MENSAJE
DEL
GOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE CHUBUT
Mario Das Neves
EN LA APERTURA DEL 38° PERIODO DE SESIONES ORDINARIAS
EL 1° DE MARZO DE 2010
Honorable Cámara de Diputados de la Provincia del Chubut: Hemos dejado atrás un año difícil. Con situaciones que nos han puesto a prueba, cada hora, de cada día. La crisis financiera que sacudió al mundo sacó lo mejor de nosotros para superar las consecuencias de errores ajenos que, sin embargo, nos tuvieron como protagonistas involuntarios. Fue, en ese escenario de riesgo, donde pudimos demostrar que, con voluntad, trabajo y sacrificio, se pueden superar aún las más temidas de las consecuencias, sentimos que cumplimos.
Lo hicimos porque contábamos con el respaldo de nuestra propia historia al frente de las responsabilidades públicas. Empezamos a desandar en el año 2003 un camino que sabíamos complicado pero que nunca dio lugar a la improvisación. Siempre tuvimos claro lo que teníamos que hacer para sacar a la Provincia de su estado de desigualdades y a la gente de sus frustraciones. Teníamos una opción: avanzar con seguridad y decisión en la aplicación de políticas de Estado claras que garanticen el desarrollo de nuestro pueblo. Avanzamos y no hay vuelta atrás porque siempre invertimos pensando hacia adelante, con la decisión de priorizar las urgencias pero, atendiendo y entendiendo que, con las grandes decisiones, es como se solidifica el futuro.
Esta Provincia necesitaba de un cambio y lo hicimos pero, es verdad, la sociedad nos sigue reclamando soluciones a sus problemas. Y por eso vamos a seguir interviniendo en los sectores que más sintieron la crisis, anticipándonos a atender sus necesidades y sus demandas. Cuando mencionamos la aplicación de políticas de Estado, también hablamos de fuertes innovaciones en la gestión pública y en el manejo de los fondos del Estado. Este estilo nos permitió dar respuestas inmediatas a las necesidades básicas de los ciudadanos de la Provincia: el derecho a la salud, el ingreso a la vivienda, la dignidad de un trabajo y el acceso a la educación. Apoyados sobre dos pilares fundamentales: la inclusión y la integración. Para incluir, pusimos en marcha una gestión que insertó a los marginados en lo social, laboral y cultural. Para integrar, apuntamos a desarrollar, entre otras cosas, una obra vial que, construyendo puentes y caminos, acortara las distancias entre los pueblos, que los haga más fuertes y más unidos. Así fuimos generando cambios en la acción política y la gestión pública. Cambios que nos llevaron a tener la posibilidad de pensar en el futuro. Las desigualdades con las que nos encontramos requirieron una urgente respuesta del Gobierno. Siempre pensamos que la gente nos puso en este lugar para aliviar sus problemas y no para creárselos.
Por eso, empezamos a crear posibilidades que satisfagan las necesidades de la gente. Entonces, nos decidimos a firmar un contrato social con el compromiso irrenunciable de avanzar hacia un desarrollo que contenga a todos, sin excepción. Hoy, podemos decir con satisfacción, que hemos logrado gran parte de esos objetivos. Los números son necesarios para graficar los hechos, dan contundencia a las acciones de un Gobierno pero más contundencia se alcanza cuando se comprueba que la gente percibe los resultados, los vive y los disfruta. Tenemos la satisfacción de comprobarlo todos los días porque todos los días salimos a la calle: este es un gobierno que trabaja para cumplir con los compromisos que asume.
Dejamos atrás una etapa importante en la que cumplimos los primeros objetivos. Llegó la hora de otros debates, de discutir las cosas importantes que nos harán mirar el futuro con otra óptica. Hay temas que son prioridad en la agenda de este Gobierno, a los que me voy a referir más adelante. Temas que hacen a la definitiva ratificación de un Proyecto que no se agota en la figura de un Gobernador, que tiene pensada una continuidad de la mano de un solo modelo de Provincia: el que estamos consolidando. Hemos trabajado durante todos estos años para afianzar una gestión confiable y eficiente, orientada a lograr un desarrollo sostenido y equilibrado de todas las regiones para, finalmente, convertirlas en una sola región.
