DISCURSO EN EL ACTO
DEL 151° ANIVERSARIO DE LA
BOLSA DE COMERCIO DE BUENOS AIRES
Néstor Kirchner
[12 de Julio de
2005]
Señor Vicepresidente de la Nación ; señor presidente y
socios de la Bolsa
de Comercio de Buenos Aires; señor jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; autoridades
nacionales; señores miembros del Cuerpo Diplomático; señores empresarios;
señoras y señores: en primer lugar, quiero agradecerles la oportunidad que me
brindan de compartir con ustedes el 151 aniversario de la Bolsa de Comercio.
Quiero expresarles mi alegría por el acontecimiento, felicitarlos y aprovechar para referirles algunas reflexiones respecto de los diversos temas que resultan de nuestro mutuo interés.
Quiero expresarles mi alegría por el acontecimiento, felicitarlos y aprovechar para referirles algunas reflexiones respecto de los diversos temas que resultan de nuestro mutuo interés.
Hemos expresado que buscamos el desarrollo
de una economía capitalista productiva y transparente, basada en una cultura
que favorezca la producción y premie el esfuerzo. En esa búsqueda necesitamos
que las instituciones como ésta aporten su profesionalidad, eficiencia y honestidad.
En este nuevo escenario postdefault los
indicadores económicos muestran un crecimiento sostenido de la economía, una
situación superavitaria de las cuentas fiscales externas, junto a una fuerte
recuperación de las reservas nacionales. Nuestro PBI creció el 8,8 por ciento
en 2003; al 9 por ciento en 2004 y el primer trimestre de 2005 ya ha alcanzado
un resultado hasta ahora realmente muy importante y sorprendente del 8 por
ciento.
Se trata de una sólida recuperación que se
explica, principalmente, por el desarrollo de la demanda interna, producto de
la mayor confianza de los consumidores y empresarios, de la mejora de la
situación salarial de los argentinos y de un crecimiento de la inversión
pública y privada, financiado casi exclusivamente con ahorro interno.
El marcado crecimiento de las exportaciones,
a un ritmo del 15 por ciento anual promedio en los últimos dos años y el
consecuente superávit comercial posibilitó revertir la situación de la década
pasada. Mientras que en el período 1992-2001, la cuenta registró un déficit del
3,3 por ciento del PBI, en los últimos años el superávit promedio fue del 5,5
por ciento del PBI.
La disciplina fiscal, asentada en la mejora
en la administración de impuestos y el crecimiento de la economía, hizo crecer
el superávit que se ubica en el orden del 5,1 por ciento del PBI. El total de
ingreso subió del 23 por ciento del PBI, en 2002, al 29 por ciento del PBI, en
2004. Las reservas internacionales alcanzan hoy a 23.400 millones de dólares.
El mercado de trabajo muestra una tendencia
declinante del desempleo, una recuperación salarial y un mejoramiento de la
situación social, con un marcado descenso de los índices de pobreza e
indigencia. Se crearon más de 2 millones 500 mil nuevos empleos, evidenciándose
una más rápida mejoría en los empleos de mejor calidad. El empleo pleno aumentó
un 8 por ciento, mientras disminuían los empleos de jornadas reducidas y
aumentó el empleo genuino en un 5,8 por ciento; salieron de la pobreza 4
millones 600 mil personas y abandonaron la indigencia 4 millones 400 mil
personas. Se redujo la brecha de ingresos entre el más débil y el más rico en
42 veces, en mayo de 2002, a
29,5 veces, en el último trimestre de 2004.
La industria se expandió un 39,6 por ciento;
el agro alcanzó una producción de 84 millones de toneladas. La expansión de los
servicios públicos fue de 60 por ciento y en la construcción del 95 por ciento.
El turismo y la minería, también están en pleno desarrollo.
La inversión pública representa un 6 por
ciento del PBI, superando holgadamente el promedio observado durante la década
pasada. El sector bancario, al ritmo de su recuperación patrimonial, va
retomando protagonismo en la financiación del consumo, la inversión y el
capital de trabajo. El crédito total al sector privado ha crecido un 29 por
ciento, entre junio de 2004 y el mismo mes de 2005. Los adelantos crecieron un
27 por ciento, los descuentos de documentos un 41 por ciento y los créditos
personales un 87 por ciento.
