DISCURSO EN EL ACTO
POR EL 55° ANIVERSARIO DE LA CÁMARA ARGENTINA DE LA CONSTRUCCIÓN, EN EL HOTEL SHERATON, DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES
Néstor Kirchner
[28 de Noviembre de
2007]
Señor Presidente y miembros de la Cámara Argentina
de la Construcción ;
señor vicepresidente de la nación, gobernador electo de la provincia de Buenos
Aires, querido amigo Daniel Scioli; al igual que el señor vicepresidente de la Nación , querido amigo Julio
Cobos, que también nos acompaña aquí, el señor Gobernador de la provincia de
Mendoza; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; autoridades
nacionales; representantes gremiales; empresarios en general; amigos y amigas:
He venido a esta Cámara desde hace muchos años, lo he hecho como Gobernador de la provincia de Santa Cruz y lo he hecho en los cinco años, cinco veces he venido aquí, en estos cuatro años y medio, como Presidente dela Nación Argentina.
He venido a esta Cámara desde hace muchos años, lo he hecho como Gobernador de la provincia de Santa Cruz y lo he hecho en los cinco años, cinco veces he venido aquí, en estos cuatro años y medio, como Presidente de
Es para mí un profundo honor poder compartir
con ustedes, agradecerles vuestra invitación y haber compartido sueños,
ilusiones y esperanzas en momentos muy difíciles para la Argentina , en momento en
que casi nos costaba hasta pensar – como bien dijo el señor presidente de la Cámara Argentina
de la Construcción
– cómo construir políticas de Estado, que definitivamente terminen con el
concepto y la filosofía que se generó durante tantos años, increíblemente aún
esa filosofía, tomada por aquellos sectores que se veían perjudicados por la
aplicación de esas políticas filosóficas, neoliberales que nada tienen que ver
con la necesidad del desarrollo argentino. Era como pensar que la obra pública
en la Argentina
era la culpa del déficit, era la culpa de los presupuestos que no cerraban, del
endeudamiento argentino y que hacer obra pública era prácticamente no gobernar,
gastar la recaudación argentina y fundamentalmente, tener conceptos que no
tenían nada que ver con lo que hoy el mundo necesitaba porque había una
dirigencia y sectores que pensaban que la Argentina tenía que ser meramente un país de
servicios.
Yo los quiero felicitar porque ustedes
afrontaron el desafío con infraestructura o con material o con máquinas
inclusive por todos los problemas de la importación, por todos los problemas de
la crisis que tuvo que no estaban por allí a la altura de sus necesidades, pero
dijeron y entendieron el desafío que el país tenía que dar hacia delante no era
un gobierno determinado, lo dieron estuvieron presentes y los resultados están
a la vista. Porque cuando vemos la cantidad de empresas que nacieron y cuando
vemos los 500 mil trabajadores de la construcción y cuando vemos las miles de
obras que se han hecho en toda la
Argentina es que vemos que la Argentina ha dado un
paso cualitativo importante que ha ayudado no sólo al crecimiento económico, a
la lucha contra la indigencia, la pobreza y la desocupación.
Yo siempre digo – y lo dice la Presidenta electa – que
asumimos con más desocupados que votos. Y ustedes que son empresarios, que
sufrieron la situación que nos tocó vivir, en la explosión de la crisis, allá
en el 2001, saben perfectamente que está situación era así. Era prácticamente
sobrevivir como se podía.
Asumimos nuestro mandato con la plena
conciencia de la necesidad de cambio que el país tenía en aquel año 2003, hemos
sido y somos protagonistas de ese cambio. Y seremos actores de la
profundización del cambio, pues la
Argentina debe continuar este sendero abierto para dejar
atrás su historia de inestabilidades y frustraciones.