Nuestra política de inclusión e integración fue desarrollada optimizando la gestión pública en base a la creación de posibilidades igualitarias que permitieran oportunidades para todos. La finalidad era llegar a crear un ámbito de desarrollo seguro, en todos y cada uno de los rincones de la Provincia, para todos y cada uno de sus habitantes. Era una obligación administrar con equidad la cosa pública, lo que algunos denominan como la causa final de la existencia del Estado. Aquel Estado que recibimos con más interrogantes que respuestas, creando más problemas que soluciones.
Lo hemos dicho más de una vez: nuestro primer objetivo fue el de cambiar aquel funcionamiento lento y burocrático. Cambiarlo por rapidez y agilidad en la toma de decisiones y en la obligación de dar respuestas todos los días. La puesta en marcha de este cambio nos permitió ser más ejecutivos y rediseñar la gestión para mejorarla, fortalecerla y desarrollarla en beneficio del bien común.
Señores diputados: todas estas definiciones apuntan a demostrar por qué hoy podemos exhibir un Chubut distinto, con actores sociales que, con fortaleza y solidaridad, han entendido nuestro mensaje y se han asociado a un nuevo propósito basado en la acción, en la decisión y en los hechos para alcanzar objetivos que dejen atrás la injusticia y la exclusión a la que fueron sometidos durante décadas.
Éste es otro tiempo. Un mundo globalizado nos obliga a asumir nuevas responsabilidades, aunque con la mira puesta en los mismos objetivos: seguir impulsando políticas para tener una Provincia socialmente justa, que siga creando posibilidades para todos. Una Provincia que trate de transmitir al país que las desigualdades territoriales exige una inmediata respuesta.
Ha sido Chubut en todos estos años, un lugar que no le cerró las puertas a nadie. Así lo demuestra un crecimiento demográfico histórico producto de la radicación de hermanos de otras Provincias. Así como alguna vez y en otras décadas llegaban catamarqueños, riojanos, bonaerenses, santafesinos a probar suerte, buscando un destino mejor, hoy vemos también como desde Santa Fe, Córdoba y Provincias del Norte la gente elige estas tierras para intentar asegurar su destino.
Nuestra política seguirá siendo la misma. Entendemos que las desigualdades territoriales esperan y exigen una rápida respuesta de los gobiernos. Tenemos que luchar para lograr una verdadera integración y un verdadero federalismo. Hoy, la consecuencia inmediata de las arbitrarias medidas del poder central, obligan a la mayoría de las Provincias a seguir sometidas a políticas de exclusión, falta de trabajo y a la pérdida de la identidad con el consiguiente desarraigo de su población. Por eso, las pocas oportunidades económicas que ofrecen algunos Estados Provinciales, profundizan la concentración poblacional en las grandes ciudades. Esto atenta contra el fortalecimiento de los lazos culturales que dan identidad a las regiones y a las personas; no podemos permitirlo. Entendemos que, fortaleciendo la identidad provincial, tendremos mayor capacidad para desarrollarnos.
Vemos con dolor cómo Provincias vecinas sufren las políticas de exclusión y caminan de conflicto en conflicto, sin la posibilidad de encaminarse hacia el desarrollo y el trabajo. Esta situación se puede revertir. Lo hemos hecho aquí, con políticas inclusivas y reparto equitativo, aunque somos conscientes de que aún queda un camino por recorrer, hemos cambiado las formas. Creando nuevas alternativas para la producción, la tecnología, la organización social y las normas de comportamiento comunitario.
Así es que hemos llegado a este punto, edificando sobre la paz social el destino que todos los habitantes de la Provincia se merecen. Lo hemos hecho de la mano de decisiones fuertes y obras necesarias. Abundan los ejemplos. La política del Gobierno en materia de obra pública de tipo edilicio prevé desarrollar y fortalecer la infraestructura de salud, educativa, seguridad y de dependencias de apoyo a la gestión del Estado en el territorio provincial. Esta estrategia busca consolidar las capacidades existentes en la provincia a través del desarrollo y fortalecimiento de un plan que responde a los objetivos generales y específicos de cada uno de los sectores involucrados.
