marzo 04, 2012

Mensaje del Gobernador de Chubut, José L. Lizurume, en el acto de toma de posesión del cargo (1999)

MENSAJE
DEL
GOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE CHUBUT
José Luis Lizurume
EN EL ACTO DE TOMA DE POSESION DEL CARGO
EL 11 DE DICIEMBRE DE 1999

Señores diputados, pueblo de mi Provincia, permítanme antes de comenzar a leer el mensaje, una licencia. Los nervios juegan a veces malas pasadas, vivo un momento muy especial, muy emotivo y no me comprometí a hacer cumplir la Constitución Nacional y la de la Provincia, me comprometo ahora ante todos.
Señores Diputados:
A través de ustedes, representantes de la ciudadanía, me dirijo a todo el Pueblo del Chubut, desde la honrosa condición a la que he accedido por su voluntad para ejercer, desde este momento, el cargo de Gobernador de la Provincia.
De esta hermosa y promisoria, pero también postergada, Provincia del Chubut que, como sus primeros colonos galeses, reúne sus voces en un canto permanente a la vida.
De este Pueblo que desde el corazón de la Patagonia decidió resistirse al individualismo, al ajuste, al Estado desertor, al centralismo, a la resignación, para oponerles solidaridad, crecimiento, preocupación por el prójimo y esperanza.
De este territorio que se fue preparando para su transformación a través de grandes obras de infraestructura: construyendo puertos sobre el Atlántico, consolidando las redes de energía y comunicaciones, concretando el gasoducto cordillerano, aportando para que un nuevo acueducto asegure la provisión de agua a Comodoro Rivadavia.
De un Estado que, con medios escasos, perjudicado de manera grave por la distribución de recursos fiscales, supo sin embargo ser el gestor y principal impulsor de un nuevo modelo de desenvolvimiento.
Hoy vengo a decirles que llego a tomar esta posta con enorme convicción y mucha fuerza, pero también con realismo y humildad.
Con realismo porque no podemos ignorar que en su resistencia al modelo del individualismo y la exclusión, la Provincia -que lo hizo entablando una lucha desproporcionada- no salió indemne de la batalla. Se pagaron costos que hoy se miden en términos de endeudamiento y déficit, conforme lo señalé a lo largo de toda la campaña electoral.
Con humildad, porque creo que necesitamos del esfuerzo sumado de todos para salir adelante; cada uno desde su lugar, cada cual con el grado de responsabilidad que le corresponda.
Hablo y hablaré de cara al pueblo. Tenderé un puente entre el gobierno y la esperanza de la sociedad. No haré ni demagogia para investirme de un halo de sensibilidad sin sentido, ni apelaré al optimismo cuando deba afrontar dificultades y problemas, sean nuestros o impuestos por un mundo de fuertes influencias.
Si les sirve mi compromiso personal, confíen en la sinceridad de mi pensamiento y en las aptitudes que pondré desde hoy al servicio de todos los chubutenses.
El Dr. Maestro nos deja un importante legado, que se mide tanto por su dimensión humana como por el recuento concreto de obras de gobierno cuyo catálogo de realizaciones Uds. conocen. Una sucesión de obras básicas, de emprendimientos pioneros, que riegan la promisoria tierra, aún cuando sus frutos los recogerán otros. Acciones que tuvieron en su período de gobierno la visión clara del estadista que no trabaja para la próxima elección, sino para la próxima generación.
Cuando hablé de continuidad tuve claro ese concepto: el del valor humano que engrandece la política.
Pondré en práctica varias premisas: primero, que hay que trabajar duro, todos los días, en la Casa de Gobierno, en nuestra casa, en la calle y en cada rincón de la Provincia. Segundo, que hay que escuchar a la gente, ponerle nuestro oído porque para cada persona, por humilde que sea, por pequeña que parezca su inquietud, es la suya y la considera el problema más importante del mundo. Tercero, que hay que ser firmes cuando se defienden intereses comunes en riesgo y ser flexibles cuando es imprescindible armonizar intereses humanos y materiales.
Tenemos nuestro personal e intransferible modo de ver las cosas. Y nuestra propia naturaleza nos ha impreso una manera particular de hacerlas.
Dirá el pueblo si hemos acertado en identificar la importancia de los asuntos que le preocupan. Algunos los sabemos y por ello nos votaron. Otros se advierten fácilmente atendiendo inquietudes populares. Finalmente unos pocos son más complejos. Aunque sus efectos recaen con rudeza en las personas, su identificación se sitúa en la cima de los grandes poderes del mundo de cuyo funcionamiento tenemos noticias. Para atenuarlos es preciso una larga y paciente estrategia compartida por otros gobernantes.
