DISCURSO EN LA CUMBRE DE JEFES DE
ESTADO Y PRESIDENTES DEL MERCOSUR, EN LA CIUDAD DE RÍO DE JANEIRO, REPUBLICA DEL BRASIL
Néstor Kirchner
[19 de Enero de
2007]
Señor Presidente de la República Federativa
del Brasil; señores jefes de Estado y delegaciones; señor Presidente de la Comisión de
Representantes Permanentes del MERCOSUR; señoras y señores: quiero comenzar
expresando mis sinceras felicitaciones a nuestro anfitrión, el presidente Lula
y agradeciendo la hospitalidad de su gente, felicitarlo por su gestión al
frente de la presidencia protempore y también por la confianza que en este
querido amigo depositó el pueblo brasileño al consagrarlo una vez más
presidente de esta hermana República.
Aprovecho para transmitirles a ustedes mi convicción de que en toda nuestra región se está abriendo paso a paso, con fuerza y apoyo popular, un nuevo capítulo político. En este nuevo capítulo inscribo y saludo los triunfos electorales del presidente Hugo Chávez Frías en Venezuela y del presidente del Ecuador, don Rafael Correa, un capítulo en el que nuestros pueblos expresan su disposición para el cambio; su fuerte opción por la igualdad y en consecuencia, están exigiendo de sus gobernantes que los representen fielmente, que defiendan sus intereses y pongan la cuestión de la justicia social, la redistribución del ingreso y la equidad en el centro de sus agendas. Un capítulo en el que nuestros pueblos advierten que el atajo de la liberalización indiscriminada no traerá prosperidad a nuestras sociedades. Se niegan a admitir tutelajes y reclaman la promoción del desarrollo para obtener bienestar derivado del trabajo digno y decente.
Aprovecho para transmitirles a ustedes mi convicción de que en toda nuestra región se está abriendo paso a paso, con fuerza y apoyo popular, un nuevo capítulo político. En este nuevo capítulo inscribo y saludo los triunfos electorales del presidente Hugo Chávez Frías en Venezuela y del presidente del Ecuador, don Rafael Correa, un capítulo en el que nuestros pueblos expresan su disposición para el cambio; su fuerte opción por la igualdad y en consecuencia, están exigiendo de sus gobernantes que los representen fielmente, que defiendan sus intereses y pongan la cuestión de la justicia social, la redistribución del ingreso y la equidad en el centro de sus agendas. Un capítulo en el que nuestros pueblos advierten que el atajo de la liberalización indiscriminada no traerá prosperidad a nuestras sociedades. Se niegan a admitir tutelajes y reclaman la promoción del desarrollo para obtener bienestar derivado del trabajo digno y decente.
El mapa político ha cambiado mucho en los
últimos años, esos cambios ya se expresan en la integración del MERCOSUR, el
ingreso de Venezuela y la solicitud de ingreso que ha hecho la hermana
República de Bolivia -que vemos con muchísimo agrado dacha solicitud- están
mostrando que el MERCOSUR se ha convertido en un interesante polo de atracción,
futuro y de proyección estratégica, el MERCOSUR es una verdadera esperanza para
el continente. La Argentina
cree profundamente en este proyecto de integración, lo ha apoyado aún en los
momentos más difíciles y ha realizado los mayores esfuerzos que le han sido
posibles a efectos de avanzar en la dirección de la consolidación y el progreso
del Bloque, tanto desde el punto de vista comercial como institucional y
social.
Hemos dicho que el MERCOSUR y la integración
latinoamericana conforman el núcleo de nuestro proyecto político-regional, y
hemos destacado la importancia de profundizar y extender el MERCOSUR como
camino necesario hacia una amplia integración latinoamericana. Propiciamos un
MERCOSUR más concentrado en lo productivo y más alineado con las necesidades de
nuestro pueblo. No cedemos en esfuerzos por complementar nuestras economías y
hacer más competitiva la región en su conjunto. Creemos que con más
emprendimientos de infraestructuras comunes el MERCOSUR mejorará, creceremos
más, con más articulación macroeconómica y más avances hacia una futura
integración y unidad monetaria.