Yo me pregunto, siempre hay propuestas que
pueden mejorar las acciones y las calidades de los trabajos que se llevan
adelante, pero toda aquella crítica centrada en la coyuntura meramente
electoral, sin pensar en términos estratégicos el país, que se hicieron sobre
las inversiones, que llevamos adelante entre todos en la Argentina , no había
políticas sustitutivas, bajo ningún aspecto de los otros sectores que
confrontaron ideas con nosotros.
Es muy importante que la Argentina , lo
necesitamos - y ustedes como un sector tan importante como el que son – saben
que el debate es lo más importante, pero a una idea tiene que estar la calidad
de la otra idea para que salga la idea síntesis que nos pueda contener. Hay que
terminar con esta Argentina de creer que para tener la iniciativa en la
conducción del Estado tenemos que destruir al otro. Yo creo que hay que
comprender al otro, entender al otro y juntos cualificar las acciones para
profundizar el desarrollo del país.
Crecimiento sostenible, inclusión social,
redistribución del ingreso, incrementos de la igualdad, la equidad son
objetivos que no se logran en un turno electivo y que exceden las posibilidades
del Gobierno y deben ser objetivos estratégicos no sólo de quienes
transitoriamente lo ejercen, sino de toda la sociedad.
Cuando desde una lejana y querida provincia,
y fundamentalmente en el Gobierno de esta Patria, el 25 de mayo de 2003,
decíamos que teníamos que volver a planificar y ejecutar obra pública en la Argentina para desmentir
con hechos el discurso del neoliberalismo que la había estigmatizado como gasto
improductivo, sabíamos todo lo que estábamos hablando. Nosotros como Gobierno y
ustedes como empresarios y ustedes como trabajadores.
Teníamos plena conciencia de la necesidad de
dar la batalla cultural para cambiar los paradigmas que concebían como supuesta
solución el ajuste permanente y sólo lograban distanciar a las instituciones de
la sociedad. Ajuste, ajuste… parecía que gobernar era reducirnos cada día más.
Ser racional significaba aplicar políticas de exclusión cada vez más fuertes y
por supuesto desnacionalizar totalmente la conformación del sector empresario
argentino y la desaparición de nuestra clase media y nuestra clase trabajadora.
Nos habían inculcado una receta, que siempre tenemos que entender que fue
absolutamente perversa para todos los argentinos.
Cuando sosteníamos que el Estado era quien
debía viabilizar los derechos constitucionales protegiendo a los sectores
vulnerables de la sociedad, entendíamos que la presencia o ausencia de Estado
constituye toda una actitud política y, fundamentalmente, comprendíamos la
necesidad de generar políticas activas para generar desarrollo, trabajo
decente, crecimiento y más justa redistribución del ingreso. Esa es otra
batalla cultural del cambio que debe darse y que trascenderá a varios
Gobiernos, hasta hacerse carne en nuestra cultura, para constituirse en una
verdadera política de Estado asumida por toda la sociedad.
Por eso, nos ha dado tanta alegría, no sería
honesto de mi parte no decirlo, y quiero agradecer desde aquí, la ratificación
popular, el 28 de octubre, hace un mes, para profundizar el cambio. Somos
conscientes – y más que nadie la presidenta electa – qué es lo que votó el
pueblo argentino, y no tengan ninguna duda que con la presidenta al frente, con
todos ustedes trabajando en forma conjunta, con todos los gobernadores, con
todos, porque hay que trabajar con todos los gobernadores de todas las
provincias, y por supuesto, también con quienes gobiernan en la Ciudad de Buenos Aires,
tenemos que profundizar, por sobre, todo las políticas generales del
crecimiento argentino. Esto es central y esencial porque va a ser una señal de
madurez interna y externa.
Sosteníamos que los gobiernos debían medirse
o juzgarse por su acercamiento a la finalidad de concretar el bien común,
sumando el funcionamiento pleno del estado de derecho, la vigencia plena de los
derechos humanos y una efectiva democracia. La correcta gestión del gobierno,
con el efectivo ejercicio del poder político nacional, y esta ratificación
ciudadana tuvo ese sentido. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que hemos
contrastado con los hechos de las teorías sostenidas por el neoliberalismo,
durante años, y que esos hechos nos dan ahora la razón.
