfuerzos que V. H. consagre al propósito de modificar favorablemente la situación al respecto, serán dignos de la gratitud del país.

No es posible permitir que los recursos que la Nación destina para aumentar el número de escuelas primarias, sean aprovechados por algunos gobiernos para descargarse de la obligación y de los gastos que el sostenimiento de la instrucción primaria les impone, transfiriendo dichas escuelas a la Nación sin reemplazarlas en su propio territorio por un número equivalente, olvidando que el establecimiento de la educación primaria es una condición esencial para que el peder federal garantice a cada provincia, de acuerdo con el artículo 5º de la Constitución, el goce y ejercicio de sus instituciones.

El personal docente con que cuenta la Nación es en general distinguido por su competencia y por su dedicación a la enseñanza. Sin embargo, hay en su seno elementos inferiores que conviene eliminar y “que sólo subsisten, manteniéndose a veces en las posiciones más elevadas y de mayor responsabilidad técnica y administrativa, debido a los favores de la política. Toco aquí un j-unto en el que cumplo un deber al recomendar al país que todas las, influencias políticas y sociales, de que se usa y abusa entre nosotros, se impongan un límite a sí mismas, para respetar la instrucción pública, manteniéndola a cubierto del favoritismo, de la frivolidad y de la incompetencia, pues mientras los profesores mal preparados e ineptos cuenten con el apoyo de los hombres políticos y de las influencias sociales para sostenerse en puestos que deben abandonar, será imposible asegurar los progresos de la instrucción pública.

GUERRA

En el mensaje anterior tuve el honor de expresar al H. Congreso, que el Departamento de Guerra realizaba esfuerzos constantes para remediar las perturbaciones que había producido en el ejército una propaganda disolvente tenazmente proseguida de mucho tiempo atrás; hoy me es dado exponer, con patriótica satisfacción, que esos esfuerzos continuados con ecuanimidad y con energía, han sido fecundos en eficaces resultados.

En virtud de la ley de amnistía, han vuelto a las filas los oficiales que habían quedado fuera de ellas por las causas y antecedentes que dieron base a la ley referida, y que el Gobierno ha aplicado con literal estrictez, olvidando efectivamente lo que la ley ha mandado olvidar, y dejando que el porvenir de cada oficial quede librado a su conducta ulterior.

Con este punto de partida, el Departamento de Guerra se ha aplicado con decisión a tratar a cada uno según sus obras y a consolidar la disciplina, inculcando en todos, por actos y palabras, los verdaderos principios que deben servir de guía al oficial, Estos principios estaban ciertamente en el espíritu de la gran mayoría, y hoy podemos afirmar, para honor del ejército que predominan en él con arraigo inquebrantable.

De la eficacia en los resultados de esta obra que el Departamento de Guerra completa en el momento actual, da fe la tranquilidad interior en que viven los cuerpos del ejército, consagrados a una labor inteligente de progreso que cada día se aparta más de la rutina, y que a la vez que nos dará unidades aptas para sus fines, consolidada la disciplina.

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La tarea fundamental de consolidar la contextura moral del ejército, no ha hecho perder de vista la preparación profesional de los oficiales y la instrucción táctica de las tropas, que se resentían de dos defectos principales: falta de unidad de doctrina táctica y carencia de métodos de instrucción eficazmente práctica.

Los nuevos reglamentos que se acaban de mandar observar provisoriamente, para adaptarlos a nuestras modalidades después del ensayo que se practica, proveerán a lo primero; mientras que, para dar a los oficiales una instrucción más eficiente, se han reorganizado todas las escuelas militares bajo nuevas bases de enseñanza aplicada y en armonía con los principios que inspiran los citados reglamentos.

No se ha hecho esperar un síntoma de que la nueva vía es la buena: el Colegio Militar, que el año pasado no había encontrado candidatos para llenar las becas que ofrecía, ha tenido este año cómo llenarlas todas, a pesar de que habían sido aumentadas a 70, habiéndose presentado, además, 47 pensionistas.

Este aumento de aspirantes al Colegio Militar es bienvenido, pues hay un gran déficit de oficiales que se hace sentir tanto en los cuerpos como en todos los servicios del Departamento de Guerra, obligando a la oficialidad a un trabajo intensivo.

La escasez de clases agrava esa situación, sin que los medios empleados hasta hoy para corregirla, hayan dado un resultado satisfactorio. Ante la necesidad de remediar un estado de cosas que no admite espera, el P. E. ha visto como el mejor arbitrio la creación inmediata de una escuela de clases. Este instituto, planteado con un verdadero sentido práctico, nos dará ciertamente, dentro de breve tiempo, las clases disciplinadas e instruidas que son el nervio de las tropas, y que el voluntariado no nos daba ya. La Escuela de Clases no implica la supresión de los otros medios de reclutamiento de cabos y sargentos empleados hasta ahora, sino que se agrega simplemente a ellos, esperando que su rendimiento supere a los otros en calidad y cantidad.

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Nuestra artillería fue adquirida premiosamente, en momentos que estaba a mitad de camino la evolución que ha llevado el cañón de campaña, de los modelos que hicieron la guerra de principio del último tercio del siglo pasado, al actual sistema de retroceso sobre cureña, sistema que, según la opinión de los técnicos, está destinado a predominar sin variaciones sensibles, por lo menos tanto tiempo como el que lo ha precedido.

Nos hallamos debido a ello en las mismas condiciones que la Alemania respecto de su cañón modelo 1896, y como ella, fuerza será que abandonemos nuestro modelo actual para adoptar otro que esté a la altura de los progresos recientes de la artillería, progresos que, como he dicho, no serán sin duda sobrepujados en mucho tiempo.