Lo que podemos hacer hoy, en este extremo del mundo, es mejorar dos aspectos afectados por las políticas nacionales y mundiales en curso: evitar la propagación de la pobreza absoluta y estimular las usinas de producción creando puestos de trabajo.
Podrían decir que se trata de objetivos ideales cuyo mínimo cumplimiento premiaría nuestra gestión. Dirán también que son propuestas teóricas, conocidas por todos, prometidas por todos y descreídas por la mayoría de la gente.
Y mi respuesta es: ni vamos a erradicar la pobreza ni vamos a crear todos los puestos de trabajo que se necesitan. Pero sí, vamos a ir bastante lejos en nuestro intento. De eso damos fe. No usamos promesas falsas durante la campaña y no lo haremos ni ahora ni nunca.
Mi estilo será consecuente con las demandas de nuestros comprovincianos, y firme frente a decisiones nacionales que nos hagan perder derechos adquiridos por nuestra condición de provincia dependiente.
Discutiré con total firmeza la trascendencia de medidas adoptadas para compensar las desventajas comparativas y competitivas.
La determinación del gobierno nacional de meter en caja las cuentas públicas, atacando casi con injusta recurrencia los legítimos derechos obtenidos por la Provincia, encontrará no sólo firmeza sino argumentación suficiente para demostrar cuánto de privilegio ha tenido el país central. No es justo repetir la centenaria experiencia de descompensar a la Nación, negando a las zonas más frágiles de la Argentina la posibilidad de que su gente y no su geografía tengan las mismas oportunidades que los habitantes de las grandes ciudades del país desarrollado.
Prometo lealtad a la provincia, luchando a favor de ella aún cuando el gobierno nacional, que apoyamos por estar identificados con su ideología, afecte el desenvolvimiento de las actividades económicas y sociales del Chubut. Haré todo lo que pueda hacer y escucharé a todo aquél que entienda que puede hacerse algo mejor.
Seré el Gobernador de todos, absolutamente de todos. Tendré contemplación y especial consideración hacia los sectores más frágiles de la sociedad. Los que se valen, y bien, por sus propios medios, serán estimulados a construir más y mejores opciones en la economía y los servicios, si su propósito es crear riqueza y empleo.
Pero seré firme en mi obligación de preservar el patrimonio de los chubutenses cuando se tome la función pública como herramienta de aprovechamiento personal.
Con estos apuntes e ideas, pero sobre todo esgrimiendo un alto compromiso social, mucha fe y espíritu de lucha, me apresto a ejercer el poder legítimo que me otorgó la voluntad del pueblo.
La concurrencia de esfuerzos es posible porque las distintas fuerzas políticas de esta Provincia, según mi perspectiva, en la mayoría de las grandes cuestiones que son objeto de discusión ideológica en el mundo contemporáneo, están del mismo lado y no en veredas opuestas.
Creo, por ejemplo, que todos estamos más cerca de la solidaridad cristiana que del individualismo liberal; que sentimos por igual, aunque con distintos matices, un grado especial de compromiso con los más humildes; que creemos en la Democracia como forma de vida y en la voluntad popular como norte o guía.
Hoy en el mundo, debemos reconocerlo, la doctrina predominante, la ortodoxia, no nos contiene. El mercado, como institución, está en el centro y ha desplazado a todo lo demás a la periferia.
La competencia, planteada no ya como una saludable forma de poner límites al interés individual, sino más bien de favorecerlo, nos margina decididamente y esto es lo que justifica la resistencia al modelo a que antes me refería.
En la confrontación despiadada a que conduce la filosofía predominante en el mundo occidental los humildes, los débiles, los desprotegidos nunca pueden ganar; se los arroja a la arena a luchar sin armas contra fuerzas poderosas que los avasallan de manera sistemática.
Lo mismo sucede entre las naciones y, dentro de ellas, entre sus diferentes regiones. En cada caso el mercado tiende a acentuar las diferencias, a ampliar las brechas, a hacer a los ricos cada vez más ricos y a los pobres cada vez más pobres.
Es así como naciones poderosas de la Tierra, viven momentos de esplendor. La globalización, el comercio libre, la apertura externa sin protección, les han permitido alcanzar el pleno empleo, transfiriendo -de algún modo- sus problemas de desocupación a los demás.
Quiero expresar que respeto a todos esos pueblos y que les reconozco sus méritos, pero no puedo dejar de advertir que una parte de lo bueno que han logrado lo ha sido a costa del retroceso relativo sufrido por quienes somos perjudicados por el modelo.
