Mensaje del Presidente de la República Argentina, José Figueroa Alcorta, ante la Asamblea Legislativa (1909)

MENSAJE

DEL

PRESIDENTE DE LA REPUBLICA ARGENTINA

José Figueroa Alcorta

AL ABRIR LAS SESIONES DEL CONGRESO NACIONAL

EN DE MAYO DE 1909

En la Ciudad de Buenos Aires, Capital Federal de la República Argentina

SEÑORES SENADORES, SEÑORES DIPUTADOS:

La satisfacción legítima de daros cuenta del estado de la Nación en condiciones de excepcional prosperidad, se amenguaría ante los últimos sucesos, por tantos conceptos deplorables, que han alterado en los días precedentes la vida normal de esta ciudad, si no debiera agregar que el restablecimiento de la normalidad se ha producido por la gravitación natural de los mismos intereses afectados, y por la acción moderada y firme de los resortes de gobierno que ha correspondido ejercitar.

Preparada y dirigida por agitadores profesionales, que en su mayor parte entran al país y se radican, y aun prosperan, al amparo de la liberalidad generosa de nuestras leyes, la última conmoción sectaria ha llegado en la propaganda y en el hecho, a límites extremos que es urgente prevenir en lo sucesivo, como exigencia no ya sólo del orden social, sino de la estabilidad misma del país.

Una represión oficial que se acusa de excesiva, y respecto de la cual se practican los esclarecimientos correspondientes para determinar, si las hubiere, las responsabilidades del caso, ha servido de pretexto a represalias de subversión y de desorden de todo punto injustificables.

No se han ejercitado, sin embargo, medios excepcionales de restablecimiento del orden, ni se han puesto en vigor facultades y medidas extraordinarias con que provee nuestro régimen constitucional para los casos de excepción, porque el poder moral y material del gobierno de la Nación, dentro de la normalidad de sus funciones es y debe ser siempre superior a estas perturbaciones exóticas en el ambiente político y económico del país.

Esta consideración no importa desconocer el grave peligro actual y sus consecuencias funestas en el porvenir, si no se adoptan expedientes legales de previsión, que impidan la difusión y el arraigo de esta cimiente de desquicio y de odio al orden social establecido. Y a este respecto, sea cual fuere la amplitud de criterio con que se provea a la reforma pertinente de nuestras leyes penales, de la acción de seguridad preventiva y represiva, de la ley de inmigración, de la de residencia, etc.,es doloroso decirlo, pero por mi parte lo afirmo con la más absoluta convicción, la obra de defensa y de salud moral requerida, no será posible mientras subsista la impunidad para la propaganda periodística que azuza estas rebeliones siniestras y las incita a la violencia y al exterminio; mientras un órgano de la prensa nacional pueda circular impúdicamente la tesis de que los soldados del ejército deben imitar el ejemplo sectario y declararse en huelga; mientras otro exponga como idea feliz para “la noble venganza de las clases oprimidas”, que éstas nieguen su concurso a toda obra destinada a la conmemoración del centenario de la revolución argentina; y en fin, mientras los abusos de la libertad no tengan su correctivo legal, quien quiera que incurra en ellos.

Entre tanto, juzgada la situación presente con relación a las condiciones económicas, financieras y administrativas del país y del Gobierno, es muy grata la comprobación que se obtiene, de que el progreso de la Nación corresponde por su sólida grandeza, a la amplitud y vigor de los factores que lo fundamentan.

La evolución natural del robusto organismo se ha producido con las alternativas consiguientes, determinando la oscilación unas veces gradual y otras brusca y violenta, de los períodos de inseguridad o de estacionaria expectativa, como los de retroceso y de avance, que constituyen la historia del adelanto económico del país.

Hoy la marcha ascendente se opera con fuerzas tan eficientes y definidas, y es tan grande su imperio sobre el vasto escenario, que podemos considerarnos a cubierto de las vicisitudes y contingencias que corresponden al dominio de la previsión.

La prosperidad de la. Nación es un hecho sólidamente establecido sobre bases inconmovibles. Lo demuestra así la cifra en progresión constante de la producción nacional, la que corresponde al intercambio comercial del país, al crecimiento de sus industrias, a la consolidación definitiva de su crédito exterior e interno, a la evolución firme y robusta de su riqueza pública, de su poder económico, de su capacidad y aptitudes de progreso.

Cuando parece que se ha alcanzado el límite, obteniendo el máximo resultado, y el cálculo más optimista se detiene en un punto que considera inaccesible, nuevos horizontes señalan más amplias perspectivas con la base de nuevas fuentes de riqueza y producción que requieren otras actividades y medios productivos para incorporar todavía otros factores al cuantioso haber de la fortuna pública.

La uniformidad de la información que no obstante lo precedentemente expresado, he debido presentaros siempre a este respeto en ocasiones como la presente, se funda en que el fenómeno de la evolución de crecimiento es el mismo, con modalidades distintas sólo en cuanto a la amplitud de su desarrollo, manteniéndose el guarismo de los saldos favorables, y subsistiendo con la misma naturaleza e idénticos caracteres los problemas consiguientes de población, vialidad, orientación de fuerzas productoras, etc., a que he de referirme en detalle en los diversos departamentos de la administración y del gobierno.

Reitero, entre tanto, asimismo, la observación que otras veces he presentado a vuestra consideración ilustrada, a saber: que a esta situación de progreso material, no corresponde su equivalente de adelanto institucional o político, en el sentido del ejercicio constante y orgánico de los derechos cívicos.

Quizá se explica lo uno por lo otro, desde que no cabe dudar que las elaboraciones complicadas del progreso positivo estimulan actividades correspondientes, mientras enervan las que no les son directamente aplicables; y si a estas consideraciones se agregan causas que radican en antecedentes de nuestra accidentada historia política, se comprende, si bien no se justifica, la actitud de inercia y desorganización de nuestros partidos en la actualidad.

Para la mayoría de los ciudadanos en situación semejante, la actuación cívica es algo menos que una preocupación accidental, es en muchos casos un derecho que se renuncia o un deber que se elude porque se considera que su ejercicio o su cumplimiento no comporta beneficios directos e inmediatos; y como las causas anotadas no pueden removerse sin menoscabo de intereses superiores de otro orden, el problema se reduce a prevenir los efectos, armonizando intereses y tendencias que aparecen divergentes, y que son, en su conjunto, base primordial de bienestar común y progreso colectivo.

Sean, pues, cuales fueren los antecedentes del estado de cosas aludido, corresponde que la acción respectiva del Gobierno se ejercite con preferencia en el sentido de estimular y garantir la actuación eficiente de la opinión pública en las controversias políticas, y a ese propósito responderán las reformas que en lo fundamental de nuestro régimen electivo, he de tener el honor de proponer en breve a vuestra elevada consideración.

INTERIOR

La situación general del país, si se exceptúan los disturbios obreros producidos hace algunos días en esta capital, se ha mantenido inalterable en cuanto concierne al orden público, que acentúa cada día más su predominio, fundado en el progreso de las ideas y de los intereses conservadores de la sociedad; y otro tanto, debo afirmar respecto a la concordancia armónica de las relaciones oficiales de la Nación y las provincias, y de éstas entre sí.

Por causas diversas y complejas, de carácter puramente local, que han actuado con poder bastante para determinar una situación de anormalidad notoria en las provincias de San Luís y Corrientes, se ha intervenido en ambas, a solicitud de las respectivas legislaturas, y a los efectos de garantir el goce y ejercicio de sus instituciones.

En la primera de estas provincias, se limitó la intervención anterior a reconocer las autoridades legalmente constituidas; pero quedaron sin duda alguna latentes allí las causas políticas que originaron el conflicto, y éste se ha renovado en otra forma, produciendo el caso actual que el Poder Ejecutivo se ha visto precisado a abordar en el receso de vuestras sesiones y a los efectos que dejo expresados.

Desempeña esa delicada misión el señor Procurador General de la Nación, Doctor Julio Botet, y cumplidos todos los trámites legales preliminares para la organización constitucional de los poderes Legislativo y Ejecutivo, en breve se practicarán las elecciones correspondientes y se constituirá en seguida el gobierno de aquella provincia con base que debemos conceptuar firme y duradera, fundada en comicios garantidos por la más estricta imparcialidad.

El conflicto producido entre los poderes políticos del gobierno de Corrientes, originando el pedido de intervención federal subscripto por la mayoría de ambas Cámaras Legislativas de aquel Estado, ha debido también ser proveído como el anterior y a los efectos de garantir el libre funcionamiento de dicho Poder Legislativo.

Se ha confiado al Diputado Nacional, Doctor Pedro Olaechea y Alcorta el alto cometido de esta Intervención, que se ha cumplido en los términos acordados y cuyos efectos no han de tardar en dejar restablecida la normalidad y el orden constitucional de aquella situación.

Produce este estado casi permanente de agitación política la actuación partidaria caracterizada allí por intransigencias y. extremos deplorables por más de un concepto, y que con raras excepciones, son ya anacrónicos en el resto del país. La relativa facilidad de disgregación, reconstrucción y amalgama de las diversas agrupaciones o partidos, no siempre resuelven favorablemente y con caracteres de estabilidad los casos que con tanta frecuencia se presentan, y antes bien, constituye en muchas circunstancias el incentivo principal de los conflictos y disturbios.

Confiemos, sin embargo, en que aquellas modalidades singulares no primarán en adelante sobre los progresos de la razón pública y de los mismos intereses políticos bien entendidos y dejemos expresada, en consecuencia, la convicción de que el gobierno que en esta oportunidad se organiza allí, con el concurso de agrupaciones armonizadas en una tendencia común, iniciará en los hechos la rectificación del concepto con que uno de nuestros esclarecidos estadistas describía la actuación de los partidos correntinos, en permanente afán de dividirse y reorganizarse en disgregaciones y amalgamas efímeras, para impedirse recíprocamente el ejercicio regular del gobierno.

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Cada día es más justificada la preocupación que reclaman los Territorios Nacionales por su progreso y extraordinario desarrollo, impulsados por las fuerzas nuevas que se incorporan a sus actividades.

El 45% de la superficie territorial de la República Argentina está formado por las diez regiones que en nuestra administración se denominan can el nombre de Territorios Nacionales; y esta vasta zona solamente se encuentra poblada por 250.000 habitantes, es decir, por un 4% de la población total de la República. No obstante, es notorio el número de nuevos habitantes que últimamente, con sus elementos de trabajo los unos, sus capitales, grandes o pequeños, los otros, con sus industrias algunos, se radican en ellos y prosperan al amparo de las garantías que se les presta por los representantes de la autoridad nacional, que cada año aumentan y se seleccionan a la medida de los recursos del presupuesto general.

Es sensible cada día el reclamo de las tierras nacionales, las que se solicitan en compra o en arrendamiento y, al efecto, el interés que se ha despertado por conocer nuestra legislación, y las ventajas que ésta ofrezca al hombre de trabajo y a los capitales que han de incorporarse a sus riquezas naturales.

El estado floreciente de los Territorios Nacionales hace de todo punto improrrogable la substitución de su vieja ley de creación, de 16 de Octubre de 1884, por una nueva ley de toda actualidad, sobre la que puedan calcarse resoluciones urgentes y decretos reclamados por las imperiosas necesidades del progreso de aquéllos.

Esta ley, que se presentará durante el presente período legislativo, acordará a los gobernadores mayor amplitud de acción para asegurarles la eficacia de su labor administrativa; armonizará el funcionamiento de las autoridades territoriales, algunas de las que, por causas diversas, se resienten de falta de unidad de acción, tan necesaria, sobre todo en pueblos en formación y cuya deficiencia explica los frecuentes conflictos que suelen producirse; nivelará la importancia de las gobernaciones, con la proporción numérica de sus habitantes, con la capacidad económica y general de los territorios; satisfará las necesidades de sus nuevas industrias, de su comercio y la explotación de sus múltiples fuentes de riqueza; levantará la condición de sus habitantes, preparándose para los ensayos de su vida autonómica y la práctica del gobierno propio.

Para responder a esta importancia creciente de los Territorios Nacionales, solicitaránse oportunamente los fondos que son necesarios para la construcción de edificios apropiados para oficinas de las gobernaciones, comisarías y otras dependencias de que en su mayor parte carecen, así como para el refuerzo de sus policías. Se hace también necesario facilitar, por todos los medios conducentes, sobre todo para los Territorios del Sur, las comunicaciones postales seguras y frecuentes, sea por medios directos o subvencionando una compañía, que se haga cargo de tan importante servicio: la gobernación de la Tierra del Fuego aguarda los beneficios del telégrafo nacional.

Razones de carácter administrativo, consideraciones de patriotismo y de alta previsión política, aparte de múltiples conveniencias comerciales, aconsejan vincular, cada día más estrechamente, a los territorios con el resto del país, tendiéndoles vínculos que los liguen a las actividades de la Nación y por mil medios directos e indirectos, por el correo, por el telégrafo, por la navegación regular, por vías de comunicaciones de todo orden, por caminos públicos que acorten las distancias, abaraten los transportes y faciliten los intercambios comerciales, por la moneda propia que facilite las transacciones y estimule el comercio y el progreso de las industrias, independizándolas de las influencias extrañas que tienen todavía cierta propensión de preponderar en los territorios del Sur y del Oeste de la República.

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La Policía de la Capital ha cumplido de manera satisfactoria, los importantes deberes que legalmente le incumben, y en la agitación anárquica de los últimos días se ha conducido con abnegación notoria.

Las modificaciones introducidas en su organización interna, han respondido a los propósitos que las inspiraban, de simplificar y facilitar su funcionamiento, asegurando la rapidez y eficacia de sus servicios, como corresponde a la índole de la misión tan delicada que le compete desempeñar.

Sus principales ramas de Investigaciones y Seguridad, han sido objeto de atención especial para colocarlas en condiciones de llenar las exigencias de su acción preventiva y represiva, ya sea en amparo de los intereses y garantías individuales, como en la conservación del orden público.

Al constante perfeccionamiento de los resortes y engranajes del mecanismo policial, se acentúa paralelamente el estímulo en. los subordinados de toda jerarquía, la elevación del concepto con que deben apreciar el rol de la institución, y por consiguiente, el mejor criterio que determina el cumplimiento de sus delicadas funciones. No obstante, los esfuerzos desarrollados en este sentido, resultan intermitentemente contrariados por la inevitable renovación del personal a que se dedican, parte del cual cede a la justa aspiración de la mayor ganancia en otros órdenes de trabajos, y abandona la Policía cuando han hecho su aprendizaje y puede ser un factor más consciente y más útil.

Esta situación, que llega a afectar la correspondencia necesaria entre el progreso de la cultura general y la complejidad de los intereses sociales, por una parte, y las aptitudes del agente de la autoridad pública por otra, reclama las medidas adecuadas que permitan asegurar una enseñanza eficaz al personal que ingresa, y el mantenimiento en servicio, por la mejor remuneración, del ya experimentado y competente.

Son, en consecuencia, indispensables, la creación de una Escuela de Agentes, y la elevación de sus sueldos en la ley de Presupuesto.

El ensanche continuo del área de población y el incremento cada día mayor de habitantes en la Capital, exponen al servicio de la Policía, a deficiencias imputables a la relativa escasez de personal. Si la actividad social, la del comercio y del tráfico, exigen en el centro de la ciudad una vigilancia esmerada para evitar accidentes o contravenciones, en los barrios excéntricos es tanto o más necesaria por el mayor amparo que requieren los que viven aislados, en casas dispersas, lejos de los recursos y auxilios de que gozan los núcleos de población densa.

Las leyes relativas a profilaxia social y orden público, de cuya ejecución participa la Policía, se han cumplido con regularidad; pero la experiencia de su aplicación aconseja modificaciones de detalle, que permitan establecer en el hecho y con mayor eficacia sus fines esenciales. Las leyes de Residencia, de Juego, de Descanso Dominical, reclaman algunas reformas a fin de precisar o ampliar su alcance en determinados casos, y especialmente, para asegurar sus propósitos evitando que los infractores puedan, como sucede, esquivar la sanción de las mismas.

El Departamento Nacional del Trabajo se resiente aún de la carencia de una ley orgánica que establezca sus atribuciones y le otorgue facultades bastantes para requerir, con éxito, los datos estadísticos necesarios para su labor.