La comisión de experiencia que preside el concurso de que os hablé el año anterior, ha llegado a la terminación de sus tareas; sus conclusiones, que aun no se han expresado, nos permitirán elegir el modelo de pieza de campaña que más nos convenga, después de las rigurosas pruebas practicadas, entre las que se incluyeron largas recorridas en la provincia de Buenos Aires y en las sierras de Córdoba.

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Las previsiones de las leyes 4707 y 5043, que satisfacen plenamente las exigencias de la defensa nacional, requieren, empero, ser modificadas en el sentido de hacer más seguramente efectiva la obligación militar, simplificar el mecanismo orgánico del ejército, corregir ciertos inconvenientes de aplicación, que la práctica ha señalado, y disminuir para el ciudadano las molestias que la obligación del servicio militar le impone. En este último sentido especialmente, el Departamento de Guerra ha hecho, dentro de la esfera de la reglamentación, todo lo que le era posible; y mucho más puede hacerse, pero sólo con la actuación legislativa del H. Congreso. También es necesario completar la ley 4707, en aquellas materias de organización que no legisla; el estudio de las modificaciones y ampliaciones necesarias está terminándose y en breve será sometido a la consideración de V. H.

Las modificaciones que se propondrán, en nada cambiarán lo fundamental de las leyes precitadas, que nos han dado el servicio militar obligatorio, único sistema capaz de asegurar la defensa nacional, puesto que es el único que en un país de escasa población y dilatado territorio permite tener los cuadros necesarios para poner en pie de guerra un ejército respetable, y el único que da las reservas instruidas, sin las cuales no es un ejército lo que se moviliza sino una multitud inorgánica, sin valer militar alguno.

Las referidas leyes nos han dado, además, un sistema de servicio que es para: el ciudadano el más liviano del mundo, sin exceptuar ninguno de los sistemas de milicias conocidos.

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El ejército necesita imperiosamente los cuarteles, construcciones sanitarias y locales diversos de que actualmente carece. El aumento de unidades, la organización regional y el deber de no comprometer la salud de la juventud argentina que se incorpora a las filas, plantean el problema de las construcciones militares, no sólo como una obra de vastas proporciones, puesto que casi nada existe terminado, sino como una tarea de realización inmediata, pues las necesidades de orden militar y social a que debe responder, son de aquéllas que no admiten dilación.

El Departamento de Guerra ha abordado la cuestión bajo las bases siguientes:

1º Economía absoluta, para lo cual en los planos ya preparados de todo lo necesario, se sacrifica toda pretensión monumental, todo adorno y toda construcción que no sea absolutamente indispensable: la higiene será el único lujo de las construcciones proyectadas.

2° Uniformidad de los tipos, esto es, un solo modelo para cada construcción militar. También esto reduce los gastos generales y el de las armaduras de fierro, que formarán la base de la construcción y que podrán pedirse a la fabricación en grande escala.

Las obras reclamadas son:

Reparación o terminación de quince cuarteles.

Construcción de quince cuarteles de infantería, cinco de caballería, tres de artillería, tres de ingenieros, treinta y seis locales para las cabeceras de distritos de reclutamiento y movilización, tres para comandancias de región, un Colegio Militar, una Escuela de Clases, y los edificios necesarios para el Ministerio de Guerra y sus dependencias, Estado Mayor General, Administración Central, Intendencia, Auditoria, etc., con lo cual dejarán de pagarse alquileres que hoy se abonan por sumas considerables.

Para hacer frente a la erogación que impongan las construcciones proyectadas, se estudia una combinación financiera, que espero poder presentar muy pronto a la consideración de V. H.

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Las tropas nacionales se habían detenido hasta ahora en los lindes del Chaco, realizando de tarde en tarde, hacia su interior, expediciones aisladas de carácter semejante a las que en otro tiempo habían tenido por teatro la Pampa. Pero el medio chaqueño y el indio requieren en la selva inexplorada procedimientos muy diferentes a los que se emplearon con éxito en el Sur: la penetración pacífica puede bastar a incorporar el Chaco a la civilización. Partiendo, pues, de esa base, se ha organizado una división de caballería independiente, compuesta de cuatro regimientos, a la cual se le ha confiado la realización de lo que puede llamarse una vasta operación de policía, que abarcará desde -Orán hasta el río Paraguay. En tan extenso frente, dividido en cuatro sectores de regimiento, las tropas avanzarán paulatinamente, haciendo comprender a los indios que no van en son de guerra, sino simplemente a establecer el imperio de las leyes nacionales que los amparan a ellos mismos, facilitándoles su incorporación a la civilización nacional y el mejoramiento de sus condiciones de vida.

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La creación de nuevas unidades y el planteo de la organización regional de que os hablé el año pasado, requerían del Departamento de Guerra una atención de preferencia, para obtener un funcionamiento normal de los nuevos resortes que se incorporaban a la organización del ejército; sobre todo, en la organización regional, base de la eficacia de nuestro poder militar, era indispensable una intervención continuada para evitar los tropiezos, modificar los resortes defectuosos y crear los que la aplicación demostraba necesarios. Esta tarea sola, que el Departamento de Guerra ha desarrollado con una actividad incansable desde mediados del año pasado, forma una obra de consideración, que influirá decisivamente en nuestra capacidad de movilización. Una serie de medidas de simplificación administrativa que ha mejorado todos los servicios, la completa, y al lado de ella se ha realizado otra no menos importante, que tendrá un alcance todavía mayor, pues tiende a templar los resortes morales y a dar a nuestro ejército la iniciativa y la aptitud ofensiva que de ella se deriva y que es la más preciosa condición militar: de la primera a la última línea de la jerarquía, se ha dado a todo oficial la autonomía y la iniciativa que a su puesto y funciones cuadran, y no sólo se le ha dado, se le ha exigido que la ejerza y se ha contraloreado su acción, entendiéndose que es éste uno de los mayores adelantos que el ejército pueda realizar.