Respeto a todos los pueblos, pero al mío lo quiero. Mi tierra, la Argentina, compite en desventaja con los más poderosos, y dentro de ella se reproduce el esquema de la desigualdad distributiva en el espacio geográfico, del "centro y la periferia". La Patagonia es una región periférica de un país a la vez periférico, que estaría condenada a perpetuar tal condición si se resignara a aceptar mansamente las reglas de juego impuestas desde los centros de poder.
En verdad sería muy poco lo que podríamos lograr en soledad desde el Chubut si las mismas líneas de pensamiento siguieran predominando de manera excluyente en el mundo. Ya se sabe cómo las ortodoxias aceptadas en cada momento histórico han condenado a las formas de pensamiento que se les oponían, relegándolas a una suerte de submundo oscuro.
Poco podríamos lograr, decía, porque es muy difícil construir desde la incomprensión de quienes deben escucharnos, desde el prejuicio que nos asigna una dosis de irracionalidad porque pensamos distinto.
Afortunadamente, sin embargo, van apareciendo señales de reversión, tal vez aún débiles, pero muy claras.
De la situación y perspectivas globales que he pretendido señalar hasta aquí, se desprenden las líneas principales de lo que será nuestro accionar.
Estamos atravesando una de las peores recesiones de toda la historia argentina, casi sin precedentes por su profundidad y por su duración. El desempleo ha llegado a niveles realmente preocupantes, que ponen a nuestra sociedad frente a todo tipo de riesgos. Chubut, aún habiendo concretado esfuerzos muy significativos para alentar la producción, solo logró atemperar esta injusta realidad.
Para combatir las causas verdaderas del desempleo no hay otro camino que el de la producción. A medida que se crece, con cada punto de incremento del Producto Bruto Geográfico, se van generando puestos de trabajo, en una proporción que va variando a medida que se modifican los parámetros representativos de la función macroeconómica de producción.
Es por ello que hemos decidido acentuar el apoyo a las empresas pequeñas y medianas, que son las que tienen mayor aptitud para generar empleo a partir de determinados estímulos.
La Provincia concretará un nuevo sistema de financiamiento, aplicando para ello recursos provenientes del recupero del Fondo Financiero Permanente.
Aspiro no sólo a que se adecuen los marcos normativos, se logre un desenvolvimiento más eficiente del sector público en su relación con la producción y se ajusten los instrumentos, sino también a que el empresariado acompañe de manera concreta los esfuerzos del Gobierno.
Así, por ejemplo, esperamos que el sector privado se sume al programa de abastecimiento preferentemente local de insumos, bienes y servicios. El Estado Provincial proporcionará una plataforma de despegue a los sectores y ramas de actividad, predominantemente agropecuarios, a los que les garantizará un piso de demanda institucional para reducir de manera decisiva el riesgo de sus proyectos.
Con financiación y demanda asegurados podrán surgir cuencas vigorosas a lo largo de toda la Provincia.
Aspiramos a que el sector privado de la economía haga lo propio, para potenciar y consolidar este proceso.
Porque todo lo expresado hasta aquí en relación con la producción y el empleo demanda tiempo, un tiempo que será tan breve como resulte posible, pero aún así demasiado largo para el que ya sufre los efectos del desempleo, hemos de actuar de inmediato en otra dirección complementaria.
Como ya lo expresara, los tiempos de las personas son diferentes a los de las instituciones y requieren, por lo tanto, de soluciones distintas, actuando a veces sobre los síntomas mientras se combaten las causas verdaderas.
Esto nos conduce al terreno de las acciones directas, con efectos inmediatos, como lo son el programa alimentario, los diferentes programas de empleo y el desarrollo social en general.
No es mi intención describir las distintas acciones a las que circunstancialmente me estoy refiriendo, porque ello se hará cuando inauguremos el período de sesiones ordinarias del año 2000. Lo que procuro es mostrar el marco general en que aquéllas habrán de desenvolverse.
Oportunamente solicité a esta Cámara, por intermedio del Gobernador Maestro, la modificación de la Ley de Ministerios. Ello en atención a fortalecer el área de Salud creando el Ministerio respectivo, al igual que la creación de las Secretarías de Desarrollo Social y de Turismo, con dependencia directa del Gobernador.
He cubierto las carteras de los distintos Ministerios y Secretarías con un criterio de profesionalidad, pensando en los conocimientos concretos de cada hombre y mujer que he convocado.
Tenemos una base importante de coincidencias políticas; por ello invito a todos los que las comparten a sumarse al proyecto común. Honremos a nuestros antepasados, contribuyendo a la construcción de un futuro mejor para nuestros descendientes, sobre la base de un presente solidario.
