marzo 04, 2012

Mensaje del Gobernador de Chubut, Mario Das Neves, en la apertura del período de sesiones ordinarias (2007)

MENSAJE
DEL
GOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE CHUBUT
Mario Das Neves
EN LA APERTURA DEL 35° PERIODO DE SESIONES ORDINARIAS
EL 1° DE MARZO DE 2007

Señor Vicepresidente de la Nación, licenciado Daniel Osvaldo Scioli; señor Ministro de Salud y Ambiente de la Nación, doctor Ginés González García; señor Presidente de la Legislatura, ingeniero Mario Vargas; señores legisladores nacionales, señores Ministros del Superior Tribunal de Justicia, funcionarios judiciales, funcionarios de la seguridad, ministros, secretarios, señores diputados, pueblo de Chubut: llegué por primera vez a esta Casa el 10 de diciembre de 2003, para asumir mis responsabilidades institucionales. Y también para cumplir con el juramento que marca la ley. No fue para mí cumplir con un acto protocolar. Fue un compromiso con ustedes. Pero también fue un compromiso conmigo.
No estaba solo en esta Casa. Me acompañaban quienes me enseñaron cuáles eran los caminos que debía elegir para transitar por la vida. Aquellos que me transmitieron, con absoluta claridad, que nada se consigue sin esfuerzo. Aquí estaban, ese día, mis padres, aquí presentes. Fue importante asumir ante ellos las responsabilidades de gobernante. No podía ni debía ir en contra de aquellas convicciones, que me transmitieron desde que nací hasta que tuve el privilegio de sentarme en este lugar.
También fue importante para mí que aquel día estuvieran presentes, aquí, mi esposa Raquel, mi compañera de más de treinta años. Y mis hijos Pablo y María Victoria.
También tuve otros testigos: ustedes y el pueblo de Chubut.
Conformaban todo un compromiso, que no podía ni debía dejar de cumplir. Porque entonces defraudaría a quienes más quiero. Y eso no tendría perdón. El de entonces, era el mismo compromiso con el que enfrenté todos los cargos públicos de mi vida. Aunque en verdad, tenía éste un valor distinto: estaba al frente de mi provincia y de mi gente. Fue cuando me propuse hacer el mejor gobierno.
No digo esto por soberbia. Lo que quiero decir es que, cuando me propuse llegar hasta este lugar, fue para hacer lo mejor. Sabía que detrás de mí había una carga ineludible: terminar con las injusticias, terminar con la inequidad.
Recorrí la provincia. Casi toda. Entonces, me encontré con gente sin trabajo, familias sin techo, chicos sin ir a la escuela. Hospitales sin medicamentos. Y había gente con miedo. Y algunas personas ni siquiera tenían una ilusión.
En esa recorrida supe cuales serían las prioridades de mi gobierno. Y supe también que esta provincia necesitaba un cambio.
Por eso dije aquí, aquel 10 de diciembre de 2003: “Le pedí a la gente que vote un cambio. Votó un cambio y habrá un cambio."
"Éste no es un juego de palabras. Es mi promesa y la síntesis del gobierno que recién empieza."
De éstas, y otras cosas que dije entonces aquí, voy a referirme más adelante.
Desde aquel momento hasta hoy inicié un largo recorrido. Y desde el primer paso que di, supe cuáles debían ser mis obligaciones. Gobernar significaba crear una provincia con igualdad de oportunidades para todos. Crear trabajo, abrir escuelas, construir viviendas. Dar seguridad y dar salud.
Y sobre todo: devolverle a la gente la esperanza.
Fue una cuestión de identidad, con lo que le estaba pasando al pueblo, lo que impulsó las acciones de mi gobierno. No debía hacerlo sólo con palabras. Tenía que hacerlo con hechos. Pero con una salvedad: las palabras debían formar parte de esos hechos. La gente debía recuperar la confianza en quienes la gobernaban. Eso era tan importante como recuperar la esperanza.
Le dije al pueblo de Chubut que traía conmigo la decisión insoslayable de provocar un cambio. No de circunstancias, sino de métodos. No de anuncios, sino de concreciones.
Hablé primero del Estado, de su transformación: hacerlo útil a los fines para los cuales había sido creado. Fue uno de los primeros pasos que enfrenté, junto a un equipo que, con la misma valentía, acompañó estas decisiones inapelables.
Pensando siempre en mis deberes de mañana, fuimos construyendo una sociedad y una provincia distinta, equitativa, solidaria e inclusiva. Apartada de resentimientos. Una provincia que pensara más en los que menos tenían. En calmar las penurias de los que más sufrían. En hacer sencillo lo que, durante tantos años, otros se habían encargado en hacer difícil. Respondiendo más a sus propias ambiciones que a los derechos de la gente.
Dejar atrás la misericordia a la que eran sometidos los más pobres. Terminar con las prebendas vergonzosas, con el clientelismo eleccionario, con las cajas de comida rancia. Acabar con las humillaciones a las que se subordinaba a los ciudadanos sin camino. Hacerlo de la mejor manera: asegurándoles un camino hacia el futuro.
Así comenzamos a andar. Cuando llegamos aquí para jurar el 10 de diciembre de 2003. Y cuando abrimos, por primera vez, las sesiones ordinarias, el 1° de marzo de 2004. Traíamos con nosotros nuestra propia mochila de sueños. Estaban ahí, también, los sueños incumplidos de la gente. Entonces, juntamos todas las utopías.
El haber pertenecido a una generación golpeada en tiempos tormentosos, me había preparado para estas tempestades. Viví en carne propia otra lucha, la de un enemigo tan cruel como silencioso, que no pudo imponerme condiciones: elegí vivir. Y salí de nuevo al mundo, para dar la siguiente batalla.
Entendí que esa batalla estaba aquí, entre mi gente. Había que cambiar la realidad de esta provincia. Decidí intentarlo. Me dieron la oportunidad. Y llegué aquí, sin más testigos que mis convicciones.
Hoy, puedo decir que hemos enaltecido el valor de la palabra. Señores diputados: aquellas promesas, fueron cumplidas. Y siento por eso, no una satisfacción personal. Sino una alegría compartida con aquellos que hoy tienen lo que ayer les faltaba.
Con los que han logrado cumplir aquellos sueños, aquellas utopías compartidas.
Aquí está aquel pequeño, breve discurso de diciembre de 2003. No sólo impregnado de definiciones doctrinarias. También de peleas que teníamos que dar, de ilusiones que teníamos que cumplir, de necesidades con las que teníamos que terminar y de proyectos que debíamos concretar.
Lo dije y está aquí escrito: “Hay una sola clase de hombres: los que trabajan. A esta provincia volverá el trabajo. Voy a crear 6.500 puestos de trabajo. Me comprometo ante esta Cámara a bajar a un dígito la desocupación."
Hoy exhibimos una de las provincias con el porcentaje más bajo de gente desocupada. No creamos 6.500; creamos más de 27.000 puestos de trabajo genuinos, y llevamos la desocupación al 6,5%. Significó un aumento del empleo del 42,35%. Y una baja en la desocupación del 52%.
Hay localidades con desocupación cero y eso nos llena de satisfacción. Pero no sólo eso. Con una fuerte gestión de control y fiscalización, recuperamos la tasa del 8 por mil, como una herramienta que permita la capacitación laboral de los que necesitan reinsertarse en el mercado laboral. Sólo durante el año 2006 capacitamos 1.525 chubutenses, de los cuales el 80% ya está incorporado al mercado del trabajo. Claro está que, sin empresas, no hay reinserción posible.
Al inaugurar el período de sesiones el 1° de marzo de 2004 decía: ”Es posible una provincia donde cada jefe de familia lleve un salario a su casa... donde las fábricas reabran sus puertas”.