MARINA

En vista del tiempo transcurrido desde que el Poder Ejecutivo presentó el proyecto referente a nuestra defensa marítima, será necesario modificar el programa propuesto, considerando ahora que es conveniente adquirir primero destroyers y otros elementos que serán indispensables a nuestra escuadra actual, aun para llenar las reducidas funciones que en el futuro podría tener con respecto a otras fuerzas navales de Sudamérica, mientras no se le incorpore buques modernos de combate, y en este sentido elevaré a V. H. un nuevo mensaje y proyecto de ley, con el que, como en el caso anterior, el Poder Ejecutivo entenderá cumplir con un gran deber y dejará a salvo su responsabilidad en el presente y para el porvenir, en asunto tan delicado y trascendental.

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Respecto al material existente, debo manifestaros que los buques y torpederos han sido totalmente reparados, encontrándose ahora en el mejor estado posible, con relación al número de años de servicio que tienen, y en condiciones de desarrollar su primitiva velocidad, pues actualmente pueden navegar con la misma presión de vapor con que fueron recibidos de los constructores.

Se han efectuado en el país con la mayor rapidez y acierto las importantes obras de cambio de calderas y otras, poniéndose de manifiesto la capacidad de nuestros ingenieros y la abundancia de obreros hábiles, por lo que en adelante no será ya necesario enviar buques al extranjero para efectuarles cualquier reparación.

La escasa densidad de población y la creciente prosperidad del país, mantienen la absoluta imposibilidad de obtener otro personal voluntario que los jóvenes que ingresan a las escuelas de especialidades, pero, en cambio, los nuevos sistemas de instrucción adoptados para los conscriptos, los hace cada día más útiles y eficientes en el desempeño de todos los servicio de a bordo.

Sin embargo, se toman las disposiciones del caso para que la producción de las escuelas aumente la proporción de voluntarios, y a fin de procurar que continúen en servicio en mayor número que actualmente, una vez cumplidos les tres años a que están obligados por la ley orgánica: entre otras medidas, el P. E. propondrá en el presupuesto del año próximo, un aumento de 25% en los sueldos que gozan, atendiendo a lo reducido que son, comparados con los que se pagan en tierra por servicios menos penosos.

La instrucción de tiro al blanco se lleva a cabo con el mayor empeño, siguiéndose los métodos más adelantados, y se ha cumplido el propósito manifestado en mi anterior mensaje, de tener constantemente en servicio, por lo menos, tantos apuntadores como piezas de artillería.

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Después de seis años de desarme de la mayor parte de la escuadra, acaban de movilizarse simultáneamente todos nuestros elementos de combate, sin recurrir, como en el caso anterior, al llamado de las reservas. Esto no obstante, los buques han sido tripulados con el completo de oficiales de cubierta y de máquina, con el total de artilleros apuntadores y marineros torpedistas, y con tres cuartas partes del personal subalterno restante, y los torpederos con su dotación de guerra; lo que ha permitido comprobar, en el mar, el buen estado del material y ejercitar los jefes y oficiales en maniobras y evoluciones generales.

Merece aquí citarse el hecho halagador de que mientras en la anterior movilización, menos del 10% del personal subalterno de máquinas y electricidad, era argentino, en la que acaba de realizarse, los argentinos nativos alcanzaron el 80%, siendo estos servicios los únicos en que aún aceptamos extranjeros en el personal de nuestra flota de guerra.

Finalmente, me es grato manifestaros, que si bien entre nosotros, por diversas causas, además de un presupuesto económico, son mayores que en cualquier otro país las dificultades para mantener la escuadra en estado de completa eficiencia en épocas tranquilas de paz, todas ellas se vencen con la cooperación decidida del personal superior, y podemos, en consecuencia, permanecer confiados en que las crecientes reservas de personal ele categorías diversas y las industrias y recursos del país, permitirán completar las tripulaciones y abastecer rápidamente las actuales unidades de combate y las que puedan adquirirse en el futuro, para hacerlas producir, en caso necesario, su máximo rendimiento.

AGRICULTURA

El Departamento de Agricultura ha continuado ejercitando su acción dentro de los rumbos fijados por mi gobierno que ya conocéis por mis exposiciones anteriores.

Esperan aún vuestra aprobación una serie de proyectos de la mayor trascendencia destinados a impulsar nuestra riqueza, aumentar nuestra población y mejorar nuestra legislación agraria.

Pronto someteré a vuestra consideración un proyecto de ley destinado a favorecer la marina mercante nacional, sin perturbar la vigencia de nuestros tratados y consultando intereses legítimos de otro orden, nacionales y extranjeros.

También he dispuesto el estudio de una ley de seguros, que deslinde los procedimientos de fiscalización de la autoridad administrativa de la acción que según nuestras leyes corresponde a los tribunales de justicia, sin restricciones para actos comerciales amparados por la ley fundamental.

No es posible dictar leyes que afecten a industrias cuya capacidad es desconocida. En este caso se hallan las industrias nacionales; para conocerlas se ha mandado levantar un censo industrial de exploración en todo el país, que servirá de fundamento para trabajos más completos, si sus resultados indican la conveniencia de ejecutarlos.

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El año 1907 se destaca con la cifra más elevada a que ha alcanzado nuestro comercio, no sólo en su valor total, sino en el monto de nuestras ventas, y lo sería también en el de nuestras ventas, si no debiera recordar que en 1905 la cosecha fue tan extraordinaria en todos los capítulos de nuestra exportación, que llegó a la suma de 322 ¾ millones de pesos oro.

