DISCURSO EN LA XVII CUMBRE
IBEROMERICANA DE SANTIAGO DE CHILE
Néstor Kirchner
[9 de Noviembre de
2007]
En primer lugar quiero agradecer a nuestra
querida amiga y presidenta de la
República hermana de Chile, Michelle Bachelet, todas las
atenciones, todo el cariño, todo el afecto y todo el compartir de tantas cosas.
Agradecer la presencia de Su Majestad, de los Jefes de Estados y me voy a
permitir con el permiso de ustedes hacer dos acotaciones, que las debo hacer,
una con mucha alegría y otra con mucho dolor.
Una tiene que ver seguramente con lo que es la temática dela
Cumbre , que es agradecerles a todos los Jefes de Estado, a
todos los países hermanos y a vuestros pueblos, el apoyo por nuestra permanente
lucha por la soberanía en las Islas Malvinas. Muchísimas gracias en nombre del
pueblo argentino, que hoy en la
Cumbre tiene un profundo agradecimiento.
Una tiene que ver seguramente con lo que es la temática de
El otro tema, Su Majestad, realmente
disculpas, porque en su momento fui uno de los que le pidió que facilite, que
medie, en este problema que tenemos con la República hermana del Uruguay. Yo creí que este
no iba a ser tema de la Cumbre
ni se iba a utilizar la Cumbre
para hablar de una relación bilateral, donde usted hizo un esfuerzo tremendo
pero lamentablemente la incomprensión, vaya saber qué, no soy yo ni me interesa
juzgar la actitud de los demás, pero le puedo asegurar que me he sentido muy
mal, creo que el pueblo argentino se siente muy mal porque en principio le
tenemos un gran respeto a usted y un gran agradecimiento por lo que ha hecho
permanentemente por la región, por lo que están haciendo, por la comprensión
que están teniendo de la región. Hay una comprensión mucho más avanzada, mucho
más real de lo que realmente pasa en Latinoamérica y en la relación Latinoamérica
– España que nosotros valoramos tremendamente, fundamentalmente a partir de la
gestión del presidente José Luis Rodríguez Zapatero en España y por supuesto la
tarea suya inconmensurable durante tanto tiempo.
Por eso yo no quería traer el problema de la República hermana del
Uruguay y la Argentina
a esta cumbre, bajo ningún aspecto quería incomodar a ningún jefe de Estado.
Les pido perdón a todos igual porque no era tema, pero realmente gracias en
nombre del pueblo argentino, Su Majestad. Nosotros a pesar de la incomprensión
de algunos, a pesar a veces de estas cosas que pasan, siempre vamos a creer en
el diálogo, en la fraternidad, nunca vamos a utilizar en la política corta de
la coyuntura estos temas, y yo nunca lo quise colocar a usted bajo ningún aspecto
en una situación difícil, pero usted demostró su capacidad de estadista y tomó
en sus manos un problema muy difícil sin ver si iba a perder o ganar, sin ver
cuáles eran los costos que usted tenía, al igual que la tarea del canciller
Moratinos que fue también ejemplar. Así que en nombre del pueblo argentino
muchísimas gracias y a todos ustedes mis dispensas por haber tocado este tema
pero creo que con todas las cosas que se fueron dando en el día de ayer y hoy
lamentablemente tenía que hacer acotaciones de este tema. Lo hago desde el
amor, yo no nací para cultivar el rencor ni me interesa, a los argentinos no
nos interesa tener bajo ningún aspecto victoria sobre nadie, porque sufrimos
demasiado por la confrontación, sufrimos demasiado por los regímenes que nos
tocó vivir. Ustedes saben bien lo dañada que quedó nuestra sociedad, por eso
desde la diversidad y la pluralidad siempre vamos a predicar el acuerdo y la
convivencia.
Creo que el de la cohesión social, querida
Presidenta, es un tema central y fundamental, que tenemos que tocarlo como un
problema no solamente de políticas sociales. El presidente Correa acaba de
hacer una clara visión de estadista al referirse al problema de la cohesión
social. Obviamente que nuestros países necesitan política sociales directas,
activas, la Argentina
durante mucho tiempo fue un ejemplo de cohesión social, hasta que en 1976 vino
la larga noche de la dictadura militar complementada con las políticas
neoliberales de los años 90, donde decía bien nuestro amigo presidente de
Ecuador no sé qué mano invisible nos prometía que el país iba a crecer y
después el vaso iba a desbordar y a llegar a todos los sectores. Obviamente no
desbordó el vaso, no llegó la mano invisible y transferimos riquezas a los
lugares concentrados de la economía de un modo muy fuerte, cosechamos pobreza,
indigencia, destruimos toda nuestra estructura productiva, toda nuestra
industria, fue durísimo. La
Argentina llegó a índices desconocidos después de haber sido
un ejemplo de cohesión social, de leyes laborales de avanzada, de programas y
leyes de formación educativas -ustedes saben el recurso humano que tiene la Argentina- que eran
realmente un ejemplo. Bastaron unos 30 años de este tipo de políticas para
colocarnos casi al límite.