En Chubut, a diciembre de 2003 teníamos 5.370 empresas que registraban personal, hoy tenemos 7.643. Abrieron sus puertas 2.273 nuevas empresas, significa un crecimiento del 42,33%.
Lo prometimos y lo cumplimos.
Desde el primer momento en que la gente eligió este proyecto para gobernar la provincia, pensé en su salud. Antes de llegar a esta Casa para comenzar a gobernar, tuve una conversación con profesionales de la salud, identificados con nuestro pensamiento. Hablamos entonces de la mortalidad infantil.
Y de esa charla saqué algunas conclusiones que volqué después en mi primer discurso. Dije: “Los índices de mortalidad infantil nos avergüenzan. Yo me comprometo a bajarlos. Y a terminar con los hospitales sin medicamentos para los chicos. Y también para los grandes.”
Hemos bajado, con absoluta notoriedad, los índices de mortalidad infantil en toda la provincia. Y sobre todo, en aquellas ciudades donde eran injustificadamente altos, como en Comodoro Rivadavia. Logramos reducirla en una 63%, aunque de más está decir que estaremos conformes cuando logremos pulverizarla.
Nuestra política en materia de salud no admitió excusas ni retrasos.
Hoy, ya no faltan medicamentos en los hospitales, porque invertimos el dinero que es de la gente para ayudar a curar sus males. A diciembre de 2006 invertimos $ 33.730.248,15 en la compra de medicamentos.
Pero, además, cumplimos con otra palabra empeñada: la de construir centros de salud, para que la atención llegue también a los barrios. El compromiso fue llevar adelante obras que posibiliten la puesta en marcha de 21 centros, debidamente equipados. Al día de hoy, llevamos 24.
Nuestra inversión en salud, en lo que hace a la obra pública, supera los $ 60.000.000. Y debo decirles que, en un esfuerzo histórico, además de los 24 centros de salud, hemos construido 6 puestos sanitarios y tenemos 17 más para entregar.
Pero, además, remodelamos, adquirimos y en algunos casos alquilamos, para que puedan seguir funcionando y sirviendo a la gente: la ex clínica Goy de Comodoro Rivadavia, la ex clínica Modelo y la Escuela de Enfermería de Trelew y Esquel, la ex Clínica ADOS también de Trelew, el Hospital Alvear de Comodoro Rivadavia y 5 centros ambulatorios para adicciones.
Pero voy a darles otros datos: entre 2003 y 2007 hemos comprado 44 ambulancias nuevas. Esto significa nada más y nada menos que el 70% del total del parque automotor de los hospitales.
Dotar al área de salud de los elementos indispensables para funcionar, también fue nuestro compromiso.
Juntamente con este excelente Ministro de Salud de la Nación, que hoy tenemos el honor de que nos visite nuevamente por décima tercera vez en la provincia, hemos logrado que Chubut sea un modelo sanitario a imitar.
Señores diputados: lo prometimos y lo cumplimos.
Asegurar la educación es asegurar el futuro. La entendemos como una política de Estado. No creemos que construir una escuela represente un gasto. Todo lo contrario. Para nosotros es la mejor inversión.
Adquirí un compromiso especial con la educación de nuestros niños y nuestros jóvenes. Aquel 10 de diciembre de 2003, le dediqué al tema un espacio generoso. Y aseguré: “No habrá al término de mi mandato un solo chico que no sepa leer ni escribir. Queremos en las escuelas de Chubut maestros dedicados a educar. Nuestro objetivo es la escuela pública, porque estamos convencidos de que es la institución con más capacidad para posibilitar mejores condiciones de inclusión social de importantes sectores de nuestra sociedad."
Fue una de las partes más sentidas de aquel mensaje. Teníamos el compromiso ineludible de revertir algunas penosas situaciones: había escuelas destruidas, chicos que no podían ir a clase por falta de indumentaria. Docentes trabajando en condiciones precarias.
El presupuesto educativo en 2003 era de $ 182.000.000. Nosotros lo llevamos en el 2007 a $ 548.682.623, es decir, un 201,13% más.
Desde 2004 hasta la fecha hemos construido 38 escuelas nuevas y realizado 79 ampliaciones, totalizando 419 aulas. Construimos 55 salones de usos múltiples y 4 gimnasios con una inversión de más de $ 182.000.000.
Hasta el momento hemos entregado 19.666 becas, mientras que en los doce últimos años sólo se habían entregado 4.400.
Pusimos en marcha las salas de 4 años, en una decisión única en el país. Y desde el año 2005 cubrimos el 100% de la matrícula de salas de 5 años.
Nos sentamos con los docentes a discutir sus salarios en paritarias, elaboramos un nuevo estatuto, establecimos reglas claras para la relación. Nos ocupamos de la capacitación e instalamos un foro de debate en los Congresos Provinciales de Educación.
También, y en una política educativa inédita, invertimos $ 2.500.000 en la formación profesional de 3.500 jóvenes y adultos, lo que les permitió acceder al empleo genuino. Este eje “educación y trabajo” creció un 50% en toda la provincia, llegando a localidades a las que nunca antes se había tenido en cuenta.
Recuperamos las escuelas de jornada completa, suprimidas por la Ley de Emergencia en el año 1996, para 29 escuelas, lo que implicó más horas de clases, beneficiando a 2.500 alumnos.
Esto no había pasado en años. Nosotros lo prometimos. Y lo cumplimos.
Me voy a referir a un tema que provocó situaciones poco deseables. Que incluyeron temores y hasta movilizaciones de personas, que por primera vez, en muchos años, veían peligrar sus fuentes de trabajo.
Si algo me caracterizó en estos años es la manera de decir las cosas. No ando con rodeos. Por eso hablé, en mis discursos fundacionales, del Banco del Chubut.
Quiero recordar aquellas palabras: “El Banco se convertirá en una herramienta de fomento y estímulo para pequeños y medianos empresarios. Quiero de ellos una sola cosa: su honestidad. Hoy el Banco está en plena transformación y el gobierno le aportará $ 20.000.000 para su capitalización definitiva. Hoy tiene registrado como pérdida, en los últimos tres años, $ 200.000.000. Y una morosidad del 82%. Es decir: lo entregaron quebrado. Pero también debo decir que fueron 9 grupos económicos los que concentraban el 60% de la cartera crediticia. Por eso digo, lo saquearon."
Todavía retumban en mí aquellas palabras. No quiero hablar demasiado del pasado, porque lo que más me importa es el futuro. Pero es bueno recordar algunas cosas.
Hay que tener bien presente que “los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla”.
De todas maneras, sólo quiero hablar de aquel compromiso. Y de lo que hicimos, aun con gente golpeando nuestras puertas y aconsejándonos la mejor salida para la entidad: el cierre. Ni siquiera lo pensamos. Empezamos a trabajar para revertir una situación oprobiosa. El Banco, que debía ser de todos, era de nadie. O de unos pocos. Con trabajo, esfuerzo, imaginación, decisión, audacia y creatividad dimos vuelta esa situación. Y de la mejor manera.
Sólo daré algunas cifras: hoy el patrimonio del Banco es 10 veces más fuerte que en diciembre de 2003 cuando contabilizaba $ 14.000.000. En enero de este año superó los $ 141.000.000.
Esto se ve reflejado en el ranking de rentabilidad sobre el patrimonio suministrado por el Banco Central de la República Argentina, donde el Banco del Chubut se ubica en el cuarto lugar a nivel nacional y primero en la provincia.
Hoy está en condiciones de brindar créditos hipotecarios a treinta años, para que la gente pueda comprar o arreglar su casa, con la tasa de interés más conveniente y accesible del país.
Desde enero de 2004 otorgó $ 360.000.000 distribuidos en más de 37.000 operaciones. Y redujo la morosidad que tenía de un 84 a un 5%. Esto demuestra el compromiso de disminuir las deudas en mora, durante 2006 recuperamos casi $ 7.000.000.