Os he expuesto precedentemente las cifras de exportación e importación correspondientes al primer trimestre del corriente año. Y bien, el intercambio comercial en el año económico de que os doy cuenta ha llegado a la suma de 582.065.000 pesos oro, correspondiendo 285.860.000 pesos oro, por concepto de importación y 296.205.000 pesos oro, por productos exportados. La moneda que entró en el año llegó a 23.552.726 pesos oro, y la exportada a sólo 3.133. 886, la que deja un saldo de 20.318.840 pesos en moneda metálica después de cubrirse todas las obligaciones públicas y particulares de la República, por servicios de empréstitos, fletes, dividendos y beneficios de los ingentes valores radicados en ella.

No debo dejar de hacer notar que las mercaderías entradas libres de derechos llegaron también a 102.461.572 pesos, cifra no igualada en el pasado, y que el aumento de lo así importado sobre el año anterior es de 17.000.000 de pesos y se debe en su mayor parte a materiales de ferrocarril. El solo capítulo que nuestra estadística consigna como destinado a la locomoción, representa un total de 52.320.000 pesos.

Finalmente, es muy grato consignar que de todo este considerable comercio, la parte clasificada como importaciones reproductivas está representada por un 57,3% del total, y las improductivas por un 42,7% proporciones sumamente satisfactorias, sobre todo si se recuerda que hace diez años las cifras eran 35,2% para las primeras, y 64,5% para las últimas.

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Este balance tan favorable se debe principalmente a la Agricultura, que ha acentuado una vez más su poderoso desarrollo como fuente principal de nuestra riqueza nacional.

En efecto, 14 millones de hectáreas cultivadas que han producido 5 ½ millones de toneladas de trigo, 3 ½ millones de toneladas de maíz, un millón de toneladas de lino, medio millón de toneladas de avena, representan el mayor de los esfuerzos del trabajo nacional; y su distribución en las más diversas y variadas zonas del territorio, son la mejor garantía del buen resultado general de la cosecha, pues no es posible que ninguna contingencia atmosférica, ni las invasiones de la langosta, lleguen a malograr totalmente tamaña energía, defendida además por las fuerzas organizadas del interés colectivo.

Estas cifras nos colocan en el 6º rango como país productor de trigo y nos dan el 2º puesto como país exportador. Muestran también que las mayores energías de la Nación están aplicadas a la conquista de la riqueza, no come un fin, sino como un medio de alcanzar bienestar para todos y mayor suma de progreso.

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El comercio de carnes y de ganado vivo, debido a circunstancias diversas, ha tenido un movimiento algo menor que el de los .años anteriores.

La competencia cada vez más viva que se hace a nuestras carnes en los mercados de consumo, creyó poder perjudicarlas atribuyendo a nuestro ganado una proporción tan elevada como infundada de tuberculosis. Para demostrar lo antojadizo de tal afirmación, se prepara una monografía completa de la tuberculosis bovina, la que llevará el convencimiento de que nuestros ganados se encuentran a ese respecto en una situación privilegiada, no pudiendo ningún otro país exhibir una proporción menor.

Por otra parte, la inspección veterinaria demuestra que el estado de nuestros ganados es hoy excelente.

Los ensayos de curación de la tuberculosis bovina por los métodos -del profesor Van Behring, que se practicaban aquí por un delegado de ese sabio profesor, con el control de una comisión científica, terminaron en los primeros días de Abril.

El informe de esa comisión esperado con ansiosa expectativa por los científicos, se ha producido en estos últimos días, y sus resultados aunque falta todavía una parte de las experiencias, es, por desgracia, contrario a las esperanzas que se fundaron en el referido método propuesto.

El recuento de nuestra riqueza agropecuaria, tan justa e insistentemente pedido por los gremios interesados, se está llevando a cabo bajo los mejores auspicios, dando así cumplimiento a la ley respectiva.

Muy pronto se conocerá el número, la calidad y la distribución de esta riqueza, y se tendrán bases ciertas para tomar medidas de estímulo y protección.

La población de las aguas ele nuestros lagos y ríos con peces de diversas clases, ha continuado normalmente. En algunos arroyos de Buenos Aires, Córdoba y Salta, se han sembrado huevos de truchas extranjeras reproducidas en el Nahuel-Huapi. En diversas provincias se ha tratado de propagar el pejerrey y por fin este año se llevó a la Estación de Santa Cruz, la segunda remesa de huevos de salmónidos procedentes de Norteamérica.

Dentro de breves años todas esas aguas estarán densamente pobladas de las mejores especies de peces comestibles.

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El vivo interés que despierta la adquisición de la tierra en condiciones ventajosas, se comprueba una vez más por el número de pedidos de venta y arrendamiento siempre en aumento, y la facilidad con que se ha colocado la ofrecida en subasta pública. Puede decirse que se encuentran concedidos en su totalidad los lotes agrícolas de las setenta colonias y pueblos nacionales.

Esto demuestra la necesidad de abrir nuevos campos a la colonización, ofreciendo metódicamente las tierras fiscales. Pero la carencia de tierras de agricultura en condiciones de explotación inmediata dificulta este propósito. En casi todos los casos se impone la construcción de obras previas, que pueden retardarse mucho en su ejecución. Las tierras afectadas a la construcción de los ferrocarriles de fomento de los territorios, se han mantenido estrictamente reservadas, y afectadas a esas importantes obras. Si os dignáis prestar la sanción definitiva a ese proyecto, esas tierras serán inmediatamente ofrecidas en venta para con su producto costear el gasto de su ejecución.

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La Comisión de Defensa Agrícola, organizada en Mayo del año anterior, atendiendo el movimiento de corporaciones gremiales, y compuesta por ciudadanos que son una garantía para los altos intereses del país, que Se confiaron a su patriotismo, no ha defraudado las esperanzas que en ellas se cifraban.