Estos resultados han tenido su contrapartida
en una sustancial reducción del riesgo soberano que ya ha reducido desde 6.074,
del día que nos tocó comenzar a gobernar la Argentina , a 403 puntos
riesgo país, que realmente está marcando con toda exactitud lo que, gracias a
Dios, está sucediendo en la
Argentina.
Son los números que marcamos los que nos
permite ser racionalmente optimistas respecto de nuestro futuro. Estamos
convencidos que se puede construir el país normal que soñamos y tenemos
confianza en que el pueblo argentino, sus empresarios, trabajadores, profesionales,
representantes y funcionarios, estarán a la altura de los desafíos.
Tenemos que consolidar un crecimiento
sustentable con producción e inclusión social. En este proyecto hay lugar para
todos en diversidad, pluralidad y sentido solidario de reconstrucción de
nuestra Patria. Nos toca el tiempo del diseño de un modelo de Nación en el que
las economías regionales se desarrollen e integren entre sí para forjar un
capitalismo tan pujante, moderno e inteligente, que nos permita acrecentar el
bienestar de nuestro pueblo e incluir a los que hoy sufren la marginación.
Siguen vigente la necesidad de contar con un
modelo político y económico que regenere la calidad institucional, que termine
con el abuso, la concentración y la pobreza, que ponga en marcha la producción
y que recupere el trabajo como única forma de desarrollo digno en una sociedad
moderna.
Por ello alentamos proactivamente la
apertura en Bolsa del capital de las empresas. Pensamos que el mercado de la Bolsa debe constituirse en
el gran impulsor. Seguimos creyendo firmemente, señor presidente, en el gran
articulador, en el gran movilizador del ahorro privado para que el ahorro
argentino financie -como bien dijo usted– proyectos de inversiones permanentes
y rentables.
Como se sabe, los proyectos necesitan
financiamiento para crecer, para desarrollarse y la Bolsa de Comercio tiene que
ser un ámbito de articulación natural entre el ahorro argentino y los
emprendedores.
Por eso, colocamos el desarrollo de un
mercado de capitales como herramienta orientada a la producción y al
crecimiento sustentable, con generación de empleo e inclusión social como un
objetivo primordial de la política económica para canalizar el ahorro doméstico
hacia el financiamiento de proyectos a largo plazo, transparentando el funcionamiento
–coincidiendo con usted- del funcionamiento de las empresas que hacen la oferta
pública.
Necesitamos contar con un mercado de
capitales amplio, líquido y transparente y competitivo. Con ese objetivo
encaminaremos medidas para favorecer su profundidad, estabilidad, solvencia y
transparencia, incluyendo mecanismos que permitan garantizar la más eficaz
asignación del ahorro hacia la inversión.
El mercado de capitales debe sí y así
contribuir al fortalecimiento de la economía en general y ello no se concretará
si no se articulan remedios que permitan una efectiva sanción de las conductas
disvaliosas en el ámbito de la oferta pública y un mejoramiento del sistema de
información disponible. Ustedes saben que una de las bases de la recuperación
de nuestra economía se encuentra en la política monetaria y cambiaria, la
premisa sustancial es su estabilidad, de modo de evitar los ajustes bruscos que
afectan las decisiones de inversión.
Durante 2004, hubo una entrada neta de
capitales del exterior de 400 millones de dólares. En el primer semestre de
2005, se ha confirmado un cambio de la tendencia verificándose ingresos de
capitales privados por 1.300 millones de dólares.
El vuelco de las expectativas de los
inversores internacionales nos impone el desafío de impedir que un flujo de
capitales externos de corto plazo provoque volatilidad macroeconómica y amenace
a la preservación de los equilibrios básicos. Debemos desestimular el ingreso
de fondos especulativos.