El cumplimiento de esta política ha requerido de aptitud, solvencia y eficiencia para encarar la inversión pública como una política de Estado, en donde los recursos vuelven a la sociedad con la suficiente equidad y rapidez para responder a las necesidades de distintas localidades. Esta manera ambiciosa de mirar el futuro demuestra un cambio esencial en la política de inversión del Estado en relación a lo que tradicionalmente se implementó. Los resultados, están a la vista y sólo basta con hacer un breve repaso por el camino que hemos recorrido en estos seis años.
No es un dato menor para nosotros haber inaugurado, hace unos días, en Sarmiento el Centro de Salud número 31 de nuestra gestión.
La construcción de estos Centros no sólo descomprimió la atención en los hospitales y sus demandas de remedios y consultas, también acercó la salud a la gente que, muchas veces, peregrinaba buscando un médico o debía recorrer largas distancias para después, esperar que lo atiendan. Dijimos siempre que nuestro objetivo era trabajar sobre la salud y no sobre la enfermedad. La prevención y la atención rápida y eficiente son valores insoslayables en la pretensión de tener un pueblo sano que vea colmadas sus expectativas de contar con un sistema de salud que dé respuestas inmediatas y no se convierta en un nuevo dolor sino en un rápido alivio. Logramos alcanzar estos objetivos porque sostuvimos un equipo de Gobierno que supo llegar a la médula de los problemas y solucionarlos.
Con seis años al frente de la Secretaría hoy, puede mirar cada rincón de la Provincia, sin llevarse ninguna sorpresa y eso nos llena de orgullo.
No se agotó en esas construcciones nuestra política sanitaria. La salud debe ser igual para todos y por eso hemos construido 3 nuevos hospitales rurales en Cholila, Trevelin, Rada Tilly y se están edificando los de Gaiman y Telsen. Por supuesto, está en licitación el de El Maitén y próxima ampliación del de Sarmiento y un nuevo hospital en Tecka y Río Pico.
Intervenimos para mejorar la atención y los edificios en los hospitales cabecera como los de Esquel, Comodoro Rivadavia, Madryn y Trelew y tenemos en ejecución 6 nuevos Centros de Salud. Así, hemos puesto en marcha, un sistema basado en los principios de equidad, solidaridad, eficacia y calidad. Tampoco es un dato menor para nosotros haber dado solución habitacional directa a 36.838 familias lo que representa un cuarto de la población de la Provincia.
-Aplausos en las bancas y en las barras.
Lo hicimos y lo hacemos porque pensamos que la vivienda es otro derecho primordial para el hombre porque es el refugio de sus aspiraciones individuales y familiares, es un espacio donde desarrolla sus mejores capacidades. Hay quienes sostienen que “una familia sin techo es como una Nación sin territorio”. Esto nos exige una gestión efectiva y dinámica para solucionar las deficiencias habitacionales porque el derecho a una vivienda digna es un derecho social al que hay que darle la prioridad.
Tenemos la convicción que no existe un futuro posible sin una sociedad que garantice a todos sus habitantes el acceso a una casa digna. Con atención prioritaria a los sectores más pobres, se generaron distintos programas y operatorias que, de manera integral, permitieron ampliar el menú de soluciones y fortalecer la participación y el protagonismo de nuestra población. Se hizo efectivo, invertimos 1.393 millones 127 mil pesos para construir y mejorar viviendas en toda la Provincia.
La educación es una necesidad y una responsabilidad de todos y cada uno de los integrantes de una sociedad. Por eso trabajaremos hasta lograr la extinción de la marginación educativa, tarea que hemos comenzado y la seguiremos hasta terminarla. Siempre dijimos que, además de la calidad, buscamos la dignidad educativa. Esto es agregarle a la excelencia pedagógica, los elementos necesarios para que el maestro pueda enseñar y el niño aprender en el mejor ambiente y con las mejores posibilidades. Hay datos que no puedo callar: la Provincia aporta el 96 por ciento del total del Presupuesto educativo.