Con los recursos suministrados por la ley 5102, acordando diez millones en bonos, se ha realizado una de las campañas más eficaces y ordenadas, que se han llevado a cabo hasta el presente.

Esa Comisión merece además un aplauso por haber conseguido colocar esos títulos al 90% en los Bancos y los ferrocarriles de nuestro país, los que se han suscrito no por el incentivo de realizar una operación lucrativa, sino con el propósito de asociarse a una obra de interés nacional, y cumplo con el deber de consignar el hecho, como un honor para sus autores.

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El número total de pasajeros e inmigrantes entrados por vía marítima y fluvial fue de 329.122 y el de los que abandonaron el país, alcanzó a 205.732, quedando un saldo de 123.390 personas, de las cuales fueron clasificadas como inmigrantes 118.913, cifra que excede a la de todos los años precedentes, con excepción de 1906.

La disminución sobre aquel año no obedece a ninguna perturbación económica ni financiera; es simplemente uno de esos fenómenos de alternativas comunes en el crecimiento tanto de los individuos como de los pueblos. Lo demuestra el hecho de que las ocupaciones para inmigrantes han sido el año pasado tan variadas y abundantes, como en los anteriores, y los jornales se han mantenido constantemente en precios remuneradores, habiendo excedido la demanda a la oferta.

Hay que observar, además, que ha crecido hasta 930 el número de localidades que atraen inmigración, diseminándola por toda la República, y hay provincias, como Mendoza, que ha incorporado a su población 9.107 extranjeros, pasando a ocupar la tercera categoría como provincia preferida por la inmigración.

Para conocer las causas del retorno de inmigrantes, hay que tener presente que la inmigración espontánea es atraída principalmente hacia los países que ofrecen estas dos condiciones: jornales elevados y probabilidades de hacer fortuna rápida. Mientras que para radicada, hay que ofrecerle tierra a bajo precio, vida barata, garantía de orden y buena justicia. Son estas últimas condiciones las que el país debe afanarse por presentar como incentivo a la afluencia de población que requiere nuestro dilatado territorio.

En todas las colonias agrícolas nacionales se ha agotado la tierra disponible, y el fisco no posee hoy tierras de agricultura en condiciones de explotación inmediata, por la distancia que la separa de los mercados de consumo o de los puertos de explotación y la carencia de medios de comunicación y de transporte. Urge por esto sancionar la ley de fomento de los territorios nacionales.

Es necesario también tener presente que hay un límite de asimilación para la inmigración, límite que no puede pasarse sin producir graves perturbaciones económicas. A este respecto nuestra situación es también muy ventajosa; mientras la mayor parte de los países de inmigración sólo consiguen radicar anualmente una cantidad no mayor de 10‰, nosotros alcanzamos el doble de ese coeficiente desde varios años atrás.

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Después de un período de gran actividad para la industria minera, en que el interés por minas de oro, especialmente, llegó a límites desconocidos entre nosotros, decayó paulatinamente, y en el año anterior sólo se han registrado 387 pedimentos, especialmente por minerales de oro, cobre, petróleo y boratos.

Sin embargo, quedan planteadas algunas explotaciones definitivas en grande escala, en las provincias andinas y en San Luis, destinadas a dar resultados remunerativos para los capitales empleados.

Los trabajos de perforaciones del suelo de la República, se llevan a cabo con arreglo a un plan científico y práctico, de acuerdo con la más conveniente ubicación de los pozos para el conocimiento geológico del subsuelo, y teniendo además en cuenta las necesidades primordiales de ciertas poblaciones establecidas en regiones donde el agua es escasa o ha escaseado por la sequía del año anterior.

De las 26 perforaciones terminadas en el año, la mayor parte han dado resultado satisfactorio, encontrándose agua potable a profundidades variables. Una en Mendoza encontró agua surgente a 44 metros de profundidad y otra dio con una napa de petróleo a 536 metros de profundidad en Comodoro Rivadavia.

Este descubrimiento, que puede llegar a transformar la faz económica de la región, obligó a suspender los permisos de cateo en los alrededores del pozo, a fin de estudiar la extensión e importancia de la napa petrolífera, su rendimiento y aplicación y como consecuencia, la forma de explotación más ventajosa al interés público. Si de esos estudios resulta conveniente la explotación por licitación pública, se os pedirá la autorización necesaria para ello.

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La meteorología sigue aumentando su importancia, extendiendo su radio de acción, mejorando sus informaciones y perfeccionando su funcionamiento: actualmente cuenta con 813 estaciones.

Es digno de notarse que se reciben datos de diez estaciones meteorológicas situadas en Chile, doce en el Brasil y seis en el Uruguay, retribuyendo estos datos con el envío de la posición de las líneas isotérmicas e isobares en nuestro país. Así se consigue tener conocimiento de las condiciones atmosféricas que prevalecen en casi toda la América del Sur, desde el Ecuador hasta el Cabo de Hornos y desde los Andes hasta el Atlántico.

Se ve, pues, que nuestra acción no se limita al estudio del clima de la República, teniendo además destacada una comisión meteorológica en las Oreadas del Sur, que ha reunido cinco años de observaciones sin interrupción, lo que da la serie más larga de estudios practicados en un mismo sitio de regiones antárticas y cuya publicación es esperada con sumo interés por todos los centros científicos del mundo.

Por fin, la sección hidrométrica continúa estudiando gran cantidad de cursos de agua y determinando sus caudales, al mismo tiempo que levanta planos acotados en las regiones que pueden ser beneficiadas por el riego o por la fuerza motriz. De acuerdo con el Ministerio de Obras Públicas, se ocupa en este momento todo el personal de hidrometría de estudiar el subsuelo de los vertederos del Nahuel-Huapi y otros lagos que concurren a formar el Lima y, siendo estos los únicos datos que faltan para la regularización de las aguas del río Negro y poder completar el proyecto de irrigación de ese valle.