Acuérdense ustedes: “vivimos una semana de
veranito”; “vivimos dos semanas de veranito”; “es un mes de veranito”; “es el
rebote de lo que está sucediendo”; “ya rápidamente vamos a aterrizar y vamos a
deslizarnos para tener un aterrizaje no forzado, hagámoslo a pleno para no
tener un aterrizaje forzado después”. Si alguno de ustedes tiene una buena
hemeroteca se va a poner a recorrer los diarios de estos cuatro años y medio y
va a tener que darse cuenta de las cosas que dijeron y que nadie se hace cargo.
Porque en este país, a veces, pasa esto: se dicen muchas cosas, hay muy mala
memoria.
Entonces, ustedes recuérdenlo porque ese fue
un debate permanente que se dio en la sociedad argentina y era como si a
algunos les molestara que la
Argentina crezca. No importa cuál sea el Gobierno y el signo
que nos gobierne, es decir, valga la redundancia. En la democracia los
ciudadanos eligen, lo importante es consolidar con matices diferentes, un
modelo de crecimiento, un modelo productivo, un modelo industrial, un modelo
keynesiano, que definitivamente le de a la Argentina , construyamos la Argentina que nosotros
nos merecemos.
Nosotros, desde el propio inicio de nuestro
Gobierno, sabíamos que era necesario ganar en capacidad de decisión,
renegociamos la deuda externa más grande, obviamente, que tuvo la Argentina en su historia
y ahorramos 70 mil millones de dólares, y les puedo asegurar, que en esa
renegociación – de muy buena fe, pero habían algunos amigos, que trabajaban al
lado mío que me decían: “no hagamos el 70 por ciento de quita que no nos va a
ir bien”. Pero hay veces en la vida que uno no viene a un gobierno para durar,
sino para tratar de cambiar o empezar a cambiar nuestra historia o generar, al
menos, un punto de inflexión. Y nos decidimos por el 70 por ciento de quita, y
gracias al trabajo realizado, por supuesto, de un conjunto, de un equipo
logramos el hecho resultante de ahorrar 70 mil millones de dólares, en la
discusión de nuestra deuda externa privada. Y lo logramos también para recuperar
nuestra capacidad de decisión.
Yo recuerdo, también, a los diarios de la
época, las fotos de respetables funcionarios, del Fondo Monetario
Internacional, todos preocupados y lógicamente con qué iba a pasar en la Argentina en cada visita
de ellos. Éramos nosotros un gobierno, un país prácticamente sometido a
decisiones finales que no se tomaban en la Argentina , sino se tomaban en otro lado.
Después, que con el esfuerzo argentino, le
pagamos al Fondo Monetario Internacional, todos ustedes y todos los argentinos
tienen la seguridad de que las decisiones se toman en la Argentina. Y si se
toman equivocadas se pueden corregir en la Argentina también.
Recordemos que cuando hicimos uso de las
reservas para pagar la deuda con el Fondo Monetario Internacional, otra vez la
hemeroteca la miramos y decían: “se viene la inflación galopante”; “quedamos
sin reservas, quedamos al límite”; “es una actitud irresponsable”. Pocos días
antes me habían dicho que estábamos juntando demasiadas reservas. Yo digo,
porqué esa actitud negativa. Yo las respeto intelectualmente a las distintas
escuelas neoliberales que existen, pero que tengan una actitud positiva. El
país no se va construyendo con los fracasos del otro, sino con actitudes que
ayuden a pensar.
Y así como es muy malo ser dogmático, desde
un punto de vista, también es muy malo ser dogmático desde el otro. El
dogmatismo de un extremo o el dogmatismo del otro son los que muchas veces nos
han llevado a los argentinos a muchísimos fracasos.