El proyecto de ley respectivo, elevado en Mayo de 1907 a la consideración del H. Congreso, será reproducido en las sesiones del corriente año, para salvar la caducidad en que ha caído en virtud de las disposiciones legales del caso.

No obstante, esta repartición ha demostrado actividad y labor, interesando la forma y el grado de cumplimiento de las leyes sobre el trabajo, descanso dominical en la capital y reglamentación del trabajo de las mujeres y los niños.

La primera se cumple sin dificultad en la generalidad de las industrias fabriles y en las casas de comercio mayor y menor, siendo infringida en las casas de comercio al menudeo, y especialmente por los expendedores de bebidas alcohólicas.

La única ley obrera de carácter nacional, la del trabajo de las mujeres y de los niños, sólo puede hacerse cumplir directamente, dado nuestro sistema de gobierno, en la capital federal y en los territorios nacionales. Entró en vigencia el 14 de Abril de 1908, y con ella el país se ha incorporado al movimiento de legislación obrera universal, reconociendo derechos y haciendo prácticos beneficios, que para muchos países cultos, más adelantados que el nuestro, son apenas concepciones teóricas, siendo dicha ley la primera de su índole emanada de un cuerpo legislativo sudamericano.

El Departamento del Trabajo proyectó oportunamente la reglamentación de esta ley, y aprobada por el P. E. y comunicada oportunamente a las diversas autoridades encargadas de su aplicación en esta capital, se apresuraron a dar cumplimiento a sus disposiciones. Y así, la Municipalidad ha hecho visitar numerosos establecimientos industriales con el propósito de establecer e! régimen de la ley; el Departamento de Higiene, con igual propósito, ha practicado una prolija inspección a las fábricas y establecimientos industriales en general; la policía ha sometido a los jueces correccionales todos los casos de infracción que ha conocido, evitando otras veces numerosas contravenciones y las instituciones obreras, justo es decirlo en su elogio, han contribuido también al mejor cumplimiento de esta ley, denunciando varios casos de infracción ante la justicia.

Mientras tanto, no se registra ninguna queja de los patrones por inconvenientes o perjuicios para los intereses de la industria o del trabajador, y la enumeración que se hizo de los trabajos prohibidos a las mujeres y los niños, no ha suscitado reclamos ni oposición, lo que importa sin duda un progreso, porque demuestra la facilidad con que las disposiciones legislativas se incorporan a los hábitos y usos de nuestro naciente medio industrial.

La inspección a diversos establecimientos industriales se ha producido con frecuencia, visitándose 512 establecimientos en que trabajaron 5461 hombres, 3888 mujeres y 4954 menores.

Se ha estudiado con detención el trabajo de transportes, condiciones de trabajo y en general y especial la situación gremial de los obreros; y se han practicado detenidamente las investigaciones del caso relativas al trabajo de los obreros del puerto de esta capital, gremio que más de una vez ha preocupado la atención del gobierno, por los variados conflictos suscitados y por los numerosos accidentes a que con frecuencia se ha visto expuesto. Al efecto, se les ha confeccionado un reglamento especial, con medidas preventivas y de seguridad a favor de los trabajadores.

Del punto de vista de la higiene y seguridad del trabajo, se han realizado varios estudios prácticos, especialmente sobre las industrias más propensas a ocasionar accidentes o enfermedades en sus obreros.

Se ha investigado la situación de los obreros asilados en 57 establecimientos de beneficencia general en los que hay 3552, que son en su mayoría menores de edad, adquieren buena instrucción primaria y hacen el aprendizaje de diversas industrias y trabajos prácticos.

La situación económica del obrero, fuera del trabajo y en las demás fases de su existencia, el costo de su vida normal, sus gastos de primera necesidad, sus viviendas, etc., se han estudiado con esmero, deduciéndose de las investigaciones practicadas, que nuestro obrero gasta exageradamente en su vida y vivienda, que no ahorra sobre sus salarios y que con frecuencia no ajusta a ellos sus gastos.

El precio de los artículos elementales es caro, y lo son así mismo las habitaciones, y además insuficientes y poco higiénicas.

Para remediar este mal, y mientras se realizan al respecto algunas iniciativas de carácter general y particular, se practican estudios sobre el mejor sistema de dotar a nuestros obreros de viviendas sanas y económicas, según los dictados contemporáneos de la propia y de la extraña experiencia.

Al efecto, el doctor Ernesto Quesada ha sido comisionado por el gobierno para visitar las secciones fabriles de los pueblos europeos e informarle sobre los resultados prácticos obtenidos por la acción privada y pública en esas materias.

Es sensible la necesidad de un censo obrero, con datos circunstanciados sobre la situación real de la clase obrera en la República, especialmente en la campaña y en los pequeños centros urbanos.

Dándose exacta cuenta de aquella necesidad, el gobierno ha encargado la confección de aquel censo, cuyos beneficios serán considerables y constituirá la base de estadísticas ulteriores, con el conocimiento de la verdadera distribución y clase de la población obrera del país. Esa operación suministrará datos de gran importancia para la acertada solución de las múltiples cuestiones que plantea el rápido desarrollo de nuestras industrias, y el incremento de nuestra inmigración, elementos ambos de la más elemental previsión gubernativa.

A este efecto, el Departamento Nacional del Trabajo ha iniciado una información preliminar para un censo obrero, mediante el concurso voluntario de las municipalidades provinciales. Se han solicitado informes a 550 municipalidades y comisiones de fomento, de las que han contestado la mayor parte, obteniéndose en consecuencia un resultado de todo punto provechoso e interesante.

La estadística de beneficencia, para el conocimiento de la protección que la población trabajadora recibe de la acción de las instituciones subvencionadas o costeadas por el gobierno de la Nación, se ajusta en un todo al decreto de 30 de Noviembre de 1908, y comprende a 209 sociedades que comunican con regularidad el número de personas a quienes protegen y las sumas invertidas.

Por fin, el Departamento del Trabajo estudia el movimiento de la población en las ciudades cuyo crecimiento, con perjuicio de la población de la campaña, constituye uno de los más serios problemas económicos y sociales contemporáneos.

Si los países extranjeros se preocupan del incremento que toman sus centros urbanos, donde se acumulan con frecuencia millares de trabajadores desocupados, la República Argentina está más obligada aún, si cabe, a preocuparse de este asunto, porque acaso en ningún país del mundo se nota tanta despreocupación entre el crecimiento de su gran capital y el resto de la Nación.

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En la Administración de Correos y Telégrafos repercuten naturalmente las expansiones del progreso general. Y así, el movimiento de correspondencia del año transcurrido, supera al anterior en 86 millones de piezas, sobre un total de 705 millones; las encomiendas postales internas, suman 2.020.000; y las internacionales, 200.000;los valores declarados han ascendidos a cerca de 4.000.000 de pesos moneda nacional, en 25.320 piezas de servicio interno; los valores declarados en el servicio internacional llegan a 15.500.000 de francos en 47.000 piezas; el servicio de giros postales internos y externos abonados y emitidos ascienden a 20.000.000 de pesos papel y 500.000 pesos oro.

Los aumentos que preceden en este importante servicio público, demuestran el grado a que ha llegado la organización de sus oficinas: en 1907 el Correo cumplió sus funciones con 2138 oficinas; este número ha sido elevado a 2377 en 1908, lo que representa 239 oficinas más en favor de este último año.

En cuanto a las líneas de transportes, ascienden hoy a 459, es decir. 61 servicios nuevos sobre el año anterior.

La extensión de nuestra red telegráfica es de 25.440 kilómetros, con un desarrollo de conductores de 58.809 kilómetros, y han circulado por dicha red 10.840.998 despachos telegráficos.

Se han construido 385 kilómetros de líneas telegráficas en diversas zonas, cuyo adelanto requería imperiosamente los beneficios de este servicio. En otras líneas se ha aumentado en 841 kilómetros el desarrollo de los conductores.

El capítulo de la renta general es muy halagador porque revela visiblemente los adelantos de la institución. En efecto, en 1907, la recaudación fue de 9.808.712.88 pesos moneda nacional; y como el presupuesto de gastos del mismo año ascendía a 11.579.120 pesos moneda nacional, hubo un déficit de 1.770.408 pesos moneda nacional.

En el año transcurrido de 1908 la renta aumentó en 1.150.278.08 pesos sobre la renta del año precedente, reduciéndose entonces el déficit anterior a la suma de 864.330.04 pesos moneda nacional.

La comparación de estas cifras de gastos e ingresos permite augurar que estos servicios se costearán por sí mismos en breve tiempo: y esa prosperidad facilitará la realización de mi propósito de ampliación y perfeccionamiento de los servicios postales y telegráficos, teniendo en cuenta que son ellos más que fuentes de recursos para el erario, poderosos auxiliares del progreso nacional.

La tarifa de la correspondencia para el exterior ha sido rebajada, tanto para la correspondencia ordinaria como para el derecho de certificado, de 0.15 a 0.12 cts. moneda nacional, dando así cumplimiento a las disposiciones de la Convención Postal de Roma, a la que hemos adherido.

La necesidad de facilitar la comunicación telegráfica con el extranjero, ha constituí do y constituye sin duda alguna, el problema postal de más vital importancia que ha preocupado en diferentes épocas al gobierno; su solución interesa no sólo al comercio en general y al servicio público, sino que afecta intereses primordiales del Estado, que reclaman el establecimiento de una vía directa destinada a asegurar e independizar sus comunicaciones exteriores. Un fin idéntico ha inducido a las principales naciones a no omitir esfuerzo alguno en pro de su realización: Inglaterra, Dinamarca, Francia, España, Alemania. Suecia, Rusia e Italia en Europa, y los Estados Unidos y el Brasil en América, lo han llevado a cabo en forma que permite apreciar la importancia que se atribuye y el cuidado que se consagra al establecimiento y mejora de las comunicaciones submarinas.

Este propósito es para la República Argentina tanto más indispensable, cuanto que la Convención Telegráfica de San Petersburgo, a la que el país se ha adherido, faculta a los gobiernos “para suspender el servicio telegráfico internacional por un tiempo indeterminado, si lo juzga necesario, sea general, sea solamente sobre ciertas líneas”. Esta cláusula deja a la voluntad de las naciones vecinas nuestra comunicación telegráfica con el extranjero, y si ellas fueran interrumpidas, causarían grandes perjuicios al país que puede verse así aislado en sus comunicaciones exteriores.

Se explica por esto, que la realización de esta vía directa haya sido preocupación constante del Gobierno Nacional, desde hace más de 20 años, llegándose a suscribir un contrato en que la Nación garantía el 5 % de interés sobre un capital de 55 millones de francos.

Últimamente, ante la necesidad cada día mayor de independizar nuestras comunicaciones exteriores, la Administración de Correos inició al respecto nuevas gestiones, las que felizmente han conducido a la celebración de un contrato que permitirá a la República disponer de un cable directo a Europa sin desembolso alguno.

Oportunamente tendré el honor de remitir, a la consideración de V. H. el contrato referido, confiando en que él ha de merecer vuestra sanción. Desde luego puedo adelantaros, que si este pensamiento se realiza, dispondremos de un circuito de cables de la más alta importancia, y habremos asegurado así nuestras comunicaciones con el resto del mundo de una manera estable y permanente.

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En el orden sanitario interno la situación de la República se ha mostrado totalmente despejada.

La amenaza, representada en un momento por la gran expansión epidémica del cólera en Rusia y el considerable acrecentamiento de la inmigración de esa nacionalidad que llega a nuestros puertos, ha sido hasta hoy conjurada.

La etapa realizada en el año transcurrido con la organización de los servicios sanitarios en muchas provincias, representa un gran paso en la defensa de la salud pública del país.

La ley contra el paludismo, que ha entrado en vigencia recién en la última primavera, ha comenzado a dar desde muy temprano los beneficios que de ella se esperaban.

En toda la zona infectada se ha observado en este verano una sensible disminución en el número de los enfermos, cuyas exactas proporciones no nos permiten fijar las deficiencias de nuestra estadística. En algunas poblaciones en que esto es posible, ella denuncia una reducción al 30 y aún al 25% de la media del número de casos en años anteriores.

Conjuntamente con este grato resultado inicial, en lo que constituye el objetivo inmediato de la ley, se ha evidenciado también su gran alcance social y económico, despertando la clara noción del valor de la salud y de la aptitud para el trabajo en la masa del pueblo, que será en adelante, cuando ella se robustezca más, una fuerza considerable de perfeccionamiento social, que podrá por sí sola suplir en el futuro, en gran parte, la acción del poder público en la tarea de extirpar el paludismo.

Dado el arraigo que ha alcanzado el chucho en la población del Norte de la República, sin ser combatido, sino muy insuficiente y parcialmente, y la considerable extensión de las provincias y territorios infectados, se hará, sin embargo, necesario consagrar en adelante, mayores recursos para comunicar a la campaña sanitaria el grado de vigor y de urgencia que sus altos fines le reclaman como indispensable.

Cualquiera que sea el tiempo que nos separe del logro definitivo del gran propósito de la ley del paludismo, este feliz comienzo permitirá a V. H. abrigar a justo título la seguridad de que al dictarla ha realizado una gran obra de humanidad y civilización, que redimirá a la Nación de un oneroso tributo a la esterilidad y aniquilamiento de grandes fuerzas productoras.

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La Comisión actual del Centenario, bajo la presidencia del señor Ministro del Interior, ocúpase con loable y perseverante empeño de dar cumplimiento a los preceptos de la ley número 6286; y, si por la retardada sanción de ella y la premura del tiempo consiguiente, no pudiera ser cumplimentada en todas sus disposiciones, quedará virtualmente sancionada en las que más interesa realizar, como la glorificación de nuestros grandes próceres, la exhibición demostrativa de nuestro progreso positivo, y la distribución de beneficios generales, de escuelas, monumentos, etc., por sobre todo el territorio argentino, para revivir el espíritu expresado hace cien años a la faz del mundo en la denominación de “Provincias Unidas”, y como una honrosa rendición de cuentas a nuestros antecesores.

Aunque el empeño de la labor emprendida, hace esperar que la ley será cumplida en todas sus partes, las obras y monumentos que no pueden terminarse, se inaugurarán en su base fundamental y simbólica, buscando desde luego que el apremio en la ejecución no perjudique la grandeza y la majestad del concepto y del arte.

Con ser extensa y enumeradora de prolijas cláusulas, la ley del centenario ha omitido actos, consagraciones y estímulos que aun es tiempo de incluir en el programa. Lo piden instituciones de beneficencia, de trabajo y de progreso, iniciativas de particulares y de corporaciones que merecen debida consideración.

El P. E. os presentará dentro de breves días algunos proyectos para fundar esta ampliación, y especialmente tratará de demostraros que es perentorio ampliar también los recursos para la ejecución de la ley, tal como está dictada, pues el práctico conocimiento del costo de las cuatro grandes exposiciones, de las nueve escuelas monumentales, de doce estatuas, de congresos internacionales, de plazas y edificios varios, de las publicaciones, certámenes, cuadros, juegos físicos y olímpicos y del vasto programa de festejos populares que la ley determina, impone dicha ampliación a la posible brevedad.

Debo agregar con satisfacción, por lo demás, que todas las colectividades extranjeras se preparan a demostrar en distintas formas sus vínculos de amistad y solidaridad con nuestro país, en ese día; unas, ofreciéndonos consagraciones artísticas y valiosas, y todas acompañándonos en el íntimo regocijo.

RELACIONES EXTERIORES Y CULTO

Me es grato anunciaros que nuestras relaciones tanto con los países de América como con los de Europa, se mantienen en términos de franca amistad y armonía, y que todos los actos de mi gobierno tienden a afianzar y estrechar aún más esas relaciones, pues, aparte de los sentimientos de recíproca cordialidad, el rápido y constante desarrollo comercial de este país nos lleva a buscar, por todos aquellos medios que una buena y sana política aconseja, el ensanche de mercados entre las diversas naciones donde podamos cambiar nuestros variados productos por otros que vengan a satisfacer necesidades siempre crecientes del consumo y del desenvolvimiento progresivo de nuestra población e industrias; y me complazco en poder expresar que los resultados corresponden satisfactoriamente a nuestras legítimas aspiraciones.

Así, la orientación de la política internacional del Gobierno se basa en las recíprocas manifestaciones de amistad y común interés con todas las naciones con quienes estamos en relación; y cúmpleme declarar también, por lo que toca a las que mantenemos con los países vecinos, que se ha adoptado como norma invariable, mantenerse dentro de los límites de la más estricta circunspección, para evitar todo motivo de discordancia y a fin de que se levante bien en alto la prueba de consideración y buena voluntad con que nos sentimos vinculados hacia todos ellos.