Esto demuestra nuestro compromiso con las nuevas generaciones porque en ellas reside la esperanza de los tiempos que vienen. Construimos 45 escuelas nuevas, hicimos 153 ampliaciones y refaccionamos 516 aulas y construimos 56 Salones de Usos Múltiples y gimnasios. Como sostuvimos siempre, la educación es para nosotros, una cuestión de Estado.
Diputados: cada chico excluido de la educación es una derrota de todos. Todos estos años no hicieron posible que olvide a aquel chico que, en uno de los actos realizados en Trelew, portaba un cartel pidiendo trabajo para su padre.
Recordé entonces la frase de Evita: “Sangra tanto el corazón del que pide, que hay que correr y dar, sin esperar”. Por eso, no esperamos.
Nos comprometimos a crear puestos de trabajo, a generar las condiciones para que los empresarios encuentren un Chubut previsible donde tengan lugar las inversiones de riesgo que generen un espacio de expectativas ciertas de rentabilidad y con ello, crezcan las posibilidades de empleo. Es un tema no terminado para nosotros, terminará cuando el último de los chubutenses desocupados, tengo un puesto de trabajo asegurado.
Estos seis años nos sirvieron para colocar los cimientos. Chubut ya no es una fábrica de pobres; es una fábrica que se abre para que los pobres dejen de ser pobres. En seis años, la realidad ha cambiado. En 2003 había 63.900 empleados y 5.300 empresas radicadas. A septiembre de 2009, la cifra de empleados subió a 95.822 y la de empresas a 8.280.
Hubo un crecimiento del empleo registrado del 49,95 por ciento y de empresas activas del 54,36. Tenemos las cifras del último trimestre del 2009, que no es del Indec Nacional, que son elaboradas por gente de nuestra Provincia, que hace más de veinte años trabaja con responsabilidad.
Tenemos una desocupación, a fines del 2009, del 3.9. Quiero reconocer, fundamentalmente, y hacer mención para que tomemos conciencia cuando uno toma ciertas decisiones: la ciudad de Comodoro Rivadavia, una de las ciudades industriales más importantes, tiene la desocupación más baja de toda la historia con el 2.4 y la subocupación del 0.8.
-Aplausos en las bancas y en las barras.
Pero no estamos conformes, ustedes lo saben; tenemos que completar la tarea. Será cuando todos los chubutenses tengan lo que merecen: un trabajo. He recorrido esta parte de mis palabras sobre los ejes por donde debe transitar una sociedad que pretende desarrollarse, por donde los gobiernos y los gobernantes deben apoyarse si pretenden cumplir con las responsabilidades que el voto popular les ha impuesto: Salud, Vivienda, Educación y Trabajo. Fueron y son las acciones que nos permitieron recuperar a la gente de sus frustraciones para hacer más sostenible la convivencia y cobijarla de las desolaciones cotidianas. Fue la primera escala de este viaje que, pretendemos nos lleve a hacer realidad todos sus sueños, cumplir con sus requerimientos y así crear una sociedad mejor, fortalecida y desarrollada.
El paso siguiente, el que ahora estamos dando, es el de la refundación. El de recrear y crear los grandes temas que nos den las grandes posibilidades. Es el año del Bicentenario, el de pensar con seriedad que, si aquellos creadores de la Patria pudieron avanzar en medio de un sinfín de dificultades, también nosotros podemos hacerlo.
Aquí, en Chubut no hace falta ir muy lejos para encontrar ejemplos de dedicación, solidaridad, honestidad y lucha. En esta Casa nueva, concebida con el aporte de todos los chubutenses y levantada con la transparente administración de sus fondos, están presentes los sueños de 50 años de historia.
La tenacidad, perseverancia y espíritu conciliador de Jorge Galina, la sabiduría política de Roque González, la valentía ideológica, pagada con el exilio del doctor, mi compañero, Benito Fernández y la fuerza y honestidad de Don Atilio Oscar Viglione. Ellos son los ejemplos a seguir.
