junio 20, 2012

Discurso de Nestor Kirchner en la comida central de camaradería de las Fuerzas Armadas (2003)

DISCURSO EN LA COMIDA CENTRAL DE CAMARADERÍA DE LAS FUERZAS ARMADAS
Nestor Kirchner
[7 de Julio de 2003]

Señor ministro de Defensa; señor jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas; señor jefe del Estado Mayor del Ejército; señor jefe del Estado Mayor de la Armada; señor jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea; autoridades presentes; señores: en vísperas de un nuevo aniversario de la declaración de nuestra independencia nacional, en mi carácter de Comandante en Jefe, vengo a compartir con ustedes esta cena anual de camaradería.
No vengo a cumplir una simple obligación protocolar; quiero, además, compartir con ustedes reflexiones atinentes a las obligaciones que las Fuerzas Armadas tienen para con la patria. Quiero referirme a nuestros puntos de vista sobre el futuro de la Nación y la forma en que nuestras Fuerzas Armadas deben contribuir para la construcción de una nueva Argentina. Vengo a hablarles del futuro en esta fecha tan cara a nuestro sentimiento, que reclama obligaciones a todos los argentinos.
La independencia de la patria debe defenderse todos los días y desde todas las actividades, con uniforme y sin él. Sólo así lograremos ser respetados en el mundo como una nación digna.
Hemos dicho que en vuestra materia específica, la defensa nacional, actuaremos con un concepto integral; además de una alta profesionalización, les exigiremos que trabajen para la modernización e impulsen la investigación tecnológica y científica en coordinación con otros organismos gubernamentales, para que además puedan contribuir al bienestar general de la población.
También hemos sostenido que la política de defensa nacional es inseparable de la política exterior de la Nación y que, como ella, debe estar en correcta sintonía con los acontecimientos que caracterizan al mundo actual para lograr una constante actualización.
En el proyecto nacional de trabajo, producción y crecimiento sustentable en que creemos, debemos engarzar una moderna política de defensa nacional, concebida como política de Estado, que como tal exprese las diversidades y el pluralismo que la Nación contiene.
La participación conjunta de civiles y militares, de argentinos que pensamos de diversas maneras, debe ser el reaseguro de una política de defensa que no nos aísle en ningún nacionalismo ultramontano y que nos integre al mundo preservando nuestra identidad nacional. Se trata de discutir nuestro futuro como país y allí hacer jugar nuestros conceptos sobre la defensa nacional.
Nuestras Fuerzas Armadas tienen que cubrir con solvencia los objetivos nacionales permanentes de garantizar la soberanía, la independencia de la Nación, mantener la integridad territorial, la capacidad de autodeterminación para preservar la protección de la vida y la libertad de los habitantes de nuestra patria.
Debemos fortalecer los lazos de integración y cooperación con otras Fuerzas Armadas de la región, especialmente las pertenecientes al MERCOSUR, para fomentar la confianza entre los pueblos hermanos y consolidar un bloque nos posibilite la mejor inserción en el contexto mundial.
Tenemos que seguir contribuyendo a la paz mundial participando en aquellas misiones que actúen bajo el mandato de la Organización de las Naciones Unidas, sin que ello implique intromisión en los asuntos internos de otro Estado.
Es imperioso que encaremos una profunda reestructuración de nuestras Fuerzas Armadas, con un despliegue de sus guarniciones hacia lugares donde su presencia les posibilite encontrarse en las mejores condiciones para la defensa de los intereses nacionales, contribuyendo además al desarrollo de esos lugares concretando su integración real al resto de la patria. Esto debe complementarse con una alta capacitación y ejercitación de personal para el rápido traslado e intervención en conflictos localizados.
La continua preparación, su reorganización y capacitación, debe incluir vuestra presencia en auxilio de los habitantes de todo el país para afrontar todo tipo de emergencias, debiendo contribuir a la implementación de un sistema integrado que permita prevenirlas, planear convenientemente la intervención y el empleo oportuno de los medios.
Tenemos que aprovechar el desarrollo de la investigación científica y tecnológica, así como recuperar la capacidad de producción industrial de laboratorios, fábricas y talleres militares. Allí existe un campo donde las Fuerzas Armadas pueden contribuir al crecimiento de la actividad económica, participando en la forja de una nueva nación.
En este sentido, hay una rica historia de nuestras Fuerzas Armadas vinculadas al desarrollo de la producción nacional. En esa etapa histórica y en las guerras de la independencia es donde se han inscripto sus páginas más gloriosas. San Martín, Belgrano, Brown, Savio, Mosconi, Newbery, Perón, supieron soñar y construir un país.
