DISCURSO EN EL ACTO
DE CONMEMORACIÓN DEL 153º ANIVERSARIO DE LA BOLSA DE COMERCIO DE BUENOS AIRES
Néstor Kirchner
[10 de Julio de
2007]
Señor amigo Presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos
Aires; señor Vicepresidente de la
Nación ; señor Presidente de la Corte Suprema de
Justicia; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; directivos, socios de
la Bolsa de
Comercio; señoras y señores, amigas y amigos: en primer lugar quiero
agradecerles la oportunidad que me brindan una vez más de compartir con
ustedes, en este caso, el 153 aniversario de la Bolsa de Comercio.
Como hice en las cuatro oportunidades anteriores, vengo a expresarles mi felicitación por el acontecimiento y a compartir algunas reflexiones respecto de los diversos temas que resultan de nuestro mutuo interés.
Como hice en las cuatro oportunidades anteriores, vengo a expresarles mi felicitación por el acontecimiento y a compartir algunas reflexiones respecto de los diversos temas que resultan de nuestro mutuo interés.
Hemos dicho en cada oportunidad aquí, que la República Argentina
necesita desarrollar una economía capitalista, productiva y transparente, que
promueva la inclusión social, basada en una cultura que favorezca la
producción, la industria nacional y premie el esfuerzo.
En ese contexto, siempre propiciamos un
mercado de capitales que actúe como un medio adecuado para canalizar al ahorro
hacia los sectores productivos, transformándolo en la inversión que se necesita
para mantener sin tensiones el ritmo del crecimiento.
Hemos tenido claro cómo se ve la importancia
de que las instituciones como esta Bolsa aporten al país toda su
profesionalidad, su eficiencia y su honestidad.
Desde el origen mismo de nuestro turno de
Gobierno, nacido bajo el signo de la más formidable crisis política, social,
económica y moral que vivió la República Argentina , tuvimos plena conciencia que
nos tocaba el tiempo de diseñar y de ayudar a diseñar, entre todos los
argentinos, un nuevo modelo de Nación.
Estamos entro todos haciendo un nuevo país,
y es necesario que concentremos los esfuerzos para consolidarlo en el menor
tiempo posible.
Esta Argentina post default, este país del
desendeudamiento, este país del crecimiento sustentable, de la reducción de la
pobreza y la indigencia, este modelo de creación de puestos de trabajo, donde
el crecimiento apareja también el incremento de inclusión social, para otros
parecía imposible, pero indudablemente integraba nuestros sueños.
Estamos viviendo un cambio de época, siempre
lo tuvimos presente y actuamos en consecuencia durante el Gobierno que me toca
presidir, mientras caminamos hacia la salida del infierno, que no construimos
pero que nos tocó vivir. Mientras solucionamos problemas enfrentando urgencias,
echamos de a poco las bases para darle sustentabilidad a un nuevo país.
Estamos más cerca de contar con un Estado
más inteligente y capaz, con capacidad de equilibrar y promover lo que los
mercados por sí mismos no pueden hacer, manteniendo reglas de juego claras,
transparentes y cada vez más estables.
Estamos creando la oportunidad para que cada
vez más emprendedores entiendan que es bueno obtener honestas ganancias y
favorecer a la vez el desarrollo humano de la sociedad en la que trabajan.
Está creciendo un empresariado con capacidad
de decisión nacional, comprometido con la realidad económica y social de la Argentina., decidido a
aceptar el desafío de la competencia y participando de negocios de nivel
mundial desde nuestra Patria.
Lo hemos dicho aquí, la conjunción de un
Estado inteligente y empresarios con responsabilidad social es la fórmula en la
que creemos, y, por lo demás, ha sido la que aplicaron los países más
desarrollados del concierto del mundo actual.
Los miembros de esta institución saben que
no tenemos el sí fácil o complaciente, que defendemos con fuerza nuestros
puntos de vista, que actuamos conforme a convicciones, y saben también que
hemos sabido encontrar y crear ámbitos de colaboración que han favorecido a la Bolsa y al país. Existe un
equilibrio y un punto de interacción, y hemos sabido encontrarlos.