Merecen no sólo nuestro aplauso sino también nuestro reconocimiento histórico porque cada uno, en su momento y en su lugar, puso el alma y su sabiduría para que una nueva Provincia asome, en esta tierra de difícil geografía e interminables vientos. Se convierta en una tierra de esperanzas y de futuro. A usted, Don Atilio y a los que ya no están, en nombre del pueblo del Chubut le digo: muchas gracias.
Señores Diputados:
Tenemos el pleno convencimiento que la tierra deja de ser tierra si no produce pero, para producir sobre la tierra, se necesitan políticas estables. De nada sirven las medidas superficiales y pasajeras porque no aseguran la sustentabilidad y previsibilidad que, sectores como el campo, necesitan para desarrollarse.
Debemos desandar un camino de certezas con políticas consensuadas que impulsaremos desde el Estado para cuidar su rumbo y garantizar sus resultados. Nuestro principal compromiso es la preservación de los puestos de trabajo que no paguen los que menos tienen los efectos devastadores de una política nacional que apunta a obstruir el crecimiento y el desarrollo de los sectores productivos. Por eso, renovamos los subsidios por más de 2 millones de pesos y entre los años 2004 y 2009 hemos otorgado créditos para el sector rural por más de 61 millones de pesos.
Esto ayuda a continuar con la innovación creativa y, por sobre todo, competitiva. Si no hay margen para competir, tampoco lo habrá para crecer. Por eso, es imprescindible utilizar los recursos en tiempo y forma. El Estado generando las condiciones y el productor, utilizándolas.
Somos conscientes que seguiremos el camino del crecimiento tomando las decisiones fuertes que hagan falta. Debimos sortear caminos difíciles, con los obstáculos que nos imponían la crítica fácil y quienes aportaban las soluciones mágicas. Pueblo de Chubut: a la luz y a la vista de los resultados, hoy sentimos que el tiempo nos da la razón con la firma de la renegociación de los contratos petroleros. No lo hicimos de la mano de la improvisación sino después de transitar un largo camino de consultas jurídicas que le garantizaran a la Provincia una verdadera rentabilidad, a las empresas y a los trabajadores, un futuro previsible. Los resultados están a la vista.
La protección del ambiente es también para este gobierno, una cuestión de Estado.
Podemos mostrar cómo es posible explotar racionalmente los recursos naturales sin impactar en el ambiente y generar una actividad económica importante que permita conservar a perpetuidad el ecosistema.
Dentro de esa posibilidad de actividad económica, está la explotación de los recursos naturales. En la Provincia, hay comarcas que, paulatinamente, se han ido degradando, víctimas de la desertificación. Recuperarlas implica un esfuerzo económico que, es imposible de llevar a cabo, sin utilizar sus recursos. Es indispensable establecer, en la meseta central, políticas que aseguren la producción y el trabajo para asegurar el arraigo y mejores condiciones de vida para nuestra población.
Tenemos que desarrollar la explotación de los recursos mineros, única herramienta que tenemos para conseguirlo. No lo vamos a hacer sin cuidar el Medio Ambiente y en un plan que implique la participación de todos. Pensamos que lo peor es no debatir, no escuchar al otro aunque piense distinto. No haremos nada en la clandestinidad. No tomaremos medidas trascendentes entre gallos y medianoche, como ya pasó en esta Provincia, en otros tiempos, a los que después el pueblo les dio su respuesta.
Necesitamos explotar todos nuestros recursos para así generar más puestos de trabajo. Lo decimos siempre: el trabajo dignifica al hombre, fortalece a la familia y asegura el arraigo. Motivos suficientes para aplicar estas políticas de Estado.
En estos años, tuvimos la atención central en una cuestión que nos desvela a todos y que no puede ser superada si no se la atiende día a día: la seguridad. Una verdadera política de seguridad, no puede limitarse a la represión policial, sino que debe contener una mirada integradora y amplia de la problemática. Entendemos que, todos los poderes del Estado y las organizaciones sociales, deben formar parte de esta política pública, sin mezquindades políticas ni partidarias. Este ha sido el objetivo del Gobierno desde el inicio de la gestión.
