DISCURSO DE APERTURA
DE LA XLIII CUMBRE
DE JEFES Y JEFAS DE ESTADO DEL MERCOSUR Y ESTADOS ASOCIADOS, EN LA PROVINCIA DE MENDOZA
Cristina Fernández
[29 de Junio de
2012]
Muy buenos días a todos y a todas; señores y
señoras Jefas y Jefes de Estado; señoras y señores Cancilleres; jefes de
Delegación; comitivas que acompañan a todos: en primer término quiero darles la
bienvenida a nuestro país, la República Argentina y en especial a esta
bellísima provincia de Mendoza; agradecer también a su gobierno y a su pueblo,
al pueblo mendocino, la cálida acogida que ha brindado a todos y dar por
iniciada esta reunión del MERCOSUR en momentos en que hace apenas pocos días
creíamos que sería una Cumbre en la cual evaluaríamos lo desarrollado durante
los últimos seis meses y procederíamos, como es habitual y de costumbre, a la
transferencia en este caso a la hermana República del Paraguay, que era la que
nos sucedía de acuerdo al orden establecido.
Los hechos que son de público conocimiento ocurridos en la hermana República del Paraguay, a la cual diferentes mandatarios nos hemos referido caracterizándolos como una interrupción del orden constitucional democrático y violatorios, estoy hablando en este caso en nombre dela
República Argentina , de la cláusula democrática constitutiva
del MERCOSUR, nos han planteado un escenario para esta Cumbre totalmente
diferente.
Los hechos que son de público conocimiento ocurridos en la hermana República del Paraguay, a la cual diferentes mandatarios nos hemos referido caracterizándolos como una interrupción del orden constitucional democrático y violatorios, estoy hablando en este caso en nombre de
Quiero antes de pasar la palabra a los
distintos integrantes del MERCOSUR y Estados Asociados, referirme a que esta
observación que hemos hecho acerca de la situación institucional de la hermana
República del Paraguay no es una observación o calificación caprichosa.
También quiero dejar muy claro por parte de
mi país, la
República Argentina , que hay muchísimos hermanos de la República del Paraguay
que viven y trabajan en nuestro país desde hace años, como miembros de toda la
comunidad sudamericana con fuertes vínculos con nuestro país.
Quiero decir también que es posición de la República Argentina
no tomar ningún tipo de sanción de carácter económico que perjudique al pueblo
paraguayo, porque tenemos muy en claro además todos los pueblos de la América del Sur, todos los
pueblos de la CELAC
hemos condenado abiertamente siempre prácticas que otros países tienen con hermanos
países en cuanto a bloqueos, en cuanto a sanciones económicas. No creemos en
las sanciones económicas, porque las sanciones económicas nunca las pagan los
gobiernos, las sanciones económicas siempre las pagan los pueblos, y si hay
algo que es creo carne viva en cada uno de los miembros que hoy estamos
sentados aquí, es que precisamente ninguno de nuestros pueblos pueda sufrir por
las decisiones que pueda tomar un sector de su dirigencia política.
Esto creo que debo aclararlo para evitar
cualquier tipo de distorsión o cualquier tipo de manipulación acerca de
decisiones u opiniones que puede tener mi país respecto del camino o el curso a
seguir o a proponer luego de escuchar a todos los integrantes. Pero quiero
dejar aclarado en nombre de la República Argentina que de ningún modo
propiciaremos ni aceptaremos sanciones económicas al hermano pueblo de la República del Paraguay,
y reitero que lo hacemos también en nombre de los cientos de miles de
paraguayos que viven y trabajan pacíficamente en nuestro país; creemos
profundamente en la unidad de la
América del Sur.
También quiero decir por qué mi país cree
que ha habido una ruptura del orden democrático en la República del Paraguay,
en alguna medida podemos hablar de una parodia de juicio lo que se había llevado
a cabo contra el primer mandatario Fernando Lugo. ¿Por qué digo esto? Porque no
hay en el mundo un juicio político o de cualquier otra naturaleza que dure 2
horas y que además no tenga posibilidades de defensa.