Un Estado inteligente aporta al mejor
desarrollo de la economía. Se deben fijar reglas de competencia, se debe
sancionar a quienes las infringen, de deben articular políticas que garanticen
la equidad entre los agentes de los distintos mercados, garantizar el derecho
de los usuarios, consumidores e inversores, y se debe restaurar el equilibrio
social.
Siempre digo que la primera vez que me tocó
venir como Presidente a la Bolsa ,
el MERVAL era 770, 775, la pobreza era del 60 por ciento, la indigencia del 28
por ciento, y la desocupación oscilaba entre el 26 y el 28 por ciento. Fíjense
como no es incompatible el crecimiento del país con la justicia y con la
equidad. Hoy la Bolsa
cerró, creo, con el MERVAL a 2.275, la desocupación ronda entre el 8.7 y el 9
por ciento, la indigencia está en el 8 por ciento, y la pobreza en el 26.9 por
ciento. Como todos los argentinos pudimos crecer en forma conjunta sin que sea
la necesaria la exclusión de uno para que otros puedan obtener resultados que
beneficien globalmente al desarrollo económico del país. Es una fotografía que
demuestra con absoluta claridad que se puede construir un país con pluralidad,
con consenso, con inclusión, con crecimiento de la economía, con distribución
del ingreso, y con perspectivas y proyección de la construcción de un país con
calidad y con proyecto estratégico.
El valor de la iniciativa privada produce
riquezas, el emprendedor, el empresario crea oportunidades de trabajo. Malo
sería que un Estado ausente o preso de los intereses corporativo deje de lado
la defensa del interés común en beneficio de unos pocos sectores concentrados.
Acá, en la Argentina , en los
tiempos que vienen, seguramente nos verán trabajando y verán trabajando a las
instituciones y al Estado profundamente en el sistema de competencia, en las
leyes que marquen y le den el cuatro que corresponde a los oligopolios,
monopolios y demás, que permitan el desarrollo y la democratización de nuestra
economía. Es una tarea central y fundamental que el Estado, conjuntamente con el
empresario privado, las empresas privadas, van a poder llevar adelante, pero es
una tarea fundamental para incentivar la inversión y para incentivar la
igualdad de posibilidades en una sociedad que se quiera consolidar
democráticamente.
Fuerza repetir lo que siempre sostuvimos: el
mercado es insustituible para crecer y el Estado se torna insustituible cuando
se trata de lograr el desarrollo integral de un país.
Estos cuatro años de gestión mirando desde
donde venimos y sopesando aún las carencias que todavía enfrentamos, muestran
la formidable capacidad de recuperación de los argentinos. Los argentinos
puestos a trabajar con objetivos claros, somos cosa seria.
Yo creo, y la experiencia que me ha tocado
tomar en la gestión, me lleva a comprender a muchos de ustedes cuando acá, en la Argentina , a empresarios
que han trabajado con seriedad, con responsabilidad y con honestidad, muchas
veces los castigan con el discurso del éxito, es decir, tener éxito en la Argentina , que le vaya
bien a sus empresas, tener rentabilidad, tener posibilidades de crecer, si son
un grupo de empresarios argentinos parece que es un castigo. Pareciera ser que
esa identidad sopesa sobre las espaldas de nuestros empresarios y de nuestras
instituciones, y de nuestros dirigentes también.
Es más fácil, y tenemos que empezar a
sincerarnos, construir el discurso del fracaso como una alternativa de llegar a
tener la iniciativa política en la
Argentina , que construir el discurso de las realizaciones con
capacidad de autocrítica, para tener esa iniciativa.