La Comisión encargada de organizar los trabajos preparatorios para la reunión de la cuarta Conferencia del Congreso Pan Americano que debe celebrarse el año entrante en esta Capital, desempeña satisfactoriamente su cometido; y, en oportunidad, se solicitarán de V. H. los fondos necesarios para atender los gastos que demande tan importante acontecimiento.

Este Congreso deberá inaugurar sus sesiones en Mayo del año entrante, y constituirá un acto de interesante y elevada significación política, en el programa conmemorativo del centenario de nuestra independencia.

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El distinguido representante del Gobierno de la República Oriental del Uruguay, ha promovido negociaciones encaminadas a eliminar los rozamientos que pudieran haber quedado con motivo de pasadas divergencias, y consolidar las buenas y amistosas relaciones que ligan a ambos países, destinados a dispensarse recíprocas consideraciones, como satisfacción a sus comunes intereses y a sus vínculos de tradición y origen.

Puedo anticipar con verdadero agrado, que dejando libradas como están, las negociaciones a la acción tranquila y serena de la diplomacia, es de esperar se llegue a una solución satisfactoria para ambos países.

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Refiriéndome al ferrocarril que ha de unirnos con Bolivia, os anuncié en el Mensaje del año anterior que los trabajos para la prolongación de las líneas hasta Tupiza, límite prefijado, continuaban, sin interrupción, de acuerdo con las convenciones preexistentes entre uno y otro país, y que un ingeniero designado por este Gobierno conjuntamente con una comisión nombrada por el de Bolivia, dirigían los trabajos de terraplenes para la continuación de la vía hasta el límite indicado. Una circunstancia inesperada vino sin embargo, a turbar el curso de las cosas: el gobierno de Bolivia declaró no estar en situación de llevar adelante lo convenido, por circunstancias que no podía vencer, y que se trataría de construir ramales de Uyuni a Tupiza y de Uyuni a Potosí. El Gobierno argentino dejó con tal motivo claramente establecida su situación, colocándose en condiciones de hacer al respecto lo que más convenga a los diversos intereses comprendidos en la solución de este asunto.

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Al hacer referencia a los asuntos de mayor importancia entre los que han sido objeto de deliberación en vuestras sesiones del año anterior, debo recordar los debates sobre materia internacional a que dieron lugar las explicaciones solicitadas por el H. Senado, en primer término, y luego la requisición de la H. Cámara de Diputados a fin de que el P. E. reiterase, de acuerdo con su minuta de comunicación de 8 de Junio, los proyectos de armamentos.

El P. E. se hizo un honor en concurrir con su pensamiento y acción decidida a la solución satisfactoria de asuntos de tanta trascendencia, iniciados con el verdadero concepto de la situación y sostenidos con convicción serena y elevada: y hoy cumple a su deber recordar el espíritu patriótico con que el H. Congreso resolvió estos asuntos de tan grande significación para los altos intereses del Estado.

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El Tratado de Arbitraje con el gobierno del Brasil, que tuvisteis a bien sancionar, quedó debidamente canjeado, y debemos congratulamos de que se haya establecido ese nuevo vínculo de unión entre dos pueblos ligados por culminantes antecedentes históricos y por intereses de grande importancia para su desenvolvimiento y bienestar, que sirven de inconmovible pedestal a sus buenas y cordiales relaciones. Aun cuando no hay motivo para suponer divergencias que puedan dar lugar con más o menos frecuencia a la aplicación del tratado, no hay por ello menos motivo para felicitarse de que exista ese medio civilizado y amistoso de resolver cualquier imprevista emergencia que pudiera ocurrir.

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Está asimismo pendiente de vuestra consideración el Tratado de Arbitraje con el gobierno de Italia; y, dadas las estrechas relaciones que existen entre uno y otro país, es lógico esperar que en el actual período .de vuestras sesiones os será dado dedicar la atención que ese asunto merece.

Ha sido también últimamente celebrado un tratado de Arbitraje con el gobierno de los Estados Unidos de América, y me complazco en anunciaros que en breve será sometido a vuestra consideración.

Cúmpleme, en fin, manifestar, que están actualmente en negociación otros diversos tratados, sobre arbitraje unos, y sobre comercio otros.

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Los trabajos de demarcación de las islas e islotes de los ríos Uruguay, Pepiriguazú, San Antonio, Iguazú y Paraná quedaron terminados, y firmadas las actas respectivas de común acuerdo por los peritos argentinos y brasileños. Se verifican al presente las últimas tramitaciones, y es de esperar que dentro de poco tiempo habrán recibido la aprobación y canje .de los respectivos Gobiernos.

En cuanto a los trabajos de demarcación de límites con el Paraguay, han quedado terminados y subscriptas las actas de común acuerdo por los peritos de uno y otro país.

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Creía poder anunciaros la terminación del Tratado de Comercio, en curso, de negociación desde hace algún tiempo, con la vecina República de Chile; pero una des inteligencia ocurrida a último momento sobre la combinación de ciertos articulas, ha dado lugar a una demora que, es de esperar, será subsanada sin mayor dificultad, conciliando los intereses de uno y otro país. Al abrigar esta esperanza, me fundo en el convencimiento recíproco de la opinión pública de uno y otro lado y de los respectivos Gobiernos, que se patentiza por el interés con que se sigue la marcha de la negociación, así como por las ventajas que han de producirse para el desenvolvimiento de ambos Estados, y que contribuirán poderosamente a consolidar sus amistosas relaciones.

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Debo recordar en esta oportunidad la distinción con que han sido honrados los Señores Doctor Don Luís María Drago, Diputado Nacional y ex Ministro de Relaciones Exteriores, y el Doctor Don Roque Sáenz Peña, nuestro actual Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario ante los gobiernos de Italia y Suiza.

El primero, nombrado de común acuerdo, por los gobiernos de los Estados Unidos de América y el del Reino Unido de la Gran Bretaña, para formar parte del Tribunal que deberá constituirse con arreglo a la Convención de La Haya, a fin de resolver las cuestiones relacionadas con las pesquerías en las costas del Atlántico Norte, en ejecución del Tratado de 27 de Enero último.

El segundo, como Árbitro del gobierno de Venezuela, para formar parte del Tribunal de La Haya, que deberá resolver las reclamaciones que tiene pendientes con los Estados Unidos de América.

Es altamente satisfactoria la designación de estos ciudadanos, por la, consideración que refleja sobre el país, al elegirlos entre sus hombres de mayor preparación intelectual, para conferirles tan conspicua figuración, aparte del honor que personalmente se les dispensa, apreciando sus méritos, rectitud y aptitudes para compartir las responsabilidades en tan encumbrados tribunales.

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Cumplo con satisfacción el deber de renovar las manifestaciones que hice a V. H. el año anterior, de que la Iglesia Argentina sigue desempeñando eficazmente su misión y que los dignos prelados encargados de la Arquidiócesis y de las Diócesis, son objeto de merecidas atenciones de parte del Gobierno, a las que aquéllos corresponden dignamente.

Las dotaciones que el presupuesto asigna, en general, a los obispados y al clero, se mantienen sin modificación alguna, por causas diversas; pero el P. E. confía que en breve las altas dignidades de la Iglesia quedarán mejor dotadas, para poder llenar con mayor holgura y decoro la digna y elevada misión que su jerarquía les impone.

Creo ser fiel intérprete de una aspiración pública al manifestar a V. H. la conveniencia de llegar a la formación del clero argentino para la provisión de los cargos eclesiásticos, y que éstos sean ocupados por ciudadanos que, por su educación y antecedentes, su moralidad y honradez, puedan contar con la confianza pública en el ministerio que desempeñan; y para realizar tan elevados propósitos corresponderá que V. H. se sirva asignar los recursos necesarios para la construcción y terminación de los Seminarios de la Arquidiócesis y de las Diócesis de la República, en los que adquieren los jóvenes consagrados al sacerdocio, la educación adecuada para ejercerlo dignamente.

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La Sociedad de Beneficencia de la capital, institución nacional que tantos servicios presta al país con la asidua y humanitaria dedicación de las distinguidas damas que la desempeñan, sigue dispensando su benéfica atención a los diversos hospitales y asilos que tiene a su cargo, a la vez que ensancha esos establecimientos para alojar más cómodamente yen mejores condiciones higiénicas a los numerosos pacientes que en ellos se asilan. Y debo agregar, que son tanto más meritorios sus esfuerzos, si se tiene en consideración que los recursos de que disponen son sin duda alguna insuficientes para atender debidamente las exigencias que el incremento diario de los asilados requiere; pero el Gobierno se preocupa por su parte de proporcionarle los medios a su alcance, y confía en que V. H. ha de proveer en oportunidad a aumentar los recursos destinados a esta institución, por tantos conceptos benemérita.

La ley sobre asilos y hospitales regionales empieza a dar los benéficos resultados que se tuvieron presente por V. H. al sancionarla.

Los distinguidos médicos que componen la Comisión Asesora, encargada de llevar a efecto dicha ley, se han preocupado de estudiar con todo detenimiento la mejor ubicación que debe darse a los hospitales regionales, tarea que terminaron, formulando el programa a seguirse y que fue aprobado en oportunidad; y hoy puedo informar a V. H. que se encuentran en. construcción dos grandes hospitales mixtos para alienados y retardados, el primero en Oliva, provincia de Córdoba, y el segundo en Torres, departamento de Luján, provincia de Buenos Aires, y otro común en Resistencia. Este último se terminará en el presente año, y los otros dos en 1911.

También debe iniciarse en este año la construcción de un hospital común destinado a atender las necesidades de Salta, Tucumán y Jujuy, el que se levantará en la primera de las citadas provincias; y se estudia, además, la ubicación más apropiada para establecimientos análogos destinados a otras regiones de la República.

HACIENDA

El ejercicio económico de que voy a daros cuenta, constituye tanto para el criterio propio como para el juicio extraño, la confirmación de lo que precedentemente afirmo, esto es, de que alcanzamos una época de incuestionable progreso en todos los órdenes de la actividad.

Los antecedentes que paso a exponeros demostrarán en efecto, que si la situación económico financiera de que os informé el año anterior, era altamente satisfactoria y alentadora, hemos conseguido superarla, con un mayor desarrollo y más útil expansión de las fuerzas vivas del país, no sólo como producto de la actividad y la producción nacional, sino también como fruto de iniciativas de gobierno y de una labor administrativa cada día más celosa y eficaz.

Las favorables circunstancias .aludidas, que se traducen en el acrecentamiento de los recursos, han permitido clausurar el ejercicio de 1908 con notable disminución de las principales cifras que de tiempo atrás venían atestiguando cuanto cuesta restablecerse de las perturbaciones económicas y financieras. Al mismo tiempo, se reflejan de modo evidente en el resumen rentístico del ejercicio terminado, que es el siguiente

Recursos en efectivo, presupuestos, calculados:

                    $ o/s. 57.830.105.44                               $ m/n. 83.766,358.75

Recursos en efectivo presupuestos, recaudados:

                   $ o/s. 68.121.341.94                                $ m/n. 100.368.362.37

En total, el producido de la renta alcanza a pesos moneda nacional 255.189.594.05, suma de la que el 60.63 % ha sido recaudado a oro y el 39.37% a papel.

Comparando esta cifra con la de los recursos calculados para el mismo ejercicio, es satisfactorio comprobar un excedente de pesos m/n. 40.000.000, que corresponde a un aumento efectivo de la renta, de un 6%, sobre el ejercicio inmediato y confirma los augurios optimistas que formulara, a este respecto, en mi mensaje anterior.

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Por el Presupuesto de 1908, el P. E. estaba autorizado a invertir $ m/n. 223.915.443, en efectivo y $ m/n. 9.330.910 en títulos. Con imputación a esas autorizaciones, solamente se ha gastado 220.038.128 $ m/n., quedando por consiguiente más de $ m/n, 13.000.000 sin gastar, dentro de lo autorizado.

En cumplimiento de leyes especiales sancionadas por V. H. se han invertido $ m/n. 23.153.070, de los que, la mayor parte ha correspondido a los departamentos de Agricultura, Obras Públicas y Justicia e Instrucción Pública.

En la atención de urgentes necesidades no previstas, se ha gastado con imputación a diversos acuerdos, $ m/n. 9.245.624, suma de poca importancia, relativamente, si se tiene en cuenta que se trata de un ejercicio administrativo desenvuelto bajo la base de un Presupuesto estudiado dos años antes.

Por lo tanto la inversión total ha sido de $ m/n. 252.436.823, suma que comparada con el producido de la renta y demás recursos previstos por el Presupuesto, que alcanzó a $ m/n, 257.831.646, arroja una diferencia de $ m/n. 5.394.823, que es un excedente en disponibilidad, un superávit real.

Este excedente de los recursos sobre los gastos es mayor todavía, y alcanza a $ m/n. 8.392.842, si se considera que están comprendidos entre las inversiones $ m/n. 2.998.019, anticipados de rentas generales para adelantar el cumplimiento de las leyes 5559 y 6011, de fomento de los territorios nacionales, y construcción y equipo de los ferrocarriles del Estado, cantidad que a la fecha se ha reintegrado al tesoro nacional con el empréstito levantado para los indicados fines.

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Al comenzar el año 1908, la deuda exigible, formada por los diversos créditos cuyo pago no se había alcanzado a realizar dentro de los ejercicios respectivos, era de 34.064.160.50 $ m/n. Esta cantidad fue amortizado en $ m/n, 29.887.802.04 durante el último ejercicio; pero como por razón del mismo trámite de los expedientes de pago, han pasado de dicho ejercicio al del corriente año, obligaciones por $ m/n. 21.500.000, de los cuales, durante el primer trimestre se han pagado $ m/n. 16.545.640.57, la deuda exigible ha quedado, por lo tanto, reducida a $ m/n. 9.130.717.98, minimun, no alcanzado desde hace muchos años y bien aceptable dentro de las exigencias propias del orden administrativo.

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Las economías introducidas en los gastos, el propósito de no usar de las autorizaciones para emitir títulos, y la aplicación regular de los excedentes de renta a la realización metódica y progresiva de las obras públicas más reclamadas por el desenvolvimiento del país, han mantenido la confianza general, permitiendo efectuar esas obras en condiciones favorables de precio y de plazo y afianzando el crédito nacional con la valorización de todos sus papeles.

Así, durante el último ejercicio, el Tesoro adelantó $ 5.774.507.87 m/n., elevando a $ m/n. 66.758.230, la cifra de los anticipos pagados en efectivo por cuenta de emisiones autorizadas.

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Todo esto es halagüeño, porque al mismo tiempo que afirma la mayor capacidad económica del país, permite apreciar los frutos de una política administrativa basada en el orden, en la economía, en la previsión, y preocupada sobre todo de robustecer el crédito de la Nación.

En tal sentido, compláceme poderos comunicar que ya no existen letras de Tesorería en circulación, porque consecuente con los propósitos expresados por el P. E. a este respecto, esos valores han sido retirados totalmente de la plaza.

Puede estimarse el esfuerzo que tal hecho representa recordando que al 31 de Marzo de 1906 la circulación de letras de Tesorería sumaba $ o/s. 1.700.529 y $ m/n. 8.015.289, sumas que al 31 de Marzo de 1907 habían quedado reducidas a $ o/s. 411.437 y $ m/n. 4.995.253.

Con igual satisfacción, puedo comunicaros que también ha quedado extinguida al presente la deuda de giros sobre créditos a corto plazo en Europa, que al 31 de Diciembre de 1906 era de $ 8.820.000 o/s., de $ o/s. 4.032.000 en igual fecha de 1907, y que al 31 de Marzo del presente ejercicio, había sido reducida a $ o/s. 504.000.

Todo este ordenamiento general de las finanzas se ha conseguido sin recurrir a expedientes de ningún género, sin extremar los recursos de que dispone la administración, sin haber hecho uso, durante el ejercicio terminado, del crédito que el Gobierno tiene en el Banco de la Nación, ni haber empleado los recursos provenientes del empréstito últimamente negociado, en la realización de todas las mejoras financieras que dejo anotadas.