Por otra parte, los depósitos del sector privado crecieron un 143% y la tarjeta de crédito 365, marca propia del Banco, cuadruplicó su cantidad: de 13.100 plásticos pasó a 50.500.
Y hay más datos: se abrieron 1.700 cuentas corrientes particulares y se celebraron 309 convenios de acreditación de haberes.
Asumimos el compromiso de llevar adelante un plan de integración provincial; por eso abrimos sucursales en Corcovado, Playa Unión, Trelew y Dolavon y una oficina corporativa en Comodoro Rivadavia. Próximamente, lo haremos en Rada Tilly y Cholila.
En este momento existen 16 cajeros automáticos en funcionamiento. Y habrá otros 20 en toda la provincia, 13 de los cuales están destinados al interior, en localidades como Epuyén, Ricardo Rojas, Las Plumas, Paso del Sapo y Gastre, entre otras.
Pero, además, hemos traspasado los límites de nuestra provincia, regionalizando la presencia de la entidad con un cajero automático en Las Grutas y, próximamente, otro en San Antonio Oeste.
Todo esto que acabo de contar significa que recuperó la confianza de la gente. Ya nos es más el Banco de nadie. Ahora, es el Banco de todos.
Pueblo de Chubut: lo prometimos. Y lo cumplimos.
Llegué a esta Casa el 1° de marzo de 2004 con una carga de ilusiones y energías. Ambas aún siguen intactas. Me siento con las mismas ganas y las mismas fuerzas que aquel día, cuando hice otra promesa.
Les decía a ustedes señores diputados, se lo decía a la gente: “Quiero recordar que ya hemos puesto en marcha un plan de viviendas con una inversión de $ 153.000.000 que generará 10.000 puestos de trabajo y permitirá dar una respuesta contundente a la falta de unidades habitacionales”.
También les decía: “Pero me detendré en algo más: voy a darles dos noticias, una mala y una buena. La noticia mala es que en Chubut se construían las casas sociales más caras de la República Argentina. La buena es que ya no cargamos con esa vergüenza. Le hemos bajado el costo a las viviendas y así no sólo tendrán casa los que tienen plata, sino también las familias humildes que las necesitan. Señores diputados: ése es para mí un motivo de orgullo."
Retumban en mí todavía aquellas palabras. Miles de personas esperando durante largos años por una vivienda. Otra situación de angustia, de tristeza permanente. Los que hacían largas colas, veían como en la vereda de enfrente se entregaban llaves a discreción, acomodando puntajes. Otra prebenda política que generaba ricos con más riqueza y pobres con más pobreza. Ya no hay más viviendas para los acomodados. Eso pertenece a la política retrógrada. Las que se construyen son para quienes las han esperado con paciencia, para quienes en realidad la necesitan.
Siento hoy también otro motivo de orgullo: invertimos $ 326.000.000 para entregar 6.327 soluciones habitacionales, desde el inicio de nuestra gestión. Hay 7.161 en ejecución y otras 5.000 programadas, lo que significa una inversión de más de $ 1.000.000.000 para que accedan a las mismas.
Además de la puesta en marcha del Programa de Mejoramiento Barrial, conocido como el PROMEBA, en 17 barrios, que permitió llegar con servicios a más de 40.000 personas que no los tenían. Pronto llegará a 6 barrios más, beneficiando a otras 2.911 familias, con una inversión total de $ 177.118.058.
Tengo que decir también que el recupero de cuotas pagas en 2006 ha superado el 67%. Pero la gente siguió confiando en nosotros. En enero de 2007 el porcentaje llegó al 75%, con lo cual podremos seguir construyendo viviendas para quienes no las tienen.
En el marco del programa de regularización dominial llevamos entregados 2.782 títulos de propiedad, que la gente esperó por décadas y que por desidia no se hizo antes. Nosotros lo hicimos porque tomamos la decisión política de hacerlo.
A esta contundencia numérica, debo agregar una práctica poco común, pero emocionalmente necesaria: la entrega de viviendas los días domingo. El día en que todos juntos pueden sentir la satisfacción de recibir la llave, abrir la puerta, tocar las paredes y abrazarse: están bajo su techo, en su hogar.
Y también tengo que decirles que hemos puesto especial atención en aquellas personas que, por su distinta condición, no podían acceder a una vivienda. Era injusto que madres solteras o personas con capacidades diferentes pasaran la vida llenando papeles y mendigando un techo. Terminamos con esas injusticias. Y comenzamos a facilitarles el camino para que lleguen a cumplir su sueño, el de la casa propia.
Una madre soltera o una persona con capacidades diferentes es, para nosotros, igual a los demás. Y, por lo tanto, tienen los mismos derechos.
Habíamos prometido revertir en forma literal la falta de viviendas en la provincia. Y lo cumplimos. Me surge recordar la inmortal frase de Evita: “donde hay una necesidad, hay un derecho”.
Dije hace poco que otro de los motivos que me impulsó llegar hasta aquí fue terminar con el oprobio y el dolor, para cambiarlo por la dignidad y la fuerza. Cambiar la angustia por la esperanza y la tristeza por la felicidad.
También les dije que habíamos introducido en este proceso de cambio dos valores inalterables: la honestidad y la justicia social. La primera representa la absoluta e irrenunciable transparencia en todos nuestros actos de gobierno. La justicia social pertenece, más que a una doctrina, a una forma de vida.
Una de las formas de la justicia social traje a este recinto hace hoy tres años. Recordé entonces: “Si un padre de familia recibe una bolsa de alimentos se lo ayuda un poco y se lo humilla otro poco. Si, además, esas bolsas son administradas con desidia o mala fe, se entrega a esas familias en las manos de los que lucran políticamente con la necesidad de sus conciudadanos. He tomado decisiones que terminen tanto con la necesidad como con el clientelismo. No habrá en el futuro más bolsas de comida. Habrá tickets y tarjetas magnéticas para que las familias puedan comprar sus alimentos y los consuman en su casa, sentados todos a la misma mesa, como debe ser."
Pasaron, es verdad, tres años. La tarjeta social permitió a las familias consumir alimentos frescos. Terminó con las miserabilidades de la antigua política. La puesta en práctica del sistema fue imitada por otros Estados Provinciales.
En poco tiempo, no habrá en esta provincia más comedores comunitarios. Lo digo con alegría: lo prometimos. Y lo cumplimos.
Está escrito que cuando asumimos les dije a todos ustedes que no era un experto en materia cultural. Pero pude decirles con certeza que el presupuesto del área era de $ 96.000 anuales, lo que significa que se invertían 25 centavos por habitante por año. Dije que eso iba a cambiar.
También quedó escrito en aquel momento que pensaba que el deporte debía dejar de ser un área de entretenimiento, para convertirse en una herramienta de inclusión social. Sólo se le adjudicaba un magro presupuesto: apenas $ 900.000.
Ambas cuestiones merecieron de mi gobierno una atención especial. Se jerarquizaron las áreas y se destinaron más de $ 4.000.000 al presupuesto cultural y más de $ 5.000.000 al de deportes.
La concreción exitosa de los Juegos Evita, deportivos y culturales, con la participación de más de 80.000 chicos, los Juegos de la Araucanía, el apoyo a las fiestas nacionales, provinciales y culturales. La entrega de subsidios a deportistas y a entidades que trabajan para y por la cultura. El acercamiento a las entidades deportivas de la provincia y la trascendencia nacional que hemos compartido a través de nuestros equipos de básquet, fútbol y recientemente volley, hablan a las claras respecto a cómo cambiamos el ostracismo por la trascendencia. Y por qué no, cambiamos también las derrotas por las victorias.
Estaba en nuestra plataforma. Lo soñamos. Lo hicimos. Es decir: lo prometimos. Y lo cumplimos.