Yo soy de aquellos que he comprendido, y me
van a tener trabajando permanentemente junto a ustedes, construyendo la acción
y el discurso del éxito de todos los argentinos, con la supuesta capacidad de
autocrítica, pero pensando que es hora de que los argentinos valoremos a
aquellos que en las distintas áreas, en este caso acá en la Bolsa , acá los empresarios
que se encuentran presentes, tenga éxito, los valoremos sostenidamente porque
ellos van a ser el pilar y el sostén que van a ayudar al crecimiento de nuestro
país.
La notable recuperación del nivel de
actividad, el crecimiento del valor y la cantidad de nuestras exportaciones y
el paulatino retorno de la confianza de los diversos agentes económicos, han
permitido que logremos que nuestra economía transite hacia un equilibrio de
largo plazo, consistente en la restauración de los equilibrios macro en los
planos externo y fiscal. Esta es la base para un proceso de genuino de
desarrollo con reindustrialización y profundización de la transformación.
El superávit fiscal y el superávit comercial
son dos instrumentos fundamentales para consolidar el crecimiento argentino
¿Qué se discute hoy respecto al superávit fiscal? Que crece más el gasto que el
crecimiento de la recaudación, lo que puede llevar a redundar en una caída de
ese superávit fiscal que tenemos hoy. Por el contrario, nosotros tenemos toda
una política de inversión presupuestaria, y ustedes lo van a ver inclusive en
el presupuesto que se va a presentar para el año 2008, donde evidentemente
llega un momento en el que se va equilibrando perfectamente, el crecimiento de
la recaudación con gasto para garantizar ese superávit fiscal, que es
fundamental para el crecimiento argentino. Es un cambio de conducta definitivo
que tenemos que tener los argentinos, gobierne quién le toque gobernar este
país, tenemos que entender que el superávit fiscal es central para poder pensar
con sentido y con claridad estratégica esta Argentina.
En cuanto al superávit comercial, es también
muy importante mantener las calidades de ese superávit comercial, tener en
cuanta que este año vamos a tener un superávit comercial que va a rondar los 10
mil millones de dólares, es el nivel y un poco más que hay que sostenerlo,
tenemos que tener una política de seguimiento muy cercana de qué es lo que
importamos, qué bienes importamos, y si esas importaciones son bienes de
capital que sirven para consolidar capacidad instalada. Tengan presente, y no
tengo ninguna duda que ustedes lo saben mejor que nosotros, que cada vez que la Argentina renunció a
tener superávit comercial, fue la antesala de una crisis en este país. Por eso
al superávit fiscal y al superávit comercial los consideramos dos instrumentos
y dos banderas centrales y esenciales para el crecimiento argentino.
El año 2007 exhibe tendencias similares a
las observadas en los últimos cuatro años. Persiste el crecimiento, mejora la
situación social, los indicadores de empleo e ingreso, y se sostienen los
saldos favorables, como decía recién, del superávit fiscal y superávit
comercial o superávit gemelos.
El Producto muestra una suba de 8.1 por
ciento en el primer cuatrimestre del año, con sustento en un aumento interanual
de la inversión de aproximadamente el 15 por ciento -casi el doble del Producto
Bruto Interno- lo que impactará como un nuevo incremento de la tasa de
inversión de la economía.
Mientras la industria lidera el crecimiento,
expandiéndose a tasas interanuales cercanas al 7 por ciento, yo creo que vamos
a superar ese 7 por ciento; mientras se concretan importantes inversiones en la
cosecha 2006-2007, será récord e impactará en el nivel del producto, los
servicios responden a una demanda robusta, se expande el transporte y
comunicaciones, el comercio el 10 por ciento, hoteles y restaurantes el 7.2 por
ciento, y servicios personales el 7.3 por ciento. Se trata de crecimiento con
inclusión, que cuenta con el doble del motor del consumo interno de las
exportaciones.
El empleo crece a una tasa superior a la del
empelo total, lo que indica una mejora en la calidad del trabajo en términos de
una mayor cantidad de empleo genuino de jornada completa y el trabajo no
registrado retrocede paulatinamente.