Por eso sostenemos que no podemos hablar de seguridad si no hablamos de justicia y no podemos hablar de trabajo conjunto si todos los actores no nos comprometemos en la lucha contra el delito en todas sus esferas.
La seguridad pública debe ser enfocada desde tres ámbitos distintos: el preventivo, en el que la acción social del Estado tiene un rol fundamental; la investigación y la represión, en los casos en los que la prevención no fuera suficiente; la reeducación y readaptación de la persona que ha sido condenada y está privada de su libertad. Nuestro Gobierno apostó a la recomposición del entramado social como primera medida preventiva. Realizamos inversiones históricas en educación, en salud y en deportes.
En la revalorización de la cultura del trabajo y la recuperación de los espacios públicos. También trabajamos fuertemente en la descentralización de las políticas públicas, fortaleciendo sobre todo, la participación de los municipios, sean grandes, chicos o del color político que fueran. Somos conscientes que, cuanto más fuertes son los lazos entre los ciudadanos y el Estado, más fuerte será la recuperación social y menor la propensión hacia la delincuencia y el quebrantamiento de las pautas que rigen la vida de la comunidad.
Como no concebimos al Estado como una larga lista de compartimentos estancos, es evidente que la labor policial no puede analizarse en forma aislada. Por eso, hemos hecho grandes esfuerzos por fortalecer el Poder Judicial con una visión clara de las políticas que se deben llevar adelante para luchar contra el delito. Por eso promovimos la aprobación de un Código Procesal Penal que implantó un sistema ágil, moderno y con respeto a las garantías individuales consagradas en la Constitución Nacional y en los pactos internacionales sobre derechos humanos.
Quiero decir, por último respecto a este tema, que somos absolutamente conscientes respecto a que los hechos delictivos ocurren y que nosotros, como Estado, tenemos que estar presentes para prevenirlos y evitarlos. No desconocemos una realidad que la gente palpa día a día. Por el contrario: la reconocemos y la enfrentamos. La seguridad de la población es uno de nuestros grandes desafíos. Y como hemos hecho con todo, vamos a poner más de lo que esté a nuestro alcance hasta alcanzar el objetivo que todos deseamos: una sociedad que viva tranquila y segura.
Quiero contarles algo que ustedes ya saben pero es éste el ámbito institucional donde creo que es necesario decirlo. A lo largo de estos años, ejerciendo la conducción política e institucional de la Provincia, he sido un hombre frontal. Tengo que reconocer que, a veces, lo fui demasiado, pero hay cosas que no por antipáticas, no deben estar en la boca de un gobernante porque eso lo coloca en la misma vereda de cualquier ciudadano común. Lo soy: sólo que la vida me colocó en el lugar que elegí, donde las responsabilidades son otras y asumí esas responsabilidades entendiendo que se pueden hacer cosas por los demás, que ejercer el poder no pasa por firmar leyes o decretos. Hay que firmar un pacto con la gente y hay que firmarlo con la palabra. Siempre digo: mi palabra es un contrato.
Así, desde hace un tiempo, sentí la necesidad de prolongar este compromiso. Junto a un equipo de gente, he tratado de cambiar la historia de una Provincia con enormes posibilidades de desarrollo pero que, a través de los años, escuchó muchas palabras pero vio concretado pocos hechos. En base al trabajo, vamos revirtiendo esa situación. Y estoy seguro, el proyecto de cambio seguirá su marcha. Quiero decirles que pretendo intentar cruzar esos límites para poner en marcha un país que también necesita un cambio.
Me siento en condiciones de ser el conductor de un proceso que dará luz a otra Argentina, a una Patria grande. Más humana y más justa. Utilizando métodos distintos para crear condiciones diferentes. Pueblo de mi Provincia: todos ustedes lo saben pero voy a decírselos desde lo más profundo de mis convicciones: voy a pelear legítimamente para ser el próximo Presidente de la República Argentina.