Uno de los pilares de la civilización
occidental, ya no estoy hablando del MERCOSUR, ya no estoy hablando de nuestra
región, estoy hablando de Occidente, una de las principales garantías
establecidas en todas las constituciones del mundo occidental que defiende la
división de poderes, la independencia de poderes, es además el primer capítulo
de las constituciones que son las garantías y derechos, la parte pétrea de las
constituciones que establece que ningún ciudadano puede no tener la garantía
del debido proceso, la garantía que, si se me permite apartarme un poco del
carácter político que tengo como Presidenta, quiero hablar también desde la
legalidad, como abogada. Como ex legisladora me tocó ser diputada nacional, me
tocó ser senadora nacional y además presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales
del Senado de la
Nación Argentina desde el año 2001 hasta el año 2007 que
asumí como Presidenta de la
República.
Precisamente durante mi gestión se
desarrolló un juicio político, porque uno de los argumentos que he escuchado ha
sido que el juicio político está contemplado en la Constitución de la República del Paraguay,
lo cual es absolutamente cierto; prácticamente en todas las constituciones de
todo el mundo está bajo distintos nombres, "impeachment" dicen los
norteamericanos, acá nosotros somos más simples y decimos juicio político. Está
contemplado en todas las constituciones y requiere determinadas formas y
determinados tiempos.
Para tomar como ejemplo, por eso estoy
hablando no solamente sobre Constitución sino sobre aplicación de ese derecho,
durante el año 2003 se promovió el juicio político a algunos miembros de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación
de nuestro país, que, como ustedes saben, es uno de los tres poderes del
Estado. Y quiero leerlo porque va a revelar claramente a quién me estoy
refiriendo cuando digo lo que vimos por televisión, creo que millones de
ciudadanos del mundo cuando en 2 horas prácticamente se destituyó un
presidente.
En mi país el juicio político empieza con
una acusación que puede ser del presidente, del vicepresidente o de los
miembros de la Corte
o del Poder Ejecutivo, con una acusación que se hace ante la Cámara de Diputados, que
actúa como fiscal, y luego si la
Cámara de Diputados decide acusar al funcionario actúa como
acusador ante la Cámara
de Senadores, que es la Cámara
juzgadora. Cuando esto sucedió yo era senadora y presidía la Comisión de Asuntos
Constitucionales.
Quiero relatarles los tiempos que insumió
por ejemplo el enjuiciamiento y posterior destitución de dos jueces de la Suprema Corte. El 11
junio de 2003 se presenta el proyecto en Diputados denunciando por mal
desempeño y solicitando juicio político y se gira a la Comisión de Asuntos
Políticos de la Cámara
de Diputados. Dos meses después, el 13 agosto de 2003, la Cámara de Diputados aprobó
en pleno la acusación contra estos funcionarios, dos meses tardó que la Cámara de Diputados
aprobara la acusación. El 3 de septiembre de 2003 se aprobó la (corte en el
audio) y recusación de los miembros del tribunal, en fin, y se dio traslado de
la misma al acusado para que ejerza su derecho de defensa y presente pruebas
por el término de 15 días hábiles. Se presentaron testigos de una y otra parte,
lo que normalmente podemos observar en cualquier proceso de juicio. El 1° de
octubre se trataron otras recusaciones, el 8 de octubre el acusado, o sea un
mes más tarde, el acusado realizó la ampliación de su defensa y se lo suspendía
preventivamente. El 5 noviembre se inició el juicio a prueba, se abrió el
juicio a prueba, declararon siete testigos propuestos por la defensa, testigos
comunes, todas las audiencias fueron públicas. El 19 noviembre se clausuró el
pedido probatorio, el 27 noviembre se escucharon los alegatos de defensa y de
acusación también y el 3 de noviembre del 2003 en sesión secreta de deliberación
que duró más de dos horas -es secreta porque así lo impone la Constitución- se
decidió la destitución de estos dos miembros.
Yo sé que debe haber resultado tediosa esta
enumeración cronológica, pero tiene por objeto demostrar fácticamente lo que es
un juicio político y la garantía del debido proceso para considerar, en el
marco de lo que vamos a someter a consideración de los distintos miembros del
Mercosur y Estados Asociados, lo que sucedió en la hermana República del
Paraguay.
Esto en lo que hace a la legalidad, pero yo
no puedo dejar de referirme a la legitimidad y tampoco puedo dejar de referirme
a la política y a la historia reciente de hechos que han sucedido en la región.
Hoy por la tarde va a sesionar también la UNASUR debido a esto. No es la primera vez que
UNASUR va a sesionar por una cuestión donde se ponen en peligro las
instituciones democráticas. Todos tenemos muy fresca en nuestra memoria la Declaración de la Moneda , cuando nos reunimos
bajo la presidencia de la entonces presidenta de la República de Chile,
Michelle Bachelet en el palacio presidencial de Santiago de Chile, para tratar
lo que se consideró el intento de destitución del compañero presidente Evo
Morales, que además acompañó testimonios gráficos, filmográficos e
instrumentales que llevaron a lo que se conoció como Declaración de la Moneda.