Es público y notorio que permanentemente,
por lo menos desde que a mí me tocó asumir la honrosa tarea de gestionar la Argentina y ser
Presidente de los argentinos, desde el primer día he vivido envuelto en esta
teoría del colapso -espero que no se apaguen las luces- y la crisis energética.
Yo me pregunto, la Argentina
ha crecido al 50 por ciento, veníamos de un período de desinversión total y
absoluto; todos sabemos que en la última etapa del gobierno que tuvo la
responsabilidad de gobernar la década del 90 y, fundamentalmente, ya en la
etapa de la Alianza ,
no hubo inversiones prácticamente en infraestructura energética, obviamente
sobraba energía. Bueno, ustedes saben que el país decrecía y no andaban los
ascensores, porque no había energía, allá por los años 80, son cosas que
lamentablemente sucedieron.
Ahora la Argentina ha crecido
casi al 50 por ciento en los últimos años y sigue creciendo fuertemente y
siempre la alternativa fue, o parar los niveles de crecimiento, o apostar al
crecimiento y seguir invirtiendo en infraestructura como corresponde. Yo creo
que los argentinos tenemos que afrontar el desafío definitivamente, pero con
verdad.
Ustedes ven que España llega a los 32 grados
de temperatura y tiene cortes programados, Shangai corta seis horas la luz,
escuchaba al alcalde Bloomberg de Nueva York diciendo que subía iban a tener
caída de equipos energéticos. Yo soy un Presidente que solamente va a estar por
un tiempo de la historia y me pregunto: ¿se puede pensar en términos de la
política coyuntural y corta de qué lindo sería- por eso yo decía lo del
discurso del fracaso- que tengamos un colapso para demostrar que nosotros
teníamos razón en el tema de la crisis energética? Muchos de los que hablan,
que fueron responsables de las áreas de energía durante todo ese tiempo cuando
se producían este tipo de crisis, ¿creen que los argentinos no tenemos memoria
y que no recordamos lo que pasó?
Yo les digo con absoluta responsabilidad,
vamos a seguir invirtiendo, vamos a hacer el Gasoducto del Noreste con Bolivia,
una inversión que solamente la licitación de caños es de 750 millones de
dólares, más 600 millones de dólares para la construcción del mismo, que va a
implicar que en el año 2008 tengamos 16 millones de metros cúbicos diarios, y
en el 2009, 27 millones. Vamos a seguir invirtiendo fuertemente en todo el
sistema, ya salieron las ampliaciones del gasoducto del Norte, del Sur, a
partir del 1º de enero va a haber 6 millones de metros cúbicos más. Vamos a
seguir generando toda la inversión en infraestructura energética que
necesitemos, la Argentina
va a seguir creciendo, la
Argentina va a seguir al límite, porque estamos creciendo
como lo estamos haciendo y eso genera trabajo, genera empleo, genera
posibilidades para todos los argentinos.
Puede ser que a algunos les gustaría tener
en back up mucha energía y muchos argentinos por allí desocupados. Nosotros
apostamos a la ocupación con una fuerte generación de posibilidades de
crecimiento y vamos a seguir trabajando fuertemente en este proceso de
transformación.
Apostamos decididamente a rendir todas las
materias que tengamos que rendir para que esta Argentina pueda salir adelante.
Están los apostadores al fracaso, está bien, tienen todas las posibilidades de
hacerlo, pero yo les puedo asegurar que nosotros trabajamos con muchas ganas,
con mucho esfuerzo, con mucha racionalidad, con mucha responsabilidad y lo
hacemos con una profunda fe de que esta Argentina va a seguir creciendo
paulatinamente en los niveles que corresponde de acuerdo con cada etapa, con
cada coyuntura histórica y vamos a ir superando tema a tema.