Voy a trabajar con Di Benedetto en Trelew y con Aubía en Comodoro Rivadavia, igual que lo haré con Aristarain en Madryn, con Helmer en Rawson, con Williams en Esquel, con Britapaja en Sarmiento.
No haré diferencias entre Cárdenas de El Hoyo y Giménez de Cholila; entre Rubilar de Epuyén y Daniel de Lago Puelo; entre Guajardo de El Maitén y Duscher de Gualjaina; entre Seitune de Tecka y Mantegna de Trevelin, entre Aidar de Río Pico y Larrauri de Gobernador Costa; entre Beroqui de San Martín y Toledo de Corcovado, entre Chingoleo de 28 de Julio y Bortagaray de Dolavon, entre Mac Burney de Gaiman y Calvo de Paso de Indios; entre Peralta de Rada Tilly y Rodríguez de Camarones, entre Vidal de Senguerr y Salazar de Río Mayo.
Porque quiero ser el Gobernador de todos los chubutenses, porque dentro de la clase política de la Provincia no reconozco enemigos, sino adversarios circunstanciales; porque entre todos tenemos que demostrarle al Pueblo que somos capaces de estar a la altura de las circunstancias. Que podemos juntarnos para construir.
Nuestra Provincia estimuló la economía a través de planes de obras públicas; concedió créditos a la producción; capitalizó el Banco; en suma, compensó permanentemente la tendencia recesiva de la economía y mantuvo, dentro de sus posibilidades, un alto nivel de gasto agregado.
Simultáneamente, los ingresos fueron bajos como consecuencia de la iniquidad reflejada en el injusto coeficiente de distribución secundaria que nos asigna la coparticipación federal y por ser la única provincia del país que puso la mayoría de los impuestos en manos de los municipios, lo que origina un déficit sistemático en el presupuesto y ha generado una importante deuda pública.
Todo ello conduce las finanzas provinciales a un camino muy estrecho por el que habremos de transitar. La decisión es acudir al mercado de capitales y al financiamiento internacional para tender un puente en la transición.
Actuar en el mercado de capitales nos permitirá ir eliminando la intermediación financiera y lograr mejores condiciones en materia de plazos y tasas.
El crédito internacional y sobre todo el proveniente de los organismos multilaterales se orientará primordialmente a financiar la mejora en la recaudación y la racionalización del gasto.
Esta deberá abarcar a todas las áreas, sin distinciones, pero será particularmente significativa en las de Salud y Educación, verdaderos pilares de la política de bienestar.
Dichas acciones las concebimos como un proceso contínuo, tendiente a lograr el equilibrio fiscal y una sana administración.
Al hablar de financiamiento y de nuevos instrumentos de crédito, no puedo dejar de mencionar el camino que vienen abriendo el Instituto Provincial de la Vivienda y el Banco del Chubut, que han sumado a otros Institutos de la Vivienda de provincias hermanas en una promisoria potenciación de esfuerzos.
Más allá de los instrumentos concretos que se desarrollan, el objetivo último consiste en acelerar la inversión en viviendas, que será una de nuestras claves estratégicas para mantener el nivel de la demanda global y lograr respuestas inmediatas en materia de empleo.
Señores Diputados: desde la recuperación de la Democracia en 1983, han transcurrido ya 16 años, un tiempo significativo en la vida de las personas, pero muy breve en la historia de un Pueblo.
Ahora nos disponemos a iniciar el quinto período desde aquel hito fundamental, y llegamos a él habiendo aprendido de aciertos y errores. Aprendimos, por encima de todo, que la Democracia es un bien común, y su defensa nos ha hermanado.
Aprendimos a respetar al adversario, a ser tolerantes, a reconocer sus aciertos. Es así como hoy podemos manifestar muchas discrepancias, como anteriormente lo expresé respecto del modelo que inspiró al Gobierno Nacional, pero reconociendo simultáneamente que sin la estabilidad lograda, muchas de nuestras propias acciones habrían resultado imposibles.
La contienda electoral ya pasó. Es tiempo de construir entre todos y para todos.
Con la mente abierta al sentir de nuestra gente; con la sencillez de un hombre de la Democracia que jamás ha creído que el poder otorga toda la razón; con la solvencia de un equipo de gente convocado mas por su compromiso comunitario que por el hecho de ocupar un cargo público, me dispongo a cumplir un mandato de naturaleza mayor, como es la esperanza de los chubutenses, con la bendición de Dios, la ayuda del pueblo, nuestra fe y voluntad inquebrantables, ello va a ser posible.
Muchas gracias.
JOSE LUIS LIZURUME

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