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La deuda interna ha sido amortizada en $ 1.206.500 m/n. y $ o/s. 17.306.900, quedando en 31 de Diciembre de 1908, en $ m/n. 104.540.700 la deuda a papel y en $ 38.198.800 la deuda a oro. La aparente disminución de la deuda a oro, proviene de haberse dejado sin efecto la inscripción del bono autorizado por la ley número 5129, para completar el aumento del capital del Banco de la Nación.

Pero efectuado, a esta fecha, el empréstito de que os informo más adelante, esa disminución no existe ya, si bien en el cuadro de la deuda interna a oro no aparece la cifra a que se eleva actualmente por haberse realizado la mencionada operación de crédito en el presente año.

La deuda externa se ha amortizado en $ 5.049.966.59 oro sumando $ o/s. 314.743.608.67.

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Las leyes números 5559, 5681 y 6011, de fomento de los Territorios Nacionales, aumento del capital del Banco de la Nación, y construcción y equipo de los ferrocarriles nacionales en las provincias, autorizaban al Gobierno para hacer uso del crédito a fin de apresurar la realización del programa de extensión y perfeccionamiento de la red ferrocarrilera del Estado, y de dar a su principal institución de crédito las facilidades reclamadas por el desarrollo más eficiente de su acción sobre todos los órdenes de la actividad industrial y comercial.

Con el propósito de adelantar la ejecución de ese programa, se inició su cumplimiento anticipando de rentas generales las sumas necesarias, a la espera del momento más propicio para negociar el empréstito que debía proveer de los recursos correspondientes.

Después de la honda crisis sufrida, y tras largo y difícil período de restablecimiento, la República Argentina, por primera vez, iba a presentar su crédito a la discusión y al juicio, siempre vigilante y celoso, de los grandes mercados monetarios, sin rehenes de vencimientos que rescatar, ni desahucios desalentadores a temer, por cuanto, halaga el sentimiento nacional decirlolos altos dividendos de los capitales invertidos dentro del país, en Bancos, Ferrocarriles, Compañías comerciales e industriales pregonaban su riqueza; los crecidos saldos que la balanza comercial acumulaba anualmente en las arcas de la Caja de Conversión, atestiguaban su laboriosidad y poder de producción, y la paz, asegurada por la eficacia de múltiples esfuerzos, garantizaba el trabajo y robustecía los ideales de progreso cimentados sobre todo en las conquistas del riel y del arado.

Por otra parte la importante operación de crédito no se realizaba para costear gastos improductivos, ni para cubrir necesidades de mera administración, ni para invertir su producido en el acrecentamiento de la defensa nacional, porque, como lo he declarado ya, los gastos que ésta ocasione serán cubiertos con los recursos ordinarios y sin crear gravámenes de ningún género para el contribuyente.

Se trataba, pues, de un empréstito que hemos realizado por diez millones de libras esterlinas, para llevar a cabo grandes y provechosas obras públicas, en las que, sólo en el presente año, el departamento respectivo invertirá más de 45.000.000 de $ m/n., y para elevar el capital del Banco de la Nación a la cantidad que realmente necesita ese poderoso organismo financiero para ser, hasta en las más apartadas regiones de nuestro territorio, el propulsor de toda empresa industrial o de comercio, de toda iniciativa que necesite el concurso del capital para triunfar y prosperar, dando frutos de adelanto y multiplicando la riqueza y prosperidad del país.

Es con el concurso feliz de las circunstancias que dejo expresadas y que son el resultado del progreso que hemos alcanzado a fuerza de voluntad, de labor y de perseverancia, y a la vez la consecuencia de una política financiera que ha tenido a través de situaciones diversas, como principio de honor pagar religiosamente las deudas de la Nación a costa de cualquier sacrificio, que nos ha sido posible finalizar la negociación de tan crecido empréstito con los más respetables y poderosos núcleos financieros de Europa y América, sin garantías y a tan alto precio que representa el restablecimiento definitivo del crédito argentino, cotizado hoy en los grandes mercados monetarios al igual de los países más prósperos y de más sólida situación económica.

Los antecedentes y detalles relativos a esta operación, desde que fue iniciada hasta haberla dejado terminada satisfactoriamente, serán publicados en la Memoria de Hacienda con la debida extensión.

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Si el restablecimiento del crédito es un hecho del que, con justa razón, debemos sentirnos halagados, la solución definitiva de la cuestión monetaria es todavía un problema que preocupa con vivo interés, tanto a la opinión pública como al Gobierno, pues fácilmente se aperciben los signos que indican de modo indudable, que estamos ya próximos a afrontar la resolución decisiva de problema tan esencial, que afecta toda la vida económica de la Nación en una de sus condiciones primordiales.

En efecto, durante; el pasado ejercicio, el fondo de conversión ha sido aumentado en $ o/s. 5.237.593.54, elevándose a pesos 25.000.000 oro al 31 de Diciembre de 1908.

En lo que va del año, ese fondo alcanza a $ 28.000.000 oro, y no es aventurado asegurar que en breve término habremos sobrepasado los límites fijados por la ley.

Además, en igual fecha, la circulación fiduciaria era de $ 581.272.167 moneda nacional y el oro en depósito alcanzaba a $ o/s. 151.721.723.

Esta afluencia de oro ha ido en aumento durante el primer cuatrimestre transcurrido, y al 30 de Abril último la Caja de Conversión tenía depositados en sus arcas $ o/s. 168.536.793. Por consiguiente, el total de oro que responde a la circulación fiduciaria representa más del 66% de la misma.

En presencia de tales hechos, ya no es discutible siquiera que la ley 3871 nos ha aproximado a la deseada solución del problema monetario; y si bien es cierto que sus beneficios son más evidentes cada día, y que ella ha creado una situación firme al mercado en su comercio interno y externo, que ha dado base sólida al desenvolvimiento de nuestras industrias, que ha normalizado con regularidad los precios y los salarios y que ha fijado, en fin, una relación estable entre la moneda de los pagos y la de los cambios, no es menos cierto que todas esas ventajas, producto de la ley, y de su constante aplicación, no satisfarán completamente los anhelos del país mientras no se llegue a la consagración definitiva de tales hechos, por obra de la conversión, aspiración lógica y legítima en la situación de prosperidad que hemos alcanzado.

El P. E. se preocupa con la dedicación y prudencia necesarias, de tan grave cuestión, sintiendo y recogiendo las palpitaciones de la opinión pública, de tal modo que llegado el momento de la solución definitiva, nos encuentre apercibidos para considerarla en todas sus fases, y resolverla de manera que resulten beneficiados los intereses permanentes del país, sin producir dificultades, violencias o trastornos, ni para el individuo ni para el Estado.

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Al inaugurar las sesiones del último período, llamaba vuestra atención respecto de varias emisiones de bonos que simulando la moneda nacional, circulaban en algunas provincias por autorización de los respectivos gobiernos. El P. E., dentro de sus atribuciones constitucionales, dictó un decreto fijando un plazo prudencial para el retiro de esos valores, decreto que ha sido contestado por los gobiernos a quienes interesaba, manifestando que se daría cumplimiento a lo que en él se establecía; es este pues un asunto que podemos considerar felizmente terminado.

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El Banco Hipotecario Nacional es cada vez factor más importante del desenvolvimiento económico del país.

El ahorro solicita con creciente interés la inversión segura que proporcionan sus cédulas como una de las mejores aplicaciones del capital, y la institución está contribuyendo poderosamente a la valorización y aprovechamiento de vastas extensiones territoriales que permanecían hasta hoy improductivas.

Se ha agotado el aumento de su emisión, autorizada por la ley 5538, distribuyéndose con equidad los préstamos entre la capital y las provincias; pero el Banco vuelve a encontrarse con numerosas solicitudes y se hace necesario arbitrar los medios para satisfacerlas equitativamente.

Creo que una institución tan vinculada al progreso agrícola e industrial del país, debe ser cuanto antes colocada en situación de llenar amplia y cumplidamente su objeto, y que cuanto se haga en obsequio del desarrollo del crédito hipotecario ha de redundar en beneficio general de su riqueza.

Se hace pues indispensable ampliar nuevamente su capital, y a este objeto he de someter inmediatamente a vuestra consideración un proyecto de ley que realice el propósito de que el Banco Hipotecario pueda con toda liberalidad seguir desenvolviendo su fecunda acción.

Nuestras dos instituciones de crédito, el Banco de la Nación y el Hipotecario Nacional, han operado con el mayor éxito, facilitando los negocios, estimulando las iniciativas del trabajo y multiplicando sus energías.

El Banco de la Nación, ha cerrado uno de sus ejercicios más brillantes. Hecho efectivo el aumento de su capital por la negociación del empréstito, la robusta institución bancaria está habilitada para realizar todos los beneficios que se tuvieron en vista al dictar la ley respectiva y a los que he aludido anteriormente.

Con los recursos especiales que el Banco puede dedicar a las operaciones de cambio, siempre le ha sido posible controlar su mercado y ha influido ventajosamente en la regularización de sus tasas.

El último ejercicio le ha dejado una utilidad de pesos moneda nacional 7.318.591.08.

Su misma carta orgánica es hoy deficiente e impropia para el más regular y ventajoso funcionamiento, y el Gobierno y el Directorio .actual del Banco se ocupan de preparar el proyecto de su reforma para .someterlo también a la consideración legislativa.

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La revisión del arancel aduanero se hace cada vez más necesaria para introducir en él modificaciones de importancia que han de favorecer tanto al comercio como al fisco y al consumidor, traduciéndose en aumentos de beneficios para el primero, de renta para el segundo, y haciendo más fácil la vida para el último, especialmente, en lo que respecta a las clases menos favorecidas por la fortuna.

Las leyes impositivas no han sido modificadas desde 1905, año en el que se sancionaron reformas de notoria importancia, suprimiéndose impuestos que si bien constituían renglones de elevadas cifras en el capítulo de la renta, gravaban la producción nacional, y modificándose en sentido favorable muchos otros en virtud de una clasificación más metódica y equitativa.

Aquellas reformas, no han afectado mayormente el producido de la renta, que ha continuado aumentando en sostenida proporción y acusando en sus cifras, la creciente vitalidad del país.

Esto significa que estamos en condiciones de estudiar las reformas aduaneras con un criterio favorable para el contribuyente, en los ramos de mayor y más necesario consumo, debiendo ser muy parsimoniosos en los aumentos de derechos, pues el estudio de las estadísticas de nuestro comercio nos demuestra que en muchos casos el rendimiento no es proporcional a dicho aumento, ocurriendo al contrario que los aumentos teóricos corresponden en la práctica, a notables disminuciones de renta.

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El Gobierno espera la aprobación por parte de V. H. del reglamento proyectado por la comisión especial que se nombró para el estudio de las cuestiones referentes a la implantación de una zona franca en el puerto de La Plata, para proceder a habilitarla. Sin embargo, se ha dado ya comienzo a las construcciones necesarias para el establecimiento de la zona comercial, por tratarse de obras muy sencillas y de poco costo, no siendo este el caso de las exigidas en la zona industrial y en la de los astilleros.

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Los intereses del comercio exterior se encuentran íntimamente vinculados con los del cabotaje nacional y con el tránsito fluvial y terrestre de las mercaderías extranjeras destinadas a las naciones vecinas.

Tal coordinación de intereses comerciales ha impreso un carácter peculiar a los problemas tocantes al fomento del cabotaje, cuyo desarrollo debe ser paralelo al de nuestros puertos, contribuyendo al progreso de las poblaciones mercantiles y obrando como factor importante de la prosperidad de la marina mercante nacional. Son numerosas las iniciativas tendientes a estimular esta navegación interior que han sido presentadas a vuestra consideración, después del proyecto de ley remitido por el P. E. el año 1892.

Entre tanto, se ha propendido a desembarazar el cabotaje de todo lo que fuera traba innecesaria para la mejor fiscalización, y esperamos poder reducir también las formalidades aduaneras relativas a las cargas de removido, siempre que los armadores se sujeten a los procedimientos actualmente en práctica en los ferrocarriles que las conducen a los países vecinos.

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Preocupa al Gobierno cuanto se relaciona con la mejor forma de percepción de la renta y espera someter a vuestra aprobación algunos proyectos de reformas de los impuestos internos.

Puedo desde luego adelantaros la necesidad que hay de modificar la ley de impuesto a los alcoholes y bebidas alcohólicas, para que desaparezca la situación desventajosa en que actualmente se ve la industria nacional, obligada a competir con la extranjera favorecida por la ley de aduana.

Me propongo también someter a vuestra aprobación otros proyectos de reforma sobre las leyes de impuestos a los específicos y a los fósforos, encaminadas a corregir la desproporción que ahora Se nota entre el impuesto único de los primeros y el valor de las mercaderías gravadas, y la posibilidad de que el pago del impuesto y, por lo tanto, la renta fiscal pueda depender de un simple detalle de forma del envase, como sucede con los segundos.

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El servicio de los puertos de la República ha sido satisfactorio, a pesar del excesivo trabajo a que han debido responder, y el tráfico de las cargas de importación y exportación se ha hecho sin entorpecimiento debido a las disposiciones adoptadas para evitar los abarrotamientos de otras épocas. Sin embargo, nos preocupan las cifras cada vez mayores de esta estadística, por lo cual creemos que todo debe desde ahora encaminarse a la solución más ventajosa para ese gran tráfico del futuro.

El comercio exterior de la República mantiene vigorosamente su creciente desarrollo y los saldos que arroja no pueden ser más halagüeños, como expresión numérica de lo que representa y vale la producción nacional.

Así, en el primer trimestre del corriente año, las importaciones suman $ o/s. 73.208.538, y las exportaciones $ o/s. 140.231.340, lo que da un saldo, a favor del país, de $ o/s. 67.202.802.

Y si comparamos las exportaciones del primer trimestre del presente año con las del correspondiente a 1908, constataremos, en favor de aquél, un aumento de 24.603.508 $ o/o., es decir, de 21.2%.

En las importaciones, las cifras estadísticas del primer trimestre transcurrido revelan también sostenido crecimiento y todo hace esperar que a fin de año el monto de las importaciones pasará de pesos oro sellado 310.000.000, y de 460.000.000 $ o/o el de las exportaciones, con lo cual nuestro comercio exterior ascenderá a muy cerca de 800.000.000 $ o/s., y marcará el más alto grado del florecimiento alcanzado por el país en sus fuentes de trabajo, de producción y de vida.

Finalmente, y como signo comprobatorio de lo anteriormente manifestado, tiene verdadera importancia el hecho de que en el primer trimestre del corriente año la importación de metálico haya sido de pesos oro sellado 24.770.684, esto es, de $ o/s. 10.502.005 más que en igual período de 1908.

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Tales son los principales hechos del ejercicio económico de 1908. Ellos evidencian que el país ha logrado, no sólo restablecer su crédito sólidamente, sino hacerlo reconocer de modo indubitable e imponerlo en los mercados que marcan la ley al mundo financiero. Demuestran también que los esfuerzos de la política administrativa del Gobierno tienden de modo seguro y uniforme a introducir la verdad en el presupuesto, a conseguir la unidad de éste, a equilibrar los gastos con los ingresos, a no usar imprudentemente del crédito ni separarse de la regla según la cual los gastos ordinarios de la Nación deben satisfacerse con los recursos ordinarios de la misma, en una palabra, a establecer un sistema de finanzas basado en la verdad, el orden, la economía y la previsión,

Pero es indudable, que esto solo no basta para que la organización de nuestro sistema de hacienda, responda a todas las exigencias actuales y a las que se diseñan en el porvenir, por cuanto es menester preocuparse de modificar las leyes que rigen la contabilidad y la administración, para darles mayor eficacia y elasticidad, suprimiendo en ellas lo que sirve de rémora e introduciendo toda reforma que la experiencia propia y ajena nos presente como adecuada para lograr una fiscalización más rápida y segura, y una organización más ordenada y simplificada dentro de la misma complejidad de tan vasto organismo.

Necesario será también dedicar un detenido estudio a nuestro sistema impositivo en todas sus aplicaciones para establecer en él aquellas modificaciones de equidad y de progreso aconsejadas por el exacto conocimiento de las cuestiones que suscitan los diversos intereses sociales y económicos en pugna, y que respondan al principio fundamental de que el impuesto debe ajustarse a las fuerzas económicas del país.