Una Argentina integrada en un proyecto nacional nos debe contener a todos y las Fuerzas Armadas no pueden esta ausentes de esa construcción.
Recuperar el progreso social y la perdida movilidad ascendente, recuperar la producción, el trabajo, generar riqueza y distribuirla con justicia, son bases fundamentales para construir un país serio. El mejor país que nos debemos, es tarea de todos.
El incremento de la calidad institucional debe producirse en todos los campos, también en el vuestro. Combatir la impunidad es una manera de incrementar la calidad institucional.
Sabemos que la historia de nuestra patria tuvo claros y oscuros, queremos inventar un futuro que sea definitivamente claro. Tenemos que rescatar los sacrificios, las penurias y el heroísmo de nuestros héroes de la Independencia, militares y civiles. De otros tiempos, debemos recordar con cariño y respeto a quienes con su trabajo y su contribución forjaron buena parte de la Argentina industrial del siglo pasado, militares y civiles.
Tenemos que retemplarnos en el espíritu malvinero y aprender de nuestros veteranos que en esas islas pusieron todo por defender a la patria. La diplomacia debe ser el camino de recuperación de ese suelo regado con sangre argentina, con la esperanza de ver en ellas flameando nuestra bandera, que queremos también en nuestra zona antártica.
Pero no podemos hacernos cargo de los momentos dolorosos de la historia reciente de nuestra patria sin contribuir a la verdad. Fue doloroso que nos enfrentáramos entre argentinos, debemos encontrar un punto de reencuentro que nos ayude a superar esa triste historia, y no tenemos otros veinte años para hacerlo. Pero el reencuentro no puede venir desde el silencio o la complicidad, no me parece justo para la memoria histórica de las Fuerzas Armadas ni sensato para su propio futuro que se pretenda identificar las acciones de algunos con la propia institución que los argentinos y su Constitución Nacional han pensado para defender su país, sus vidas y su libertad. Hace a la preservación de la institución en su rol histórico, político y estratégico, separar la paja del trigo, hacerse cargo cada uno de lo que hizo, sin pretender escudarse en el prestigio y la historia de nuestras Fuerzas Armadas. No sólo es de buenos patriotas sino de hombres con honra.
Nuestra preocupación debe estar en lograr que el pasado de enfrentamientos nunca más se repita. Nuestra preocupación debe estar dirigida a hacer entender al conjunto que la defensa de los derechos humanos, algo a lo que nuestra Constitución y los tratados internacionales suscritos por nuestro país nos obligan, no tiene por qué ser interpretada de aquí en más como una política en contra de las Fuerzas Armadas. Eso es lo que sostenemos cuando juramos la Constitución Nacional; cuando se jura nuestra bandera juramos defender la defender la dignidad del ser humano aún en circunstancias extremas de la vida de la patria, aún en la guerra. El mundo es espectador de lo que en este tema podamos hacer; los argentinos de todas las ideas observan y esperan que quienes tenemos la obligación de ejercer nuestras responsabilidades sepamos estar a la altura de las circunstancias.
Es esta una noche para pensar en nuestro futuro, es esta una noche para ver cómo cada uno desde su rol puede aportar a la mejora de la calidad de las instituciones que representamos. Como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas quiero que queden en la historia grande, que sean recordadas por haber participado y protagonizado a pleno en la forja de una nueva Nación, donde el pueblo volvió a soñar y a sentirse con derecho a ser feliz.
Como presidente de la Nación les propongo que se sumen para acompañar los cambios y construir el futuro de la patria; como un argentino más, que tiene a su cargo la más alta responsabilidad institucional, les pido que acompañen con el mismo desprendimiento, arrojo, coraje y amor a la patria del resto del pueblo del que formamos parte y al que nos debemos todos por igual. Sé que las Fuerzas Armadas cuentan con material humano para esta tarea, no se me escapa que quien elige la carrera de armas es alguien con vocación de patria y defensa de lo nacional. He pertenecido toda mi vida a un partido fundado por un militar, tampoco ignoro que nuestras páginas más gloriosas como país fueron escritas cuando pueblo y Fuerzas Armadas compartieron un proyecto de nación. Es hora de volver a construir. Así estaremos en sintonía con el espíritu de los que hicieron la historia de la patria y seremos merecedores de la ayuda de Dios que tanto necesitamos.
Muchas gracias. ¡Viva la Patria!.
NESTOR KIRCHNER

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