Descentralizar no sólo los repartos, sino también las decisiones, fue otra de las metas políticas para este mandato. Entendimos que también era una manera de terminar con viejos esquemas de clientelismo, con tener cautivos a intendentes y pobladores. Un método retrógrado.
Por eso anuncié el 1° de marzo de 2004: “Digo con satisfacción que estamos produciendo el cambio que prometimos. Este gobierno terminó con el clientelismo político y dejó de ser una municipalidad paralela. Ahora, los intendentes no son rivales del gobernador. Son partícipes de un trabajo en común en beneficio de todos. Porque la pobreza no es peronista ni es radical. La pobreza es una sola y sólo la venceremos entre todos."
No fueron palabras vacías, metidas por allá abajo en un discurso. Hemos descentralizado las atribuciones y responsabilidades. Lo demostramos con hechos concretos. Ahora son las intendencias las que manejan la entrega de cualquier tipo de asistencia a sus vecinos. Los que saben y resuelven sus necesidades. No tienen que venir más, a Rawson, para golpear puertas, que pocas veces se abrían. Deciden. Forman parte del Estado. Como debe ser.
A ello, le hemos agregado otra decisión histórica y sin precedentes: la creación de las comarcas, con la idea de construir la provincia del futuro. Ahí también, en ese proyecto comarcal, los intendentes tienen el principal protagonismo. Asociarse con las localidades vecinas para lograr el mejor aprovechamiento de cada región. Con lo que también formó parte permanente de nuestros discursos: la solidaridad, el reparto equitativo, el aprovechamiento de la energía de todos los habitantes. Con ellos dimos el primer paso para la segunda colonización de la provincia, fundada en hechos concretos. Alentando la participación y la inclusión.
Así como lo dijimos hace tres años en esta Casa: “Necesitamos a los intendentes para resolver lo que nunca se ha resuelto y hacer lo que nunca se ha hecho”. Intendentes de Chubut: lo prometimos. Y lo cumplimos.
Las grandes obras, eternamente postergadas estuvieron siempre en la mente de este gobernador. No sólo en sus discursos. La inestabilidad de un país sin rumbo, las convirtió en promesas de aniversarios, siempre incumplidas.
Otro país asomó en 2003. Con crecimiento, estabilidad y credibilidad. Nos asociamos a esos nuevos tiempos. A esas nuevas formas y criterios que el Gobierno Nacional del Presidente Néstor Kirchner ponía en marcha. Y como él, dijimos “manos a las obras”. Porque queríamos ser protagonistas del nuevo país y contribuir a su definitivo despegue.
Dijo Kirchner, nuestro hermano: “La Patagonia va a dejar de ser el patio trasero de la Argentina”. Y en verdad dejó de ser el patio trasero de la Argentina.
En aquellos tiempos de esperanza dije aquí: “Antes de venir a reunirme con ustedes, he repasado con atención lo que han dicho algunos de mis antecesores en este cargo y he sacado algunas enseñanzas. Por ejemplo, que se repiten viejos sueños incumplidos, como el nuevo acueducto para Puerto Madryn, el nuevo puente de Rawson y el Azud Derivador para el valle."
Y agregué: “El país está saliendo de la crisis. La provincia también. Vengo a decirles, entonces, que éste es el tiempo en que esos sueños serán cumplidos y esas obras concretadas."
Señores diputados: el próximo 16 de marzo, con la presencia del Presidente Néstor Kirchner y el Ministro Julio De Vido, vamos a inaugurar el acueducto Trelew-Puerto Madryn.
El año pasado hemos dado inicio a la refundación provincial con un acto en Trelew, donde se dio el puntapié inicial para la definitiva concreción del Azud Derivador. Y fue el Presidente quien cortó las cintas para dejar inaugurado el nuevo puente de Rawson.
A la gente de Rawson quiero dedicarle una mención especial: aquí, en esta ciudad, vivimos quienes cumplimos funciones de gobierno durante un determinado tiempo. Su gente sabe que mayoritariamente somos rawsenses de paso. De todas maneras, nos recibe con un inmenso cariño. A esa calidez quisimos responderle con obras. Que la hagan más bella. Que jerarquicen su rol de capital provincial. Que deje de ser la capital de los expedientes y los presupuestos, para convertirse en un lugar digno de ser vivido.
Por eso, entre otras cosas, construimos el Centro Cultural Provincial, el Albergue Deportivo, trabajamos activamente en los barrios con el PROMEBA (Programa de Mejoramiento Barrial) y, ahora, vamos a convertir en peatonal la diagonal Fontana a la altura de la Casa de Gobierno y la residencia del gobernador.
De más está decir, que cuando hizo falta, tapamos algunos baches.
No quiero olvidarme de una obra monumental, también puesta en marcha por el Presidente Kirchner: el Gasoducto Patagónico. Lo anuncié en esta Casa en mi discurso de marzo de 2005. Lo inauguramos el año pasado. Dará gas natural a 20.000 familias. Pero también lo hará en hospitales y comisarías. En pequeñas y grandes fábricas. Llevará energía y calor, abaratando notoriamente los costos. Y permitirá las condiciones necesarias para la inversión productiva que genere empleo y riqueza en el despegue definitivo del sudoeste provincial y toda la cordillera. Otra obra mil veces prometida. Y otras mil veces postergada.
No puedo dejar pasar por alto otra obra fundacional. Perteneciente también a la nueva provincia que soñamos hacer y a la refundación de la que hablamos. Expresé varias veces que la imprevisión y desinversión de años anteriores provocaron situaciones críticas en el sistema energético provincial, motivo por el cual, alguna vez esta Legislatura declaró la emergencia eléctrica. Por eso, nos pusimos a trabajar para revertir esa penosa situación.
En mis palabras del 1° de marzo de 2005 adquirí otro compromiso. Manifesté desde este mismo lugar que “otro tema largamente demorado pero que será una realidad, es el tendido de la línea de alta tensión Choele Choel-Madryn-Pico Truncado, que incorporará a la Patagonia al sistema conectado nacional”.
Junto con el ministro nacional Julio De Vido, inauguramos esa obra monumental que no sólo terminará con los problemas de energía. Pertenece también a la refundación de la provincia, porque nos permitirá abastecer a empresas para tener más producción y más trabajo. Y también crear las condiciones aptas para venderle energía al resto del país, para que otras grandes empresas puedan trabajar y dar trabajo, sin la zozobra que significa la escasez energética.
Está escrito. Se puede hacer, cuando se quiere hacer. Nosotros queremos y hacemos.
Por eso, está en proceso licitatorio la obra del acueducto para la zona norte de Comodoro Rivadavia, que irá desde la Reserva Arenales a la Cisterna Ciudadela y también el nuevo acueducto para la localidad de Rada Tilly.
Sin hacer juicios de valor, digo que cuando llegamos a la conducción provincial, nos dimos cuenta de que en los últimos doce años se habían ejecutado 65 kilómetros de pavimento nuevo y 68 de repavimentación.
Los caminos unen a los pueblos. Pertenecen a la política de integración territorial y social que nos propusimos llevar adelante entre las comunidades. Por eso mejoramos y reconvertimos caminos vecinales, terminando con un problema histórico: el aislamiento al que eran sometidas cientos de familias. Pavimentamos y repavimentamos rutas y caminos rurales.
En estos tres años y medio, hemos puesto en marcha las obras de pavimentación de los caminos de acceso a El Maitén, Cholila, Río Pico, Senguer, Corcovado y Gualjaina con una inversión de $ 250.000.000, que crecerá este año en $ 100.000.000 cuando se liciten los segundos tramos de Corcovado y Gualjaina.
A principios de 2008 se estará inaugurando la obra completa del acceso a El Maitén y así seguiremos hasta completar los 270 kilómetros comprometidos en tres años, contra aquellos 65 kilómetros.