Entiendo que llegó el momento de intentarlo. Este desafío no me asusta: me fortalece. Lo haré desde la concepción de que solamente un país auténticamente federal puede darle felicidad a todos y cada uno de sus habitantes. Como lo estamos haciendo aquí, en esta Patria chica que me tocó en suerte gobernar. Pero también quiero decirles que antes de precandidato a la Presidencia de la Nación, soy Gobernador y voy a ejercer el poder hasta el 10 de diciembre de 2011.
No me sentiría digno de ocupar ese sitio si primero no completo mis deberes de gobernante en esta tierra, mi tierra, pero además no estaría conforme conmigo, si no intentara dar vuelta una situación que nos agobia. Donde las confrontaciones nos dividen cuando hace falta más que nunca, la unión de todas las voluntades para hacer de este país, el país que nos merecemos. Dijo el creador y político cubano José Martí: “más vale un minuto de pie que una vida de rodillas”.De pie siempre estaré para alcanzar mis objetivos.
Señores diputados, pueblo de Chubut:
Allá por el 2003 comenzamos un camino con más utopías que realidades. Hoy podemos decir que hemos revertido la ecuación: lo utópico comenzó a convertirse en real gracias al esfuerzo de todos. La injusticia en el reparto de la riqueza es una modalidad primaria de la desigualdad social. En el año del Bicentenario recordamos las palabras de Juan José Castelli, el vocero de la Revolución: “un hombre libre no es igual a otro hombre libre si no tiene las mismas posibilidades de desarrollarse”.
En un contexto de extrema pobreza y de exclusión social, los gobiernos deben aplicar políticas públicas que terminen con las injusticias para revertir la situación de deterioro de la sociedad. Esto nos ocupó y nos seguirá ocupando como funcionarios y como ciudadanos para seguir saldando esas deudas a través de la puesta en marcha de las políticas que nos hemos planteado. Lo hacemos porque entendemos que el mayor desafío es lograr que todos sientan que, de verdad, pueden ocupar un legítimo lugar en la sociedad actual.
Las grandes decisiones no se toman en la soledad de un despacho, sino en el permanente contacto con sus actores, con la gente. Y lo hacemos haciéndonos cargo: expresándonos con sinceridad tanto en las posibilidades como en las dificultades, siempre respetando la historia.
Les he hablado de mis convicciones, de los compromisos cumplidos y también de los compromisos por cumplir, de nuestra filosofía de gestión, de nuestros desvelos; por qué no también de nuestro orgullo, de haber llegado hasta acá con la mayor parte de nuestros deberes cumplidos, de nuestro orgullo de haberle dado a la gente el lugar central y crucial de la gestión. Sin ello, sin la gente, hubiera sido imposible llevarlo adelante.
Siempre sostuve que la familia es un pilar fundamental en cualquier sociedad que pretenda dar pasos hacia adelante. Es la integración, la solidaridad, la lucha, la fuerza y también es el amor. Aquí está mi familia. Mi compañera de varias décadas; están mis hijos y mi madre; también está mi padre. Ellos han sido la columna vertebral de todas mis voluntades. Con ellos inspiré mis sueños, mis anhelos, mis sacrificios y mis convicciones.
Decía que con ellos inspiré mis sueños, mis anhelos, mis sacrificios y mis convicciones, como debe ocurrir en cada una de las familias de esta tierra que amamos.
Hoy, a seis años de haber alcanzado uno de los lugares que elegí para transitar por la vida, comprendo que mi compromiso es darle al hombre lo que es del hombre. Desde siempre tuve este mensaje doctrinario entre mis pensamientos. La tierra que pisamos y el pueblo que la habita tienen una misma entidad. Ambas cosas nos muestran el camino, la entrada hacia la concreción de todos nuestros anhelos. Voy a dejar la puerta de esa entrada abierta para que juntos bajemos a las profundidades del hombre y de la vida y de los sueños posibles.
Muchas gracias.
MARIO DAS NEVES
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