Somos partidarios de un MERCOSUR cuya
construcción avance de manera constante, teniendo como principal motivación los
intereses concretos que presentan la realidad de cada uno de los socios y de
cada uno de nuestros pueblos. Para lograrlo debemos abocarnos con energía e
imaginación a diseñar las medidas necesarias para reducir las asimetrías entre
los socios, asimetrías que son consecuencia no solamente de las diferencias de
tamaño relativo y de ubicación geográfica, sino también de las políticas
públicas que se llevan a cabo y que dificultan a los socios menores en el pleno
aprovechamiento de los beneficios potenciales de la integración. En este
sentido debemos asegurar que las medidas que sean implementadas permitan la
consolidación de un proceso general de integración productiva entre los socios,
como contraposición a iniciativas que incentiven el aprovisionamiento de
componentes de productos por parte de actores extra-zona, destinando a los
socios del MERCOSUR únicamente las tareas de ensamblaje y comercialización.
Si queremos formar parte de un proceso de
integración regional sudamericano, que evolucione en forma sólida y dinámica,
necesitamos profundizar y extender el MERCOSUR. Entendemos que este
emprendimiento hoy es el punto más alto alcanzado en la integración de nuestra
región, que con las nuevas incorporaciones se fortalece aún más y se perfila
como un actor con perfil definido en el mundo globalizado.
Nuestro bloque se ha consolidado como
promotor de la democracia en nuestra región y hoy asistimos con gran
satisfacción a la consolidación de una región cada vez más estable y
desarrollada en términos políticos, económicos y sociales. No es que nos encontremos
en un punto idílico y sin contratiempos o contramarchas, los problemas siempre
asechan a integraciones como las nuestras, pero lo cierto es que paulatinamente
se van obteniendo resultados. Estos resultados alcanzados a fuerza de voluntad
y sacrificio son los que nos han otorgado la madurez necesaria, para garantizar
las defensas de las instituciones democráticas por nuestros propios medios.
El MERCOSUR se propuso conformar un espacio
creador de soluciones y de buenos entendimientos. Queremos continuar siendo un
factor de paz y de concordia en esta zona del mundo. Nuestros enérgicos
reclamos por condiciones de comercio más justas y equitativas no son
operaciones ideológicas ni demagógicas, son nuestra interpretación del interés
nacional y regional.
El MERCOSUR ha obtenido en los últimos
tiempos resultados significativos en los más diversos aspectos. Para destacar
sólo algunos de ellos hago referencia al incremento de la calidad institucional
y al fortalecimiento de la institucionalidad, que implica la creación y puesta
en marcha del Parlamento del MERCOSUR. Sumo el avance de la aprobación de los
primeros proyectos de infraestructuras a ser financiados por el Fondo para la
convergencia estructural del MERCOSUR. Agrego la definición de los lineamientos
que regirán el código aduanero común, los numerosos acuerdos comerciales que
han sido suscriptos o están siendo negociados con países o bloques de diversas
regiones del globo y los avances significativos registrados en la participación
de la sociedad civil en este proceso de integración. Amén también, los
encuentros que están realizando nuestros diferentes municipios de nuestras
naciones en ese proceso de integración, en su estado más democrático, que es
realmente fundamental y muy importante que nosotros apoyamos con mucha fuerza.
No obstante debemos reconocer al mismo
tiempo la existencia de dificultades que afectan específicamente a la industria
y al comercio de determinados estados partes y que por lo tanto, amenazan con
afectar la evolución del proceso de integración con el cual estamos
comprometidos.
En este contexto, la búsqueda de soluciones
para los problemas puntuales que afectan a cada uno de los miembros constituye
una necesidad impostergable. El MERCOSUR está exigiendo en esta instancia
particular mayores compromisos, una alta dosis de visión estratégica común, que
demanda la asimilación definitiva del concepto MERCOSUR reforzado por políticas
nacionales compatibles con este objetivo.