Quiero hacer otras breves referencias en el tema vial. Para decir que están en ejecución los 17 kilómetros del segundo tramo del acceso a Punta Tombo, el acceso a Facundo, los 14 kilómetros entre Trelew y Gaiman, el pavimento de acceso al Parque Nacional Los Alerces, la doble Trocha Comodoro Rada Tilly, la repavimentación de la ruta 20 entre Cerro Negro y Sarmiento, y Facundo y Rada Tilly, impensable, una utopía, completando un total de 118 kilómetros, con una inversión provincial de $ 91.460.000.
Son sólo ejemplos emblemáticos en el marco de un amplio programa de pavimentación y reparación de caminos, que tiene a Vialidad Provincial como su brazo ejecutor.
Dije que este gobierno no hacía caminos para ir a ninguna parte. Los caminos y las rutas que se construyeron y se mejoraron son los que nos llevarán a todos al crecimiento que nos debemos y al desarrollo que nos merecemos.
Para nosotros ningún lugar está lejos. No hay ya, pueblos chicos y ciudades grandes. Hay ciudadanos de Chubut dispersos en una inmensa geografía que merecen un trato igualitario.
Por eso, hacemos caminos. De eso hablé aquí, frente a ustedes hace algunos años. Y hoy es una realidad, que ustedes mismos pueden palpar cuando, en su función de diputados provinciales, recorren la provincia. Habrán visto que cumplimos con lo que prometimos. La gente debe tener del Estado, la respuesta que el Estado debe darle.
En el Estado trabajan los empleados públicos. A ellos me referí el 10 de diciembre de 2003. Fue cuando dije: “El empleo público es para mí un servicio esencial. Porque sirve para organizar la vida social, resolver los problemas del hombre común y administrar la riqueza que nos pertenece a todos. Los empleados públicos obtendrán de mi gobierno respeto por su carrera, cumplimiento para sus salarios y reconocimiento a su dedicación. A cambio, les pediremos que cada uno sea protagonista del cambio en la actitud del Estado para con sus ciudadanos."
Ustedes lo saben: desde que llegamos nos propusimos ordenar el Estado. Lo dijimos: queríamos un Estado ágil y no un Estado bobo. El que le resuelva la vida a la gente, no el que se la complique. Lo estamos modernizando para que termine con la burocracia, con los papeles que nunca van a ningún lado, mientras en algún lado alguien está esperando una respuesta.
El Estado intervino en conflictos laborales en ámbitos tan complicados como el pesquero y el petrolero. Fue clave para mantener la paz social y eso también es motivo de orgullo.
Con los empleados públicos iniciamos una relación franca y directa. Les otorgamos aumentos salariales, los primeros en doce larguísimos años.
Nos sentamos a discutir en paritarias, recompusimos la carrera administrativa, basada en méritos propios y dedicación acreditada. Asciende el que tiene que ascender y no el que pinta mejor las paredes con arengas partidarias.
Además, debo decir, porque no tengo que esconderlo, que han ingresado a formar parte del Estado alrededor de 5.000 nuevos agentes. Había puestos que cubrir y les voy a decir dónde: enfermeros en salud, médicos que faltaban por todos lados, docentes y no docentes en educación, policías y profesionales en distintas áreas del Estado, con la intención de jerarquizarlas para que las cosas se hagan de la mejor manera. Los empleados públicos y los gremios que los representan lo saben. Y también lo sabe la gente.
El tema ambiental fue expuesto también en mis discursos en esta Legislatura. Dije aquí, que no por la importancia de algunos emprendimientos, vamos a permitir el deterioro del medio ambiente. Y que nadie más se va a llevar el oro, dejándonos las piedras.
Jerarquizamos el área para tener un mayor control de nuestro suelo y de nuestros paisajes. Entendemos que se puede fomentar el desarrollo productivo, pero entendiendo que entre las ganancias de las empresas sean prioritarias la rentabilidad social y la responsabilidad en el cuidado del medio ambiente.
Hemos trabajado para cuidarlo: sólo en hidrocarburos, a lo largo de estos tres años de gobierno, se han realizado más de 1.100 inspecciones en yacimientos, recorriendo cerca de 25.000 kilómetros. Se ha gestionado la remediación de diversos pasivos ambientales, producto de la actividad petrolera.
Y en el marco del proyecto de eliminación de basurales a cielo abierto, se anunciaron las licitaciones de las plantas de tratamiento de residuos sólidos urbanos de Comodoro Rivadavia y Esquel.
En la comarca del Valle Inferior-Península Valdés se conformó el consorcio de municipios y la Unidad Técnica Provincial.
Señores diputados, pueblo de Chubut: en un país que crece, Chubut no es la excepción. No podía ser, entonces que la cuarta provincia exportadora del país tuviera un Ministerio de la Producción inexistente. Incapaz de movilizar la capacidad de nuestros empresarios y trabajadores.
Así pusimos manos a la obra. Con un equipo joven y dinámico, promovimos con énfasis el desarrollo de nuestras pequeñas y medianas empresas, en función de optimizar las cadenas de valor, el respaldo financiero necesario, la innovación, el fortalecimiento de la base territorial y la organización en clusters regionales.
Salimos con energía a promocionar nuestros recursos naturales y nuestro “saber hacer” y, entonces, desde las cadenas de supermercadistas hasta los mercados internacionales, conocieron de nuestras potencialidades.
Alentamos y acompañamos a las pequeñas y medianas empresas de la provincia en la apertura de mercados internacionales. Por cadena de valor y por nicho de ventajas competitivas.
Tenemos una estrategia clara y definida de acompañamiento, participando colectivamente con las empresas en ferias comerciales en distintos países, relacionando conjuntamente productos y mercados.
Hemos recorrido algunas partes del mundo. Voy a mencionar sólo algunas de las 40 misiones comerciales a 17 países. Viajamos a Londres con nuestros productos gourmet. A Italia con especialidades frutales y a la Feria internacional de la pesca artesanal de Ancona. En Alemania, estuvimos presentes en Anuga con las carnes patagónicas libres de aftosa y en el Fruti Logística 2006 ofertando nuestras cerezas en contra estación. En Bruselas, las empresas chubutenses participaron de una exhibición de la pesca marítima industrial.
Pero no sólo tenemos para ofrecer productos gourmet. Nuestros textiles laneros participaron de la Pitti Filatti 2005, en Florencia, y del Perú Moda 2006 en Lima, con los artesanos textiles.
Los pórfidos, extraídos de la meseta central chubutense, tuvieron encuentros en Marmomac 2005 en Italia, y en Las Vegas en la Muestra Internacional de Rocas Ornamentales y Maquinaria para la Industria de la Piedra.
Nuestro mayor producto exportado son los combustibles. Ninguna empresa exportadora de petróleo necesita nuestro acompañamiento para la apertura de mercados. Sin embargo, la rica historia de un siglo produciendo energía, nos generó una base de empresarios del sector metalmecánico, con fortalezas para posicionarse en términos internacionales. A las firmas del sector, afín al petróleo y al gas, se las está acompañando dentro del cordón andino de Latinoamérica y El Caribe. Allí existen ventajas estratégicas y vinculares, que otorgan posibilidades concretas de negocios. Las exposiciones internacionales de Maracaibo en 2005 y 2006, la Ecuador Oil and Power 2005 y el Encuentro de Colombia, son prueba de ello.
Conscientes de que estamos hablando de un recurso no renovable, apuntamos a desarrollar un cluster eólico en Chubut, por lo que participamos en Hamburgo del Wind Energy 2006, buscando generar acuerdos de fabricación de partes de molinos eólicos en nuestro territorio.
Utilizamos a la Corporación de Fomento del Chubut como al brazo ejecutor de estrategias productivas, favoreciendo el acceso a nuevas actividades, créditos a pequeños emprendedores, refinanciación de deudas y apoyo para el desarrollo de sus actividades.
