SEGUNDA
INTERVENCION EN EL SEMINARIO “ARGENTINA-CHINA SOCIOS PARA EL CRECIMIENTO”, EN LA CIUDAD DE SHANGHAI
Néstor
Kirchner
[1 de Julio de 2004]
Ante todo, deseo expresar mi agradecimiento
por la presencia de autoridades, empresarios y académicos que en Shanghai se
interesan en mi país y hoy nos acompañan con la expectativa de encarar acciones
conjuntas con los representantes del sector productivo argentino y del MERCOSUR
que han viajado conmigo.
Se acerca el final de mi primera visita a China y quiero compartir con ustedes, empresarios y dirigentes de ambos países, algunas reflexiones sobre mis actividades en esta gran nación que me ha recibido con tanto afecto como generosidad.
Se acerca el final de mi primera visita a China y quiero compartir con ustedes, empresarios y dirigentes de ambos países, algunas reflexiones sobre mis actividades en esta gran nación que me ha recibido con tanto afecto como generosidad.
Las reuniones que mantuve con el presidente
Hu Jintao y el premier Wen Jiabao fueron no solamente amistosas sino francas y
profundas.
En las reuniones mantenidas con el alcalde
de Shanghai, Han Zheng y sus funcionarios, el trato recibido en la Universidad de Fundan
me han endeudado en gratitud hacia esta hermosa y gigantesca ciudad.
Comprobamos que nuestra relación progresa
hacia la excelencia que queremos asegurarle dentro de un mundo más pacífico,
solidario y racional y creo que hemos realizado avances sustanciales hacia la
apertura de nuevas oportunidades para la capacidad emprendedora de ambos
países.
Como compartimos la preocupación por el
bienestar de nuestros respectivos pueblos, hemos avanzado en la profundización
de nuestras coincidencias y acordamos utilizar ideas sintetizadoras que tomen
en cuenta nuestras estructuras productivas, complementarias y la rica
diversidad de ambos países para superar los obstáculos que todavía existen en
nuestras agendas y buscar la ampliación de nuestros entendimientos en todos los
campos, para integrar nuestras economías en forma competitiva al mercado
globalizado del siglo XXI.
El crecimiento anual supera el 8 por ciento
con estabilidad en los precios, aumento del nivel de consumo, de las
exportaciones y de las importaciones, con creación de empleos y un superávit
fiscal primario sin precedentes.
Nuestro gobierno prioriza la aplicación de
una política de búsqueda de nuevos mercados y ampliación de los existentes así
como la diversificación de la exportación de su producción agroindustrial y
manufacturera, cuya sofisticación se incrementa día a día gracias a la calidad
de nuestras materias primas, la capacitación de nuestra mano de obra y la
gradual incorporación de alta tecnología.
Queremos atraer inversiones en rubros que se
distingan por sus ventajas competitivas y produzcan empleo donde hay hambre y
prosperidad, donde hoy lamentablemente todavía impera la exclusión.
En la Argentina las oportunidades de inversión,
negocios y ganancias ya no dependen del tránsito por despachos oficiales o
regulaciones dictadas a medida. Estamos abocados a garantizar transparencia y
publicidad para que los más competentes puedan participar activamente en la
reestructuración de un país que vele por el interés de sus habitantes y sea
previsible y confiable para sus socios.
Desde el inicio de mi gestión, entre los
objetivos del gobierno hemos fijado el de la búsqueda de un relacionamiento más
intenso, más diversificado y más profundo con China.
Desde hace cincuenta años somos proveedores
confiables en una relación comercial que se ha fortalecido a pesar de distintas
crisis internacionales, evidenciando un crecimiento notable en la última
década.
Para citar solamente las últimas cifras, el
comercio global bilateral en el primer trimestre de 2003 llegaba a 287 millones
de dólares mientras que en el mismo período del año en curso ascendió a 605
millones de dólares. Estas cifras son el resultado de un trabajo conjunto
realizado por los gobiernos y los pujantes sectores privados de ambos países.
Creo que constituyen una ratificación del
acierto del camino emprendido y, a la vez, el mejor estímulo para fortalecerlo.
Mi aspiración es que a partir de ahora demos
otro paso hacia delante, que sigamos profundizando nuestros vínculos sobre
bases serias, maduras y de mutua conveniencia para transformarnos en socios que
buscan con imaginación la ampliación de sus entendimientos en todos los
aspectos, haciendo buen uso de los medios que hoy tenemos a nuestro alcance
para comunicarnos más y mejor e intercambiar bienes, tecnología y servicios en
cantidades sin precedentes en la historia humana.