Mejorados los resortes de la administración de hacienda, en posesión de todos los medios conducentes a lograr que sus funciones le permitan vigilar rigurosamente la percepción de la renta, controlar las inversiones de cualquier dependencia que sean, con toda verdad, intervenir con la debida autoridad en las cuestiones que afecten la economía del Estado, y prever, con garantías de certeza, el posible desarrollo de los fenómenos económicos y financieros que interesan mayormente al país, desde el punto de vista de la estabilidad de su crédito y fomento de sus progresos, es indudable que dispondremos del factor más importante para asegurar la normalidad de la vida económica de la República y para contribuir a que sus finanzas sean la base sólida, respetada y proficua de todo adelanto positivo.

JUSTICIA E INSTRUCCIÓN PÚBLICA

El P. E. se preocupa constantemente de colaborar, dentro de su esfera de acción, en la obra patriótica de consolidar los prestigios di nuestra administración de justicia.

Los tribunales federales cumplen su alta misión social, satisfaciendo los anhelos públicos. La justicia ordinaria de la capital tropieza aún con dificultades en su marcha, que le impiden realizar el ideal de la justicia rápida, pues la ley de organización de los tribunales, sancionada cuando ni la población, ni las transacciones civiles y comerciales alcanzaban la enorme importancia que es notoria en la actualidad, no responde ya a las exigencias impuestas por el desarrollo de nuestra capital, y creo que es de imperiosa necesidad afrontar sin demoras la reforma de aquella ley, si no queremos mantener sobre esta rama de la administración de justicia un motivo permanente y cada vez más justificado de descrédito.

El P. E. ha prestado una especial atención al estudio de esas reformas, llegando a la conclusión de que es indispensable dotar a la justicia ordinaria de las leyes de carácter orgánico que son urgentemente reclamadas y, como complemento, dictar también la ley de organización del ministerio público. Pienso que existe la necesidad de afrontar el problema en toda su integridad, llegando a lo que se ha llamado la “unificación del fuero” y haciendo desaparecer la anomalía de dos jurisdicciones dentro de un mismo territorio federal, no obstante ser igualmente nacionales los jueces llamados a administrar justicia.

En las primeras sesiones ordinarias del presente período someteré a la consideración de V. H. el respectivo proyecto de ley sobre este punto.

Fuera de las dificultades provocadas por las deficiencias de la ley orgánica, me es especialmente grato manifestaros la satisfacción con que observo el hecho de que, en general, el prestigio de la justicia argentina va acentuándose cada día más, gracias a la laboriosidad y al patriotismo con que los dignos magistrados que la forman desempeñan sus elevadas funciones.

Por lo demás, me preocupo también de levantar en lo posible el concepto de la justicia de menor cuantía, procurando proveer los respectivos cargos con ciudadanos que aporten al desempeño de esas delicadas tareas, el concurso de una conciencia recta y de una honorabilidad indiscutida. En el corriente año los nombramientos de juez de paz han recaído en las personas más caracterizadas de cada distrito, y aunque me sea desagradable decirlo, debo manifestar a V. H. que, salvo raras y muy honrosas excepciones, ellas no han respondido al anhelo general, renunciando a prestar los servicios que se les reclamaba en nombre del patriotismo y de los prestigios de la justicia de paz. Se hace necesario, también, preocuparse de una reforma a ese respecto que haga eficaz su organización, y el P. E. se preocupa de estudiarla para someterla, en su oportunidad, a vuestras deliberaciones.

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El problema carcelario continúa siendo motivo de serias preocupaciones y creo que no podrá quedar definitivamente solucionado, mientras no se resuelva la construcción de cárceles regionales en toda la República, ya que la capacidad económica de las provincias no les permite realizar el esfuerzo pecuniario que importaría aquella solución.

Entretanto el P. E. ha prestado la atención posible a esta exigencia por lo que se refiere a la Capital Federal, donde el alojamiento de los encausados y condenados a prisión era de tal manera inconveniente, que hacía imposible hasta la aplicación de los más elementales preceptos de la higiene. El P. E. consideró oportunamente esta situación que había venido agravándose de tiempo atrás, y solicitó y obtuvo de V. H. al finalizar el período anterior de sesiones ordinarias, un crédito extraordinario para la terminación de la Cárcel de Encausados. Ahora bien, tengo la satisfacción de anunciaros que, a pesar del breve tiempo transcurrido, aquella situación ha desaparecido, y acaban de inaugurarse en los últimos días ocho nuevos pabellones con capacidad para alojar quinientos diez recluidos. Dichas obras continúan con toda actividad y espero que en el transcurso de este año, habremos conseguido terminar la segunda sección, en forma que consulte las más avanzadas indicaciones de la ciencia penal a este respecto.

Con esas obras complementarias, el problema de las cárceles en la capital habrá quedado resuelto para cincuenta años más, y nuestra cárcel nacional, cuyo prestigio ha salvado ya los límites del país para ser considerada en el extranjero como un establecimiento modelo entre sus similares, podrá consolidar esta reputación, realizando por primera vez su destino de Cárcel Penitenciaria.

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La Instrucción Pública continúa absorbiendo la atención gubernativa en las diversas fases de su organización total, y el P. E., que reconoce la importancia capital de su desarrollo para el progreso de la cultura nacional, procura en todo momento estimularla por medio de una acción constante y asidua.

La instrucción primaria ofrece, desde luego, el problema del analfabetismo, como un motivo de general preocupación, aún cuando no pueda ser él imputado a otras causas que a la enorme extensión de nuestro territorio y al desenvolvimiento de nuestras riquezas que obligan a repartir las poblaciones en forma tal, que hace difícil la fundación de todas las escuelas necesarias y la atracción de los niños a sus recintos. Son, pues, causas de orden geográfico y económico, las que no permiten satisfacer tan de inmediato la generosa aspiración nacional de suprimir radicalmente el analfabetismo en el país; pero las autoridades educacionales de toda la República, se encuentran en estos momentos consagradas, casi por entero, a combatir, en todas las formas posibles, aquellos inconvenientes, y abrigo la esperanza de que el Censo General de la Educación que actualmente se levanta, nos ofrecerá la oportunidad de comprobar, a este respecto, un nuevo progreso de nuestra cultura, suministrándonos, al mismo tiempo, elementos de juicio para apreciar el camino recorrido y para preparar eficazmente la acción del porvenir.

Entre tanto, se palpa un aumento sensible en la población escolar de toda la República, que de 597.203 alumnos concurrentes a las escuelas nacionales, provinciales y particulares, que arrojan las estadísticas de 1907 llegó el año transcurrido, a 620.210, y la inscripción del presente año en la Capital y Territorio Nacionales, permite esperar que esta cifra se elevará considerablemente.

El P. E. presta la debida atención a la tarea de formar maestros de instrucción primaria, fomentando la implantación de escuelas normales en sitios apropiados, y muy especialmente destinadas a preparar el magisterio rural, del que tanto se necesita para difundir en las campañas las más elementales nociones del saber.

Con este propósito el P. E., además de las escuelas creadas por la Ley General de Presupuesto, ha fundado con imputación a la partida especial que solicitó de V. H. oportunamente, para atender a las exigencias de nuevas creaciones, la Escuela Normal Mixta de Maestros de Gualeguay, cuya necesidad se había presentado como de urgente satisfacción, por los estudios practicados por el Ministerio del ramo, y las Escuelas Normales de Maestros Rurales de Santa Rosa de Toay y Posadas, para servir a las necesidades de los importantes territorios nacionales de la Pampa Central y de Misiones, así como también la de Dolores, en. Córdoba, destinada a satisfacer las mismas reclamaciones en la parte de dicha provincia y de la de San Luís, colindante con aquella población.

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La Instrucción Secundaria y Especial se desenvuelven regularmente, acrecienta día a día el número de los que la solicitan, y me es particularmente grato consignar el hecho dé que las escuelas especiales destinadas a formar profesionales de la industria y del comercio, se distinguen por el aumento de sus poblaciones y penetran en el espíritu del pueblo, atrayendo a sus aulas un número considerable de aspirantes. En el presente año se ha establecido la Escuela Complementaria Industrial para Obreros que el P. E. organizó el año ppdo.,como anexa a la Industrial Superior de la Nación) yen los primeros días de su apertura su inscripción ha superado las más optimistas previsiones. Se han abierto, asimismo, dos nuevas Escuelas Profesionales de Mujeres en la Capital y en Tucumán, con halagüeñas perspectivas.

En cuanto a los Colegios Nacionales, el P. E. procura vigorizar en lo posible la organización actual, deficiente, sin duda, y muy especialmente en esta clase de Establecimientos, por falta de una ley orgánica que fije los lineamientos generales dentro de los cuales debe desenvolverse la Enseñanza Secundaria en todos sus aspectos.

El P. E. piensa que es preferible reunir pacientemente todos los antecedentes que permitan suministrar una idea tan acabada como sea posible de su verdadera situación, así como el pensamiento de los que se dedican a la enseñanza, antes de proponerse el proyecto de la ley orgánica que debe dictarse, si queremos definir francamente el progreso de la Instrucción Secundaria; y a ese fin ha ordenado una investigación entre el profesorado nacional, que en breve tiempo más quedará terminada. Si al concurso eficiente de estas opiniones, se agregan las sugestiones que ofrecerá también el Censo a este respecto y el estudio de la evolución que la Enseñanza Secundaria ha seguido desde su iniciación hasta la fecha, para tenerla, como corresponde, en debida cuenta, el H. Congreso podrá afrontar el problema y resolverlo con toda conciencia y con todo acierto. Dicho estudio se viene practicando por el Ministerio del ramo, y estará posiblemente terminado para ser ofrecido a vuestra consideración, también antes de fenecer las sesiones ordinarias del presente período.

Entre tanto, el Gobierno regulariza y consolida los establecimientos existentes, con medidas destinadas a vigorizar la disciplina y el prestigio de los Colegios, procurando al mismo tiempo, garantir su desarrollo y su progreso por el concepto de su personal directivo y docente que hoy, coadyuva con toda decisión al éxito de la tarea.

En el presente año la inscripción en los Colegios Nacionales ha tenido un aumento sensible, habiéndose elevado de 6.409 que arrojan las estadísticas de 1908, para toda la República, hasta 7045, sin contar la de los Colegios Incorporados que ha crecido desde 2097 hasta 2297 en el mismo período.

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La formación del profesorado nacional ha sido motivo de atención también por parte del Gobierno, y el Instituto Nacional del Profesorado Secundario que había sufrido en su existencia una crisis muy honda, acaba de abrir sus cursos con 475 alumnos que aspiran a vincular sus actividades a la enseñanza.

El P. E. confía en que el éxito de sus gestiones a este respecto ha de definirse francamente, si se mantiene el criterio de llevar a la cátedra de los Colegios Nacionales, a aquéllos que estén habilitados por el título que el Estado les expide y por la resolución de establecer la enseñanza como la profesión de su vida. Pero este resultado, para que no sea efímero, debe ser robustecido por medidas de estímulo que consideren entre otras, la situación económica de los profesores, y a ese efecto el P. E. someterá a vuestra consideración, las ideas que a su juicio deben ser tenidas en cuenta para resolver la adopción de aquellas medidas.

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La Edificación Escolar ha seguido desenvolviéndose dentro de los recursos que se le asignaron, y en el curso del año transcurrido se ha terminado la construcción de 12 establecimientos, entre Colegios Nacionales, Escuelas Normales e Institutos Especiales, continuándose la de 10 más, que posiblemente quedará finalizada en todo el corriente año. Fuera de estos edificios, está definitivamente proyectada la construcción de 3 Colegios Nacionales, 4 Escuelas Normales y 1 Instituto Especial, cuyos trabajos no es posible iniciar por haberse agotado los fondos que para estos fines autorizó la Ley Nº 4270.

Se halla a la consideración de V. H., con sanción de una de las Cámaras un proyecto de ley autorizando nuevas sumas para continuar la resolución de este problema tan importante a los fines de la enseñanza. Me permito recomendaros el más pronto despacho si queremos evitar las consecuencias que entrañaría la paralización de los edificios actualmente en construcción y la demora en iniciar los proyectados.

Por lo demás el P. E. se preocupa de buscar en esta Capital, de acuerdo con la autorización que le ofrece la Ley General de Presupuesto para el corriente año, los terrenos más apropiados para la edificación de Colegios Nacionales, cuyas instalaciones actuales son desde todo punto de vista inconvenientes y hasta perjudiciales para los intereses de la enseñanza que en ellos se suministra.

Oportunamente el Ministerio del ramo os ofrecerá con todo detalle el cuadro de los trabajos realizados durante el año transcurrido, y os informará, también ampliamente, sobre los propósitos del Gobierno respecto de cada uno de los problemas que se relacionan con este Departamento.

GUERRA

La disciplina del Ejército, justo y grato es decirlo, se afianza cada día más sobre la base de la unión moral de sus constitutivos, del verdadero concepto de los deberes y del goce efectivo dé los derechos correspondientes a todas las jerarquías de la institución militar.

Rindo debida justicia a sus merecimientos, al dejar constancia del eficaz concurso del ejército en el sostenimiento de la autoridad y del orden en los graves sucesos de la huelga pasada.

En la organización regional se ha: continuado la obra de descentralización emprendida, asignando a todos los servicios una autonomía cada vez mayor y funciones progresivamente más extendidas a medida que van siendo dominadas las primeras dificultades y que el ejercicio de una iniciativa inteligente se hace más general. De día en día se avanza en la tarea de sustituir los procedimientos centralistas de administración y de comando, legado de nuestro viejo ejército anterior al servicio obligatorio, y ya inadecuado a las circunstancias del presente por otros que aseguren el funcionamiento autónomo de los diversos órganos de la institución armada.

Como base de todo el edificio, el reclutamiento requiere una atención, preferente, que se le ha prestado, procurando que disminuyan las molestias impuestas a los ciudadanos, que sea más difícil eludir fraudulentamente la carga pública del servicio, que se reduzcan los gastos originados por las operaciones de reclutamiento, y que los Distritos tengan autonomía suficiente para desenvolverse sin la intervención inmediata de los comandos regionales, y menos de las autoridades centrales. Al conjunto de estas medidas debe atribuirse que la clase del 88 haya tenido un 5% más de presentados que la inmediata anterior.

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A la vez que se perfeccionaba el reclutamiento de la tropa, se ha proveído también al de los cuadros, en los cuales se hacía sentir un gran déficit tanto en .las clases como en los oficiales. Para lo primero se ha establecido la Escuela de Clases, que cuenta actualmente con más de 500 alumnos y que ha producido 278 cabos distribuidos ya en el ejército; al mismo tiempo se ha ofrecido, especialmente a los sargentos, ventajas positivas, y se les ha asegurado una remuneración y un trato más conveniente. Con estas medidas tendremos clases no sólo más numerosas sino superiores en instrucción y moralidad.

En lo que respecta a los oficiales, se han organizado cursos abreviados en el Colegio Militar, se ha ampliado el número de becas y el de pensionistas y se ha admitido un cierto número de oficiales de reserva a un curso especial, para incorporarlos luego al ejército de línea. El total de los alumnos del Colegio es actualmente de 452; Y como resultado de estas medidas, producirá este año 20 oficiales y 200 el año próximo, con los que quedarán cubiertas todas las vacantes de subtenientes.

Tampoco se han descuidado otros medios que puedan poner a disposición de nuestras formaciones de reserva oficiales mejor preparados que los que sólo han satisfecho el mínimum de condiciones impuesto por la ley. Al efecto se ha incorporado a los cuerpos, por el término de dos meses un número crecido de oficiales “de reserva hasta el grado de capitán inclusive. Esta disposición ha quedado incorporada a la normalidad de nuestra vida militar, y los gastos que ella origina se han abonado de economías realizadas.

A más de los oficiales que practican en Alemania, se envían este año a aquel país seis jefes de la jerarquía de Mayor y Teniente Coronel, a seguir las maniobras anuales, después de haber estado agregados tres meses a cuerpos de su arma, no debiendo exceder de seis meses el tiempo total que permanecerán estos oficiales fuera del país.

También se autorizará a algunos oficiales superiores en número mayor de 4 a seguir cursos de información en los ejércitos europeos, por el término de un año. Los trabajos que dichos oficiales presenten a su regreso serán clasificados e ilustrarán sobre su preparación y competencia.

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El proceso de la descentralización ha alcanzado también a los servicios sanitarios que por primera vez han recibido una organización que les permitirá desempeñarse normalmente en caso de movilización.

