CARTA PASTORAL
¿CON QUÉ CARA SE PRESENTA EL AÑO NUEVO?
“Sería fatal una Iglesia funcional al estado”
Mons, Joaquín Piña, obispo de Puerto Iguazú
[1 de enero de 2006]
Hermanos y amigos:
Aunque me queda pendiente, y espero hacerlo en los próximos domingo de este mes de enero, el resumen –comentario de la Carta de los Obispos en la última Asamblea, sobre la Doctrina Social de la Iglesia en la actual situación del país, me parece que alguna reflexión corresponde en el día de hoy, sobre el año que dejamos atrás, y el que vamos a estrenar.
Al despedir el 2005, creo que es justo reconocer que ha habido una cierta recuperación económica; y por lo que toca en particular a los de Iguazú, un sensible aumento de la afluencia turística, que evidentemente nos favorece.
El problema sigue siendo que esta mejoría no se reparte. No llega a todos. La gente, en los barrios, sigue viviendo en condiciones indignas. La salud no se recupera. Como yo dije tantas veces, no puede ser que, en un país normal, los chicos tengan que comer en la escuela o en los comedores barriales, -porque si no, no comen-. Esto es lo grave. Y no es que le echemos toda la culpa al Gobierno, que algo ha hecho para mejorar; pero tampoco queremos que canten victoria tan pronto, porque la cosa no da para tanto. Que mejoramos algo, es cierto. Pero muchísimo todavía lo que nos queda por hacer para llegar a ser un país normal, como Dios quiere.
Y ¿con qué cara se presenta el año nuevo?
Siempre esperamos que sea mejor, y así se lo deseamos a los amigos. A mí, lo que me gustaría es que fuera mejor para todos, con la sola excepción de los corruptos. Porque esto de la corrupción es como un grano, (un forúnculo, un “nacido”, o una ura...), que algún día tiene que reventar. ¡Y más vale!
Aunque existen algunos buenos políticos, -y habría que alentarlos-, pero la política, en general, no goza de buena salud. Por algo la gente tiene la mala opinión de los que están en ella. Del estilo, la práctica, el modo de hacer política.
Días pasado, un politólogo habló en Posadas sobre el fin del bipartidismo. Su razón tiene. Es evidente que hay que pensar algo nuevo, que rompa con este viejo esquema. Tal vez quede todavía bastante lejos, pero algún día tendrá que llegar, en que, entre todos colaboremos para construir ese país que queremos. Aquí, al menos, un Municipio, una Provincia... Que terminen esos enfrentamientos estemles. O con este creer que los puestos políticos son una prebenda. Un beneficio a repartir entre familiares y amigos. Y ya dije varias veces que me dan miedo esas acumulaciones de poder que vamos viendo. La experiencia nos dice lo desastroso que fueron los regímenes totalitarios. (¿O no tienen memoria?) Un buen gobierno será el que consiga aunar las voluntades, porque realmente está al servicio de todos, y preferentemente de los demás marginados de la sociedad.
Y otra cosa que no me gusta es esta especie de enfrentamiento de algunos gobernantes con la Iglesia. Claro que tenemos que ser independientes, y sería fatal una Iglesia funcional al Estado. Los hombres de Iglesia no podemos sustraernos a nuestra misión profética, que consiste en anunciar el Evangelio y denunciar lo que se opone a él. Pero esto no significa que nuestra misión sea para pelear. Porque lo que todos queremos es construir una sociedad mejor, de acuerdo al plan de Dios.
Yo espero que este año que estrenamos nos traiga a todos más PAZ y serenidad. Precisamente, ya hace muchos años que el Papa quiso que esta fecha 1º de enero, se dedicara a una JORNADA MUNDIAL POR LA PAZ. Y para esto, cada año nos hace llegar su Mensaje yo espero que mi hermano Juan Rubén se lo presente y comente mejor que yo.
Por lo demás, ¿qué esperamos de este nuevo año? Como Iglesia de Iguazú, estamos queriendo tener la II ASAMBLEA DIOCESANA DE LOS JÓVENES, a 10 años de la primera a nivel latinoamericano, se está preparando la 5º Conferencia General del Episcopado, en Aparecida, Brasil. Y este pobre Obispo, que ya va por los 76, está esperando que le buen Papa Benedicto le acepte pronto la renuncia. No sé si para descansar, o para seguir trabajando, pero sin el peso de la responsabilidad encima. Es bueno que le vayamos dejando lugar a otros. Y bueno, que Dios les bendiga a todos en este nuevo año. Muchas felicidades. Su Padre Obispo
Mons. Joaquín Piña Batllevell, obispo de Puerto Iguazú
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