Ello contribuirá a aumentar drásticamente
las posibilidades de progreso de nuestros respectivos pueblos.
Estoy seguro de que los avances realizados
durante las reuniones que hemos mantenido con las autoridades en Beijing y
Shanghai, tanto yo como los funcionarios que me acompañan, se traducirán
rápidamente en hechos para facilitarles a ustedes, los hombres de empresa, más
y mejores oportunidades de complementación.
Confío en que los contactos directos que
ustedes han tenido con sus contrapartes fructifiquen exitosamente y a breve
plazo puedan hacer realidad nuevas ideas de provecho mutuo para ambos pueblos.
Queremos que la relación asociativa y de
cooperación con la
República Popular China ocupe un lugar importante entre las
políticas de Estado.
China es el primer país del Asia que visito,
lo hago acompañado por los gobernadores de las más importantes provincias de
Argentina, que a su vez representan a nuestro Norte, nuestro Centro y nuestro
Sur geográfico.
Ello, y la presencia aquí de más de 270
empresarios de Argentina y del MERCOSUR, dan un claro testimonio del interés
que suscitan en el gobierno y en nuestro sector privado la relación con la República Popular
China y las nuevas perspectivas que abren los acuerdos que celebramos.
Este interés no es nuevo. La República Argentina
fue el primer país latinoamericano en establecer canales de cooperación con
China ya desde 1920.
Mediante negociaciones realizadas más
adelante, en la entonces Berlín Oriental, en 1953 se acordaron las primeras operaciones
comerciales, consistentes en envíos de trigo, extracto de quebracho y lana
argentinos, mientras se enviaba bauxita calcinada desde China. La República Argentina
y la República
Popular China han sido proveedores confiables.
El intercambio ha crecido continuadamente
desde entonces, de modo que hoy la República Popular China es uno de los cuatro
principales socios comerciales de la Argentina , y el primero en la región
Asia-Pacífico.
En estos días de intenso trabajo hemos
arribado a seis convenios de importancia que demuestran el mutuo interés y la
mutua conveniencia en contactos de este tipo: la República Popular
China ha declarado a la
República Argentina como “destino reconocido de turismo”,
suscribimos el “acuerdo para el transporte aéreo civil”. Se firmó el convenio
de cooperación en Salud y Ciencias Médicas así como el memorándum de
entendimientos sobre inversiones; un memorándum sobre bioseguridad, un acuerdo
sobre cítricos dulces y negociamos otro para el ingreso de manzanas, peras y
limones. Se firmó la carta de intención sobre cooperación en obras de la Carretera y del Túnel
del “Paso de Agua Negra” y se firmó el programa de cooperación cultural
2004-2007.
Todos ellos componen un auspicioso ejemplo
de las posibilidades que ofrece una más estrecha acción bilateral con presencia
directa de los sectores privados y públicos interesados.
Creemos que están dadas las condiciones para
que una profundización de la relación bilateral, sin limitarse a lo comercial,
nos permita construir un futuro mejor para nuestros pueblos.
Las formas asociativas que promovemos
tienden a aprovechar los aspectos complementarios de nuestras estructuras
productivas.
Compartimos con esta gran nación un pasado
de importantes coincidencias, de respeto mutuo y fructífero intercambio con
renovado impulso desde la normalización de las relaciones diplomáticas en 1972.
Sin confrontaciones en lo bilateral, con
coincidencias en nuestra agenda internacional, debemos incrementar aún más las
relaciones bilaterales.
El acortamiento de las distancias que
implica la globalización se nos presenta como una gran oportunidad para
construir una asociación entre China y la Argentina , que resulte tributaria y potenciadora
de las políticas económicas de crecimiento económico con equidad social, en la
que ambos gobiernos estamos empeñados.
Por nuestra parte, promovemos el
acercamiento y la apertura económico comercial tanto en forma bilateral como
dentro de grupos de países como el G20 y el MERCOSUR, buscando eliminar
prácticas distorsivas y plasmar una estrategia de crecimiento que permita
alcanzar una mayor generación de empleo, un impacto más equitativo en nuestras
economías regionales y una mayor participación de nuestras pequeñas y medianas
empresas.
Nos planteamos un camino de complementación
productiva con China, una asociación para el crecimiento en la que la Argentina tenga un rol
que aproveche la complementariedad existente entre las respectivas estructuras
productivas, trabajando de manera conjunta para el desarrollo de los recursos naturales
y la elaboración de los bienes y servicios que satisfagan las crecientes
necesidades del consumo de la población.