Otorgamos créditos a 1.435 productores por un total de $ 8.807.325 y capacitamos en estos tres años de gestión a 1.260 emprendedores agropecuarios.
Y destaco, una vez más, los éxitos del programa mohair y de nuestra política de desarrollo forestal. Una, ha permitido que cientos de pequeños productores, de los más recónditos parajes del Chubut, tengan una oportunidad productiva y rentable desde el asociativismo que propone el programa. La otra, ha permitido que los incendios forestales, que han sido y son una de las principales causas de destrucción masiva de bosques y ambientes forestales en el mundo, se reviertan, a partir de la conformación y fortalecimiento de un sistema de manejo del fuego, que integra la acción del Estado Provincial con el esfuerzo de la comunidad en su conjunto.
Como dato, les digo que antes, por cada 100 focos, se quemaban 5.000 hectáreas. Hoy, hemos tenido en la última temporada 111 focos que afectaron sólo 376 hectáreas. Esto da idea de la eficacia del sistema y su organización de alerta temprana y ataques iniciales. Por ello sobresale la labor de las brigadas y los equipos técnicos y humanos.
Las 750.000 hectáreas de bosques nativos son un recurso estratégico para el desarrollo presente y futuro de los chubutenses. Es por ello que hemos sentado las bases estructurales y operativas para su manejo y conservación. El 50% de esta superficie fue puesta bajo un sistema participativo de protección activa del recurso. Integrado a una estrategia binacional de 5.000.000 de hectáreas como reserva de la biosfera.
Hemos duplicado la tasa de formación de bosques de cultivo, como política activa de generación de un nuevo patrimonio ambiental y económico. Que nos permite hoy generar trabajo rural, y mañana una foresto-industria, sustento de un nuevo desarrollo regional y provincial.
El esfuerzo de los productores y empresarios por capacitarse y agregar mayor tecnología es apoyado por el Estado. Porque reconocemos que a las ventajas comparativas existentes hay que sumarles gestión, estamos junto a ellos.
Para no bajarnos del tren del progreso en marcha, hemos recogido las ambiciones y posibilidades productivas de toda la provincia del Chubut a través del innovador programa participativo denominado “de qué va a vivir mi pueblo”.
Dejamos que sea la misma gente la que programe su futuro, entonces hemos logrado identificar 38 proyectos, a los que el Ministerio de Economía de La Nación ha prestado su consentimiento para recibir financiación federal.
Esta experiencia exitosa que, además, fue consensuada por zonas o regiones, nos llevó al convencimiento de que, en el Chubut del futuro, la vieja óptica de las divisiones departamentales condenaba pueblos enteros al olvido. Fue entonces que trabajamos junto a la gente en el desarrollo del programa comarcal, una idea que fue avanzando de abajo hacia arriba, en el compromiso comunitario de aunar esfuerzos, para desarrollar nuestras capacidades.
Por este camino no sólo mejoraremos la producción, sino que profundizaremos nuestra idea de descentralización de las políticas públicas hacia los municipios y las nuevas comarcas. Y que también mejoraremos la calidad de la representación política. Señores diputados: estamos ante una oportunidad única, que no vamos a desaprovechar.
Ahora voy a referirme a un tema sensible. Que todavía nos falta resolver completamente: el tema de la seguridad. Nunca le hemos sacado el cuerpo a esa responsabilidad indelegable del Estado.
El pueblo tiene derecho a estar seguro. Había altos índices de delincuencia en la provincia cuando llegamos para gobernarla. Dije entonces que estaba dispuesto a construir una sociedad sin miedos, donde las rejas estén donde tienen que estar y no en las puertas de las casas de la gente.
Digo, a favor de lo que hicimos, que hemos incorporado más de 1.200 agentes, para que las calles y las casas estén más custodiadas. Totalizan hoy 3.797 efectivos. De este total, hemos capacitado en distintas temáticas a 3.700 de ellos, tanto en los institutos policiales como en reparticiones nacionales de la especialidad. Para hacerlo posible llevamos el presupuesto de la Policía del Chubut de $ 77.500.000 en diciembre de 2003 a casi $ 190.000.000 para este 2007.
En una estrategia destinada a recuperar la capacidad operativa de la fuerza, hemos incorporado 150 vehículos de distinto tipo, que significaron $ 5.262.030 de inversión, contando con 406 móviles en la actualidad.
Hemos adquirido equipamiento en elementos de seguridad para la policía, con una inversión que superó los $ 3.813.767 en estos tres años y medio.
La dotamos de mayor tecnología para luchar contra el delito, invirtiendo $ 4.954.863, compuesta de computadoras y equipos portátiles de comunicación, entre otros elementos.
Esto posibilitó que pueda detenerse a una importante cantidad de delincuentes y que suba el porcentaje de detención de delitos en forma in fraganti.
Y hay otro hecho que no debe pasar inadvertido: fue por impulso de este gobierno que se amplió la cantidad de miembros del Superior Tribunal de Justicia. No para tener una corte adicta. Sí, para resolver más rápido los casos judiciales.
Apoyamos la creación de la Sala Penal, que desde que comenzó a trabajar duplicó la cantidad de sentencias. Augurando que podrán triplicarlas durante este año. Esta Sala está compuesta por hombres de la justicia, probos en el desarrollo de sus funciones y con una larga e intachable trayectoria.
Siempre que hablé de seguridad en mis discursos, me referí al tema de la Justicia. Y aclaré que no hablaba de toda la Justicia, sino de algunos de sus integrantes. Sostengo que una parte de la Justicia del Chubut sigue en deuda con la gente.
Recreé aquí una vieja, sabia frase: “Menos daño hace un delincuente que un mal juez”.
Los hombres de la Justicia deben ponerse a tono con los nuevos tiempos. La puesta en marcha del nuevo Código Procesal Penal, aun con el debate y las correcciones que todavía hagan falta, pone de manifiesto la voluntad del Estado en corregir viejos errores, de terminar con lo que parecen prebendas para los delincuentes.
La seguridad es un problema que nos atañe a todos. A los tres Poderes. Y también a los ciudadanos. Nadie puede sentirse invadido, cuando de mejorar la seguridad se trata. Hay que recrear condiciones mínimas para que el hombre común se sienta seguro. Y los que se sientan inseguros sean los delincuentes. No puede ser que la gente se cruce en la calle, a los pocos días, con quien la robó. Tampoco puede ser que un policía arriesgue su vida para atrapar en pocos días, varias veces, al mismo delincuente. El policía siente una amarga frustración. Los ciudadanos, también.
Hay que revertir esta realidad. La Justicia no está en la vereda de enfrente. Es también parte del Estado. Y como tal, asumir su responsabilidad, que claro, nosotros compartimos. La flexibilidad tiene que estar del lado del agredido. Y no del que arremete.
Creemos que está llegando el momento oportuno de madurez institucional, para que tomemos las decisiones estratégicas que conviertan a la seguridad en una verdadera política de Estado de largo plazo, con la aquiescencia de los tres Poderes de la democracia. Nos comprometemos, como siempre lo hicimos, a poner todo lo que podemos y tenemos para que todo funcione mejor.
Se lo decimos a la Justicia y a los diputados. Y también a los ciudadanos.
También contribuye el esfuerzo de nuestras políticas de contención social, el desarrollo de infraestructura social en los barrios, la presencia del Estado en todos los ámbitos.
Entonces, trabajando juntos será más eficiente la tarea preventiva, que es la única estrategia que dará resultados profundos, aunque sea en el largo plazo.
Debo decir también que cuando asumimos recibimos instalaciones que resultaban insuficientes y que tenían numerosos inconvenientes edilicios: fundamentalmente, los lugares de detención. Entonces, encaramos la refacción de comisarías y calabozos, alcanzado a la fecha mejoras en 28 comisarías, la construcción de otras 9 y el comienzo de la refacción integral de la Alcaldía Policial de Comodoro Rivadavia. Y se encuentran en proceso de elaboración los pliegos para el llamado a licitación de las dos primeras cárceles de jurisdicción provincial.
