DISCURSO EN EL ACTO
DE CONMEMORACIÓN DEL DÍA DEL HOLOCAUSTO, EN EL AUDITORIO BELGRANO
Néstor Kirchner
[19 de Abril de
2007]
Miembros del cuerpo diplomático; dirigentes
de la comunidad judía; autoridades nacionales, provinciales y municipales;
sobrevivientes y familiares; amigas y amigos, señoras y señores: aquí estamos
queridos amigos.
Quiero agradecerles la invitación que me
permite compartir con ustedes en un acto muy importante algunas reflexiones.
La conmemoración del Holocausto es un justo acto de la memoria mundial, para mirar el pasado y tratar de evitar que este tenga repeticiones, digo tratar de evitar porque lamentablemente a veces tenemos poca memoria. Tenemos que lograr que nunca más nos vuelva a suceder lo que nos sucedió, pero la memoria es fundamental para eso.
La conmemoración del Holocausto es un justo acto de la memoria mundial, para mirar el pasado y tratar de evitar que este tenga repeticiones, digo tratar de evitar porque lamentablemente a veces tenemos poca memoria. Tenemos que lograr que nunca más nos vuelva a suceder lo que nos sucedió, pero la memoria es fundamental para eso.
El hecho que ese día consagrado a la memoria
se haya fijado en función de los hechos conocidos como el Ghetto de Varsovia es
en sí mismo importante, porque se jalona a esa memoria a un acto de heroísmo de
quienes fueron víctimas y dejaron la enseñanza de que la lucha contra la
opresión no es nunca una lucha sin esperanza, por el contrario, la opresión,
aunque cueste, resulta vencida siempre por las convicciones, por la lucha, por
el heroísmo de los pueblos.
La primera pregunta que nos surge a raíz de
la invitación para conmemorar el Holocausto es si aquello sólo les pasó a los
disidentes o a los judíos. Creo sinceramente que le pasó a la humanidad toda.
Creo que la humanidad toda también debe
hacerse cargo de su historia, produjo verdugos y víctimas que en nombre de un
sin número de finalidades o seudos ideales, han protagonizado horrores de todo
tipo.
Con esto no queremos ni buscamos igualar a
víctimas y victimarios, pero sí llamar la atención respecto de lo que es capaz
el ser humano cuando pierde de vista el respeto por el otro, el respeto por la
diversidad, el respeto a la pluralidad.
En segundo lugar, la reflexión lleva a
considerar si es necesario reafirmar el compromiso en la lucha contra la
discriminación y el odio, repudiando a todos quienes intentan levantarse contra
la democracia.
Sinceramente quiero destacar el valor de la
rememoración, la recordación, el ejercicio de la memoria permanente. Creo que
está en el centro de la lucha para que no se repitan horrores históricos
mundiales y locales que han costado tanta vida, tanto dolor, tanto sufrimiento.
Es muy necesario recordar, tener buena memoria.
Recordar no es simplemente formalizar un
acto protocolar, es volver a tener memoria del dolor, afianzar la convicción de
la necesidad de seguir la lucha para desterrar toda forma de discriminación de
lo diferente, de lo diverso.
Recordar tiene que comprometernos a defender
la vida en democracia, el respeto del otro, el valor del ser humano.
Para nosotros que ponemos la defensa de los
derechos humanos en el centro de la política respecto del otro, local e
internacionalmente, conmemoraciones como la presente tienen un profundo valor.
No es sólo el rescate de un hecho histórico, es también la continua puesta en
valor de un compromiso moral por los derechos humanos, por la lucha contra
cualquier forma de discriminación, a favor del pluralismo, la igualdad y los
derechos democráticos.
La memoria que rescatamos no es un
instrumento de odio, en ella está en juego la construcción de sentido un pueblo
contra la ignorancia y la indiferencia, contra la mutilación del futuro.
La memoria como recuerdo colectivo, como
evocación lanzada hacia el presente, como reserva de valor simbólico de un
pueblo, preserva la identidad, ayuda a no olvidar lo aprendido, tiene que ser
el camino para que no se repitan los errores pasados.
Rescatamos el valor de la memoria para hacer
un pueblo dueño de nuestro propio destino. La recuperación de la memoria es el
primer paso para recuperar nuestro futuro, como pueblo libre y dueño de nuestro
destino.