Ayer, como ser, si nevó en la Argentina después de 89
años, en la Argentina ,
miren como es la confusión, nevó en algún sector de la Argentina , donde yo vivo
nieva todos los años, pero acá nevó después de 89 años y cómo la Argentina no va a poder
crecer por largo tiempo, seguramente así lo va a hacer, nosotros no tenemos
ninguna duda y vamos a hacer frente a todos los desafíos, que lo tenemos que
hacer todos los argentinos. Terminemos con el que nos va a ir mal, que aquello
no nos va a salir. No, si se está pensando, se está trabajando y demás.
Yo, la verdad, que invito a los argentinos a
tener convicciones, a tener fe, yo personalmente la tengo y siempre he
trabajado con muchísima fuerza para ir afrontando todos los desafíos que
paulatinamente a uno le van tocando cuando le toca administrar.
Yo creo que la Argentina lo mejor que
tiene que tener son administradores serios, responsables que puedan apuntar a
la construcción de una Argentina estratégica y en eso creemos fundamentalmente.
Lo que pasa es que es mucho más fácil
predecir el fracaso o es mucho fácil tratar de hacer de gobierno en base a los
fracasos de los demás. Nosotros lo que pretendemos que definitivamente en la Argentina se puedan
discutir propuestas superadoras y los que tengan que ser gobierno, tengan que
ser mejor que los demás y que no tengan que venir con la mochila de reclamos y
sin ninguna propuesta. Esta es la visión que nosotros tenemos de los tiempos
que vienen.
Fíjense ustedes que la tasa de desocupación
ha bajado un dígito para el cuarto trimestre de 2006 y, a pesar de la lógica
suba estacional del primer trimestre de 2007, se mantuvo en un dígito y estuvo
en 1,6 por ciento por debajo en el mismo período del año pasado.
El salario experimenta incrementos
interanuales reales. La mediana del ingreso real creció un 19,5 interanual para
los niveles de menores recursos, siendo este el primer quintil del sector que
mayor recuperación experimentó. Esto impactó en el índice que mide la
desigualdad reduciendo el coeficiente Gini que, evidentemente, un claro
mejoramiento de la distribución del ingreso.
La brecha de ingresos medios de los tramos
extremos, se redujo 1,3 veces en todas las regiones del país y de manera
continua, incrementamos la seguridad social recuperando los haberes
previsionales que permanecieron congelados durante quince años e incrementamos
la cobertura de personas en edad de jubilarse que habían quedado en completo
desamparo.
El haber previsional promedio creció un 30
por ciento desde marzo del año pasado y la cantidad de nuevos beneficiarios
cubiertos por el sistema creció por encima de 1.200.000 en el mismo período.
Las reformas en materia previsional
sancionadas por la Ley
26.222 mejoran absolutamente el funcionamiento integral del sistema,
introduciendo la libertad de opción del traspaso ampliando el límite máximo de
las remuneraciones computables, la prestación adicional por permanencia y
reduciendo las condiciones a menos del 1 por ciento del salario.
Se trata de una interesante experiencia que
corrige defectos y fortalece el rol protector del Estado y exige competitividad
a los actores privados buscando dotar de previsibilidad un sistema que estaba
en crisis, que se revisa a nivel mundial y que enfrenta problemas. Nosotros lo
vemos y lo conocemos en países cercanos a la Argentina.
Como vemos, aún no logramos todavía quebrar
la desigualdad, todos lo sabemos, pero este crecimiento actual lleva rumbo
hacia la victoria en la lucha por la igualdad.
Argentina crece y disminuye la desigualdad a
mayor velocidad que el resto de Latinoamérica y a un ritmo que supera los
mejores resultados en décadas de atraso, concentración y avance de la inequidad
que nos precedieron.
Es bueno que recordemos que muchos
compatriotas sufren todavía situaciones de pobreza e indigencia, porque esa
visión de la realidad debe empujarnos a seguir adelante.
Es malo que dejemos de advertir los
impresionantes avances que hemos logrado, porque quita la esperanza y trata de
consolidar un esquema de frustración.