Vayamos teniendo la realidad, la capacidad
de entender que nuestra verdad relativa, confrontada con la otra verdad
relativa nos da una verdad-síntesis superadora, que nos permite construir un
país distinto, es fundamental llevarlo esto adelante.
También fuimos pensando en la inserción de la Argentina en el mundo y
la construcción, nuevamente, de las relaciones con nuestros hermanos de
Latinoamérica, es fundamental volver a reconstruir nuestra identidad, que es
una tarea central, que es una tarea fundamental.
El indicador sintético de la actividad de la
construcción, que se mide en 1993, registra que en el mes de octubre último- se
acuerdan que decía que se venía la actividad de la construcción – está bien
hemos crecido a niveles desusados, pero con el invierno, las lluvias, todo esto
que ustedes conocen perfectamente, decían que se había parado el crecimiento en
la construcción. En octubre, año-año, la construcción creció el 9,2; el 2,5
desestacionalizado; el 11 puntos estacionalizado, y un acumulado del 5 por
ciento. Los felicito, a todos ustedes, por seguir creyendo en la Argentina. Están
trabajando, están invirtiendo, los que invierten en el sector privado, los que
invierten en el sector del Estado y los empresarios de la construcción, que
siguen trabajando a full y creyendo en este país.
También es fundamental tener en cuenta el
crecimiento, que hemos tenido en el Producto Bruto Interno, la Argentina va a crecer en
cuatro años y medio el 50 por ciento, parece un sueño, nunca en la vida
crecimos. Hablábamos de los cien años y ahora podemos mirar a nuestra historia,
desde que se miden las estadísticas, la Argentina por primera vez en su historia va a
crecer, en cincuenta y ocho meses consecutivos, por supuesto que va a seguir
creciendo, y ha tenido en estos cuatro años y medio un crecimiento del 50 por
ciento. Es decir, que la
Argentina puede crecer sin expulsar a gente o excluir gente,
que la Argentina
puede crecer sin quebrar a empresarios, puede crecer sin generar una
concentración de las riquezas en las manos de unos pocos, puede crecer con otro
concepto redistributivo de la riqueza, la Argentina puede crecer, lo hemos demostrado
todos: los trabajadores, la clase empresaria, la clase media, el gobierno,
todos aquellos que apostamos a tratar de generar en la Argentina un proyecto
con proyección y con perspectivas.
La verdad, que en ese crecimiento, la
construcción ha jugado un rol fundamental, ha sido un dinamizador y unos
dinamizadores fundamentales, junto a la industria del crecimiento argentino. Y
por supuesto, también del campo, porque no son actividades contradictorias, son
actividades complementarias. Hay que dejar de pensar el país en parcelas o en
quintas y pensarlo en su conjunto. Si estamos entendiendo y estamos buscando
una Argentina que tenga autonomía en la globalización, pero obviamente que este
mundo globalizado sabemos cómo funciona, tenemos que entender que es
fundamental que todas las actividades puedan funcionar en conjunto. Por
supuesto, con un crecimiento y un apoyo muy fuerte – y acá veo algunos amigos –
de la actividad bancaria, que es central y fundamental, porque les ha ido muy
bien, se han saneado financieramente, están con mucha liquidez y esperemos que
las tasas vayan bajando, que es fundamental. Nos alegra que les vaya bien, esto
es central. (APLAOSOS).
Por dar un ejemplo, la producción de cemento
creció a un ritmo del 20 por ciento anual, del 2002 a la fecha; las
pinturas crecieron a un ritmo anual del 14 por ciento y el hierro redondo a
razón de un 19 por ciento anual. Claro que la capacidad instalada está cercana
al 78,1 en funcionamiento, y claro que esto también genera – porque tenemos que
entrar y yo estoy seguro que la presidenta electa viene con una batería y demás
– para ayudar y profundizar este tema, que el crecimiento nos fue generando
problemas. Obviamente crecer 50 por ciento, en cuatro años y medio, nos generó
demandas de infraestructura energética, nos generó… no hay que dramatizar, hay
que buscar soluciones. En esta Argentina que donde decrecía la Argentina , allá por los
años 1987, 88, no funcionaban ni los ascensores y no había luz y uno iba a ver
el Producto Bruto Argentino y éste se caía.