Insisto en hacer resaltar la obra de descentralización realizada, porque ella es talvez la que mayor fuerza real agrega a nuestro Ejército; sólo el ejercicio habitual de funciones autónomas y la resolución diaria de las dificultades del servicio dentro de facultades propias, coloca a las autoridades militares en condiciones de proceder en la acción con la energía e iniciativa que son condición primordial del éxito, desterrando la funesta tendencia a esperar órdenes, origen en la guerra de tantos desastres y en la paz de la mayor parte de los retardos y tropiezos en el servicio.

Durante el período de instrucción, se han aplicado los nuevos reglamentos tácticos puestos en vigencia provisoriamente, y como se esperaba los resultados han sido satisfactorios. Tal resulta de los informes de los jefes de cuerpo que el Estado Mayor General ha centralizado. El progreso es sobre todo sensible en la parte del empleo de las armas en el combate, cuyas prescripciones no sólo emanan de los principios más racionales, sino que consultan la experiencia de las últimas guerras y los adelantos más recientes de los armamentos. Están ya imprimiéndose los textos definitivos en los que se introducen aquellas correcciones que el ensayo practicado aconseja.

La instrucción ha sido coronada por maniobras que por primera vez se efectuaron en todas las regiones. Los programas han sido los más adecuados para dar útiles resultados, habiendo funcionado en esa ocasión los servicios de abastecimiento, que han merecido bien ganados elogios.

Está ya estudiado el plan general de maniobras para este año, en el cual, por primera vez, maniobrarán en detalle y en conjunto cuatro regiones, base de otras tantas divisiones de ejército, operando las unas contra las otras.

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Una reforma, de la que fundadamente se esperan los mejores frutos, es la creación del Cuerpo de Oficiales de Administración que viene a devolver al servicio de armas los muchos oficiales que las funciones administrativas distraían de él. No es esta la única ventaja de mayor tiempo para la preparación a la guerra de sus unidades conservando sobre la parte administrativa atribuciones de impulsión y contralor, desapareciendo la anomalía del procedimiento hasta ahora seguido, en el que los inferiores, con mengua de la disciplina, ejercían el contralor del superior que administraba. Se tendrán también las ventajas que resultan de toda especialización.

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Esos adelantos en la organización y en la instrucción, serán completados con la dotación del nuevo material de guerra, cuya construcción ha dado principio ya. V. H. dio eficiente sanción a las proposiciones del P. E. respecto de las adquisiciones necesarias, y en virtud de ella, el país contará pronto con un material bélico de primer orden y suficientemente completo para proveer a todas las necesidades de la entrada en campaña de su ejército.

Dotado de una organización adecuada que le permita llegar a. la eficiencia conveniente en número y en calidad, provisto de armamentos y pertrechos de guerra en armonía con ella, el ejército Argentino estará en aptitud de ser la sólida garantía de la paz que el país necesita para completar su gran evolución orgánica.

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La ley 4707, complementada por modificaciones posteriores, ha echado las sólidas bases sobre las cuales descansará por mucho tiempo la defensa nacional. El período de servicio es suficiente para que el ciudadano llamado a la filas pueda recibir la instrucción necesaria, y los efectivos, que la ley de presupuesto puede aumentar a medida de las necesidades, tienen por lo tanto, elasticidad suficiente para adaptarse paulatinamente al desarrollo de nuestro poder militar. Nada hay que cambiar fundamentalmente en la constitución de nuestro servicio obligatorio, pero en el mecanismo mismo de su aplicación el estudio y la práctica han mostrado que sería útil introducir algunas reformas, principalmente en lo relacionado con las operaciones del reclutamiento y de la movilización, a fin de hacerlas más sencillas y rápidas. También es necesario incorporar a la Ley Orgánica militar las disposiciones que hayan de regir definitivamente los servicios auxiliares del ejército.

El estudio de las modificaciones necesarias está terminado y será sometido a V. H. en las primeras sesiones del período que empieza.

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En las sesiones del año anterior tuve el honor de elevar a vuestra consideración un plan completo de las construcciones que el ejército necesita para cuarteles, servicios administrativos, de reclutamiento, técnicos, sanitarios, comandos regionales y dirección superior.

Dicho plan de construcciones fue sancionado por una de las Honorables Cámaras, y abrigo la convicción fundada de su solución definitiva, pues el estudio que se haga del proyecto, determinará sin duda alguna la resolución de autorizarlo legalmente, para complementar positivamente los adelantos del ejército, y la aplicación de las leyes que lo rigen.

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En la próxima conmemoración patriótica de la Independencia, las, instituciones armadas del país deben tener la figuración que corresponde al esfuerzo glorioso de nuestras armas en la epopeya nacional.

A este efecto, y en lo que al ejército concierne, nada le dará mayor realce e importancia que una demostración práctica de su estado de adelanto, de sus medios efectivos de acción, de su capacidad y aptitudes para corresponder dignamente en toda emergencia a sus honrosos antecedentes.

En mérito, pues, de estas ideas, el P. E. solicitará de V. H. oportunamente, la autorización y recursos necesarios para convocar hacia fines de Abril 12.000 reservistas, para realizar durante un mes una prueba de movilización, en la que por primera vez veremos desenvolverse en sus funciones propias, depósitos de movilización y demás órganos sobre los cuales reposa el pase al pie de guerra, lo que permitirá comprobar si el organismo del ejército nacional funciona normalmente, y servirá a la vez de contralor de la instrucción que recibe el conscripto, permitiendo comprobar en qué grado esa instrucción persiste en el ciudadano vuelto a la vida civil.

Al celebrar el Centenario, tendremos pues más de 30.000 hombres bajo banderas, estando en esa fecha colmados los claros de los cuadros de oficiales subalternos y de clases, ejército consolidado por una organización racional y por una instrucción teórica y práctica cada día más adelantada, ejército moderno en su preparación y armamento, pero en el cual alienta el alma antigua de aquellos ejércitos que la América llamó “libertadores”, el alma del pueblo argentino, realzado en la historia por su amor a las grandes empresas y a las nobles causas.

MARINA

El P. E. ha manifestado en diversas oportunidades al tratar el último proyecto de armamentos navales, que había de su parte el propósito de verificar un concurso general para las adquisiciones que se autorizaran, y consecuente con esto, una vez votada la ley se procedió sin pérdida de tiempo a invitar a las principales casas constructores de Europa y de Estados Unidos a que presentaran propuestas sobre los tipos estudiados por nuestra marina, para el total o parte del material a construirse, según la especialidad o capacidad de cada una; y además todos los proyectos que quisieran presentarse con las ideas propias de cada casa, dentro del precio máximo que se les fijó.

Este llamado ha tenido la mayor aceptación, pues se han presentado treinta y ocho casas, que comprenden el total de las invitadas, más algunas de menor importancia comercial, que concurrieron espontáneamente.

El número de proyectos recibidos por nuestra Comisión Naval en Londres asciende a ciento cuarenta y cuatro, de los cuales sesenta y siete, procedentes de diez y ocho casas, son para acorazados, y setenta y siete para destructores de primera y segunda clase.

Con tal abundancia y variedad de elementos para el estudio que sobre ellos se hace ahora en Europa, y que repetirá aquí muy pronto la Comisión de jefes superiores que preside el Ministro del ramo, el Gobierno espera que las naves que se adquieran reunirán todas las condiciones que la experiencia de las principales marinas haya sancionado y las innovaciones recientes que sean un perfeccionamiento real.

Se espera asimismo, que el costo del material estará dentro de los límites más bajos con que pueda contar un país que necesita adquirirlo en el extranjero, porque la construcción se hará dentro de plazos normales, sin pago de primas de apremio, ni tampoco de remuneraciones a intermediarios, puesto que la Comisión Naval se entiende directamente con las casas, y además, según la condición del concurso, en el precio que pidan éstas no se debe dejar ningún gasto imprevisto hasta entregar los buques concluidos, probados y litas para navegar y entrar en combate.

Me es agradable anunciaros que el P. E. espera que del material autorizado por ley, podrá dejarse sin construir, por ahora, una parte por valor de treinta millones de pesos moneda nacional.

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Siguiendo el procedimiento establecido desde el año anterior para la instrucción general, han sido movilizados en el corriente, por cuatro meses, el total de la escuadra de combate, y por menor tiempo todos los elementos auxiliares y el número de torpederos que corresponderían, de los existentes, a la defensa de Bahía Blanca.

Las maniobras de la escuadra, de carácter estratégico y táctico, tiro en el mar y operaciones de puerto, actualmente en curso, se hacen con el mayor empeño por el personal, tanto superior como subalterno.

Los meses restantes del año deben emplearse en la conservación y arreglo del material, en la enseñanza preliminar en puerto de los nuevos conscriptos, y en el funcionamiento de las escuelas de especialidades, con la necesaria actividad de mar para ellos y para el personal permanente por medio de los buques auxiliares anexos a los arsenales, la fragata escuela “Presidente Sarmiento” y el buque escuela de artillería.

Sin perjuicio de mantener un núcleo de buques en estado de armamento durante todo el año, este sistema de movilización genera! es no sólo el más conveniente, sino también indispensable para ejercitar eficientemente nuestras fuerzas navales para la guerra, y a la vez con la mayor economía posible y el mejor aprovechamiento de los gastos.

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Ante el propósito bien laudable que actualmente persiguen el P. E. y el H. Congreso, de ayudar a nuestra marina mercante, la de guerra deberá poner mayor empeño en la cooperación que, más que en otros países, le corresponde por lo que respecta al personal, a causa de la falta de inclinación en nuestro pueblo por la vida de mar y las escasas iniciativas particulares para inducirlo a ella.

Una de las razones principales para dar ventaja a los buques de bandera argentina, debe ser el empleo de gente nativa, a fin de que el hijo del país tenga un nuevo medio de vida, y la marina de guerra otra fuente más de personal en actividad para caso de emergencia.

Como es sabido, desde hace años la escuadra prepara en un instituto especial los oficiales y capitanes argentinos mercantes, en tanto que los mecánicos, debiéndose atender asimismo, por primera vez, a la formación del personal subalterno nativo, abundante y preparado desde una temprana edad.

Por estas consideraciones, en el próximo proyecto de Presupuesto se propondrá un aumento y mejoramiento de las becas de la Escuela de Pilotos y de alumnos en la de Mecánicos y Electricistas y la creación de dos escuelas con un total de mil alumnos, menores de edad, para la formación del personal subalterno, mercante, de cubierta y de máquinas, del cual se tomará también para la escuadra. Debiendo los egresados de estas escuelas quedar inscriptos en la reserva naval, su participación en un futuro próximo en las tripulaciones de los buques que hacen navegación de cabotaje, daría derecho a los armadores a nuevas y mejores ventajas que las que por el momento puedan concederse sin dicho requisito.

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Entre los trabajos hidrográficos que constantemente ocupan oficiales de la escuadra, debo mencionar por su importancia el de Bahía Blanca de 7.000 metros cuadrados de extensión, fuera del área topográfica, en su mayor parte de bancos y canales, que después de cuatro años de prolija tarea acaba de terminarse con la impresión de los planos correspondientes para uso de la navegación general y la demarcación de la mejor ruta por boyas luminosas en una extensión de 55 kilómetros.

Gracias a este nuevo balizamiento, costeado con los recursos del Ministerio de Marina y que ha inaugurado recientemente un buque mayor de la escuadra, podrán por primera vez los barcos mercantes surcar en navegación nocturna los trechos peligrosos de esta gran zona marítima de exportación, con ahorro del tiempo que a la espera del día, comúnmente perdían a la entrada o a la salida, lo que importa una ventaja bien considerable para los intereses comerciales.

AGRICULTURA

En todo lo que comprende las industrias agrícolas, la República ha seguido dando pruebas de un poder de producción, de un desarrollo y de una vitalidad económica que la llevan rápidamente a ocupar uno de los primeros puestos como país productor en el mercado universal.

Conocéis ya el plan general para el fomento de esas industrias y el aumento de la población, trazado por mi gobierno, y cúmpleme manifestaros que se lleva adelante, sin haber encontrado razones para modificarlo.

Varios proyectos de ley correspondientes a dicho plan, esperan vuestra sanción, entre otros, el de la Enseñanza Agrícola, destinado a organizar metódicamente los establecimientos que han de educar a los agricultores del porvenir con una base científica y práctica, de manera a obtener las mayores ventajas posibles de la feracidad de nuestro suelo; el del Cabotaje Nacional, destinado a proteger nuestra naciente marina mercante, sin perjudicar la navegación extranjera.

En breve se os presentará otro proyecto de ley, destinado a facilitar la explotación de los yacimientos de petróleo encontrados en Comodoro Rivadavia, de acuerdo con las exigencias locales y los métodos de la industria moderna.

El desarrollo del trabajo nacional y el acrecentamiento de la riqueza pública, tienen una de sus exteriorizaciones más características en las cifras de nuestro comercio internacional. En conjunto, nuestro intercambio durante el año pasado alcanzó la cifra de 638.980.000 pesos oro, correspondiendo de esta considerable suma 272.908.000 pesos a la importación y 386 millones a la exportación, dejándonos un saldo favorable de 93 millones de pesos oro.

Este saldo explica el aumento de la existencia de oro, energía latente que encuentra colocación provechosa en nuestras industrias.

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Se han alcanzado halagüeños resultados con los productos de la agricultura y de la ganadería.

En efecto, 8.230.000 hectáreas sembradas de trigo, lino y avena, fuera de otros cultivos, prometían sobrepasar la cosecha de 1907 en un 11%, y a no haber mediado los contratiempos climatéricos de todos conocidos, especialmente las heladas extemporáneas del mes de Octubre, tal promesa se hubiera realizado A pesar de todo, la producción agrícola del año anterior se ha elevado a 4.400.000 toneladas de trigo, 1.086.000 de lino y 850.000 toneladas de avena, cantidades que permiten a la República seguir ocupando en el mercado mundial el puesto prominente que el trabajo nacional y la feracidad del suelo le han conquistado.

La exportación de productos de la agricultura alcanzó a 241.700.000 pesos oro. Por otra parte, los productos de la ganadería han llegado a exportarse por una suma mayor de 115 millones de pesos oro. De manera que la agricultura y ganadería nacionales han contribuido con la suma de 356.800.000 pesos oro al comercio de exportación, cifra que pone de relieve la fecundidad de estas dos fuentes principales de riqueza, que engrandecen y dan renombre al país en el exterior.

Las perspectivas comerciales del presente año son igualmente satisfactorias. La cosecha de maíz superará en mucho a la del año anterior, que fue de 3 ½ millones de toneladas, y dadas las altas cotizaciones que han alcanzado y mantienen los cereales en el mercado universal, podemos confiar en que el valor de lo exportado en la primera mitad del año, sobrepase el de 1908, que por otra parte ha sido la mayor exportación registrada hasta el presente en nuestras estadísticas comerciales.

Si no acontece nada anormal, la ganadería debe también aumentar sus productos y mejorar algo sus precios; de manera que todo hace esperar que nuestra exportación agropecuaria exceda este año a la del anterior, oscilando alrededor de 400.000.000 de pesos oro.

Esta situación general próspera de las industrias agropecuarias, se refleja en la actividad de las transacciones y aumento de valor de la propiedad rural.

Las ventas de bienes raíces en la campaña, durante el año pasado, se extendieron sobre 7.287.000 hectáreas, representando un valor de pesos 215.794.000 moneda nacional; y los préstamos hipotecarios afectaron 7.365.000 hectáreas, sumando algo más de 126 112 millones de pesos de igual moneda, cifras que evidencian el gran interés que despierta la tierra destinada a las industrias madres.

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Nos encontramos hoy, como país de inmigración, en una situación realmente ventajosa. Ligados con la Europa por comunicaciones frecuentes y rápidas, con un vasto campo de producción y abundante trabajo bien remunerado, con el prestigio de nuestra riqueza siempre creciente, atraemos en forma de corriente continua, importantes masas de población provenientes de diversos países especialmente de aquéllos que tienen connacionales ya establecidos entre nosotros.

El año 1908 entraron al país por vía marítima 255.710 inmigrantes, cifra nunca alcanzada anteriormente. De ese total de personas quedaron entre nosotros 170.298.

