diciembre 25, 2009

Discurso de Perón con motivo del ataque del ERP a la Guarnición Militar de Azul (1974)

DISCURSO LEÍDO DESDE OLIVOS, TRASMITIDO EN CADENA RADIAL Y TELEVISIVA, CON MOTIVO DEL ATAQUE GUERRILLERO DEL E.R.P A LA GUARNICIÓN MILITAR AZUL [1]
Juan Domingo Perón
[22 de Enero de 1974]

Me dirijo a todos los argentinos frente al bochornoso hecho que acaba de ocurrir en la provincia de Buenos Aires, en la localidad de azul, en el Regimiento de Tiradores Blindados C-10, donde una partida de asaltantes terroristas realizara un golpe de mano, mediante el cual asesinaron al jefe de la unidad, coronel don Camilo Gay, y a su señora esposa, y luego de matar alevosamente a soldados y herir a un oficial y suboficial, huyeron llevando como rehén al teniente coronel Ibarzábal.
Hechos de esta naturaleza evidencian elocuentemente el grado de peligrosidad y audacia de los grupos terroristas que vienen operando en la provincia de Buenos Aires ante la evidente desaprensión de sus autoridades. El Gobierno del Pueblo, respetuoso de la Constitución y la ley, hasta hoy ha venido observando una conducta retenida frente a esos desbordes guerrilleros que nada puede justificar en la situación que vive la Republica.
Tampoco desde nuestro movimiento hemos querido producir un enfrentamiento, desde que anhelamos la paz y propendemos a la unión y solidaridad de todos los argentinos, hoy ocupados en la reconstrucción y liberación nacional. Pero todo tiene su límite. Tolerar por más tiempo hechos como el ocurrido en azul, donde se ataca una institución nacional con los más aleves procedimientos, está demostrando palmariamente que estamos en presencia de verdaderos enemigos de la patria, organizados para luchar en fuerza contra el Estado, al que a la vez infiltran con aviesos fines insurreccionales.
Nuestro Ejército, como el resto de las Fuerzas Armadas, que han demostrado su acatamiento a la Constitución y a la ley en provecho de una institucionalización, no merecen sino el agradecimiento del pueblo argentino que, frente a lo ocurrido, deba sentirse herido en lo mas profundo de sus sentimientos patrióticos.
Ya no se trata sólo de grupos de delincuentes, sino de una organización que, actuando con objetivos y dirección foráneos, ataca al Estado y a sus Instituciones como medio de quebrantar la unidad del pueblo argentino y provocar un caos que impida la reconstrucción y la liberación en que estamos empeñados. Es la delincuencia asociada a un grupo de mercenarios que actúan mediante la simulación de móviles políticos tan inconfesables como inexplicables.
“En consecuencia, ni el Gobierno, que ha recibido un mandato popular claro y plebiscitario, ni el pueblo argentino, que ha demostrado con creces su deseo de pacificación y liberación, pueden permanecer inermes ante estos ataques abiertos a su decisión soberana, ni tolerar el abierto desafío a la autoridad, que pone en peligro la seguridad de la ciudadanía, cada día expuesta a la acción criminal de esta banda de asaltantes.
No es por casualidad que estas acciones se produzcan en determinadas jurisdicciones. Es indudable que ellos obedecen a una impunidad en la que la desaprensión e incapacidad lo hacen posible, o lo que sería aún peor, si mediara, como se sospecha, una tolerancia culposa.
En consecuencia, el Gobierno Nacional, en cumplimiento de su deber indeclinable, tomará de hoy en mas las medidas pertinentes para atacar al mal en sus raíces, echando mano a todo el poder de su autoridad y movilizando todos los medios necesarios.
El Movimiento Nacional Justicialista movilizará, asimismo, sus efectivos para ponerlos decididamente al servicio del orden y colaborar estrechamente con las autoridades empeñadas en mantenerlo.
Pido, asimismo, a todas las fuerzas políticas y al pueblo en general, que tomen partido activo en la defensa de la República, que es la afectada en las actuales circunstancias. Ya no se trata de contiendas políticas parciales, sino de poner coto a la acción disolvente y criminal que atenta contra la existencia misma de la patria y sus instituciones, que es preciso destruir antes de que nuestra debilidad produzca males que pueden llegar a ser irreparables en el futuro.
Pido igualmente a los compañeros trabajadores una participación activa en la labor defensiva de sus organizaciones, que tanto, ha costado llevarlas al clima magnifico de su actual funcionamiento. Esas organizaciones son también objeto de la mirada codiciada de estos elementos, muchas veces disfrazados de dirigentes. Cada trabajador tiene un poco de responsabilidad en esa defensa, y espero confiado, porque los conozco, que las sabrán defender como lo han hecho en todas las ocasiones.
El aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal es una tarea que compete a todos los que anhelamos una patria justa, libre y soberana, lo que nos obliga perentoriamente a movilizarnos en su defensa y empeñarnos decididamente en la lucha a que dé lugar. Sin ello, ni la reconstrucción nacional ni la liberación serán posibles.
Yo he aceptado el gobierno como un sacrificio patriótico porque he pensado que podría ser útil a la República. Si un día llegara a persuadirme de que el pueblo argentino no me acompaña en ese sacrificio, no permanecería un solo día en el gobierno. Entre las pruebas que he de imponer al pueblo es esta lucha. Será pues la actitud de todos la que impondrá mi futura conducta. Ha parado la hora de gritar Perón; ha llegado la hora de defenderlo”.
JUAN DOMINGO PERON