El Holocausto nos pasó a todos. Le sucedió a
la humanidad como fatídica prueba de lo que es capaz el propio ser humano. Nos
pasó a todos, pero fundamentalmente hubo una acción irracional, imposible de
explicar, de verdaderos monstruos, que arremetieron contra todos pero
fundamentalmente contra la familia y el pueblo judío.
La memoria como conmemoración tiene que ayudarnos
a ser mejores. Para tratar de ser mejores recordamos y reafirmamos nuestro
compromiso de defensa y respeto de los derechos humanos, de la compresión de la
diversidad y la pluralidad, y de la defensa y respeto a la democracia como
forma de vida.
Decía que agradezco profundamente, señor
Presidente, la invitación de ustedes aquí. Me siento honrado de poder
acompañarlos de nombre de todos los argentinos y como Presidente en este tiempo
de la historia, como pasante de la historia.
Sé que nos han pasado cosas que demuestran
que la memoria a veces es selectiva, por eso en todo momento, como Presidente
de los argentinos, impulso con todas mis fuerzas para que la memoria tenga
vigencia en algo que fue terrible. Me tocó visitar campos de concentración, fui
a verlos, es inexplicable que seres humanos, que se dicen seres humanos, hayan
hecho lo que han hecho.
Los argentinos, que no ganamos nada mirando
al costado, que no ganamos nada viendo si vendemos un peso o exportamos un peso
más o un peso menos; si tenemos un mercado más o un mercado menos. Acá en la Argentina lo terrible se
siguió dando en el año 1992, con el atentado a la Embajada , y en el año
1994 con el también terrible atentado a la AMIA.
Es decir, que la memoria tiene sus huecos,
tremendos. Pero lo más grave es que en vez de afrontar esa terrible situación
que nos tocaba vivir y buscar justicia rápidamente, tocándole a quien le tocara
la responsabilidad de semejante aberración en suelo argentino, por seudas
cuestiones políticas, institucionales o como se llamen, se buscó tapar, se
buscó el encubrimiento, se buscó demorar la verdad, se buscó taponear la
verdad, se buscó llenar de trabas la verdad.
A trece años y quince años de semejantes
hechos estamos luchando con todo lo que podemos, para encontrar esa verdad, con
todo el valor, porque, como digo ante el mundo en cualquier lugar que voy, lo
digo ante los argentinos, el hermano estado de Israel existe, el Holocausto
existió, y los atentados que tuvimos en la Argentina también existieron.
Por eso tengan la certeza de que con todos
los errores y aciertos que tenemos los seres humanos, tengo el compromiso
indeclinable de trabajar junto a ustedes, junto a las entidades, junto al
pueblo argentino que profesa la religión judía, la comunidad judía, que son
hermanos argentinos que trabajan junto a nosotros, que somos todos argentinos
que queremos construir una Patria distinta, tenemos que seguir trabajando y
esforzándonos con todo para encontrar esa verdad.
Sepamos, y a algunos les molesta que yo
hable de estos temas, pero debo decirlo porque así lo siento, son terribles las
trabas y las trampas que nos han colocado en el camino; es terrible muchas
veces como la propia justicia durante mucho tiempo miró hacia el costado; es
terrible como muchos argentinos a veces quisieran- me gustaría que sean muchos
menos- que prioricemos en los intercambios comerciales y no en encontrar la
verdad sobre quiénes cometieron aberrantes hechos aquí en la Patria No hay ni una
moneda, ni cien, ni mil millones de monedas que puedan intercambiar la pérdida
de vidas y el atentado siniestro que tuvieron nuestros compatriotas, no tengan
ninguna duda que entre las monedas y la vida estamos por la vida,
indeclinablemente.
Señor Presidente, amigos de la comunidad,
gracias como argentino, como Presidente circunstancial de los argentinos, de
permitirme poder acompañarlos hoy. Yo no tengo un pie en cada lado, ni hago el
equilibrismo de los diplomáticos para tratar de quedar bien con uno y con otro,
yo quiero junto a ustedes trabajar por la justicia y la verdad.
Un abrazo muy grande.
NESTOR KIRCHNER
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