DISCURSO EN LA LOCALIDAD DE ALBERTI,
PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Néstor Kirchner
[3 de Mayo de 2007]
Quiero agradecer profundamente a todos, a
los hermanos y hermanas del pueblo de Alberti, al señor Gobernador, al señor
Intendente, el afecto, el cariño, esas manos tendidas, esas manos de patria
grande, esas manos tendidas con esperanza, con deseos de que la Argentina siga cambiando
y sea para todos.
Les puedo asegurar que me emocioné
profundamente; tenía ganas de venir acá y también tenía ganas de quedarme en el
medio de la ciudad con la gente tomando café, charlando, conversando como
viejos amigos, como si nos conociéramos toda la vida.
Era como si nos hubiéramos conocido siempre, como si nos fuéramos encontrando argentinos de distintas latitudes y lugares que venimos de muchas frustraciones, que venimos de muchas derrotas, que venimos con nuestra autoestima golpeada y que de golpe empezamos a construir la esperanza de una patria distinta, una patria donde todos queremos ser parte, no solamente determinados lugares dela Argentina o determinados grupos que concentraron
siempre el crecimiento económico.
Era como si nos hubiéramos conocido siempre, como si nos fuéramos encontrando argentinos de distintas latitudes y lugares que venimos de muchas frustraciones, que venimos de muchas derrotas, que venimos con nuestra autoestima golpeada y que de golpe empezamos a construir la esperanza de una patria distinta, una patria donde todos queremos ser parte, no solamente determinados lugares de
Lo dije siempre, desde el primer día que me
tocó ser Presidente: “vengo no a sentarme a un sillón, no a tratar de ser
presidente al estilo de algunos presidentes que tuvimos en la Argentina y que hay en
el mundo; vengo a ser un sureño, un pingüino que viene a trabajar para tratar
de que la Argentina
empiece a ser para todos”.
Eran días dolorosos para la patria, días
difíciles, y no tenemos que perder esa memoria, porque les puedo asegurar que
es duro caminar la patria y ver rostros de argentinos sin trabajo, esperando,
tratando de encontrar un nuevo amanecer en su propia patria, ver abuelos y
abuelas, padres y madres llorando porque sus hijos tenían menos porvenir que
ellos, al revés de aquella Argentina donde el abuelo y el padre soñaban con el
pibe que fuera a la
Universidad ; se había dado vuelta la taba al revés.
Ya no era la esperanza de la vivienda propia
para el hijo, sino que el hijo se fuera a refugiar a la casa del abuelo o del
padre; esa era la Argentina
del 2003, donde había dirigentes que se alegraban, y no de mala fe, pero en esa
mecánica de hacer política por hacer política porque se inauguraban cada vez
más comedores, cuando mi sueño interno -y de a poco lo vamos logrando- era
esto, tener la casa propia, el trabajo y la mesa para volver a juntar la
familia, devolver la dignidad.
Y lo estamos haciendo; estamos en el
infierno todavía pero todos los argentinos tenemos que entender que estamos
yendo todo lo rápido que podemos pero restaurar tanto dolor y tanto olvido no
es cuestión de horas, es cuestión de años y de trabajo conjunto, solidario y
plural.
No es cuestión de colores, como pienso yo y
lo decía Felipe, debemos tener un solo color que es la celeste y blanca, la
escarapela, la patria, el suelo, la tierra, nuestra patria amada que nos
contenga a todos, que nos debe llevar fuertemente hacia delante.
Una Argentina que tiene que entender que lo
que estamos logrando, como haber bajado la pobreza del 60 por ciento al 26.9,
de haber bajado la desocupación del 30 al 9 por ciento 9.2 – 9.7, de haber
bajado la indigencia del 27 al 8 por ciento, de haber crecido económicamente
más del 40 por ciento, de haber crecido la recaudación, las reservas, de
desendeudarnos, de haber ahorrado en la negociación de la deuda externa por
primera vez en la historia 70.000 millones de dólares que ahorramos a los
bolsillos de los argentinos.