Los argentinos sabemos que todavía nos
falta, pero tenemos conciencia y vemos a diario en cada rincón del país que la
lucha en la que estamos rinde sus frutos, que paso a paso avanzamos sin
detenernos hacia concretar nuestros ideales de un país más justo.
Estamos defendiendo con éxito, como decía,
el marco del superávit fiscal primario. Me acuerdo cuando discutíamos con el
Fondo Monetario Internacional queríamos un 3 por ciento del Producto; hoy
estamos arriba del 3 por ciento del Producto con un crecimiento casi del 50 por
ciento. Es decir que hemos sido absolutamente consecuentes y absolutamente
coherentes con lo que hemos dicho permanentemente.
El crecimiento de los precios
internacionales de las commodities, que impacta sobre nuestra canasta de
consumos, no ha logrado quebrar la tendencia decreciente de los precios
mayoristas, que evidencia que las nuevas inversiones, en la mayor parte de los
sectores industriales, permiten afrontar demandas mayores sin limitaciones
inmediatas en la capacidad productiva.
La política monetaria y cambiaria acompaña
al crecimiento económico y contribuye a la estabilidad macroeconómica al
apuntalar la competitividad de los sectores transables de la economía y al
asegurar, vía acumulación de reservas internacionales y mantenimiento de un
tipo de cambio real competitivo, la cobertura necesaria frente a eventuales
turbulencias en los mercados internacionales.
El sistema financiero cuenta hoy con mejoras
en su solvencia, si bien su participación en el Producto todavía es baja tanto
en términos históricos como internacionales, rondando el 10,5 por ciento del
Producto a marzo de 2007.
El crédito al sector privado se ha expandido
a tasas cercanas al 40 por ciento interanual sobre todo en base al crecimiento
que ronda el 60 por ciento de los créditos hipotecarios –que además
incrementaron su lapso de maduración- y también los créditos prendarios. Sin
embargo, las tasas para financiamiento de empresas se mantuvieron elevadas.
El crecimiento económico viene dando un
marco de robusta solidez de las cuentas externas. La economía muestra un
significativo superávit comercial y de cuenta corriente, aún en un contexto
donde el alto crecimiento de la actividad redunda en importaciones de bienes de
capital para consolidar el proceso de desarrollo.
Hoy podemos decir que las reservas
internacionales alcanzan un nivel récord gracias a ese superávit y no como en
el pasado donde las mismas se formaban como contrapartida de un proceso
irresponsable de endeudamiento externo.
Ya no le pedimos préstamos al Fondo
Monetario Internacional o al Banco Mundial para conseguir un nivel de reservas
que nos permita mantener la famosa convertibilidad.
Hasta el 2002 el 85 por ciento de los
recursos financieros internacionales cubrían con préstamos de ajuste el déficit
presupuestario. En la actualidad, el 100 por ciento de los créditos del Banco
Mundial y ya el 85 por ciento de los del BID, se destinan a inversiones.
Hoy las reservas que tenemos son
absolutamente genuinas y nos permiten autoasegurarnos ante eventuales crisis
internacionales dada la marcada ineficacia evidente mostrada por los organismos
de créditos internacionales de crédito.
Estamos dejando atrás el país de las
emergencias permanentes, estamos mirando con optimismo racional ya el país del
mediano plazo, debemos profundizar los cambios para generar las condiciones de la Argentina del largo
plazo, promoviendo el ahorro y la inversión.
En ese marco, el objetivo de un renovado
mercado de capitales es canalizar el ahorro de los argentinos hacia inversiones
de largo plazo, especialmente dirigidas hacia la economía real, inversiones y
desarrollo de infraestructura además de crédito de largo plazo para el conjunto
de los agentes económicos.
En el marco de una Argentina que crezca
sostenidamente con ahorro interno y no viviendo de lo ajeno, se debe trascender
el simple atesoramiento, el autofinanciamiento limitante y el cortoplacismo de
la urgencia.