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Uno de los problemas más complejos y de más difícil solución que se ha planteado en el ramo de Agricultura, es el de la enseñanza agrícola nacional. Es complejo por la extensión del país, y como consecuencia por la variedad de climas, suelos, producciones y métodos de cultivo que abarca; y es difícil, porque la solución sólo puede alcanzarse mediante la aplicación de un sistema general, guiado por un pensamiento que domine el conjunto y llevado a la práctica con elementos cuantiosos para obtener resultados después de varios años de paciente labor.

Comprendiéndolo así, el año anterior se encomendó a una comisión asesora compuesta por distinguidos ciudadanos, la confección de un plan general de enseñanza agrícola, que ha merecido el más unánime aplauso, y que sólo se espera que le prestéis vuestra sanción para ser llevado a la práctica.

Convencido de la conveniencia de adoptar ese plan orgánico, se ha puesto provisoriamente en vigencia como ensayo, a fin de que la práctica señale sus deficiencias y puedan ser corregidas antes de dictarse la ley. Oportunamente se os informará del resultado de la experimentación referida.

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El movimiento de solicitudes para el registro de marcas ele fábrica, de comercio y de agricultura, como el de patentes de invención, va siempre en una relación creciente con los años anteriores, lo que importa una prueba más del movimiento del comercio y las industrias del país, y revela que el espíritu de inventiva se desarrolla de un modo evidente.

Como dato ilustrativo basta citar que la renta recolectada por ese concepto ascendió a la importante suma de 233.363.50 pesos moneda nacional, mientras que los gastos de oficina no exceden de 25.000 pesos.

El proyecto de ley sobre modelos enviado a la consideración de V. H. exige una sanción inmediata para garantir a los artistas e industriales en el goce de sus derechos.

OBRAS PÚBLICAS

Por el Departamento de Obras Públicas se ha invertido en el último ejercicio la suma de cuarenta y dos millones seiscientos sesenta y dos mil cuatrocientos diez pesos cuarenta y tres centavos moneda nacional, y deduciendo de esos egresos el producto de los ferrocarriles de propiedad del Estado, que ha sido de diez millones quinientos doce mil doscientos ochenta y cinco pesos treinta y seis centavos, resultan abonados con rentas generales treinta y dos millones ciento cincuenta mil ciento veinticinco pesos siete centavos moneda nacional.

Aunque considerable en sí misma, esa suma es notoriamente insuficiente para impulsar un país joven, en pleno crecimiento como el nuestro, al cual no corresponde atribuir una proporción de gastos para obras públicas, con relación a sus entradas ordinarias, que pueda ser comparada a la que asignan a tal renglón las viejas naciones que han capitalizado en las edades sucesivas los sacrificios de muchas generaciones. Muy lejos estamos de la situación de esos países que aprovechan hasta hoy caminos, canales, puertos, acueductos, puentes, palacios, etc., que construyeron vigorosos antecesores en el transcurso de los siglos. Ellos lo tienen casi todo hecho; a nosotros nos falta casi todo por hacer.

Y como es evidente que no podemos afectar a las grandes construcciones que habrán de beneficiar más a las futuras generaciones que a la presente, los recursos obtenidos para cubrir los gastos de la administración, forzoso será convenir que sólo el uso del crédito, o recursos propios extraordinarios, podrán permitir adelantos materiales que el país no debe esperar por más tiempo.

Pero el crédito tiene límites que no es prudente extremar. El puerto de aguas hondas indispensable en la capital, que es el corazón económico de la República; sus canales de acceso que es necesario revestir para poderlos dragar a 28 o 30 pies; los ferrocarriles a través de las provincias despobladas, que por no ofrecer perspectivas de dividendos sólo podría construir el Estado; los de fomento de los territorios, que se encuentran en idénticas circunstancias; los diques - de embalse por -qué claman sedientas regiones cruzadas por ríos caudalosos que se pierden en arenales estériles; los puentes y caminos cuya falta mantiene en el aislamiento centros importantes de población; obras son que insumirían cuando menos un centenar de millones de pesos oro, y el crédito no podría alcanzar para tanto si hubiéramos de atenernos siempre al sistema de emisión de títulos de la deuda pública.

De ahí que mi gobierno haya tratado desde sus comienzos de reducir a su mínimum ese gastado recurso, resistiendo toda emisión, procurando encontrar en medios propios las sumas necesarias para las obras más imperiosamente exigidas, y dejando para tiempos mejores, que parecen próximos, las que no podrían hacerse de otro modo.

A tal propósito ha respondido el proyecto presentado a V. H. hace ya dos años para la construcción de cerca de cuatro mil kilómetros de vías férreas en las enormes extensiones desiertas que aún posee el Estado, construcciones ferroviarias que pueden y deben costearse con el aumento de valor de las mismas tierras por ellas colocadas en condiciones de explotación económica, sin gravar ni aún indirectamente las rentas de la Nación o los resortes del crédito.

El mismo pensamiento ha orientado a mi gobierno al someteros el contrato ad referéndum celebrado con las empresas del Central Argentino y Buenos Aires y Rosario para la venta del Ferrocarril Andino, que daría al Estado veintiocho millones de pesos indispensables para concluir las líneas nacionales en construcción; operación ventajosa por todos conceptos, sin un solo inconveniente, inspirada en una sana política administrativa, como ha sido ampliamente demostrado en una memoria especial sobre ese asunto, editada por el Departamento del ramo para informar mejor a los señores miembros de este Honorable Congreso.