Y haber terminado con el paternalismo del
Fondo Monetario Internacional. En esta patria no se podía hacer nada, algunos
todavía lo creen y dicen: “el Fondo dice esto, aquello y demás”, yo les
aseguro, argentinos que si hubiéramos seguido los dictados del Fondo estaríamos
aún mucho peor que antes. Pagamos esa deuda, terminamos con la ignominia,
terminamos con ese paternalismo terrible que tuvimos que nos llevó a
situaciones dificilísimas y la
Argentina hoy puede decidir y tomar sus propias decisiones.
El crecimiento industrial a un promedio del
7 - 8 por ciento anual. Decíamos ayer que la industria nacional de automotores
había vendido 209.000 autos, se habían patentado en el primer cuatrimestre, el
record más grande de toda su historia. l crecimiento de los servicios públicos,
inversiones en viviendas, rutas, como no se veían. Pero cuidado, para algunos
esto es gasto público improductivo.
Sepan bien que aquellos que tratan de
forzar, aquellos que agraden, que descalifican y aquellos que nos insultan
permanentemente porque no adherimos a la falta de memoria, que abrazamos una
patria con memoria y con justicia y sin impunidad, de antes y de ahora, que
añoramos una patria con justicia, que no queremos una patria de poderes
corporativos, queremos una patria de libertad para los argentinos, queremos una
gran patria para todos, queremos tener los sueños y las esperanzas que nos
sinteticen queridos hermanos de Alberti.
Por eso les pido que me ayuden. Van a venir
sobre mi, van a atacarme permanentemente, seguiré poniendo la otra mejilla, el
amor y la pasión pero no voy a renunciar al cambio de la Argentina , al cambio de
la patria, a la búsqueda de la justicia, a la búsqueda de la inclusión, a la
búsqueda de la equidad.
Hay un nuevo tiempo y hay una nueva
historia, y los jóvenes argentinos deben tener la seguridad que como generación
no vamos a rifar su futuro. Nuestras clases medias tienen que recuperar
fuertemente su movilidad ascendente y junto a nuestra clase trabajadora -como
vemos aquellos gorros amarillos- tienen que definitivamente ser el orgullo y la
alianza policlasista que hay que construir en la patria.
Los empresarios regionales y nacionales
tienen que consolidar la construcción de patria. Queremos que vengan todos los
capitales del mundo, queremos que a todos les vaya bien pero queremos
fundamentalmente que nos vaya bien a todos los argentinos y si la patria crece
que crezca para todos, que todos tengamos la esperanza de estar todos los días
un poco mejor.
Un pueblo con memoria, nuestros abuelas y
abuelos, nuestros jubilados, que les puedo asegurar que hemos hecho lo
imposible y lo seguiremos haciendo para que vayan recuperando el lugar que
merecen, con el mejoramiento de su salario, el mejoramiento de la mínima
jubilatoria y con el programa de inclusión jubilatoria. Porque hay más de un
millón de argentinos que trabajaron toda su vida que habían quedado en la calle
y que el Estado argentino, como corresponde, los fue a rescatar para hacerlos
parte de la patria y arrancarlos del olvido al que habían quedado sometidos.
Por eso los abrazo fuertemente. Me decía el
amigo intendente las cosas que falta hacer en Alberti, no tengan ninguna duda
que vamos a construir los playones y el pavimento que me solicitó en forma
conjunta. Vamos a seguir haciendo, a seguir trabajando como lo hicimos todo
este tiempo con el gobernador Solá, y como no tengo ninguna duda que en los
tiempos que vienen lo van a hacer con Daniel Scioli y con el pingüino o
pingüina que conduzca la
Argentina.
Muchísimas gracias, un abrazo muy grande
para todos, muchas gracias Alberti, muchas gracias señores intendentes, muchas
gracias amigos de Chivilcoy, de Bragado, de Chacabuco, de los distintos
lugares. Realmente de corazón un argentino da sus brazos a otros argentinos.
Viva la patria, viva la bandera.
Muchísimas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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