junio 18, 2012

Mensaje al Congreso de H. Yrigoyen para la normalización de las finanzas del país (1917)

MENSAJE AL CONGRESO PARA LA NORMALIZACION DE LAS FINANZAS DEL PAIS
Hipólito Yrigoyen
[27 de Junio de 1917]

Buenos Aires, agosto 6 de 1917.
Al Honorable Congreso de la Nación:
La hora histórica por que atraviesa el país, impone la mayor austeridad en las relaciones constitucionales de los altos poderes del Estado y la opinión nacional, avivada más que nunca por la gravedad de los problemas cuya solución reclama, está pronta a discernir a cada uno de ellos las responsabilidades correspondientes. 
De ahí que el Poder Ejecutivo se vea precisado nuevamente a dirigirse al Honorable Congreso, en demanda de las sanciones indispensables para normalizar las finanzas públicas y cumplir con los compromisos contraídos sobre el crédito de la Nación.
En el mes de diciembre del año ppdo., el Poder Ejecutivo envió al Honorable Congreso un proyecto de ley por el cual se le autorizaba a contratar un empréstito interno o externo por valor de $ 250.000.000 pesos oro sellado o su equivalente en pesos moneda nacional de curso legal, destinado a satisfacer en primer término la deuda flotante contraída a corto plazo y a invertir el excedente en obras de fomento nacional como ser: la fundación del Banco Agrícola, la colonización, intensificación de las explotaciones petrolíferas de Comodoro Rivadavia y formación de la Marina Mercante.
Se solicitó igualmente la autorización necesaria para invertir la suma de $ 16.000.000 de pesos en adquisición de semillas para ser distribuidas, entre los agricultores faltos de recursos, a consecuencia del desastre de la cosecha anterior.
El Poder Ejecutivo proyectó también un reducido impuesto a la exportación de carácter transitorio, destinado exclusivamente a obras necesarias y de utilidad general, empleando en ellas millares de obreros y resolviendo así el problema de la desocupación que ha llevado la miseria en todas sus consecuencias, a innumerables hogares que soportan sus duros trances hasta tanto llegue la hora de la nueva labor. Si dicho proyecto se hubiera convertido en ley, la población trabajadora de toda la República hubiera soportado las adversidades del estado económico reinante con relativo bienestar siquiera y los productos gravados no hubieran sentido ese pequeño impuesto por su valorización y su demanda..
No obstante los vitales intereses que esos proyectos consultaban, y a pesar de los notorios apremios del crédito externo de la República, el Honorable Congreso no lo sancionó ni ofreció otros en su substitución, malogrando así las iniciativas del Poder Ejecutivo y las oportunidades de realizar la consolidación total de la deuda flotante en forma altamente satisfactoria para el crédito público, aceptando las ofertas que el Poder Ejecutivo tenía de distintos grupos de banqueros.
Ante esa actitud el Poder Ejecutivo, como ya lo tiene dicho en defensa y amparo de la producción nacional y del desarrollo de su economía, acudió con sus recursos propios y en la medida de sus fuerzas, a prestarle la ayuda que el país conoce y valora, no sólo por su eficacia sino también por los obstáculos que tuvo que vencer para realizarla.
Millares de hectáreas del suelo argentino han recibido la simiente distribuida por el Poder Ejecutivo en tiempo oportuno, y hoy termina una cosecha, que de lograrse plena no habrá recuerdo de otra igual entre nosotros; y que aun habría sido más abundante, si el Poder Ejecutivo hubiera tenido antes los medios adecuados; porque el retardo del Honorable Congreso para pronunciarse motivó una expectativa y un retraso en las labores generales del país.
Todos los compromisos que han sido satisfechos sin mengua ni quebranto para el crédito nacional, no obstante el desequilibrio de más de cien millones de pesos con que sancionó el Honorable Congreso el presupuesto para el corriente año, la administración se encuentra paga al día en todas las reparticiones, sin haber hecho uso de crédito para ese objeto, ni haberse aumentado el importe de la deuda que existía, sino por los intereses de ella misma y la provisión de semillas, cuyo importe volverá a las arcas públicas.