En este contexto, consideramos que existe
una situación propicia para que ambos países desarrollen una relación
mutuamente provechosa, haciendo uso de las respectivas ventajas competitivas y
aprovechando la complementariedad existente en nuestras estructuras
productivas.
Nuestros productos y empresarios tienen una
aquilatada experiencia en materia de innovación tecnológica. En el sector, ello
nos ha permitido acortar los plazos de producción, mejorar la eficiencia de las
cosechas y duplicar la producción cada 10 años; estos plazos podrían incluso
ser menores con mayores inversiones en el desarrollo de la biotecnología.
Será por ello importante el acuerdo en
materia de biotecnología agrícola y bioseguridad, que fortalezca el intercambio
y la cooperación en estos ámbitos y facilite el movimiento transfronterizo de
organismos genéticamente modificados.
Debemos trabajar en la definición de
esquemas asociativos en el área de ciencia y tecnología, por ejemplo en el
desarrollo de germoplasma de trigo y soja, encarar estudios conjuntos sobre
genómica y bioinformática, facilitar la capacitación de técnicos chinos en
nuestro país y desarrollar y transferir técnicas para pequeños productores en
siembra directa, genética animal, manejo de pasturas, métodos de producción y
coordinación de aspectos sanitarios.
En el área tecnológico-industrial nuestro
país también posee la capacidad y las condiciones necesarias para ingresar en
el mercado chino. Contamos con un capital humano altamente calificado en el
desarrollo de software y tecnologías de la información.
Fuertes lazos de cooperación tecnológica
entre el Gobierno, las empresas y universidades nacionales, han logrado avances
que combinan bajos costos de producción, altos estándares de calidad y un
avanzado desarrollo.
Resultará mutuamente provechosa la
vinculación de los sectores públicos y privados de ambos países mediante un
acuerdo macro que favorezca el desarrollo y la promoción de emprendimientos
conjuntos.
En el marco de la utilización pacífica de la
energía nuclear, nuestro país busca incrementar la cooperación entre la Comisión Nacional
de Energía Atómica y las empresas.
En lo inmediato, es posible la venta y
transferencia de tecnología para la fabricación de Cobalto 60, la provisión de
agua pesada a las centrales de potencia chinas y la provisión a las centrales
de potencia de combustible nuclear.
A mediano plazo, nos interesa la participación
o colaboración en la construcción de centrales de potencia y reactores de
investigación, junto con la provisión de combustibles de mayor densidad para
reactores de investigación y centros de medicina nuclear, así como el
desarrollo de un reactor innovativo conjunto.
En el área de transporte, con un acuerdo de
servicios aéreos, se facilitará el establecimiento de los vínculos entre ambos
países, y debemos trabajar activamente en el campo del transporte y mejora del
parque ferroviario, con la finalidad de impulsar el desarrollo del sector y
coordinar acciones para la reactivación de talleres ferroviarios.
En cuanto a transporte marítimo, mucho
debemos avanzar en el intercambio de tecnologías y cooperación en materia de
puertos y astilleros, por cuanto lo que aquí adelantemos irá en beneficio de la
integración.
En lo relativo al sector foresto-industrial,
existe potencial para la expansión de la asociatividad entre ambos países,
atento las fortalezas que posee la
Argentina en este campo. Nuestro país se especializa en el
diseño y la producción de máquinas para el trabajo de la madera en los
aserraderos, posee un marco regulatorio avanzado y acceso por vías navegables a
los puertos oceánicos, lo que abarata los costos de transporte.
Respecto de la industria minera y la
energía, la vastedad de los recursos de nuestro país tanto por su variedad como
por su importancia serán con seguridad crecientemente demandados por la
industria china y, al igual que otros sectores ya mencionados, pueden ser
objeto de interesantes joint ventures en un futuro próximo. En este plano,
debemos trabajar en la complementación de las acciones tanto para la obtención
de materias primas como para su desarrollo e industrialización.
Debemos incrementar nuestro intercambio,
avanzando en el aprovechamiento de aquellos sectores con mayor
complementariedad comercial, identificando los productos donde las
especializaciones y las necesidades coincidan.
En esta apretada síntesis tratamos de
enunciar los puntos de asociación que están más a la vista, lo que no significa
ni minimizar ni desechar otros que existen, en materias tales como salud
-respecto de lo que avanzaremos hoy- y educación.
El mundo observa con interés lo que ocurre
en China. Vemos como este país crece exitosamente mientras busca un equilibrio
entre los valores que orientan su rica civilización y la valentía y la audacia
necesarias para incorporarse al vertiginoso proceso de aceleración histórica
que nos toca vivir.