En ese contexto, se debe promover el uso de
la moneda nacional para contratos de mediano y largo plazo. En estos meses
hemos visto que tanto el sector público como el privado han conseguido
financiamiento a mediano y largo plazo en pesos como no ocurría en muchos años.
En ese marco es vital el desarrollo de un
mercado de futuros con escala y liquidez en el mediano plazo, en lo inmediato
se debe interconectar e integrar los distintos mercados para que puedan aprovechar
sinergias, reducir costos y potenciar la liquidez.
Debemos destacar que existen hechos
positivos: el nuevo financiamiento en el mercado de capitales ha crecido a
tasas superiores al 30 por ciento anual aunque todavía los montos son menores a
los que la Argentina
puede y debiera tener.
Ha sido muy importante el desarrollo en
estos años: se ha producido en la negociación de cheques diferidos,
obligaciones negociables y fideicomisos financieros.
Además de su crecimiento cuantitativo, es
loable que no solo crecen los productos ligados al consumo, sino también al
desarrollo de infraestructura y financiamiento de todos los servicios
productivos agro, industria y servicios.
Es auspicioso el crecimiento de la apertura
de capital de empresas grandes y de pymes y las nuevas emisiones además de la
culminación de los procesos de reestructuración de deuda generada por la
crisis.
Que el índice MERVAL, que antes refería la
situación de 14 empresas y hoy comprenda a 21 empresas, supere ya los 2.200
puntos y que el riesgo país se ubique en torno a los 300 puntos, son muestras y
evidencias palpables de que también pasan cosas realmente buenas para la Argentina.
Una adecuada regulación y supervisión no va
contra los intereses del mercado, sino que es la mejor forma de asegurar una
mayor y mejor concurrencia en beneficio de todos.
Tenemos que fortalecer el camino de la Comisión Nacional
de Valores y de los mercados con mejores regulaciones. Mejoras en la
transparencia de las prácticas, el gobierno de las sociedades, en los grupos de
control, en el desempeño de los cuerpos gerenciales. Hoy la República Argentina
necesita de un marcado de capitales que permita financiar la inversión
productiva y de infraestructura.
En este tiempo deberán captar crecientemente
el ahorro de todos los argentinos, una etapa plena de oportunidades, estos
ahorros generan un camino virtuoso que volverán a generar más inversiones y,
consecuentemente, más producción y trabajo, transparencia y desarrollo. Son, en
definitiva, dos caras de la misma moneda.
Nosotros creemos, realmente, que durante
todo este tiempo, porque los números están a la vista, hemos creado un trabajo
conjunto muy importante. Creer que el cambio en la Argentina , el
crecimiento en la Argentina ,
el mejoramiento de la distribución del ingreso en la Argentina , es parte
solamente del Gobierno, sería un acto absoluto de mezquindad y de no comprender
el esfuerzo de todos los sectores de la sociedad argentina que entendieron que
teníamos que construir en forma conjunta a tratar de superar una de las peores
crisis de nuestra historia.
Yo, pronto a terminar mi mandato, quiero
agradecer profundamente a los hombres y mujeres de la Bolsa de Comercio de la Argentina en estos 153
años que cumplen hoy, Bolsa que me acogió y tuve la oportunidad de estar como
gobernador en momentos muy críticos para la Argentina y de debatir
problemáticas que en ese momento marcaban puntos de inflexión muy difíciles.
Siempre encontré la comprensión, siempre encontré la mentalidad, el pensamiento
puesto en marcha en la búsqueda de las soluciones que este país necesitaba.
Querido amigo Adelmo Gabbi y todos los hombres de la Bolsa de Comercio, estoy
profundamente agradecido.
Me tocó soportar durante muchísimo tiempo
que era, luchando por salir de la crisis, la negociación con el Fondo, la
negociación de la deuda privada, sobre tantos temas, la angustia de esta
Argentina que nos tocó vivir, si había un proyecto hegemónico, autoritario, que
me quería quedar a vivir en la
Presidencia de la Nación. Resulta que a 4 años y meses de haber
asumido, los candidatos de la oposición son prácticamente los mismos que
estaban en el 2003 y yo, este Presidente, hablando en nombre propio, me voy
porque pienso fundamentalmente en que la Argentina tiene que construir los ejemplos que
permitan consolidarnos definitivamente en una cultura democrática apostando a
la superación permanente para que definitivamente tengamos la posibilidad los
argentinos de ver que no todos somos iguales.