Imagínense ustedes con el crecimiento que ha
tenido Argentina es fundamental que como se dejaron, desde 1997, prácticamente,
hasta el año 2003, 2004 de hacer inversiones en infraestructura energética y el
crecimiento que ha tenido el país que tengamos en determinados momentos puntos
límites. Bueno, Barcelona todos sabemos lo que le ha pasado, lamentablemente,
lo que pasa en California, lo que pasa en tantos lados con el tema de la
energía, que es una problemática estratégica, en la cual estamos trabajando a
fondo. Pero eso no nos tiene que amedrentar para trabajar en el crecimiento,
por el contrario, hay que redoblar las inversiones, hay que redoblar el
esfuerzo, pero yo prefiero esta situación donde los gobiernos y todos estemos
preocupados por generar la producción energética que necesitemos y no la que me
tocó vivir a mí ver como gobernador o al gobernador de Tierra del Fuego o al
gobernador de Mendoza ver ventear el gas y quemarlo, como se quemaba en la Argentina , porque era
ocioso o se exportaba a otros países a precios muy baratos y ayudábamos a
crecer el Producto Bruto Interno de otros países – y nos ponemos contentos de
haberlo hecho – pero cuando nosotros necesitábamos el gas aquí adentro,
teníamos que haber movido toda nuestra infraestructura y haber pensado el país,
en términos estratégicos.
Es preferible estar dando estos desafíos y
tener estas tensiones del crecimiento que creer que se puede tener una reserva,
un back up energético. ¿Cuánto es el costo con cien dólares el petróleo, con el
costo de la energía de tener back up energético? Vamos a movernos siempre a
determinados límites, lo que hay que ir haciendo las inversiones energéticas,
hay que profundizar seriamente la exploración y la explotación petrolera, y la
exploración y explotación de gas, tenemos que hacerlo.
Y las empresas que trabajan en el ramo- y a
mí me gusta trabajar con nombres y apellidos, porque debo reconocer que con
algunas empresas que yo he discutido mucho, cuando yo era gobernador, han
crecido su producción y sus reservas, pero hay otras, como en el caso y voy a
dar dos ejemplos – uno se lo digo siempre a mi amigo Lula – PETROBRAS tiene que
invertir mucho más, tiene que investigar mucho más, porque es una empresa con
importantes acciones del Estado brasilero, pero con el management, en donde
ellos tienen importante marco de decisión y necesitamos que se incorporen al
crecimiento argentino y trabajen junto a nosotros. Y la otra empresa que
también tiene que asumir los desafíos de la etapa y de la época en este tema,
con mucha fuerza y dicen que lo van a hacer – esperemos que lo hagan – es la
empresa REPSOL, como yo le dije a mi querido amigo Zapatero, que es fundamental
que hagan las inversiones que tienen que hacer en la Argentina porque
necesitamos nosotros que estas empresas inviertan y funcionen porque están
manejando un recurso que es central y fundamental para los argentinos que es
nuestro recurso energético, es central que todos los argentinos tomemos
conciencia de esto, y que fundamentalmente estemos presentes en la acción de
inversión exploratoria y de producción que tienen estas empresas.
El presupuesto ejecutado por la Secretaria de Obras
Públicas, fue diez veces superior, al del año 2002. Por eso la participación
del sector público en la actividad se duplicó en términos absolutos en estos
cuatro años y medio, pasando del 11,5 al 22 por ciento. Pero esto tiene un
valor humano agregado no sólo en viviendas, se trata de familias que pasan a
tener un hogar digno, no sólo son escuelas, es la base imprescindible para una
educación de calidad. No se trata de cloacas, aguas y obras sanitarias son
condiciones para mejorar la calidad de vida y la salud de millones de
argentinos que nos permite ser el país con mayor desarrollo humano en
Latinoamérica. No son sólo hospitales se trata de incremento de salud pública,
no son sólo caminos, puentes, autopistas, puertos, aeropuertos, diques, red de
energía y gasoductos, se trata de infraestructura para el progreso de los
argentinos.