Solamente a partir de un ideario MERCOSUR
común será posible encontrar respuestas satisfactorias a las dificultades que
se nos presentan a corto plazo. Una parte central de los problemas del MERCOSUR
está vinculada fundamentalmente a la agenda inconclusa del bloque, como el
diciplinamiento de los incentivos otorgados a la producción y a la inversión,
que generan distorsiones importantes en las condiciones de competencia en la
región, que son por lo tanto parcialmente responsables de las asimetrías en las
condiciones productivas y comerciales que persisten en el seno del MERCOSUR.
Esta tarea de profundización del MERCOSUR
deberá asimismo contemplar el diseño de una política más equilibrada en materia
de localización de inversiones, la creación de nuevas fuentes de financiamiento
a escala regional, la consolidación de una política común en materia laboral,
la definición de una estrategia compartida en materia energética y el
perfeccionamiento del arancel externo común, lo que implica una revisión del
mismo para aquellos sectores cuyas estructuras productivas locales lo exigen.
Debemos también plantearnos hasta que punto
pretendemos alcanzar un grado significativo de coordinación macroeconómica
entre nuestros países y, en tal caso, cuáles serán los instrumentos que estamos
dispuestos a crear.
A partir de la importancia de las cuestiones
a las que me he referido no debemos olvidar que el sentido del MERCOSUR
trasciende ampliamente las derivaciones del intercambio comercial entre los
socios. Tengamos en cuenta que tenemos en nuestras manos el compromiso de la
creación de un espacio económico, político, social y cultural, que será nuestra
carta de presentación y nuestro principal instrumento para la inserción en los
más diversos ámbitos vinculados a la comunidad internacional.
Este año empieza con grandes auspicios para
el MERCOSUR, eso no tiene que hacernos olvidar los retrasos de las limitaciones
de los problemas pendientes. Pero tiene que estar claro para nosotros que el
camino para nuestros pueblos pasa por este proyecto de integración, tiene que
quedar claro que la mejor defensa de la soberanía nacional en nuestra época
pasa por el establecimiento de sólidas alianzas regionales.
Nosotros creemos profundamente en este
camino del MERCOSUR y del proceso de la integración sudamericana. Creemos que
hay dos proyectos que son centrales y fundamentales: uno, la creación del Banco
del Sur que creemos que es un instrumento financiero indispensable para
promover y para crear las herramientas necesarias que la región necesita. El
otro, a pesar de los dichos escépticos de algunos, es el gasoducto del Sur,
nosotros vemos con mucha alegría el acuerdo que están alcanzado Venezuela y
Brasil para empezar desde una punta la construcción del gasoducto del Sur.
Esperamos con Bolivia poder hacer el gasoducto del Noreste, para empezar a dos
puntas la construcción del gasoducto del Sur y que termine siendo en algunos
años la gran obra de integración que toda la región tenga para un elemento
realmente de reconversión muy importante.
También es muy importante generar grupos de
reflexión, generar un debate profundo de ideas, que nos permitan que el
MERCOSUR y el espacio de América del Sur tengan una agenda política, ideológica
sustantiva con la evolución de los tiempos.
Tenemos que mirar fuertemente y con una
calidad progresista hacia adelante, entender qué mundo afrontamos y crear con
solidez, con una capacidad estructural e intelectual que realmente represente
los intereses de nuestra región, la construcción de una vertiente que
definitivamente vea que nuestros pueblos se sienten absolutamente representados
por las necesidades que hoy nosotros tenemos que defender con toda nuestra
fuerza. Por eso igualdad, inclusión social, redistribución del ingreso y
solidaridad entre nuestros pueblos es una tarea central y fundamental.
Creo que tenemos un desafío hermoso por
delante, realmente apasionante y si somos capaces de empezar a generar las
obras de infraestructura, el Banco del Sur, el gasoducto del Sur, la moneda
única y si tenemos la capacidad de mirar estratégicamente y no quedarnos en la
coyuntura de un tiempo histórico de determinadas circunstancias, la historia
dirá que la generación de estos tiempos estuvo a la altura de lo que nuestros
pueblos necesitan.
Muchísimas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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