[1] Este discurso contundente de Perón fue en respuesta al ataque del EJERCITO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO (ERP), organizado por Roberto Santucho y dirigido por Enrique Gorriarán Merlo, a una de las unidades militares más grandes y poderosas del país: el Regimiento 10 de Caballería Blindada y el Grupo de Artillería Blindada 1, con sede en Azul, provincia de Buenos Aires, donde asesinaron soldados y al Coronel Camilo Gay y a su esposa delante de sus hijos, y se llevaron secuestrado al Teniente Coronel Ibarzabal, cuyo cadaver seria encontrado meses despues, adentro de una bolsa de nylon, cuando solo pesaba poco mas de 40 kilos, con evidentes signos de haber sido torturado.
El presidente se dirigió al pais con motivo de los sangrientos hechos de Azul, con el más breve y rotundo de sus mensajes, desde que asumiera el poder unos pocos meses atrás. El discurso, fue leído en Olivos por el teniente general Juan Domingo Perón –quien vestía uniforme- y salió al aire por la cadena nacional de radio y televisión a las 21.08 del domingo último. Acompañaban al Jefe de Estado, la Vicepresidente, señora María Estela Martínez de Perón –quien se ubicó al lado de su esposo- , cinco ministros (Interior, Relaciones Exteriores, Economía, Defensa y Bienestar Social). Los tres comandantes generales de las Fuerzas Armadas, el titular de la Cámara de diputados, dos miembros del Consejo Superior del Movimiento Justicialista, así como los secretarios generales de la Confederación General del Trabajo y las 62 Organizaciones.
Dos días después, el 22 de enero, Perón dirigió una carta “A los jefes, oficiales, suboficiales y soldados de la Guarnición de Azul”. Les habló como “soldado experimentado luego de más de sesenta años de vida en la Institución” y los felicitó por el “heroico y leal comportamiento con que han afrontado el traicionero ataque de la noche del sábado (…)”.
Y después aseguró que la decisión de las grandes mayorías de hacer una revolución en paz, “harán que el reducido números de psicópatas que van quedando sea exterminado uno a uno para el bien de la República”. Y terminaba: “Quiera Dios que el heroico desempeño de todos ustedes nos sirva siempre de ejemplo”.
Por primera vez, el Presidente hablaba de “aniquilar” y “exterminar uno a uno” a los guerrilleros.

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