En materia de seguridad, y con toda convicción y responsabilidad, estamos haciendo nuestra parte. Y les pedimos que, desde cada lugar, nos acompañen.
Hemos cambiado, a lo largo de estos años, algunos otras amargas realidades que mencioné en mis discursos.
Hablé en un momento de la utilización de los fondos que genera la Lotería del Chubut, históricamente utilizados como la caja de mantenimiento de ambiciones políticas personales y partidarias.
A fuerza de transparencia en nuestros actos y en el manejo de los dineros públicos, revertimos esa vergonzosa realidad. Podemos hablar de lo que hace la Lotería con el dinero, a la luz del día. Lo podemos hacer con ustedes, los diputados. Y con toda la gente.
La recaudación de la totalidad de los juegos que comercializa el Instituto de Asistencia Social tuvo un crecimiento constante. Durante el 2004 se logró una recaudación de algo más de $ 51.000.000. En 2006 llegó a superar los $ 70.500.000. Esto se logró gracias a una clara política de austeridad, transparencia y compromiso. Que impulsó el saneamiento de la institución, financiera y económicamente saqueada y fundida.
Les doy un solo ejemplo: se le debía al Instituto de Seguridad Social y Seguros, a nuestra Caja, $ 2.500.000. Se le hacía el descuento jubilatorio a los empleados, pero no se depositaba el dinero, lo que provocó una denuncia penal. Hicimos un convenio para revertir esa situación lamentable. Convenio de pago que será cancelado, definitivamente, a fin de este año.
Le emergencia climática de la cordillera, la compra de un acelerador lineal para el CABIN (Centro de Aplicaciones Bionucleares) de Comodoro Rivadavia, la construcción del Centro Cultural Provincial en Rawson y aportes para los Ministerios de Educación y de la Familia y a las Secretarías de Cultura y Deportes, son algunas de las acciones a las que destinamos el dinero de la Lotería. Que además, a lo largo de esta gestión, le dio varias alegrías a la gente: entregó premios por más de $ 93.000.000.
Esto lo dijimos aquí en 2004: “Basta de la entrega de subsidios indiscriminados y sin control". Lo dijimos. Lo prometimos. Y lo cumplimos.
Voy a informarles también que a través de la Unidad Ejecutora Provincial se han destinado un total de $ 176.190.540 para municipios y comunas. Esto es, en obras terminadas y en ejecución y en equipamiento. En obras terminadas para los municipios invertimos un total de $ 55.706.461 y para las comunas $ 8.489.048. Tenemos obras en ejecución por un monto total de $ 49.954.975 y destinamos para equipamiento $ 13.193.601 para los municipios y $ 24.411.144 para las comunas.
Ese dinero no se gastó. Se invirtió. A veces, en cuestiones que para algunos parecen menores, pero que para determinados lugares de la provincia son absolutamente indispensables. Por dar algún ejemplo, puedo hablar de la compra, a través de la Unidad Ejecutora Provincial, de tractores y camiones y otros elementos, que para muchas comunas rurales representan un importante alivio a sus necesidades cotidianas.
La premisa que nos impusimos en nuestra gestión sobre la temática de tierras fiscales es el permanente contacto con el poblador, la presencia en el terreno, actuando en forma directa sobre los orígenes de los problemas.
Desde el Instituto Autárquico de Colonización y Fomento Rural se ha coordinado el trabajo con otras áreas del Estado, en procura de agilizar y favorecer todas las radicaciones de emprendimientos productivos, tanto del sector pecuario o turístico; sobre todo, haciendo especial hincapié en los programas productivos direccionados hacia aquellos sectores más postergados.
Se trabajó en las comunas rurales, en el ordenamiento de la tierra urbana, regularizando, en propiedad, solares por una superficie total de 89.868 m2. Desde diciembre de 2003 se ha procedido a la escrituración de 187.331 hectáreas en la zona rural.
Se ha puesto especial dedicación a la temática de la tierra ocupada por pobladores originarios, organizados en comunidades o en forma individual. A modo de ejemplo, voy a mencionar que otorgamos la escritura de las tierras ocupadas históricamente por las comunidades de: “Cerro Centinela”, “Cerro Cóndor”, “Sierras de Tecka”, “Pocitos de Quichaura” y “Blancura”. En trámite de escrituración: “Rinconada y Tropezón”, “Fofo Cahuel” y “Ñorquinco Sur”. Con mensuras en vías de registración las comunidades de: “Barrancas”, “Prane”, “Escuela 69”, “Cushamen Centro”, “Fitamiche” y “Blancuntre”. Como dato ilustrativo, en los tres años de nuestra gestión, se escrituraron 138.388 hectáreas de tierras ocupadas por pueblos originarios.
Esta cantidad significa un 44,15% del total de las hectáreas escrituradas en la historia de la provincia a favor de comunidades originarias.
En el convencimiento de la importancia de la preservación de los recursos naturales, como bien inalienable para las generaciones futuras de chubutenses, se ha propiciado la creación de reservas en las áreas de cuencas, altas cumbres, glaciares y flora y fauna, en forma conjunta por los organismos de ambiente y turismo.
Señores diputados, quiero compartir con ustedes una muy buena noticia: ha sido un año récord en cantidad de turistas. Las inversiones en el área, a través de la Secretaría de Planeamiento, dieron los resultados que esperábamos. El verano convocó a más de 400.000 visitantes, casi el total de la población de la provincia. La política de difusión, las inversiones en turismo receptivo, como las promociones dentro y fuera del país, han consolidado a Chubut como un destino nacional e internacional. La contundencia de los números me exime de mayores comentarios.
Esto se concreta cuando existe vocación por las cosas que se hacen. Y cuando se piensa en el futuro, sin dejar a un lado el repaso de la historia. Esto me ocurría hace poco en Comodoro Rivadavia, en el día de un nuevo aniversario de su fundación. Recordé entonces que en este 2007 se cumplen cien años del descubrimiento del petróleo, sostén económico y motor de crecimiento. Ese recurso que lleva cien largos años generando trabajo y riqueza y que tendremos, al menos, por medio siglo más.
Estas cuestiones fueron las que nos impulsaron a hacer punta en el país para iniciar la discusión por la renegociación de los contratos petroleros. Fue a partir de la sanción de la denominada Ley Corta de Hidrocarburos, de la que fuimos impulsores, que reconoce a los Estados Provinciales su rol de propietarios originarios de los recursos hidrocarburíferos.
No es poco lo que hemos logrado. Pero la energía de la ciudad no se agota en el denominado oro negro. Tiene otras posibilidades que hemos recreado desde nuestro gobierno. Y una de ellas es la conformación por parte del Estado Provincial, junto con ENARSA (Energía Argentina S.A.), de Vientos de la Patagonia Sociedad Anónima, que pondrá en funcionamiento una granja eólica que producirá 60 megavatios, siguiendo el esfuerzo visionario que hace más de treinta años se inició en Río Mayo y fue continuado por la Sociedad Cooperativa Popular Limitada.
Esto es pensar seriamente en el mañana. Es pensar y decidir respecto a inversiones que generarán productividad y empleo.
Que asegurará estabilidad y garantía a los empresarios que quieran invertir. Ellos tendrán también una rentabilidad asegurada. Y es bueno que así sea. Pero también es bueno que esa rentabilidad llegue a los trabajadores. Entonces, ganamos todos. Ganan los empresarios. Y ganan los obreros. Éste es el reparto equitativo de la riqueza. Ni más para unos, ni menos para otros. Igual para todos.
Señores diputados, pueblo del Chubut: quise en este discurso decir lo que hicimos. Que es más de lo que prometimos. No fue mi intención hacer con mis palabras una demostración demagógica. Vine a rendir ante ustedes y el pueblo de Chubut mi propio examen.