Los grandes avances tecnológicos de fines
del siglo XX, particularmente en el ámbito de las comunicaciones y del
transporte facilitan significativamente los contactos entre sociedades antes
distantes, tanto cultural como físicamente, generando efectos positivos en
términos económicos y sociales.
Lo que apuntamos nos brinda la oportunidad y
la posibilidad de intercambiar bienes, tecnología y servicios en cantidades sin
precedentes y ello debe servir para aumentar notablemente las posibilidades de
nuestros pueblos.
Nuestro viaje llega a su fin. Ha sido esta
la más importante misión comercial de la República Argentina
a la República
Popular China. La integración de más de 270 empresas de 12
sectores productivos, la realización de más de 700 encuentros de negocios con
empresas chinas, muestran con hechos el interés asociativo existente entre
nuestros países.
Les agradezco a las autoridades chinas y a
sus empresarios la importante participación y la predisposición que han
mostrado; agradezco a los señores gobernadores y diputados que han integrado
nuestra delegación; felicito a los empresarios y a los funcionarios que
quitaron horas al descanso para que los convenios se firmaran en las mejores
condiciones; también, mi profunda satisfacción por lo que muestra el avance que
van logrando en sus relaciones la República Popular China y la Argentina y ya se
anunció el viaje del señor presidente de la República Popular
China a nuestro país para noviembre, donde esperamos reiterar y profundizar las
relaciones entre los empresarios chinos y argentinos.
Esto muestra con claridad que en la larga
reunión que mantuve con el presidente de la República de China hubo
muchas coincidencias; tuvimos coincidencias en políticas nacionales e
internacionales, en aspectos económicos, políticos, culturales y comerciales
que marchan decididamente a lograr acuerdos superadores entre la relación
Argentina y China y entre China y Argentina.
Quiero decir que estas horas que han
sacrificado los empresarios argentinos y chinos y las autoridades de ambos
países, no han sido en vano ya que encuentran rápida recepción en los gobiernos
de ambas naciones, que estamos marcando un rumbo en forma absolutamente
heterodoxa y distinta. Aspiramos a consolidar fuertemente las relaciones con el
MERCOSUR. Mientras se van conciliando las relaciones con el MERCOSUR, apostamos
como lo hicimos con el señor presidente de la República de China, a
consolidar la hermandad bilateral que haga que entre China y la Argentina se generen
inversiones, producción y trabajo, un amplio intercambio de tecnología y
proyectos que nos permitan dar respuestas a la construcción de un nuevo orden
internacional económico en el que Argentina y China tienen un rol fundamental
para jugar.
Por eso les digo con profunda satisfacción,
después de la reunión que tuve en la Universidad de Fudan, debo agradecer en nombre
del pueblo argentino porque en ese nombre he recibido este título Honoris
Causa, porque bajo ningún aspecto lo hice de manera subjetiva y personal. La
charla con los profesores y los alumnos de dicha Universidad han demostrado un
gran conocimiento de la
Argentina ya que pudimos hablar de los problemas de China, de
la Argentina
y de la problemática internacional; pude ver la pluralidad de ideas en dicha
Universidad y salimos profundamente satisfechos porque cada cosa que vimos, que
hemos ido viendo en la
República de China, muestra un avance, un futuro claro y
concreto construido en base a la rica historia que tiene esta querida nación.
Quiero terminar agradeciendo
fundamentalmente todo el trato, toda la capacidad de decisión, toda la idea de
lograr éxitos, porque por lo que vi, el gobierno de la República Popular
China y sus empresarios tienen éxitos. Los argentinos también hemos salido del
fatalismo permanente de que las cosas no pueden salir y hoy conformamos una
clase dirigente dispuesta a construir éxitos y un empresariado que quiere
mostrarse al mundo con capacidad para lograr la consolidación económica que la República Argentina
está llevando adelante y quiere ser motor de la transformación, lo cual a
nosotros nos enorgullese. Sabemos que ese es el rumbo que tiene nuestro país
para consolidarse definitivamente y nos alienta a mostrar al mundo para que
vean realmente las calidades y las cualidades de la Argentina.
Señoras, señores: muchísimas gracias;
convoco a trabajar por la profundización de todo el trabajo que hemos llevado
adelante y más allá de todas las cuestiones que se puedan intercambiar entre
las distintas provincias y los distintos empresarios, en noviembre los
argentinos recibiremos a la hermana República Popular China en el nombre de su
presidente, con los brazos abiertos para construir el destino que nuestras
naciones se merecen.
Muchísimas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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