noviembre 04, 2009

«Por el radicalismo a la soberanía popular. Por la soberanía nacional a la emancipación del pueblo argentino».

F. O. R. J. A. [1]
«Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina»
Declaración Fundacional Aprobada en su Asamblea Constituyente
[29 de Junio de 1935]

Somos una Argentina Colo­nial: queremos ser una Argenti­na Libre.
La Asamblea Constituyente de la Fuerza de Orientación Radi­cal de la Joven Argentina, con­siderando:
1) Que el proceso histórico argentino en particular y lati­noamericano en general, revelan la existencia de una lucha per­manente del pueblo en procura de su Soberanía Popular, para la realización de los fines emanci­padores de la Revolución Ameri­cana, contra las oligarquías como agentes de los imperialismos en su penetración económica, polí­tica y cultural, que se oponen al total cumplimiento de los destinos de América.
2) Que la Unión Cívica Ra­dical ha sido desde su origen la fuerza continuadora de esa lu­cha por el imperio de la Sobera­nía Popular y la realización de sus fines emancipadores-
3) Que el actual recrudeci­miento de los obstáculos opuestos al ejercicio de la voluntad popu­lar, corresponde a una mayor agudización de la realidad co­lonial, económica y cultural del país;
Declara:
1) Que la tarea de la nueva emancipación sólo puede reali­zarse por la acción de los pue­blos.
2) Que corresponde a la Unión Cívica Radical ser el ins­trumento de esa tarea, consumando hasta su totalidad la obra
3) Que para ello es necesario en el orden interno del partido dotarlo de un estatuto que, esta­bleciendo el voto directo del afi­liado auténtico y cotizante, ase­gure la soberanía del pueblo ra­dical, y en orden externo, precisar las causas del enfeudamiento argentino al privilegio de monopolios extranjeros, proponer las soluciones reivindicado y adoptar una táctica y los métodos de lucha adecuados a naturaleza de los obstáculos que se oponen a la realización de los destinos nacionales.
4) Que es imprescindible lu­char dentro del partido, para que éste recobre la línea de principismo e intransigencia que lo caracterizó desde sus orígenes, única forma de cumplir incorruptiblemente los ideales que le dieron vida y determinan su perduración histórica al servicio de la Nación Argentina.
Dentro de estos conceptos y, tales fines, la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina, FORJA, abre sus puertas a los radicales y particularmente a los jóvenes que aspiran a intervenir en la construcción de la Argentina grande y libre soñad­a por Hipólito Yrigoyen.
«Por el radicalismo a la soberanía popular.
Por la soberanía nacional a la emancipación del pueblo argenti­no».
Arturo Jauretche; Luis Dellepiane; Manuel Ortiz Pe­reyra; Gabriel del Mazo; Juan B. Fleitas; Homero Mancione (Manzi)

[1] Se ha dicho que este movimiento renovador exhibía entre sus rasgos tipificadores: 1) Un retorno a la doctrina nacionalista de Yrigoyen y al contenido originario de los postulados ideológicos de la Reforma Universitaria de 1918; 2) Su pensamiento es por un lado enteramente argentino por su enrizamiento con el doctrinarismo de Yrigoyen, e hispanoamericano, por otra lado, bajo la influencia de Manuel Ugarte y Víctor Raúl Haya de la Torre; 3) Sostiene la tesis de la revolución hispanoamericana, en general, y Argentina, en particular, asentada en las masas populares; 4) Es un movimiento ideológico de la clase media Universitaria de Buenos Aires, con posteriores ramificaciones en el interior del país y 5) Finalmente, en su posición antiimperialista enfrenta tanto a Gran Bretaña como a los Estados Unidos en un doble enfoque, nacional y latinoamericano. No obstante, también se ha subrayado que quizás haya sido su aporte fundamental su sistematización del método de observación política de la realidad argentina y mundial, incorporando a los hábitos del pensamiento argentino la capacidad de ver el mundo desde nosotros y para nosotros, cosa que para entonces ya habían hecho los antiguos federales y el radicalismo yrigoyenista, si bien, sin sistematización científica. Tuvo notoria en la política nacional, aunque, su vida como movimiento fue efímera: 10 años (1935-1945), pudiendo dividirse en dos etapas. La primera del 35 al 40, presidida por Luis Dellepiane, enfrentado al alvearismo y sin resultados electorales y la segunda desde el 40 al 45, presidida por Arturo Jauretche, donde esa situación hace crisis e impone en una Asamblea su separación de la U.C.R. El movimiento se disuelve en 1945 con la aparición del peronismo adonde fueron algunos de sus integrantes, mientras que otros regresaron al partido insertándose en el Movimiento de Intransigencia y Renovación que llegaría a gobernar la UCR en 1948. Así se advierte su influencia desde que esta agrupación contribuyó al enriquecimiento ideológico de los dos grandes partidos nacionales.

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