Luego -y si me olvido de algo por favor les
pido que me hagan acordar- tuvimos también la situación que llevó a que cuando
se intentó el derrocamiento del presidente Rafael Correa, de Ecuador, nos
reuniéramos de urgencia en la ciudad de Buenos Aires, en un lapso realmente
increíble porque en menos de 24 horas reunimos a todos los presidentes de la UNASUR en la Cancillería argentina,
donde también se dio una fuerte declaración de apoyo y por supuesto de condena
a lo que se consideraba la alteración del orden democrático e intento de
destitución del presidente Rafael Correa.
Finalmente estas decisiones además han
tenido un mérito y una virtud, la
UNASUR no reúne a jefas y jefes de Estado que pensemos
exactamente igual en todo o estemos absolutamente alineados en una determinada
orientación, al contrario, somos mandatarios que muchas veces pensamos
diferente, provenimos de historias políticas diferentes y tenemos frente a
diversos escenarios comprensiones y visiones diferentes, pero lo valioso, lo
más valioso de todo este proceso histórico que ha tenido la UNASUR , es que frente a
situaciones que han comprometido el orden democrático todos los presidentes y
todas las presidentas hemos reaccionado en forma unánime rechazando este tipo
de intento. Es que como diría Jorge Luis Borges, por allí no nos une a todos el
amor pero sí nos une a todos el espanto, el espanto de haber vivido durante
muchas décadas situaciones de ruptura institucional que sólo trajeron dolor,
sufrimiento y exclusión a nuestros pueblos.
En estos momentos la región hace nueve años,
una década, lleva un progreso y crecimiento constante, el resurgimiento de
numerosos gobiernos de origen popular, todos son de origen popular porque han
sido elegidos por el voto democrático, quiero que se me entienda, pero
dirigentes que tal vez en otras oportunidades y en otros escenarios
internacionales no hubieran podido acceder al gobierno, lo han hecho
democráticamente y en forma absolutamente mayoritaria, dándole entonces no
solamente legalidad sino legitimidad.
Y la legitimidad ha sido posterior porque
también han sido gobiernos que han gestionado políticas de inclusión, políticas
que han permitido mejorar la vida de millones de compatriotas de la América del Sur que
estaban afuera de toda posibilidad de acceder a los servicios básicos de salud,
de educación, de trabajo y de inclusión.
Por eso lo que nos mueve hoy a reunirnos y a
someter a consideración y discusión lo que ha sucedido en la hermana República
del Paraguay, no es solamente una actitud de legalidad, que es muy importante
porque obviamente sin legalidad no puede haber legitimidad, sino que también
nos moviliza el hecho de que la legalidad y la legitimidad, hemos descubierto
en estos años en América del Sur, están indisolublemente unidas a la
estabilidad que la región necesita para poder seguir creciendo en paz y sobre
todo en un momento muy complejo a nivel internacional. Tres de los países que
hoy estamos sentados aquí formamos parte del G-20 y también otros países que no
lo son han participado en la reciente reunión que tuvo lugar en Los Cabos,
México, y hemos podido advertir con mucha preocupación la necesidad de la
unidad regional, de la mancomunión regional, para seguir siendo precisamente un
lugar donde el crecimiento y la inclusión social sigan siendo los grandes
protagonistas.
Por eso creemos que esta -tal cual lo dije
anoche- va a ser una reunión histórica porque estamos planteándonos, más allá
de las distintas visiones que podemos tener, si somos capaces de seguir
sosteniendo esta legalidad y esta legitimidad y que no se instale en la región
lo que se ha denominado los golpes suaves. Esto es no ya bajo las formas que
conocimos en el pasado, de dictaduras militares, sino de movimientos que bajo
la pátina de cierta institucionalidad son nada más precisamente que el
resquebrajamiento del orden constitucional. Esa es por lo menos la evaluación
que hacemos nosotros, que no pretendemos que sea la de todos porque somos en
serio democráticos, y por lo tanto en este marco es que dijo inaugurada esta
cumbre que es la
Cuadragésimo Tercera Reunión de MERCOSUR.
CRISTINA FERNANDEZ
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