Si se acepta que nuestra población era el 3 de Diciembre último, de 6.484.000 habitantes, de acuerdo con los datos de la Oficina Demográfica Nacional, resulta que ha venido al país un inmigrante por cada 25 habitantes, y que se ha radicado uno por cada 38 habitantes. Estas proporciones entre la llegada y la radicación de inmigrantes, que vienen repitiéndose con poca variación desde los últimos años, parecen indicar que nos hallamos casi en el límite de nuestro poder de absorción y radicación de extranjeros, creencia que por otra parte, se robustece al compararnos con otros países de inmigración, ninguno de los cuales la ha recibido, ni radicado jamás, en las proporciones que nosotros.

En efecto, 170.298 inmigrantes entrados por vía marítima, 5728 llegados por vía fluvial, todos radicados; 10.050 pasajeros, que también han quedado entre nosotros, sumados a la inmigración que penetra por las fronteras terrestres y al crecimiento vegetativo, nos han hecho ganar casi 300 mil habitantes por año, de los cuales la mitad son elementos de producción. Vale decir que hemos crecido en población tres veces y media más de lo normal, siguiendo el aumento vegetativo.

Así se explica la rapidez con que se forman año tras año, nuevos núcleos de población por todos los ámbitos de la República, llevando los beneficios de la producción y la riqueza a lugares hasta hace poco desiertos y sin ninguna ciase de recursos.

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La Comisión que tuvo a su cargo el levantamiento del Censo Agropecuario de la Nación, procediendo con una actividad y competencia digna de encomio, ha terminado en el breve espacio de un año, este laborioso y complicado trabajo, debiendo empezar a repartirse, dentro de pocos días, los resultados de este inventario, en tres gruesos volúmenes editados en castellano, francés e inglés.

El cómputo de la riqueza agropecuaria de la República, realizado en condiciones satisfactorias, con el entusiasta y patriótico concurso de los gremios interesados, alcanza cifras que con razón sorprenderán a propios y extraños, y que revelan sobre qué bases tan sólidas y prósperas descansa la fortuna pública argentina.

Este gran inventario comprende 222.174 explotaciones agropecuarias, con una extensión de 1.167.955 kilómetros cuadrados, poblados por 29 millones ele bovinos, 67 millones de ovinos, 7 ½ millones ele equinos, 1 ½ millones de porcinos, 4 millones ele caprinos, ½ millón de mulares y 285,000 asnales.

Los valores que representan esas riquezas, calculados con un espíritu moderado y circunspecto, ascienden a 7.790 millones de pesos, iguales a 3.867 millones de pesos oro, correspondiendo ele este enorme total 6.495 millones al valor de la tierra, 1.479 millones al ele los ganados, 630 millones al de las instalaciones fijas y 186 millones al de las máquinas e implementos. La extensión total de los alambrados que limitan y dividen las propiedades rurales, es de 1.017.500 kilómetros lineales.

Muy pronto V. H. tendrá a su disposición la publicación que contiene los resultados y resúmenes de este censo; y entonces podrá apreciar otros datos y revelaciones interesantes que no es posible consignar en este documento, a menos ele contrariar su índole y proporciones.

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Los trabajos de levantamiento y compilación del censo ele las industrias de transformación y manufactura, se han realizado luchando con la exigüidad de la suma disponible para ese objeto y contra la inercia de algunos gremios y autoridades.

Hasta el presente, solo se tienen datos completos de la Capital y de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y Santiago del Estero. En su conjunto, esos datos ele muestran la importancia que van adquiriendo día a día, las diferentes industrias de transformación entre nosotros.

En esas cinco circunscripciones existen 21.477 establecimientos industriales, que emplean maquinarias de un poder de 157.300 caballos de vapor, disponiendo de un capital de 466 millones de pesos nacionales, transformando por valor de 381 millones materia prima del país, y 143 millones por la extranjera. Esas fábricas efectúan ventas al año que alcanzan a 909 millones de pesos, y suministran trabajo a 196.600 personas

Estos datos generales, evidencian el creciente desarrollo de las industrias del país; su estudio solo podrá hacerse cuando se complete el trabajo de! censo.

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En los anales de la minería nacional, el año 1908 se señalará como el del principio de las investigaciones más empeñosas para descubrir petróleo, que parece abundar en la República.

Desde el feliz descubrimiento de una poderosa napa de ese mineral, en Comodoro Rivadavia, se ha confirmado o descubierto su existencia, en cantidades más o menos importantes, en Cabo Alarcón, en la cordillera del Neuquén, en Mendoza, en Orán y en la laguna de la Brea. La enorme distancia que separa los dos puntos extremos, muestra la trascendencia que pueden llegar a tener tales descubrimientos, pues de confirmarse algunos de ellos, se podría dar por resueltos todos aquellos problemas cuya solución depende de una fuente de energía poderosa y económica.

La falta de nevadas en las cordilleras durante la estación de invierno y la sensible disminución de lluvia durante la primavera y verano pasados, han influido en los escasos caudales de casi todos los ríos y arroyos del país y han hecho descender en muchos puntos el nivel de las aguas subterráneas. Los pedidos de perforación que como consecuencia se han formulado, han puesto de manifiesto la escasez de perforadoras con que cuenta la sección de Hidrología, evidenciando la necesidad de aumentar sus elementos.

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Las invasiones de langosta asumieron el año anterior, proporciones extraordinarias. Cerca de la mitad del territorio de la República, la parte más poblada y rica sufrió las consecuencias de tan molesta plaga. Sin embargo, los perjuicios causados por ella sólo alcanzaron al 6 ola para el maíz, el cultivo más perjudicado por esa causa, pérdida mucho menor que la ocasionada por la sequía.

Estos hechos prueban que la Defensa Agrícola es una institución que paulatinamente mejora sus medios de acción y es hoy un auxiliar indispensable para proteger las cosechas de la agricultura.

La suma invertida por ese concepto, ascendía al 31 de Marzo a pesos 11.771.704; pero hay que tener en cuenta que se habían hecho adquisiciones de materiales que costaron 2.191.391 pesos moneda nacional.

Pienso que la Defensa Agrícola debe tener carácter permanente, para salir de lo eventual y entrar en el camino de lo que exige una administración ordenada. A este fin os someteré un proyecto de ley destinado a darle la estabilidad que reclama con urgencia.

Lo excepcional puede sobrevenir, pero dentro de lo normal, esa institución, aun sin la plaga de la langosta, es una creación útil y necesaria para proteger la agricultura de otros insectos dañinos que en determinadas circunstancias pueden ocasionar perjuicios enormes

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Sancionada por V. H. la ley de fomento de los territorios nacionales y comenzada de inmediato la construcción de los ferrocarriles pobladores, se van a ofrecer en venta sucesivamente en diferentes zonas, extensiones de tierra relativamente grandes, para costear con su producto aquellas obras. Por esta circunstancia, no se han realizado este año las ventas de tierras fiscales aptas para ganadería, que de ordinario se practicaban, limitándose lo concedido en venta a una superficie de ciento dos leguas, casi toda ella ubicada en las gobernaciones del Chubut y el Neuquén.

A fin de poder enajenar la tierra pública no afectada por la ley de fomento ya citada, ofreciéndola en venta de una manera ordenada y metódica, después de conocer su mejor aplicación, se han mandado mensurar y dividir en lotes apropiados, importantes zonas de tierra fiscal situadas en las gobernaciones de Santa Cruz, Chubut, Río Negro y Neuquén, en la parte Sur de la República yen el Chaco y Formosa, y en la parte Norte. Estas extensiones ofrecidas en arrendamiento y venta directa para la colonización ganadera, y en chacras para la agricultura, permitirán dar arraigo a una numerosa población.

OBRAS PÚBLICAS

Este Departamento ha podido entrar en un período de gran actividad, a virtud de las leyes que habéis dictado recientemente y de los recursos de que ha sido provisto, que corresponden al alto crédito que la Nación ha logrado alcanzar en los últimos tiempos. Pero esta actividad no ha hecho más que iniciarse, porque torna un tiempo demasiado largo la preparación de cualquiera obra, pequeña o grande, y sólo estaremos en condiciones de apreciar el camino recorrido en materia de obras públicas del Estado, cuando hayamos llegado a alguna de sus etapas principales.

Hace muy poco tiempo, daba pábulo al clamor público el estado de las líneas férreas de la Nación y la deficiencia lastimosa de su servicio; hoy, a los ocho meses de haberse dictado .la ley que acuerda los recursos necesarios, están ya en movimiento cincuenta locomotoras nuevas, que en breve serán acompañadas de mil vagones contratados, y han sido renovadas las líneas en una considerable extensión, lo que ha permitido cambiar en un plazo brevísimo la deplorable situación de esos ferrocarriles. Muy pronto quedarán además terminados los grandes talleres de Tafí, accionados por energía eléctrica, modernos y perfeccionados, que permitirán tener 35 locomotoras y 200 vagones en reparación a la vez; y con esos elementos, puesto el tren rodante de las líneas al punto requerido por un tráfico creciente siempre, las líneas del Estado estarán tan bien servidas corno las mejores de las empresas particulares. Y esto será debido a que por primera vez, desde que han sido entregadas esas líneas a la explotación, ha votado el H. Congreso los fondos indispensables, y por primera vez también habrán podido contar con el material correspondiente al kilometraje de sus recorridos.

Sólo falta para que la marcha de los ferrocarriles nacionales sea completamente satisfactoria, la ley pendiente de la revisión del H. Senado y que recomiendo muy especialmente a vuestra solicitud, que crea para ellos una administración autónoma e independiente de la Dirección de Ferrocarriles, regulador superior de todas las vías férreas, nacionales o particulares, y que respecto de las primeras ejercería, además del control técnico, el administrativo y financiero.

Dotados esos ferrocarriles, corno lo estarán en breve, de todo lo que requiere un regular funcionamiento, entregados a una administración de distinguidos profesionales como los que cuenta el Departamento de Obras Públicas, las líneas pertenecientes a la Nación podrán al fin prestar un concurso completo de progreso y de bienestar a las regiones a que han sido destinadas.

El equipo y mejoramiento de las viejas vías, no ha excluí do la construcción de líneas nuevas, que entró en plena acción al día siguiente de haber votado el H. Congreso las leyes números 6011 y 5559. Durante el pasado ejercicio se ha comenzado nuevamente la ejecución de las líneas contratadas con la empresa Toledo y Maraini, que estaban suspendidas desde que esa firma dejó de cumplir sus contratos, y se encuentran hoy satisfactoriamente avanzadas, con más de tres mil hombres que trabajan entre San Juan y Serrezuela y en los ramales a Tinogasta y Andalgalá. Un millar de obreros adelanta la línea de Ledesma a Embarcación, y otros tantos construyen la línea de Santa Fe a Deán Funes. Todas estas obras se construyen por administración directa del Ministerio del ramo, con sensibles economías, con un control riguroso y eficaz, licitándose o adquiriéndose de las fábricas más afamadas y a los precios más reducidos, todos los materiales necesarios: locomotoras, vagones, coches, rieles, puentes, semáforos, etc., licitando entre capataces de cuadrillas los trabajos de terraplenes de mampostería, de cercos y otras obras menores, sin admitirse intermediarios y sin pagar comisiones.

He querido ensayar en grande escala este sistema de construcciones, no sólo por pensar que el Gobierno puede hacer lo mismo que las empresas privadas cuando hay el propósito inquebrantable de no salir de sus procedimientos severos y correctos, sino porque considero que la licitación de grandes contratos para obras fáciles, que cualquier empresario sin preparación y sin recursos suficientes puede obtener, ofrece el peligro de fracasos, harto repetidos por desgracia, que paralizan las obras y exponen al fisco a la pérdida segura de los mejores pleitos o de los más bien constituidos arbitrajes, y porque considero también que, de no subastarse el precio mínimo de la obra, no cabría la licitación de garantías y de responsabilidades de los proponentes.

En todo caso, desde que por administración no resultan los ferrocarriles más caros, ni más morosa su construcción, no es posible que pueda causar perjuicio al país el hecho de haber conservado el P. E. su libertad de acción.

Y si tan fundadas razones median para construir por administración los ferrocarriles del centro del país, cuyo costo podría determinarse por comparación, más poderosas resultan aun respecto de los que se construyen en los apartados territorios tan lejos de los recursos y en condiciones tan diversas de los puntos ya conocidos. Por eso no he vacilado en resolver que se inicie así la construcción de las líneas de las regiones patagónicas y chaqueñas, ya colocadas fuera de los dominios del ensueño para convertirse en centros activos de producción y de riqueza.

Hay actualmente en los trabajos de ferrocarriles bajo la dirección del Ministerio de Obras Públicas, más de ocho mil hombres y pronto será considerablemente aumentada esa cantidad.

Está en plena ejecución el vasto plan que os presenté entre las primeras iniciativas de mi gobierno, con el nombre de Ley de Fomento de los Territorios Nacionales. En la línea de San Antonio a Nahuel Huapi corren trenes en más de veinte kilómetros conduciendo los durmientes y rieles que habrán de prolongar las vías, y espero que para la próxima primavera estarán habilitadas hasta Valcheta, a ciento veinte kilómetros del puerto, lo que permitirá experimentar el mecanismo financiero de la ley con la primera venta de tierras públicas ubicadas sobre las estaciones de los nuevos ferrocarriles.

Se encuentran además comenzadas las líneas de Puerto Deseado al lago Buenos Aires, Formosa a Embarcación, y Barranqueras a Metán, que llevarán todas la mayor rapidez de construcción compatible con la seguridad y la solidez indispensable.

Las demás obras de la ley de fomento se ejecutan también en la medida que lo permite el breve tiempo transcurrido desde que fue dictada, esto es desde las últimas sesiones del período anterior. Ha salido la comisión que hará los proyectos del canal de unión para el río Pilcomayo, y está ya contratada la escuadrilla para la navegación del Bermejo, que pronto será un hecho por demás halagador, pues dará un valor a las tierras fiscales ubicadas en sus márgenes, que así quedarán vinculadas a los centros comerciales y en condiciones de producir abundantes y valiosos frutos.

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Se ha adquirido un vapor para el estudio de los puertos en las costas del sur, cuya construcción podrá contratarse sin dificultades de carácter financiero, porque la ley de fomento, que es la ley de recursos, los proveerá ampliamente, a medida que sean vendidas las tierras públicas favorecidas por las obras autorizadas.

Entre estas obras figura en primer término la irrigación del valle del Río Negro, cuyo desenvolvimiento promete las perspectivas de un acontecimiento de gran resonancia, como lo fue la que le sirve de antecedente en la historia y de modelo en la ciencia: la captación de las aguas del Nilo. No tardarán en comenzar los trabajos que en nuestro gran río del sur habrán de regar cerca de un millón de hectáreas, con aguas que hoy se pierden sin provecho, cuando no arrastran todo lo que encuentran en su camino; pues los proyectos completos del ingeniero Severini para el gran “barrage” del Neuquén están terminados, y el P. E. sacará las obras a licitación sin demora, para que los trabajos de construcción puedan ser inaugurados en este mismo año. Lo inmediato será la regularización del caudal de los tres ríos: Neuquén, Limay y Negro, que se conseguirá con los diques de Vidal para el primero, y de Nahuel Huapi para el segundo; lo que vendrá en seguida será la excavación de los canales matrices y de los secundarios de alimentación.

El “barrage” del Neuquén será una de las más grandes obras hidráulicas que existan en el mundo, como que estará destinado a gobernar el caudal de ese río correntoso y destructor, a servir ele toma para el canal que regará cien mil hectáreas del valle, y a formar el gran lago que cubrirá lo que hoy es la cuenca Vidal.

Esa masa colosal de agua de 240 kilómetros cuadrados de superficie, dará tina altura utilizable de ocho metros, o sea casi dos mil millones de metros cúbicos de agua, que mantenida por una provisión media de 250 metros cúbicos por segundo, proveerá una cantidad suficiente para regar unas quinientas mil hectáreas de la altiplanicie; parte de bombeo, aprovechando una caída de veinte mil caballos de fuerza hidráulica, y una extensión mucho mayor por simple gravitación. La irrigación será provista directamente por el río Neuquén, y el lago servirá de recipiente regulador, tomando las grandes crecientes y alimentando los canales matrices, exactamente como lo hacía el lago Moeris del antiguo Egipto, que ahora trata de reconstruir el gobierno de aquel país, y que será de una capacidad idéntica a la del lago de la cuenca Vidal,

Los proyectos para los diques del Nahuel Huapi y otros lagos de la cuenca imbrífera del Limay, no están aún terminados en los detalles de su ejecución; pero puede desde luego anticiparse que este río podrá proveer con exceso el agua necesaria para la irrigación del valle de Río Negro, que mide una extensión ele otras quinientas mil hectáreas, lo que dará muy cerca de un millón para el riego total de aquella región.