A mí me encanta la vida política, me encantó
ser Presidente de los argentinos, me encantó administrar mi provincia,
administrar el municipio en el cual nací y me encantó administrar la Argentina , lo hice con
la mejor de mis fuerzas y sé que no soy capaz de huir a desafíos y ustedes me
conocen que hemos estado envueltos en discusiones a veces duras, difíciles pero
con una alta honestidad y lo quiero decir acá, en la Bolsa , lo quiero decir acá
porque merece ser dicho acá, pero fundamentalmente les puedo asegurar a todos
los argentinos acá, desde la
Bolsa de Comercio, que cuando nosotros desde este proyecto
político que estamos construyendo entre todos los argentinos apostamos a tener
a una gran presidenta, que va a ser mucho mejor que lo que pudimos ser hasta
ahora, es porque fundamentalmente no estamos pensando en la individualidad,
sino que estamos pensando en la construcción de un proyecto colectivo para la Argentina que
definitivamente nos abra el amanecer que todos los argentinos necesitamos. Esa
es la idea, ese es el concepto y esa es la filosofía que está imperando en
todas nuestras acciones.
Por eso, todo lo que se pudo haber dicho,
siempre lo he aceptado con claridad cristiana y siempre, les puedo asegurar, en
cada minuto, como lo hacen ustedes en sus empresas, me gusta trabajar para que
las cosas salgan bien, me alegro cuando las cosas salen bien, porque cuando las
cosas salen bien, hay muchos argentinos que están mejor y la Argentina está mejor.
Creo que siempre hay que ser absolutamente
propositivo, me alegro cuando nuestros empresarios triunfan, me alegro cuando a
los trabajadores argentinos les va bien, me alegro cuando la clase media
recupera su movilidad ascendente, me alegro cuando los investigadores en la Argentina vuelven a
tener un rol definitivo, central que nos permita pensar en una Argentina
realmente con mucha fuerza y me alegro también, que ya nadie lo puede discutir,
que definitivamente el esfuerzo de los hombres y mujeres que anidan en la Bolsa de Comercio del 2003
al 2007 y durante esta crisis casi terminal que nos tocó vivir, nadie podrá
decir que no contribuyeron con todos sus esfuerzos y solidaridad –yo soy el
primero en decirlo- a la superación de la crisis argentina.
Por eso les quiero agradecer profundamente
por todo eso, por todo lo que pusieron y por todo lo que pusimos en forma
conjunta, que apostemos a consolidar una Argentina que cada día sea más fuerte
en lo institucional, que cada día sea más fuerte en lo económico, que cada día
se consolide más en su situación financiera y en su esquema financiero, que
trabajemos para una Argentina que consolide oportunidades en forma permanente,
que trabajemos para una Argentina que se consolide en el mundo, que trabajemos
para una Argentina que honre su identidad y honre su sentido de nación, que
trabajemos para una Argentina que esa tremenda calidad de recurso humano que
tiene pueda hacerlo producir en el mundo, hacerlo producir internamente y que
definitivamente que nosotros podamos ir construyendo los éxitos que los
argentinos necesitamos.
Queridos amigos y amigas, señores
empresarios y empresarias de la Bolsa Argentina , feliz cumpleaños, muchas gracias
por compartir con ustedes, muchísimas gracias por compartir estos cinco años,
esta quinta oportunidad, muchas gracias por lo que hemos aprendido
conjuntamente, muchas gracias por haber confiado, muchas gracias por habernos
abierto los brazos, muchas gracias por haberme tratado como uno de ustedes.
Muchísimas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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