NOTA AL Dr. JOAQUIN CASTELLANOS
Hipólito Yrigoyen
[5 de Enero de 1919]
Buenos
Aires, enero 5 de 1919.
A S. E., Señor Gobernador de la Provincia de Salta, Dr.
Joaquín Castellanos:
SALTA
Agradézcole
muy efusivamente su conceptuoso telegrama que fundamenta la psicología moral de
nuestras consagraciones públicas y valoro en todas sus características la
nobilidad de los móviles que lo han inspirado.
Una vez contesté a los gobiernos del «régimen» —al preguntarme sobre cuáles eran las exigencias de la opinión nacional—, que no requería sino comicios honorables y garantidos, y nada más que comicios honorables y garantidos, para ejercer los derechos políticos, desde su base y llevar a cabo la reparación moral, institucional y administrativa dela República.
Una vez contesté a los gobiernos del «régimen» —al preguntarme sobre cuáles eran las exigencias de la opinión nacional—, que no requería sino comicios honorables y garantidos, y nada más que comicios honorables y garantidos, para ejercer los derechos políticos, desde su base y llevar a cabo la reparación moral, institucional y administrativa de
V.
E., en su oportunidad, analizó ese apotegma y con su brillante imaginación lo
planteó en toda su magnitud.
Y
bien; hoy, tras largo triunfo, V. E., lo culmina, siendo el símbolo radiante de
su alta significación.
¡Qué
sublime magnanimidad hay en Dios para los que a despecho de las menguas y
miserias de la vida se mantienen en la fe de que la justicia llega al fin, y
tanto más esplendente y venturosa cuanto más austeramente se la defendió!
Es
por ello que creí siempre en la respuesta decisiva del destino en la obra que
hemos afrontado, ante la inflexibilidad de sus principios, que no podían ser
destruidos por las delincuentes maquinaciones, cuando mediaban a su impetuoso
empuje las virtudes firmes de una acción patriótica, sustentadas en las fuentes
más puras de la verdad, y exhibidas en todas las pruebas del sacrificio con
toda la dignidad de sus postulados.
El
profundo alegato de la causa pública de esa heroica y gloriosa provincia ha
tenido su sanción definitiva, ante un tribunal de honor y sabiduría tan
esclarecido, que ha llegado a merecer el reconocimiento de todos los contendientes.
De
la legítima satisfacción de V. E., deduzca la mía, y en justa identidad
inclinémonos ante los altares de la
Patria que nos han permitido realizar tan faustos
acontecimientos.
H.
YRIGOYEN
Fuente:
“Ley 12839. Documentos de Hipólito Yrigoyen. Apostolado Cívico – Obra de
Gobierno – Defensa ante la Corte ”,
Talleres Gráficos de la
Dirección General de Institutos Penales, Bs. As 1949.-
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