Si bien coincidimos porque sino no lo diría,
ustedes saben que tenemos que y estamos seguros que paso a paso vamos a volver
a encontrar la vértebra que va a unir como se deben unir lógicamente los
intereses globales del desarrollo de la gran tarea que lleva la Bolsa con la situación
natural de la salida del default que ha sufrido la Argentina.
Sabemos que estamos viviendo una
transitoriedad y que lógicamente nos encaminamos, juntamente con el trabajo
permanente con la Bolsa ,
a encontrar los puntos de acuerdo.
No nos molesta en absoluto la percepción y
lo que ustedes dijeron porque lo entendemos desde la expresión del señor
presidente. Explicamos la visión que nosotros tenemos de este tema y,
seguramente, en la comunidad de ideas vamos a ir encontrando el reencuentro de
las líneas conjuntas en este tema. Y me
parece bárbaro que lo podamos conversar, discutir y debatir en las ideas en
democracia que es lo importante para construir el gran país que ustedes y
nosotros deseamos.
Por ello, nuestra tarea fundamental es que
esta herramienta refleje con absoluta claridad que no es un impedimento para
que las inversiones que vengan a la Argentina sean o no sean bienvenidas. Las
inversiones productivas, de trabajo van a ser absolutamente bienvenidas y
debido a ello nosotros, por supuesto, estamos absolutamente atentos a las
expresiones que hemos tenido en reuniones privadas y públicas para poder
canalizar estos temas.
Por eso les reitero que esta herramienta
permanecerá en vigencia lo mínimo y lo estrictamente necesario hasta tanto
develemos algunas incógnitas y, por supuesto, la experiencia de ustedes es muy
tenida en cuenta y la vamos a considerar a la hora de tomar la decisión para
volver a encaminar en forma conjunta la situación que hemos tratado en el día
de hoy también.
Estamos decididos a integrarnos al mundo,
reinsertarnos en él, pero la forma que se elige de integración no es neutral en
términos de desempeño macroeconómico, crecimiento y bienestar. Debemos tomar
nota de nuestra propia historia y de las sucesivas crisis financieras y
monetarias que asolaron al mundo.
Sabemos que no hay consenso entre los
economistas respecto de las recetas universales sobre el control de capitales.
La liberación o el control pueden dar ventajas y desventajas de acuerdo a
circunstancias. De todos modos, sigue vigente nuestra intención permanente de
alentar el crecimiento de nuestra Bolsa que los índices confirman y usted lo ha
dicho, señor presidente, y Dios quiera que cuando nos encontremos en el 152
aniversario digamos que se ha profundizado el crecimiento del índice MERVAL que
agradezco que haya crecido en el día de hoy también porque marca que el índice
MERVAL se asoció a la celebración y a la visita, en mi caso, como presidente
circunstancial en este tiempo de la historia, a esta querida Bolsa.
De todos modos, sigue vigente nuestra
intención de alentar el crecimiento de nuestra Bolsa que los índices bursátiles
confirman. Estamos abiertos a propuestas innovadoras y vemos que la creación
del Departamento de PyMES es una excelente medida para acercarlas, asesorarlas,
ofrecerles nuevos instrumentos financieros adaptados a su situación y a sus
necesidades.
El crecimiento del mercado de cheques
diferidos confirma que estábamos en lo cierto cuando postulamos su
instrumentación. Esperamos el éxito de los fideicomisos para la expansión de
las redes de servicios públicos, el aporte del área energética y las
comunicaciones.
Debe saber el pueblo argentino el
comportamiento de la Bolsa
en este tema en un momento realmente muy difícil, en un punto de inflexión en
la inversión en el área energética donde realmente la Bolsa ayudó a transparentar
la inversión, a acelerarla y el Gobierno nacional y el pueblo argentino les
está permanentemente agradecidos.
Queremos que la cultura del financiamiento
empresarial, a través del mercado de capitales, se instale definitivamente en
nuestra sociedad.