Nos estamos tratando de recuperar, la verdad
que cuando empecé mi gestión le comentaba al presidente Lula y a otros
presidentes que ya estaban, como Lagos, que tenían experiencia, que no podía
creer que la Argentina
tuviera el 60 por ciento de pobreza. Hoy cuando me toca ya terminar mi mandato
todavía tenemos un índice muy grande que es el 23 por ciento de pobreza, pero
en cuatro años y medio pudimos bajar el 37 por ciento la pobreza, generando
políticas que tiendan al desarrollo, con autonomía en la globalización, la
construcción de un proyecto nacional, la construcción de un modelo nacional,
integrado al mundo por supuesto, pero con sus perspectivas, con políticas de
inclusión social, con políticas de redistribución del ingreso, teniendo en
claro que hay un modelo neoliberal y la pobreza no es un problema de eficiencia
o ineficiencia, o falta de políticas sociales, es un problema de modelos.
Debemos tener un modelo inclusivo de distribución de la riqueza, de
desconcentración de la economía, construir un modelo industrial en convivencia
con la producción y el campo, pero un modelo que tenga fuertes raíces
industriales; construir un proyecto educativo fuerte, como lo estamos haciendo
en la Argentina ,
hemos destinado hacia el 2010, año del Bicentenario, el 6 por ciento del
Producto Bruto Interno; tenemos que gobernar por propia decisión nacional.
Esta Cumbre Iberoamericana tiene que
consolidar ese pensamiento también porque las políticas fondomonetaristas, eso
lo vuelvo a repetir y espero que cambie el Fondo Monetario Internacional y
algunos organismos internacionales -lo he dicho donde estuve- fueron quienes
guiaron y decían quienes eran los buenos alumnos y cómo había que hacer las
cosas para que nuestra gente esté bien, y aún hoy nos quieren seguir dando
lecciones de las cosas que tenemos que hacer.
Yo creo que esta Cumbre Iberoamericana tiene
que avanzar en la construcción de un pensamiento, que por supuesto incluye la
cohesión social pero nosotros tenemos que avanzar en un pensamiento que sirva y
que desde la
Cumbre Iberoamericana quienes representamos a nuestros
pueblos podamos construir un modelo plural y diverso de acuerdo a cada país
pero que tenga contenidos y principios que hagan a la consolidación de un
discurso alternativo a ese discurso uniforme y único que nos quisieron
implantar en un momento determinados organismos internacionales y sojuzgaron a
nuestros pueblos, ya sea por medio de la dictadura, la represión, la falta de
libertad.
Debemos defender la cohesión social pero
para ello hay que aplicar políticas claras, profundas, que garanticen esa
distribución del ingreso. Tienen que ver los sistemas impositivos, tiene que
ver el funcionamiento y la posibilidad de acceso de todos los ciudadanos a
igualdad de condiciones. Fíjense ustedes que nosotros bajamos la indigencia del
27 por ciento que tenía la
Argentina al 8,2. Todavía tenemos el 8,2 de indigencia.
Bajamos la desocupación del 30 al 7,8; subimos nuestras reservas de 6.000
millones a 44.000 millones; pasamos de un endeudamiento del 140/150 por ciento
del Producto Bruto Interno relación deuda producto, a un 57 por ciento; hemos
crecido 5 años consecutivos –es el sexto año consecutivo que estamos creciendo-
y vamos a tener el crecimiento más importante de los últimos 100 años. Miren
las cosas que habremos hecho en la
Argentina que este va a ser el crecimiento más importante que
nuestro país tenga en los últimos 100 años y no tengo ninguna duda que el año
que viene va a crecer porque el país va a tener la mejor Presidenta y por
primera vez habremos crecido 6 años seguidos a estos niveles. Es mejor, esto lo
charlábamos una vez con Lula y Ricardo Lagos, la satisfacción de uno cuando
sabe que lo que viene es mejor de lo que pudo hacer uno, porque esto significa
que nuestro país va a estar mejor, nuestro mundo va a ir mejor, nuestra región
va a estar mejor. Siempre hay que aspirar a que lo que viene sea superador de
lo nuestro, y estamos absolutamente convencidos los argentinos de que este tema
es así.
Enfocando que el de la cohesión social es un
tema de modelo, es muy importante que podamos trabajar y profundizar en
políticas comunes, pero atrevámonos a hablar de la construcción del modelo que
necesita la región. Empecemos a generar los equipos, a generar los debates
necesarios, porque si nosotros logramos articular un modelo conjunto, con la
diversidad, con la pluralidad, sin perder la individualidad como países, vamos
a estar dándole una verdadera fuerza y un verdadero empuje a la cohesión
social, a la cohesión de la región y a la cohesión iberoamericana que es tan
importante.