Es cierto que no debemos enamorarnos de
nuestras herramientas, es necesario comprobar permanentemente que están al
servicio de nuestra finalidad de crecimiento, sostenido con trabajo, con
inclusión social y redistribución más equitativa del ingreso, pero debemos
integrar a nuestro patrimonio cultural la necesidad de un esquema
macroeconómico consistente, favorable a la producción nacional, que permita
desplegar de manera integrada el potencial de nuestro país.
Queridos amigos: yo creo que acá hay
políticas de Estado, que definitivamente la Argentina tiene que
mantener: superávit fiscal primario, central, cuando discutíamos con el Fondo
hablábamos de 3 puntos del Producto Bruto Interno, este año vamos a cerrar,
como decía el Presupuesto, a pesar de que algunos decían que no, con 3,15 de
nuestro Producto Bruto, que ha crecido al 50 por ciento, así que es mucho más
que el 3 por ciento, que nosotros decíamos que teníamos para funcionar. Y estoy
seguro que la administración que viene todavía va a mejorar este superávit
fiscal, va a trabajar en estos términos, porque es fundamental que la Argentina , después de
todas las cosas que nos sucedieron, después de todas las adicciones que
tuvimos, tengamos todos los sectores de la sociedad un compromiso real y
concreto con nuestro superávit fiscal primario, que es polea central del
crecimiento.
Otro tema, que es el superávit comercial,
éste es central, el país está creciendo, importa muchos bienes de capital; el
año pasado tuvimos un superávit comercial de 12.223 millones 353 mil dólares.
Este año vamos a superar los 10 mil millones porque tuvimos 10.200 millones
aproximadamente porque tuvimos cerca entre 1.500 y 2 mil millones y algo más
que importar energía para el crecimiento. Y también nos ha crecido un poco más
de lo que debiera crecer las importaciones de los bienes de consumo, también
las de los bienes intermedios, también la de los bienes de capital, pero
tenemos que ajustar en los bienes de consumo para proteger la industria nacional,
el trabajo nacional y la producción nacional, pero el superávit comercial es
central para crecer. Reserva fuerte, no importa que algunos digan que son
improductivas, siempre lo han dicho, al contrario.
Ustedes vieron que la crisis del sistema
hipotecario que vive el sistema internacional, la Argentina lo ha logrado
superar y lo está logrando afrontar con absoluta solvencia, gracias a las
reservas que tienen. Hoy volvimos a establecer otro récord histórico, con 44
mil 690 y espero poder terminar la gestión con 45 mil millones de reserva, que
sería todo un paso, y un punto de inflexión definitivo para que la Argentina pueda entrar
consolidada con solvencia y con fuerza.
También es fundamental seguir consolidando
por supuesto, el crecimiento de la recaudación y como elemento central,
fundamental, seguir generando políticas que tiendan a la consolidación de la
construcción del capital nacional, a consolidar las posibilidades de la
inversión extranjera también y de la inversión. Creció el 13,4 la inversión en octubre
en la Argentina ,
llegamos a 22,4 de inversión directa. Lógico, cualquiera de ustedes me va a
decir que hace falta 25 ó 26 por ciento de inversión para seguir esta polea de
crecimiento. Estamos dando esta batalla, tenemos que seguir logrando más inversión,
pero fíjense estamos en un 22,4, yo me acuerdo cuando hablábamos de otro nivel
de inversión, soñar con llegar a 22,4 era prácticamente un pensamiento
ilusorio.