Las obras del Neuquén y del Limay, es decir, las de regularización del caudal, propiamente, se costearán con los dos millones de pesos oro, que habéis votado con ese objeto en la ley de fomento. Las de aprovechamiento de las aguas requerirán la sanción del proyecto de ley que someteré a V. H., autorizando una operación financiera sobre la base del canon de agua que pagarán los propietarios y que no ofrecerá la menor dificultad por estar ya convenida su construcción, para el caso de la autorización legislativa a que hago referencia.

Entre otras grandes ventajas de estas obras, está la de que no causarán el menor trastorno de carácter financiero, pues tan valiosas como sean, los propios territorios nacionales las costearán directa o indirectamente, sin absorber recursos demandados por la Nación o por las provincias para otras obras públicas.

Por lo demás, es evidente que dará los resultados previstos el sistema de distribución de las tierras públicas, que las prepara económicamente para la gran producción y al mismo tiempo las utiliza como recurso para el propio desenvolvimiento.

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Se ha dado cumplimiento a las más importantes leyes que habéis dictado en materia de puertos. Se ha llamado a licitación para las ampliaciones que deberán completar el puerto actual de la Capital, y el 1º de Septiembre tendrá lugar el concurso de proyectos y subasta de la construcción del nuevo puerto autorizado por la ley número 5944, que será construido al Norte, a continuación del actual, porque entiende el P. E. que así lo tiene virtualmente resuelto V. H. con haber dispuesto el avance del malecón que debía construir el Ferrocarril al Pacífico, y por otras consideraciones de carácter diverso. Al mismo tiempo se abrirán las propuestas para la construcción del canal de las Palmas, que completará el gran puerto de Buenos Aires y dará solución adecuada al más importante y difícil de los problemas que presenta la navegación de los grandes ríos argentinos.

En los puertos del Rosario, del Paraná, de Santa Fe, Uruguay y Concordia, los trabajos continúan sin interrupción, y las secciones terminadas, prestan ya muy importantes servicios, a pesar de las dificultades que ocasiona la imprevisible rapidez con que aumenta el tráfico de un año para otro.

El puerto de Quequén autorizado por ley número 5705, será objeto de un concurso de proyectos y licitación de obras, tan pronto como se hayan hecho los estudios de las corrientes, los sondajes y las perforaciones necesarias, para lo cual se destinará desde luego el vapor adquirido para el estudio de ese puerto y de los patagónicos.

Todos los trabajos portuarios de la Capital y de los ríos, a que acabo de hacer referencia, quedarían empero expuestos a inutilizarse .si se descuidara el dragado de los cauces y canales de acceso, y así se explican los esfuerzos y sacrificios que hace la Nación para mantenerlos expeditos, gastando sumas importantes que sólo se justifican por las enormes masas de rellenos que se extraen incesantemente. Por eso presta el P. E. a este punto una atención tan solícita y V. H. vota liberalmente los fondos que se piden, cada día mayores a medida que aumentan, con el porte de los buques las exigencias de los calados, que a su vez reclaman dragas más poderosas, como las dos de succión arrastre que acaba de contratar el P. E., de 3600 metros cúbicos por hora cada una, y que serán destinadas a Punta de Indio y al Canal del Norte.

Con esos implementos realmente ciclópeos espero que llegaremos a contar, sin mayor gasto que el actual, con 26 pies al cero en todo el trayecto hacia el nuevo puerto, antes que pueda éste quedar librado al comercio de ultramar, lo que permitirá un movimiento ordinario para buques de 28 pies de calado, suficiente para las necesidades actuales de nuestro comercio.

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Las obras de salubridad en la Capital y en las provincias merecen una especial atención de parte de los poderes públicos, porque su ejecución constituye uno de los problemas más graves de la administración.

Todavía no tienen provisión de agua potable todas las capitales de provincia, y las obras de salubridad de esta ciudad no alcanzan para la mitad de su población. El servicio de cloacas es aún más deficiente, pues están privadas de ellas barrios de población muy densa en Buenos Aires, y la mitad de las capitales provinciales.

V. H. ha dictado leyes en años anteriores autorizando la construcción de obras de salubridad en muchas ciudades, pagaderas con títulos cuya colocación fue siempre difícil cuando no imposible; pero las obras se hacían porque la tesorería ha tenido generalmente sobrantes que aplicaba al adelanto en efectivo de las cantidades necesarias; excedentes que procedían de las diferencias a favor del fisco entre la renta calculada y la renta percibida.

El P. E. no espera que el hecho se repita en el corriente año porque han sido tenidos en cuenta al preparar el cálculo de recursos los aumentos probables según los habidos en años anteriores, y la falta de medios pecuniarios de ese origen haría indispensable el uso del crédito autorizado. Y aquí viene la dificultad: ¿cómo se emplearía ese arbitrio financiero?

Los caminos más indicados serían: contratar las obras pagaderas en títulos, o hacer una negociación por las cantidades necesarias y pagar en efectivo los certificados de trabajo hecho.

El primer sistema presenta dos inconvenientes de consideración; financiero el uno y administrativo el otro. Sería altamente perjudicial para el crédito del país le emisión incesante y por pequeñas cantidades de los títulos entregados en pago de obras autorizadas una por una todos los años, hecha su colocación en el mercado por contratistas sin medios propios; y resultarían enormemente caras las obras a causa de los quebrantos impuestos a los contratistas por los banqueros, o estaríamos expuestos a ver las obras suspendidas en cualquier momento de depresión del crédito en el mercado interno Por eso es que la construcción de obras pagaderas en títulos, directamente, sólo es conveniente cuando se trata de grandes contratos celebrados con empresas poderosas que trabajan habitualmente en combinación con importantes sindicatos financieros.

La segunda forma sería sin duda la más barata, pero exigiría la celebración de un empréstito por una fuerte suma; la necesaria para dar solución a todo el problema de dotar de obras de salubridad a las capitales de la Nación y de las provincias. Eso exigiría la combinación de un plan técnico y financiero, con presupuestos completos y cálculos de rendimientos probables, que hasta ahora no se han hecho, porque hemos construí do las obras existentes por resoluciones adventicias, sin sujeción a sistema alguno.

Estas breves consideraciones y otras de carácter más general, relativas a la mayor o menor amplitud con que han de quedar estas obras a cargo de la nación, demuestran la necesidad de estudiar el problema en su totalidad, para trazar un plan completo y ordenado, porque no es de buena práctica administrativa estar comprometiendo el equilibrio de las finanzas o el crédito de la Nación con resoluciones aisladas que entrañan inconvenientes de todo orden.

La dificultad que el problema presenta no será razón para que el P. E. lo elimine de su programa. Por el contrario, mi gobierno se propone estudiarlo detenidamente, y espero que en el presente período quedará solucionado satisfactoriamente.

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Las obras de irrigación de toda la República, con excepción de las del Río Negro que acabo de anunciaros, se han resentido más que otras de las dificultades financieras para emprender la enorme cantidad de trabajos públicos reclamados por un país que no ha alcanzado a capitalizar los esfuerzos de generaciones pasadas.

Los estudios de embalses han adelantado en la medida que lo han permitido los fondos del presupuesto destinados a verificarlos, y algunos proyectos se encuentran terminados, y en condiciones de licitarse de inmediato los trabajos, si V. H. resuelve proveer de los medios necesarios, que la Nación tiene ahora disponibles. Para realizar esas obras, de importancia vital para algunas regiones del país, bastaría la sanción de la ley de irrigación, ya votada por el H. Senado, que crea fondos especiales para ese objeto con la venta del Ferrocarril Andino, que hoy menos que antes tiene razón de ser como ferrocarril de Estado.

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De puentes y caminos nada excepcional podré anunciaros como anticipo a la memoria del ramo. Los trabajos se continúan en las proporciones que los permiten las partidas votadas y en cumplimiento de vuestras leyes. Debo mencionar, sin embargo, el éxito notorio alcanzado por la organización dada a la aplicación del fondo de caminos procedente del 3 % del producto líquido de los ferrocarriles que ha alcanzado hasta el 31 de Diciembre ppdo. a la suma de $ 952.477.83 oro, En toda la parte de la República servida por los ferrocarriles particulares de jurisdicción nacional, se han mejorado o se están arreglando los caminos de acceso de los centros más importantes de producción a las estaciones correspondientes, y el gobierno ha tenido frecuentes manifestaciones de satisfacción de los vecindarios favorecidos por dichas obras.

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La marcha general del tráfico ferrocarrilero durante el pasado ejercicio, se sintetiza en los siguientes datos:

Se han librado al servicio público en el año 1908 y lo que va corrido del presente: 2.147 kilómetros que aumentan el total de los existentes en la República hasta la cifra de 24.763 kilómetros en explotación el 1º de Abril ppdo., hallándose en construcción 6.500 de líneas principales, y en estudio otros 10.000 kilómetros, concedidos a las empresas particulares existentes y líneas del Estado comprendidas en la ley de fomento de los territorios nacionales.

Una vez terminadas esas líneas, dentro de cinco años habrá llegado la cifra de los ferrocarriles argentinos a más de 40.000 kilómetros de recorrido.

Se han transportado 48.000.000 de pasajeros (6.200.000 más que el año anterior) de los que corresponden 1.200.000 a los Ferrocarriles del Estado y 46.800.000 a los ferrocarriles particulares.

El tráfico de carga fue de 31.500.000 toneladas (3.600.000 más que el año anterior). Del total de la carga corresponde a los Ferrocarriles del Estado 2.300.000 (200.000 de aumento sobre el año anterior) y 29.2000.000 a los ferrocarriles particulares.

Los capitales en explotación, que representan los Ferrocarriles de propiedad de la Nación ascienden a $ 84.600.000 o/s y los de los Ferrocarriles de propiedad particular a $ 753.100.000 o/s, El total importa $ 837.700.000 o/s, (61.740.000 de aumento sobre los capitales del año anterior o sea un 8%).

Las entradas totales de los Ferrocarriles importa $ 100.000.000 o/s (12.000.000 más que el año anterior, o sea un 14% de aumento) y los gastos de explotación ascendieron a $ 62.300.000 o/s (8.100.000 más que el año anterior). Las utilidades fueron por consiguiente de $ 37.000.000 o/s (3.900.000 más que el año anterior).

El interés que ha producido la explotación de los Ferrocarriles tomados en conjunto con relación a los capitales invertidos, ha sido de 4,50%, resultado muy satisfactorio si se tienen en cuenta que en el capital manifestado van incluidas las obligaciones emitidas a interés menor, que permiten la distribución de mayores dividendos a los accionistas, y el hecho de darse una cifra media de rendimiento que no excluye los dividendos superiores de algunas compañías más favorecidas por la riqueza o prosperidad de sus zonas respectivas.

SEÑORES SENADORES, SEÑORES DIPUTADOS:

Como habéis podido observarlo, la síntesis de los antecedentes expuestos confirma con toda amplitud la verdad de mis apreciaciones precedentes, y demuestra que en ninguna época como en la actual, ha alcanzado el país una situación de prosperidad y de progreso tan grande y tan sólidamente constituí da.

Concurren como factores eficientes de este resultado, con el conjunto de favorables circunstancias accidentales que fundamentan en general el éxito de toda actuación humana, los resortes del asiduo trabajo de un pueblo inteligente y vigoroso, las condiciones excepcionales de un suelo generosamente dotado, y el anhelo común de bienestar y de adelanto que impulsa la acción colectiva en sus múltiples constitutivos, desde la dirección fundamental de gobierno, hasta el detalle de los progresos de todo orden.

Halaga, sin duda: alguna, legítimos sentimientos de patriotismo, este estado floreciente del país en las expresiones todas de su actividad productora, que se manifiesta por la expansión y crecimiento del comercio, de las industrias, de la producción, de la riqueza, del progreso, en fin, en su acepción más vasta; pero no debemos olvidar que esos impulsos de desarrollo en el organismo de un país de evolución tan rápida como el nuestro, requieren para afianzar su influencia definitiva en el orden económico que se les considere juiciosamente, en su significación y valer positivo, por lo que importan como factores de progreso actual, sin descontar con ellos las eventualidades remotas del porvenir, ni reincidir en aventuras económicofinancieras, de todo punto injustificables ante la severa lección de la experiencia.

Este crecimiento impone a la vez y a medida que se produce, la ampliación correspondiente de la acción fiscal en todas las fases de la administración pública; y así, el paralelismo armónico del económico del país y del gobierno, determina la posibilidad de resolver con acción más eficiente los problemas fundamentales que la misma situación suscita, tales como los relativos a la instrucción pública, a la justicia, a la inmigración, a la colonización y colocación conveniente de la tierra. fiscal a las grandes obras: portuarias, de canalización, de embalse, de riego, de vialidad, de fomento en los territorios desiertos, de salubridad en los centros poblados; permitiendo a la vez la mejora gradual del sistema administrativo y el afianzamiento del régimen financiero sobre la base de rentas e inversiones regulares y de crédito firme y sano, que a su vez determina y orienta el progreso en todos los órdenes, inclusive en el de nuestras instituciones armadas, elevadas al rango que les corresponde en armonía con los adelantos de la Nación, no sólo como seguro eficiente de sus derechos e intereses, sino también como garantía real ofrecida a la subsistencia de la tradicional política argentina de paz y confraternidad internacional, más firmemente acentuada en el espíritu del país, mientras éste más define su poder, mientras más crece y prospera.

La opinión pública se mantiene indefinida y ajena todavía a tolla actuación política relacionada con el problema de la renovación relativamente próxima del gobierno general; pero no sería lógico pensar que esa situación ha de prolongarse indefinidamente, ni es lícito atribuirla a indiferencia inexcusable por la gestión política de los más grandes intereses políticos de la Nación. En este mismo documento y en alguno de los anteriores, he señalado las. causas que en mi opinión producen la atonía política reinante; y debo agregar, para expresar todo el concepto que la situación me sugiere, que tan intensa como sea la gravitación de tales antecedentes en la actuación cívica de la opinión nacional, ésta ha de pronunciarse en su hora, con decisión más o menos definida pero con las aptitudes requeridas para resolver sin agitaciones anormales, el problema de su competencia exclusiva, el del gobierno del país.

A este efecto sólo se requiere la posibilidad de garantir comicios libres, piedra angular del edificio de nuestras instituciones; y sobre esa base es de esperar que se organicen y reconstituyan partidos políticos en que la opinión se divide, desarticulados y dispersos en su mayor parte desde hace tanto tiempo, por causas tan complejas; y a ese efecto reitero pues, la seguridad de que en breve ha de tener el H. Congreso a su consideración las reformas fundamentales del régimen electoral, que aseguren la emisión ampliamente garantida del voto público.

Coincidiendo con el centenario de nuestra gloriosa revolución, la renovación constitucional del gobierno del país no estuvo en caso alguno bajo auspicios más altos y más directamente relacionados con los sentimientos que vinculan en un ideal superior al ciudadano con su patria; nunca fue tan propicia la ocasión de demostrar que los sacrificios y dolores de nuestra organización política no han sido estériles, que hemos constituido un país libre y soberano no sólo en el concepto internacional, sino en su régimen interno, que hemos fundado una nacionalidad propia, modelando sus caracteres en cruentas luchas civiles y deduciendo de ellas la enseñanza que nos hace aptos para resolver todas nuestras cuestiones en orden y libertad.

Séanos entonces permitido afirmar como voto y aspiración suprema, la convicción de que el más alto relieve de nuestra gran conmemoración patriótica, ha de constituir en las próximas elecciones políticas, practicadas en comicios constituidos por la opinión verdadera del país, que en pleno goce de sus derechos, de su poder creciente, de su prosperidad y su riqueza, afianzados en su organismo moral los principios de orden, de libertad y de trabajo, en paz exterior e interna, yen ejercicio de sus altos atributos de pueblo libre, pronuncie su veredicto soberano y constituya el futuro Gobierno de la República.

Con estas ideas y aspiraciones e invocando a Dios como fuente de inspiración superior para el desempeño de vuestras elevadas funciones, declaro inauguradas la sesiones ordinarias del presente penado legislativo.

JOSÉ FIGUEROA ALCORTA