Me acuerdo que cuando asumí como Presidente
fui a La Matanza ,
un lugar donde viven un millón y medio de personas, y había 650.000 personas
sin agua; Cristina va a estar inaugurando a mediados del 2008 las últimas redes
y todas esas personas van a tener agua. Cuando uno mira la inversión económica
y mira la inversión que se dio en salud, en inclusión social, no hay
comparación, tiene razón el presidente de España, son desafíos en que la
relación económica con el logro que se obtiene no tiene comparación. Tenemos
que avanzar todos decididamente y todos debemos tener un gesto de aportar
económicamente para que esas cosas se puedan solucionar en donde haya hermanos
y países que más lo necesiten en cada momento. Porque uno para poder mirar el
futuro tiene que mirarse en el otro y tiene que tratar que al otro le vaya bien
también, le vaya mejor en un marco de solidaridad total y absoluta. Esa es la
cohesión social, esa es la cohesión política que debemos lograr en la región.
Yo no me quiero extender, les quiero decir
que he vivido una experiencia inolvidable en estos cuatro años y medio, he
conocido gente maravillosa. Creo que Latinoamérica tiene una posibilidad
excepcional e Iberoamérica también de darnos cuenta que podemos ser parte
activa de este mundo, que podemos tener opinión propia, que podemos discutir a
los centros de poder, que tenemos que luchar por las políticas multilaterales;
que tenemos que perder los miedos, que cuando vemos un hecho como en Irak
tenemos que tener la fuerza de levantar nuestra voz y decir que ese no es el
mundo que queremos, por dar un ejemplo. Eso nos va a dar identidad y nos va a
devolver a lo que nosotros somos, porque alguna vez nos hicieron sentir que no
lo podíamos hacer. Sé que vamos por muy buen camino.
Los gobernantes de Latinoamérica e
Iberoamérica hoy se parecen a sus pueblos, y eso es muy importante, son todos
votados por sus pueblos y están decididos a la construcción de políticas
alternativas. Muchos pasos para adelante, nunca más un paso para atrás, porque
ya sabemos qué nos pasó y qué nos sucedió. Respetando siempre la diversidad y
la pluralidad, cada país tiene su cultura, su identidad, pero hay cosas que son
comunes a todas las regiones, respeto a los derechos humanos, inclusión social,
justicia social, equidad, la concepción libertaria clara y concreta que debemos
tener de la construcción de esta región, en eso no podemos tener diferencias si
aspiramos a un mundo progresista y distinto como yo sé que todos ustedes
aspiran.
He conocido presidentes y presidentas
maravillosos, hemos compartido momentos realmente muy buenos. Yo soy un
militante político, comprometido desde siempre y voy a seguir trabajando
fuertemente por todas estas cosas que creo, como sé que lo hacen muchos otros
ex presidentes y lo tienen que hacer con la misma fuerza que lo hacían cuando
eran presidentes. Porque se es presidente en un tiempo de la historia nada más,
pero se es ciudadano argentino, latinoamericano o del mundo, permanentemente, y
hay que trabajar permanentemente por los ideales y las convicciones que uno
tiene. Porque con esos ideales, esas convicciones y esas experiencias podemos
construir un mundo mejor y podemos dar las respuestas que buscábamos cuando nos
incorporamos con fuerza a la política, creyendo que este mundo se podía
cambiar. Hoy tenemos que construir los instrumentos para que este mundo se
pueda cambiar.
Muchísimas gracias a todos, muchas gracias
por la solidaridad permanente, muchas gracias a nuestros amigos de Venezuela,
que nos ayudaron permanentemente en momentos muy difíciles que nunca me voy a
olvidar. Muchas gracias Majestad, cuando usted me recibió la primera vez en
España, cuando los empresarios españoles me corrían por todos lados, yo no tenía
más remedio que pelearme, Majestad, qué le iba a decir, mentir no me gusta,
entonces tenía que discutir. Pero usted tuvo esa mano solidaria, en su hogar
tuve su consejo y ayuda siempre y estamos permanentemente agradecidos los
argentinos. Muchas gracias a los hermanos colombianos, cubanos, chilenos,
uruguayos, a Lula, que me decía –yo tuve que asumir muy rápido- “el mejor
período de un presidente es el tiempo desde que es electo hasta que asume”. A
mí me causó una gran desilusión porque yo tuve que asumir en una semana y me
decía “qué poco tiempo voy a tener para disfrutar”. Gracias Lula, gracias
igual. Tanta gente, Nicanor, tantas cosas que hicimos juntos, no quiero ser
injusto con ninguno pero me encanta ver los rostros, el presidente que tiene
Ecuador, el presidente que tiene Nicaragua; muchas gracias Uribe, con nuestra
diversidad de pensamiento y demás hemos siempre pensado en la región, esto es
muy importante. Es decir gracias, nada más que gracias y fuerza que podemos.
Muchas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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