Para finalizar, quiero ratificar aquí lo que
venimos diciendo: es necesario recuperar la autoestima, valorizar lo nacional,
darnos cuenta que los argentinos podemos mejorar sustancialmente nuestra
situación y que podemos día a día mejorar el rumbo de la Argentina y consolidar,
por supuesto, las pautas que creemos que vamos avanzando desde nuestra verdad
relativa por el rumbo correcto.
Expresando la policromía de nuestra
sociedad, recogiendo lo diverso y plural de nuestro pueblo, poniendo por encima
de cualquier bandera política nuestra bandera celeste y blanca, los argentinos
podemos seguir por esta senda de crecimiento sustentable. Nuestro equilibrio
macroeconómico no está sentado sobre ningún desequilibrio macrosocial. El
incremento de la calidad institucional abre paso a nuevas oportunidades.
Nos estamos haciendo cargo de la solución de
nuestros problemas de vieja data y con esfuerzos constantes afrontamos los
nuevos desafíos. Una Argentina digna, en crecimiento sustentable, sin exclusión
social es posible, la estamos construyendo entre todos, una Argentina donde los
padres vuelvan a tener esperanza en un futuro mejor para sus hijos, donde el
esfuerzo y la dedicación diaria rindan sus frutos, donde la confianza al
respeto mutuo vuelvan a ser los pilares de los buenos negocios.
También, señor presidente, es hora que en
esta tarea de devolverle calidad institucional a la Argentina , en esta tarea
de consolidar el crecimiento, en esta tarea de una mayor distribución y equidad
del crecimiento del país, los argentinos también terminemos con un discurso
casi facilista o hipócrita, a veces, que no nos ayuda a resolver la futura
estructuración de la
Argentina que todos deseamos.
Usted decía que no quieren empresarios ricos
y un pueblo empobrecido, estamos totalmente de acuerdo. Pero es hora de que si
nosotros queremos tener una Argentina que se consolide, donde el Estado sea
promotor de la economía pero donde la inversión privada consolide definitivamente
el desarrollo y el crecimiento argentinos con la parte obviamente promotora por
parte del Estado y por parte de la tarea que tiene el Estado de movilizar los
recursos argentinos, si miramos las economías más modernas del mundo, sea del
sistema político que sea, sea de visión de centroizquierda, centroderecha o los
sistemas globales que están funcionando en el mundo, nosotros, queridos amigos,
y creo que es muy oportuno, tenemos que terminar con la visión corta, con esa
envidia y esa mezquindad que no nos permita a veces resolver los problemas.
Resolver la indigencia es una obligación, resolver la pobreza también y el
desempleo también, consolidar un capitalismo con decisión nacional también.
Pero es hora que también necesitamos empresarios que triunfen, que se
consoliden, que crezcan económicamente, que les vaya muy bien y que los
argentinos nos entremos a alegrar de que a nuestros empresarios les va muy bien
porque si a nuestros empresarios les va muy bien, hay trabajo, hay producción,
hay dignidad, hay inclusión social y hay una Argentina absolutamente
diferente.
Tiene que dejar de ser un pecado capital que
a los empresarios argentinos les vaya bien. Que les vaya bien, eso es lo que
quiere el pueblo argentino y lo que quiere este Gobierno porque nos va a ir
bien a todos.
Les agradezco profundamente esta nueva
invitación, los invito a seguir trabajando juntos, me tocó estar en la Bolsa en los momentos que el
país...antes prácticamente de su propia explosión y fuimos recibidos con el
mayor respeto y mantuvimos reuniones realmente positivas. Me tocó venir luego
como Presidente de la Nación
en tres oportunidades y agradezco profundamente este ámbito, agradezco
profundamente la calidez, el trato y también con la sinceridad que hablamos.
Porque ésta es la Argentina
en la que tenemos que hablar, tenemos que ir planteándonos los problemas que
tenemos, las verdades relativas que tenemos y la capacidad de avanzar, de
corregir, de autocriticar políticas y de aceptar críticas constructivas porque
es la forma de cualificar este país que amamos todos tanto.
Muchísimas gracias realmente por haber
compartido este aniversario con ustedes.
NESTOR KIRCHNER
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