DISCURSO EN LA ASAMBLEA DEL PARTIDO SOCIALISTA QUE RESUELVE LA EXPULSION, REALIZADA EN EL TEATRO DEL PUEBLO EN MILAN
“Me odiáis porque todavía me amáis” [1]
Benito Mussolini
[25 de Noviembre de 1914]
Ustedes son más rigurosos que los jueces burgueses que admiten el derecho a la defensa;… una defensa más amplia, más completa, incluso, donde después de la sentencia admiten diez días para fundar un recurso. Si lo deciden, si creen que soy indigno de militar entre ustedes... directamente expulsenme, pero tengo el derecho a reclamarles un acto de acusación formal y completa. Sin embargo, en esta asamblea, el acusador todavía no ha establecido si es un asunto político o una cuestión moral. Así es que voy a ser guillotinado con una orden del día que no dice nada de lo que tenía que decir: «Usted es indigno por estas y estas razones», entonces yo habría aceptado mi destino. Pero de esto nada se ha dicho, y muchos de ustedes, si no todos, saldran de aquí con una conciencia perturbada.
En cuanto a la cuestión moral, repito una vez más que estoy dispuesto a someterme a cualquier comisión investigadora, investigación e informes.
En cuanto a la cuestión disciplinaria diré que esta no ha sido planteada porque no hay un ejemplo anterior, no abstante, que yo no invoque, porque me siento seguro, porque tengo la conciencia tranquila. Ustedes creen que están firmando mi partida de defunción pero están muy equivocados. Hoy me odian, porque en le fondo de sus corazones, todavía me aman.
Pero todavía les falta ver mucho de mí. Doce años de vida en mi partido es garantía suficiente de mi fe en el socialismo. El socialismo es algo que esta arraigado a mi corazón. Lo que me separa de ustedes hoy no es una pequeña disputa, es una cuestión muy importante que divide en realidad a todo el socialismo.
Amilcare Cipriani, sobre cuyo nombre hemos hecho una maravillosa lucha al sexto colegio, (¿recuerdan aquella gran lucha?),… Amilcare Cipriani ya no podrá ser su candidato porque él ha dicho, verbalmente por escrito, que si sus setenta y cinco años se lo permitieran, él estaría en las trincheras de lucha contra la reacción militar europea, que sofoca la revolución.
El tiempo probará quien estaba en lo cierto, y quién estaba equivocado en este formidable dilema que hoy provoca una confrontación tal en el socialismo, que nunca antes había ocurrido en la historia de la humanidad, como tampoco antes había habido una conflagración tal en el cual millones de proletarios se encuentran enfrentados los unos contra los otros.
Esta guerra, que tiene muchos puntos de contacto con las del período Napoleónico, no es algo que suceda todos los días, Waterloo ocurrió en 1814; tal vez 1914 vea rodar otros principios, y tal vez sea testigo de la salvación de la libertad y el comienzo de una nueva era en la historia del mundo, especialmente en la historia del proletariado que en los momentos críticos, me ha encontrado aquí, con ustedes, del mismo lado.
Pero les digo que desde ahora, jamás ordenaré ni tendré piedad alguna para quienes se muestren reticentes, para los cobardes los hipócritas. Y yo seguiré de este lado. No tienen que creer que las clases medias apoyan nuestra intervención. Ellos nos señalan y acusan de temerarios, y temen que el proletariado, una vez armado con bayonetas, las utilicen a su antojo.
No crean que porque me quitan el carnet de miembro del partido también van a quitarme la fe en la causa, o que van a impedir que siga trabajando por el socialismo y por la revolución.
Milán, 25 de Noviembre de 1914
BENITO MUSSOLINI
[1] Este premonitorio discurso corresponde a la época en que Mussolini integraba al Partido Socialista, como uno de sus principales dirigentes y, además, era redactor de la revista “AVANTI” del partido, pero es expulsado del mismo por cuanto, contra la opinión generalizada del partido, él alentaba (edición del 18 de octubre de 1914) la intervención de Italia en la guerra.
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