Con ese recurso tan abundante como fácil, ampliado .con las partidas que anualmente votáis para construcción de ferrocarriles, se construiría sin demora la línea de la Quiaca a Tupiza, que es un compromiso sagrado con la República hermana de Bolivia, y se terminarían las líneas de Serrezuela, de Andalgalá, de Tinogasta y de Embarcación, improductivas hoy por no estar en comunicación todavía los centros productores con los mercados de consumo; se cambiarían sin pérdida de tiempo las vías destruidas de las líneas del Norte, y se completaría el tren rodante casi inutilizado de todos los ferrocarriles nacionales.

Así ampliada la red y bien dotada de todo cuanto necesita para quedar colocada en las mismas condiciones que los de propiedad particular, podría ensayarse una emisión de obligaciones sobre los 197 millones de pesos moneda nacional que importan los ferrocarriles de la Nación, para completarlos, como se requiere, con las líneas de Deán Funes a Santa Fe, de Algarrobal a Mendoza, de Embarcación a Jacuiba, y para construir las obras de embalse que se están estudiando en el Norte y Oeste de la República.

Para puentes y caminos espero que habrán recursos suficientes con el 3% del producido líquido de los ferrocarriles particulares, destinado a ese objeto por la ley número 5315.

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Con el plan financiero que acabo de trazaros, quedaría descargado de grandes sumas el recurso del crédito en sus formas ordinarias, y podría ser destinado en su totalidad a las obras portuarias, que presentan a la Nación uno de los más graves problemas administrativos. Por eso he puesto mi mayor empeño en dejar completamente expedito ese camino, dotando a cada una de las otras construcciones de sus propios medios, porque había de requerirse no menos de cincuenta millones de pesos oro para realizar un plan completo, que consultando las más vitales necesidades de la producción y del comercio, permita a las naves de gran calado aportar los beneficios del bajo flete a las márgenes del Plata y a los ríos interiores.

La solución de tan trascendental problema ya demora demasiado; el progreso del país empuja desde tiempo atrás a los gobiernos inactivos, que muy poco han hecho desde que el Puerto Madero produjo en él una verdadera revolución económica. Multitud de proyectos se han iniciado con éxito siempre negativo; se han discutido con exceso fórmulas variadas, pero continúan nuestros puertos cerrados para todo buque que pase de 21 pies de calado, y ha llegado el momento de terminar el capítulo del ampuloso debate, para completar el primer jalón del período activo de las anheladas construcciones. Os pido por ello una preferente atención para el proyecto de ensanche del puerto de la capital que el año pasado presenté a vuestra ilustrada consideración.

La Memoria de este Departamento que se os enviará en breve, dará cuenta de detalles que no corresponden a este documento, en el que debo limitarme a referir los hechos más salientes que han ocurrido en el ejercicio último.

Se han acogido a la ley número 5315 todas las empresas ferrocarrileras de jurisdicción nacional, quedando así facultado el P. E. para intervenir las tarifas siempre que el producto bruto de las líneas pase de la cifra por ella establecida. Con esa ley se resuelven todas las dificultades que en otros países han producido las inevitables fusiones constitutivas de monopolios, y puede llegarse aún hasta estimular esas fusiones, que antes traen beneficios que perjuicios desde que no pudiendo levantar las tarifas, habrán de rebajarlas en proporción de los gastos de doble administración que economizan.

La referida ley, que es reglamentaria respecto de los ferrocarriles a concederse en el futuro, sólo se refiere en disposiciones generales contenidas en los artículos 8º, 9º y 19, a los ya concedidos, lo cual ha requerido una reglamentación especial que acabo de dictar, para establecer un procedimiento general y uniforme en la fijación del capital ele cada empresa, y en la determinación de lo que comprende el “sistema” de cada una, a los efectos de las franquicias aduaneras acordadas.

He reglamentado también la manera de aplicar el impuesto del, por ciento sobre los productos líquidos de las líneas a la construcción de caminos carreteros de acceso a las estaciones, con el objeto de asegurar una elección metódica, racional y eficaz de los caminos a construirse, evitándose así preferencias no inspiradas en los intereses públicos y completando los sanos propósitos que inspiraron al H. Congreso al sancionar esa benéfica ley.

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La red general de los ferrocarriles en explotación era, al finalizar el año, de 22.498 kilómetros, lo que significa un aumento de 1446 kilómetros, y en lo que va transcurrido del presente se han librado al servicio público 797 kilómetros más. En el tráfico de pasajeros ha habido en el año último un notable aumento sobre el anterior, que se eleva al 22%, con un total de 7.606.000 viajeros. En el tráfico de carga fue el aumento insignificante (de 1%), por causa de la pérdida de la cosecha del maíz, y sólo llegó el movimiento a 27.529.000 toneladas de carga.

Los ferrocarriles en explotación tienen un capital empleado de pesos 671.689.000 oro, que ha devengado un interés medio de 5 por ciento.

La capacidad total del tren rodante disponible es de 1.054.632 toneladas en 53.328 vagones con 2.532 locomotoras.

Las estaciones de la zona agrícola disponen de una superficie de 307.539 metros cuadrados entre galpones y tinglados de las empresas de 475.276 pertenecientes a particulares, lo que da un total de cerca de un millón de metros cuadrados de superficie cubierta.

El estado floreciente de las vías férreas que cruzan nuestro territorio, estimula activamente el capital extranjero para nuevas construcciones que podrían aumentar en pocos años a un cincuenta por ciento la red ferrocarrilera, si, como lo espero, se apresura el H. Congreso a considerar las diversas concesiones solicitadas que se encuentran pendientes de su resolución. En su mayor parte han sido pedidas por fuertes empresas que dan las mayores garantías de cumplimiento de las obligaciones a que se someten, y que sin exigir ventajas que importen cargas para la Nación, sólo requieren un simple permiso .para tender sus vías en nuestras pampas todavía en gran parte despobladas.