Obviamente que el crecimiento nos requiere
mayor inversión y tenemos que generar, y no tengo ninguna duda que el Gobierno
en general lo va a consolidar. Tenemos que tener también como elemento central
el cambio competitivo, terminar con los sueños de ese famoso uno a uno, pero
tener en claro una cuestión: es bueno el dólar competitivo, ustedes saben que
el dólar se ha debilitado, yo creo que para fines del año que viene se va a
recuperar. Hoy se ha recuperado, porque ha habido una inversión muy fuerte de
capitales árabes en el Banco City, cerca de 25 mil millones de dólares, lo cual
le ha dado una cierta tranquilidad a los mercados. Pero si ustedes miden, desde
la devaluación, nosotros con Estados Unidos, creo que tenemos el 13 ó el 15 por
ciento de nuestro comercio exterior. El resto lo tenemos con 200 países más en
el mundo, y con un 20 por ciento con los países de Europa.
Si nosotros analizamos una relación
bilateral con las monedas del euro y otras monedas, el proceso de capacidad
competitiva de nuestra moneda, es decir respecto al 3 a 1 ó al 3.20 a 1 con el dólar, más o
menos, fue una evaluación del 313 por ciento. Si nosotros hubiéramos trabajado
también con el movimiento de las otras monedas, como lo hicimos con las
reservas, donde tenemos oro y euros, le hubiera dado aún más competitividad a
la economía argentina, porque la devaluación hubiera llegado al 413 por ciento,
lo cual tiene que poner a estudiar al Banco Central, al nuevo ministro de
Economía y al nuevo Gobierno con mucha fuerza en cómo seguimos dándole calidad
competitiva, atendiendo a las nuevas realidades, a los movimientos que tenemos
en el mundo y a con quiénes nosotros tenemos mayor masa de comercio, que
llevamos adelante con el resto de las naciones del mundo. Así que es un tema
interesante e importante porque si bien los analistas podían decir, hasta hace
poco, que el dólar se venía devaluando fuertemente, yo creo que hay sectores
que están apostando igual a que no suceda esto, por eso si no, no estaría ¿no?
la inversión que ha hecho este banco tan fuerte, de 25 mil millones para
fortalecer el tema de las perdidas que han tenido con las hipotecas de mala
calidad, como ellos le llaman. Hay bancos muy importantes que todavía no
sabemos cuál es el resultado que tienen.
Yo la verdad es que les quiero decir, pero
desde el corazón, desde mi sensibilidad, que he trabajado feliz con todos
ustedes: con los trabajadores de la construcción, con los empresarios de la
construcción dimos un gran desafío, un gran desafío cultural, horas y horas
trabajando y pensando cómo cambiar la Argentina. Claro
que nos falta mucho, malo sería que no nos falte nada, porque todos queremos
una Argentina mucho mejor que la que tenemos hoy. Así que es una verdad de
Perogrullo, que nos falta mucho, estamos en un punto de inflexión, yo creo que
estamos saliendo del infierno, pero ahora viene la construcción del país
estratégico, viene la institucionalización de un modelo plural, viene la
cualificación del debate que hay que dar en la sociedad. Yo creo que el debate
que hay que dar en la sociedad tiene que ser sin descalificaciones, cuando uno
tiene ideas puede expresarlas sin decir que el otro es malo, hay que terminar
de subjetivizar, cuando se hace ese tipo de cosas y se trabaja por la
destrucción del otro, evidentemente, estamos entrando en una ruta que no nos va
a llevar a buen camino.
Si tengamos un debate profundo, fuerte, con
pasión, con ideas, que los argentinos lo necesitamos sobre el perfil del país,
pero para construir un país, al cual a todos los argentinos nos vaya muchísimo
mejor. Creo que estamos en la antesala de situaciones muy importantes. Yo, la
gente ha decidido, la gente ha votado, y cada uno tiene que asumir el rol que
la gente le ha dado, y lo tiene que asumir con la tarea creativa, de construir,
de poner fuerzas, de dar ideas, de tener generosidad, palabra que no se debe
escapar del diccionario argentino.
