DISCURSO EN LA CENA OFRECIDA EN
HONOR A LA SEÑORA
PRESIDENTA DE CHILE, DOCTORA MICHELLE BACHELET
Néstor Kirchner
[21 de Marzo de
2006]
Señora Presidenta de la República de Chile,
doctora Michelle Bachelet; señor Vicepresidente de la Nación ; distinguida
comitiva que la acompaña, señora Presidenta; señor ex presidente de la Nación , doctor Raúl
Alfonsín; señores gobernadores; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional;
autoridades nacionales; señores empresarios; representantes gremiales; señoras
y señores: ante todo, quisiera nuevamente destacar el gran honor que significa
tanto para el pueblo argentino como para este Presidente, que nuestro país haya
sido elegido como destino de su primera visita al exterior como Presidenta de la República hermana de
Chile.
Quisiera destacar que, además de ser jefa de Estado de un país hermano, la doctora Bachelet también es una entrañable amiga. Es nuestra amiga y la valoramos no sólo por ser la primera presidenta de Chile, sino también y sobre todo, por sus cualidades profesionales y personales que la hacen una mujer ejemplar por su incansable lucha en favor de la democracia, el respeto de los derechos humanos y la justicia social.
Quisiera destacar que, además de ser jefa de Estado de un país hermano, la doctora Bachelet también es una entrañable amiga. Es nuestra amiga y la valoramos no sólo por ser la primera presidenta de Chile, sino también y sobre todo, por sus cualidades profesionales y personales que la hacen una mujer ejemplar por su incansable lucha en favor de la democracia, el respeto de los derechos humanos y la justicia social.
Por estas razones, nos sentimos orgullosos
de tenerla hoy entre nosotros al igual que a la distinguida comitiva que la
acompaña.
Además, tenemos la certeza que así como
dijeran su predecesores, su gestión dará continuidad y profundizará el espacio
de diálogo e integración permanente que existe entre nuestros dos países.
En este sentido, el encuentro mantenido en
la tarde hoy con nuestra querida amiga, la presidenta Bachelet, ha sido
sumamente provechoso, ya que hemos tenido la oportunidad de analizar de manera
conjunta tanto los avances como los desafíos que presenta nuestra agenda común.
Observando lo hecho hasta ahora, señora
Presidenta, no puedo sino sentir una gran satisfacción por los enormes avances
registrados en materia, por ejemplo, de integración física, de complementación
minera o de cooperación en el área de defensa. Aún así, tenemos el deber de
profundizar este proceso de modo de no detener el impulso integrador que la Argentina y Chile han
tenido en estos últimos años.
Este es un proceso, querida amiga, que
reconoce como herramienta fundamental las obras de infraestructura fronteriza.
Soy un convencido y estoy seguro, que usted comparte mi apreciación de que no
hay integración posible sin efectiva integración física.
Puede no resultar novedoso afirmar que
Argentina y Chile comparten una historia y una frontera que no nos separan sino
que nos vinculan, que nos hermanan. Pero es preciso destacar que estamos
trabajando cotidiana y arduamente en la construcción y consolidación de una
relación madura y sólida que permita a nuestros países, los que son no sólo
vecinos por caprichos geográficos, sino amigos por libre voluntad de nuestros
próceres y pueblos, insertarse en un mundo que ofrece económicamente muchas
oportunidades.
Junto a esas oportunidades nos exige también
grandes compromisos políticos, compromiso con la democracia, con el respeto a
los derechos humanos, con la paz, con la justicia, con la igualdad, no sólo
para nuestras sociedades, sino también para el resto del continente y del
mundo.
Esta multiplicidad de vínculos demuestra
que, como lo hemos dicho en otras oportunidades, la relación en nuestros países
constituye una política de Estado que hemos ido profundizando desde que ambos
países recuperamos nuestras democracias. Política de Estado que tiene un
carácter estratégico, en tanto tenemos metas y objetivos políticos y económicos
comunes, pero también es una relación de amistad porque compartimos un pasado,
una cultura, principios, ideales y valores que guían nuestra política interna e
internacional.
Con ese espíritu quiero proponer un brindis:
brindo por la salud y el bienestar de nuestra amiga, la señora Presidenta
Bachelet, y su distinguida comitiva y le auguro en nombre del pueblo argentino
y del mío propio, una exitosa gestión que contribuya al progreso del pueblo
chileno y a la profundización y consolidación de nuestra inmensa y fructífera
relación bilateral; brindo por la felicidad y el desarrollo de nuestras
sociedades con el deseo de que como gobernantes sepamos dar respuestas a las
necesidades en defensa de nuestros pueblos y corresponder a la confianza que
los ciudadanos chilenos y argentinos han depositado en nosotros.
Grande es el desafío que tenemos, querida
Presidenta, de ayudar a construir el espacio de los pueblos de América del Sur;
grande es el desafío que tenemos en este punto de inflexión histórica donde,
después de todas las cosas que nos ha tocado pasar, ustedes ya tuvieron y
cumplieron treinta años del golpe y la dictadura militar hace tres años atrás
en la querida República hermana de Chile y nosotros estamos a punto de cumplir
este 24 de marzo treinta años de una dictadura horrenda, horrible, pero que
queda grabada en nuestra memoria como queda grabada en todas las memorias de
los pueblos de Latinoamérica que han tenido que pasar por semejante flagelo.
Eso fortalece nuestra responsabilidad de
saber construir en unidad, en convivencia, en pluralidad y en respetarnos
mutuamente las ideas y las verdades relativas que podemos tener.
Cuando algunos me preguntaban, si usted me
lo permite señora Presidenta, “¿Cómo se va a llevar con la Presidenta Bachelet
que es todo una novedad tener –como decía el presidente Lagos- un perfume de
mujer en la región?”. Y yo digo que vengo muy entrenado con Cristina, así que,
me voy a llevar muy bien.
Así que, creo que va a ser de las relaciones
más fructíferas y positivas que vamos a tener con nuestros hermanos de la
querida República de Chile.
Querida Presidenta: muchas gracias por hacer
la primera visita a la región argentina, los argentinos eternamente agradecidos
por esta deferencia, lo valoramos muchísimo, valoramos su gesto y sé que
estamos construyendo un espacio superador.
No tengo ninguna duda que este tiempo de la
historia nos tendrá como protagonistas de una acción creadora, fructífera, de
unidad y de solidaridad que permitirá renovar los grandes gestos y las grandes
acciones de nuestros próceres y de nuestros libertadores.
Muchas gracias, señora Presidenta y
comitiva, por estar en la República Argentina. Es su casa.
Gracias.
NESTOR KIRCHNER
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