Rescindidos los contratos de construcción de los ferrocarriles nacionales, he podido dar un fuerte impulso a las obras en todas partes con los recursos que asigna el presupuesto, y excepcionalmente por acuerdos especiales, a las que revisten un carácter de indiscutible urgencia; pero el P. E. se verá obligado a suspenderlas todas a fin del próximo Junio, si el H. Congreso no se digna proveer de recursos indispensables para continuarlos, provisión que no dudo hará, inspirándose en los altos intereses del país.

La experiencia adquirida en la construcción de las líneas de La Toma a Dolores, y de Perico a Ledesma y a Embarcación, ha venido a demostrar la excelencia del sistema de construcciones por administración, directa, que consulta las ventajas de una mayor economía en el costo, y evita los grandes trastornos producidos por contratistas sin competencia o sin capital, que van a las licitaciones con precios excesivamente bajos a desalojar a empresas más sólidas y preparadas, para luego trabar desde el primer día cuestiones que siempre redundan en perjuicio de los intereses de la Nación. Por esa razón he decidido seguir por administración las líneas del Argentino del Norte, comprendidas en los contratos rescindidos, confiando en el éxito de un sistema que sólo requiere la firmeza que estoy resuelto a observar, para designar un personal idóneo, seleccionado tan sólo por sus aptitudes, y con absoluta prescindencia de recomendaciones interesadas.

Para terminar con el capítulo de las obras públicas, habéis de permitirme que insista en el pedido que os hago de que votéis sin tardanza los proyectos fundamentales que tiene el P. E. a vuestra elevada consideración, referentes al puerto de Buenos Aires, al fomento de 105 territorios nacionales, que comprende la construcción de ferrocarriles pobladores, y la regularización del caudal de los ríos Pilcomayo, Bermejo, Río Negro y Santa Cruz, y a la terminación de las redes del Argentino y del Central Norte.

Con la sanción de esos tres proyectos, quedaría habilitado el P. E. para abrir una nueva era en los anales del progreso material del país; permitidme que invoque vuestro patriotismo al reclamar para ellos una empeñosa colaboración.

SEÑORES SENADORES, SEÑORES DIPUTADOS:

El cuadro de prosperidad nacional a que me fue dado hacer referencia en el año anterior, ha acentuado en el transcurrido las líneas vigorosas de su conjunto.

Las cifras y cómputos de producción que anoto precedentemente, demuestran el desenvolvimiento extraordinario de la riqueza pública; los múltiples factores de progreso real están en plena actividad, y el país acrecienta su poder económico y sus medios de actuación positiva en progresión cada día mayor.

Los saldos de la última cosecha, las cifras de nuestro intercambio comercial, las que representan el acrecentamiento de nuestras industrias, y en general todo antecedente relativo al adelanto material del país, demuestran que la prosperidad alcanzada es superior a los cálculos de previsión más favorables, y que esta obra de engrandecimiento determinada por el esfuerzo de un pueblo laborioso y progresista, tiene .bases inconmovibles y extraordinarias proyecciones.

Esta riqueza interna, que administrada debidamente es crédito exterior, que es valer propio y poder eficiente, que es a la vez influencia moral y fuerza positiva, dentro y fuera del país, no puede ser retardada en su marcha de evolución progresiva sin atentar contra vitales .intereses de la Nación, sin lesionar lo que el patriotismo exige mantener incólume.

Y bien, la situación política de los partidos argentinos es en este momento antítesis singular de la situación económica; casi pudiéramos decir que conspira aquélla contra ésta, que la hostiliza, que se afana por menoscabar su obra de progreso.

Las fuerzas políticas permanecen en general inconexas, sin actuación efectiva, sin organización ni condensaciones homogéneas; no está en la escena pública el espíritu de partido, el credo común, el ideal colectivo, el principio y la tendencia definida, que cohesionan, disciplinan y orientan las agrupaciones actuantes en las controversias democráticas.

Se ha substituido a la acción la expectativa, a la unidad de tendencias de cada agrupación, los individualismos antagónicos y disolventes, a la propaganda ordenada y continua de los centros políticos organizados, la prédica malsana, falsa e innoble de hojas periódicas irresponsables, que propician lo mismo la asonada que el asesinato político, que viven de la inventiva sensacional, saturando el ambiente de incertidumbres y prejuicios, y que van por desgracia en camino de hacer en la prensa nacional el oficio que en determinadas situaciones económicas hace la mala moneda, desalojando a la buena.

No es sin duda función de gobierno organizar partidos políticos y acaudillar agrupaciones determinadas en controversias electorales; pero un gobierno que, como el que presido, aspira a cimentar su arraigo en la opinión, puede y debe pedir a ésta que se constituya en condensaciones efectivas, definidas, con aspiraciones y tendencias determinadas y precisas, y que evite en esa forma los graves peligros que se crean cuando llega la hora de las grandes soluciones y no se está preparado para abordarlas satisfactoriamente.

El H. Congreso tiene a su consideración proyectos de reformas fundamentales, determinados por el propósito de ampliar las garantías legales del sufragio, ejerce con su actuación una influencia legítima en la política del país, y le corresponde, en consecuencia, en este caso una acción decisiva, como cuerpo legislativo y como poder político.

Entre tanto, se inician vuestras elevadas funciones ante la manifestación notoria del voto público que pide paz y labor. Invocando para esos anhelos y para vuestras deliberaciones los auspicios de la Divina Providencia, declaro inauguradas las sesiones ordinarias del H. Congreso en el presente período legislativo.

JOSÉ FIGUEROA ALCORTA