A fin de que ese, desequilibrio en el presupuesto no vuelva a producirse a menos por acción del Poder Ejecutivo, éste estudia detenidamente, partida por partida, el que ha de regir para 1918, por cuyo motivo tendrá que retardar su presentación hasta breves días más.
Abiertas las sesiones del Honorable Congreso al dar cuenta el Poder Ejecutivo de la marcha general de la Administración Pública, durante el ejercicio de 1916, envió conjuntamente dos proyectos de ley, requiriendo autorización por el uno, para consolidar la deuda flotante en un, empréstito interno o externo y fundar por el otro el Banco de la República, creación impuesta por la carta fundamental y reclamada por la alta autoridad económica y financiera del país, desde que está llamada a satisfacer intensas necesidades del crédito general.
Ha transcurrido más de un mes desde que el Poder Ejecutivo enviara esos proyectos, y hasta ahora no se conoce despacho alguno de la comisión interna del Honorable Senado a cuyo estudio se entregarán, sea aceptándolos, rechazándolos o presentando otros en su substitución.
Cuando el Poder Ejecutivo desde el primer día de sus funciones se encontró con compromisos apremiantes y el Honorable Congreso no sancionó las leyes requeridas para subsanarlas, era sin duda alguna, de su deber acudir a medidas de emergencia en salvaguardia del buen concepto del crédito de la Nación; pero cuando el Honorable Congreso se encuentra reunido y cuando a designio cal Poder Ejecutivo se abstiene de enviarles proyectos tendientes al bien público, pero sin la urgencia de aquéllos, a fin de que pueda dedicar todo su tiempo a sanciones más perentorias no se explicaría la adopción de medidas que tuvieran el mismo carácter de expedientes a que acudieron las administraciones pasadas. Hay en esto una disparidad de juicios entre el Poder Ejecutivo y el Honorable Congreso para salvar las situaciones por que atraviesa el país y orientarlo definitivamente en el camino de sus verdaderos y permanentes progresos.
Las informaciones suministradas al Ministro de Hacienda por la comisión respectiva del Honorable Senado, la cual proyecta un simple despacho autorizando a extraer $ 80.000.000 de pesos moneda nacional más del Banco de la Nación, para solventar tan sólo deuda externa a corto plazo, deja al descubierto todas las demás obligaciones y exigencias que impusieron al Poder Ejecutivo ese ineludible deber de emplear todos los medios correctos a su alcance para salvar ante el mundo el crédito de la Nación.
Pero esas medidas tan justificadas por el honor y el patriotismo, que el Poder Ejecutivo siente y experimenta debidamente, no pueden constituir el procedimiento normal y permanente de la administración pública.
No obstante tan graves circunstancias, la Honorable Cámara de Diputados ocupa su tiempo en interpelar al Ministro de Hacienda, para inquirirle el estado de las finanzas y conocer el plan que sobre ellas se haya trazado el gobierno; cuando uno y otro le son notoriamente conocidos por mensajes y publicaciones que hiciera el Poder Ejecutivo, como por las explicaciones dadas al Honorable Congreso por medio de sus ministros. A la vez que formula censuras al Poder Ejecutivo por haber acudido a hacer uso del crédito en plaza substituyendo sólo acreedores a los efectos únicos y evidentes de salvaguardar, reitero, la dignidad de la Nación, comprometida en forma desconcertadora y agobiante por el régimen que ha imperado en el país.
Sobre este punto, el Poder Ejecutivo asume todas las responsabilidades y las entrega a la consideración pública para que las juzgue en la seguridad de que jamás esas intencionadas censuras ni otras algunas, llegarán a rozar la absoluta integridad de sus probidades que son de hoy en más, las que han de regir la moralidad y la legalidad del gobierno de la República.
El Poder Ejecutivo, por su parte, ha tomado las iniciativas propias de sus facultades, para responder a la reparación de todos los intereses públicos. Resta ahora, al Honorable Congreso, proceder en ejercicio de las suyas en la forma que crea más conducente a esos propósitos y en la medida del tiempo indispensable para sus satisfactorias soluciones.
H. YRIGOYEN

Fuente: “Ley 12839. Documentos de Hipólito Yrigoyen. Apostolado Cívico – Obra de Gobierno – Defensa ante la Corte”, Talleres Gráficos de la Dirección General de Institutos Penales, Bs. As 1949.-

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