Tuve también otra intención: recuperar a la política y a los políticos como brazos ejecutores de los sueños de la gente. Y para que eso ocurra, la gente debe creer en quienes gobiernan.
A través de estos tres años y medio consolidé muchas cosas. Una de ellas fue darle valor a la palabra. Debe ser más creíble que un contrato firmado. Si los ciudadanos creen en la palabra de quienes asumimos estas responsabilidades, habremos recuperado más de lo que creemos. La fe de la gente en la política y los políticos representa también la fe en el futuro. Por eso, no hay como cumplir con la palabra empeñada.
Estamos trabajando para tener un buen presente, es cierto. Pero no debemos olvidarnos de una cuestión central: debemos pensar en las generaciones que vienen. A ellas debemos dejarles soluciones y no problemas irresueltos. Lo dije aquí: “si somos capaces de hacer, de crear y concretar, le dejaremos a nuestros hijos el espacio para sus propios sueños y no la responsabilidad de tener que hacer lo que no fuimos capaces de hacer nosotros”.
En estas páginas hay una clara demostración que podemos dejar una herencia de hechos consolidados. Transitamos tres años y medio intensos. He recorrido más de 800.000 kilómetros, a lo largo y ancho del territorio provincial.
También me convertí en el portavoz de los que no tienen voz. Reclamé y peleé por ellos. Algunos me criticaron estas actitudes. Pero prefiero la franqueza a la hipocresía. La gente me eligió no sólo para que la represente. También para que la defienda.
Luché y lo voy a seguir haciendo, por todo lo que creo justo. No me levanto cada mañana pensando en pelearme con alguien. Sí, para pelear por alguien. Por quien sufra alguna situación de injusticia. Por quien no tenga lo que tiene que tener.
Ésa también es la misión del gobernante. Cada uno con su estilo. El mío es el de la franqueza. El de la luz del día y no el de las sombras de la noche. El de la voluntad de hacer las cosas cada vez mejor.
Mis posibles excesos verbales y mis reacciones extemporáneas respondieron a un solo motivo: no tolero las injusticias y mucho menos si me creo capaz de revertirlas. Si en ese ir y venir vertiginoso que generó mi voluntad de resolverle los problemas a la gente, ofendí a alguien, señores: pido disculpas.
No se me va a caer ningún anillo por eso. Al contrario. Lo hago con la entereza de un hombre de bien. Como debe actuar un hombre de bien.
No hubo pausas en este trabajo que emprendimos. No las hubo porque recorríamos un tiempo histórico que requería de esfuerzo, imaginación y mucho trabajo. De convicción en las cosas que hacíamos.
Ese tiempo histórico vio renacer al país de sus propias cenizas, por las valientes decisiones de quienes lo gobiernan. Los argentinos hemos recuperado el amor por la patria, un valor agregado innegociable, si se busca de verdad, un destino de grandeza. Hemos recuperado el honor de defender lo que nos pertenece y a valorar lo que hacemos porque sabemos que lo hacemos para nosotros.
El Presidente Néstor Kirchner enfrentó con valentía los tiempos más difíciles de la Argentina.
Convirtió una herencia nefasta en el más auspicioso porvenir. Puso en marcha un modelo de país auténticamente nuestro. Recuperó la fe. Y recompuso una sociedad golpeada para convertirla en una sociedad con ilusiones y futuro.
En usted señor Vicepresidente de la Nación, amigo, Daniel Scioli, compañero de ruta de esta resurrección nacional, deposito el agradecimiento infinito del pueblo de Chubut, que también recuperó la confianza.
Allá por marzo de 2003, usted fue testigo del lanzamiento de mi ilusión de llegar a conducir el destino de la gente de mi provincia. Fue testigo de mis promesas y hoy vuelve a ser testigo de mis respuestas. Se lo agradezco con absoluta sinceridad.
Ha llegado el tiempo de las grandes decisiones. Las que provean a la gente de las grandes soluciones. Seguir por este camino significa también el renunciamiento al individualismo y a las ventajas sectoriales, en beneficio de la construcción de una sociedad inclusiva y solidaria. En la que se puedan cumplir los sueños de todos. La de sentir que un futuro mejor es posible y que lo podemos construir entre todos.
Pero no lo vamos a poder hacer con magia. Lo construiremos con nuestras manos. Con sudor y sacrificio, valores que nos van a convertir en los nuevos pioneros. En los hacedores de una nueva provincia. Donde los hombres y mujeres tengan un trabajo y un lugar para vivir. Donde los chicos crezcan sanos y educados y donde los mayores transiten esa etapa de su vida con la mayor dignidad.
A ellos, a los niños y los mayores les debo tal vez, las mejores horas de mi mandato. Siento que cada niño y cada abuelo debe ser el destinatario de lo mejor de nuestras acciones. A unos debemos asegurarle el mejor porvenir, que les llegará si le damos la mejor educación y les enseñamos a ser honestos y solidarios.
Con respecto a los niños hay un tema en el que quiero detenerme: la adopción. Es un tema que muchas veces me provoca un nudo en la garganta. Chicos que esperan durante años tener un hogar. Hogares que esperan tener un niño. No puede ser que ambas ilusiones marchen por caminos separados. Niños que tienen la necesidad de tener el amor que les negaron. Matrimonios que tienen todo ese amor guardado, sin poder entregarlo.
Como padre y como madre. Porque eso es lo que quieren.
En el llanto de los chicos que están solos y en las lágrimas por la frustración de quienes quieren y no pueden tenerlos, está nuestra vocación irrenunciable de allanarles el camino. Para que esas lágrimas se conviertan en la más grande de las sonrisas cuando estén hijos y padres del corazón compartiendo el mismo hogar.
Estamos trabajando en una ley provincial de adopción, moderna y ejecutiva. Que pueda dar la mejor respuesta en el menor tiempo posible.
En cuanto a los abuelos digo que tenemos que brindarles el más cálido presente, para que hoy y mañana sientan que lo que hicieron en la vida tiene un vuelto: el mejor trato, la vejez más digna. Hemos aportado para ello, nuestro granito de arena. Primero le devolvimos aquel aporte involuntario al que fueron sometidos durante años. El mal denominado aporte solidario. Más que un aporte, fue un saqueo.
Hoy, hay en la provincia 5.000 nuevos jubilados, a través de un convenio suscripto con la ANSES, y ninguna persona mayor se ha quedado sin tener un ingreso en concepto de jubilación o pensión. Nos sentimos bien por eso.
Quiero decir, en el final, que ésta no es una despedida. De aquí a diciembre, hay todavía un largo e importante camino por recorrer. Trabajaré, como hasta ahora, hasta el minuto final de mis responsabilidades institucionales y políticas. Ese minuto final que llegará cuando la gente lo determine.
Me tendrán hasta entonces como un soldado luchando por las causas más justas: terminar definitivamente con las injusticias, establecer las reglas más claras para un reparto equitativo de la riqueza, seguir creando trabajo, darle a las familias una casa propia donde vivir, seguir pensando en la salud y no en la enfermedad, darle a los chicos la mejor escuela para aprender y a los maestros la mejor escuela para enseñar. Hacer de esta provincia la más segura y la más bella para vivir.
Seguir trabajando, para que la refundación de la provincia sea un hecho y para que las grandes obras, aún inconclusas, se conviertan en una realidad.
Voy a seguir trabajando para que no haya pobres en una provincia rica y para que cada familia, sienta que un futuro mejor es posible.
Señores diputados, pueblo de Chubut: como hice hasta ahora, lo prometo. Y lo voy a cumplir. Si así no lo hiciere, que Dios, la patria y los hombres y mujeres de esta tierra, me lo demanden.
Nada más.
Muchas gracias.
MARIO DAS NEVES

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