Me voy contento y agradecido a los
argentinos, si ustedes me permiten decirlo aquí en este ámbito, por haberme
permitido ser Presidente de todos los argentinos. Uno es Presidente un tiempo
de la historia, y es bueno que así sea, es buena la alternancia, el cambio, la
renovación permanente, las nuevas ideas, no hay que tener miedo a este tipo de
cosas porque son fundamentales. Pero yo se los quiero decir con todas mis
fuerzas, que argentino uno es toda la vida, entonces yo no voy a caer en los
viejos moldes por allí, que tuvieron los viejos dirigentes políticos de
decirles: “me voy a la casa, me voy a descansar la tarea cumplida”, es decir
como si todo pasara por un modo y una forma de decir las cosas para tratar de
seguir haciendo, de seguir participando, pero eludir las responsabilidades del
futuro que viene.
Yo les digo que voy a seguir trabajando como
argentino, voy a seguir participando activamente en la vida argentina, creo que
se puede trabajar de argentino sin tener ningún cargo en especial, tiene que
entender la dirigencia política argentina que argentino se es siempre y uno
tiene que opinar y trabajar y desde donde esté trabajaré con todas mis fuerzas.
Y por supuesto, vamos a tratar de ayudar a construir consensos, fuerzas,
cambios y transformaciones para que evidentemente el Gobierno que empieza el 10
de diciembre, sea mucho mejor, pero mucho mejor que el que nosotros llevamos
adelante.
Que el 10 de diciembre serán otros desafíos,
otros tiempos, pero yo sé que vienen cabezas muy oxigenadas, sé que viene un
cuadro muy bien conformado y que van a trabajar muy bien por la Argentina. Y en
cuanto a mí, agradecerles, yo soy como ustedes me conocen, trato de decir lo
que pienso siempre, lo he hecho siempre, eso no quiere decir que acierte siempre,
porque seguramente me debo equivocar la mayoría de las veces y trato de
corregir, pero saben que bueno es poder hablar y a mí me ha pasado con mucho de
ustedes con absoluta sinceridad, decir las cosas que nos pensamos y eso nos
permite evitar muchísimos errores. Me siento realmente contento, me siento
agradecido a todos ustedes. Espero que les vaya excelentemente bien, que tengan
absoluta rentabilidad en sus empresas, que este país siga creciendo, que
ustedes se puedan seguir consolidando y que evidentemente el Gobierno que viene
pueda corregir y aportar mucho más, corregir los errores a aportar muchas más
soluciones, que nosotros por allí no pudimos llegar. Pero les puedo asegurar
que dejamos todo, sentimos palmo a palmo este Gobierno, trabajamos y pusimos
todo lo que estaba a nuestro alcance.
No tengan ninguna duda que Argentina va a
seguir por un muy buen sendero, los argentinos tenemos que consolidar nuestra
institucionalidad y tenemos que recuperar siempre esa esperanza, esa alegría,
esa idea de buscar que las cosas nos vayan bien. No pensemos, porque a mí
durante todo este mandato decían que un mes va a ir bien y después mal, dos
meses bien y después mal, terminemos con toda esta teoría y este derrotismo,
algo que yo siempre digo, cuando las cosas nos van bien, los argentinos nos
creemos los mejores del mundo; cuando nos salen un poco mal nos creemos los
peores del mundo, alcancemos el equilibrio que este país va a tener el lugar
que se merece, que pensaron sus pioneros, que pensó la generación del 80’ , que pensaron muchas
generaciones que este país se podía cambiar y era una nación que nos podía
contener a todos.
Señores integrantes de la Cámara de la Construcción , señores
directivos, señores trabajadores, de un argentino que tuvo la suerte de ser
Presidente y trabajar junto a ustedes, pero muchísimas, muchísimas gracias por
todo el apoyo y acompañamiento durante toda esta etapa. Gracias.
NESTOR KIRCHNER
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