enero 12, 2011

"Discurso de Giuseppe Garibaldi a los soldados" (1860) -Versión en español-

DISCURSO A LOS SOLDADOS [1]
Giuseppe Garibaldi [2]
[1860]

Debemos considerar ahora que estamos en una epoca que solo llega a su fin, casi como la última etapa de nuestra resurrección nacional, y prepararnos para terminar con dignidad el maravilloso propósito de los elegidos de veinte generaciones, cuya realización ha reservado la providencia para esta edad afortunada.
¡Sí!, jóvenes. Italia les debe una empresa que ha merecido el aplauso universal. Ustedes han conquistado y todavía vencerán, porque están preparados y tienen el carácter que decide el destino de las batallas. No son menos dignos que los hombres que entraron en las filas de una falange macedonia [3], y de quien compitió no en vano con los conquistadores orgullosos de Asia. A esta maravillosa página de la historia de nuestro país, todavía le añadiremos otra más glorisa, y el esclavo mostrará por fin a sus hermanos libres una afilada espada forjada a partir de los eslabones de sus cadenas.
A las armas, pues, todos ustedes!...todos ustedes!, que los opresores y los poderosos se desaparezcan como el polvo. Ustedes, también, mujeres alejen a todos los cobardes de sus abrazos, que les darán sólo niños cobardes, y las que son hijas de este bella tierra deben tener hijos nobles y valientes. Dejemos a los teoricos tímidos marcharse de entre nosotros para que lleven su servilismo y sus miedos miserables a otros lugares. Este pueblo es su propio maestro. Desea ser el hermano de otros pueblos, pero mirar al insolente con una mirada orgullosa, y no arrastrarse ante ellos implorando su propia libertad. No sigan en el camino de los hombres que tienen mal su alma. ¡No! ¡No! ¡No!
El destino nos presenta una Italia con Víctor Manuel. Debemos agruparnos todos los italianos en torno a él, y olvidarnos de toda disputa y rencor. Una vez más reitero mi grito de batalla: ¡A las armas, todos, todos ustedes! "Si en marzo de 1861, tenemos un millón de italianos alzados en armas, entonces ¡habra libertad!, ¡habrá vida para Italia. Si, no, alejemos de mí un pensamiento que aborrezco como veneno. En marzo de 1861, o a más tardar febrero, nos encontrará a todos nosotros como exitalianos de Calatafimi, Palermo, Ancona, el Volturno, Castelfidardo e Isernia, y con nosotros a cada hombre de esta tierra que no es de cobardes ni de esclavos. Agrupemonos en torno al héroe glorioso de Palestro y demos el último golpe al edificio que derrumba la tiranía. Reciban, entonces, mis valientes jóvenes voluntarios mí palabra de despedida, como si fuera el final glorioso de diez batallas.
Pronuncio estas palabras con el más profundo afecto y desde lo más intimo de mi corazón. Hoy me veo obligado a retirarme, pero por unos días solamente. La hora de la batalla me encontrará otra vez con ustedes, junto a los campeones de la libertad italiana. Dejen que la única vuelta a sus hogares sea de aquellos que imperiosamente sean llamados por obligaciones con sus familias, y los que por sus gloriosas heridas merezcan el crédito de su país. Estos, de verdad, servirán a Italia en sus hogares, por su consejo o por el aspecto mismo de las cicatrices que adornen su frente juvenil. Aparte de estos, dejemos a todos los demás permanecer para proteger nuestras gloriosas banderas.
Nos encontraremos de nuevo en poco tiempo, para marchar juntos al rescate de nuestros hermanos que están siendo esclavos del extranjero.
Nos encontraremos de nuevo en poco tiempo, para marchar a nuevos triunfos.
GIUSEPPE GARIBALDI

Traducción libre: © www.constitucionweb.com
[1] El discurso es un elocuente llamado que hizo a sus soldados en 1860, en la epoca de la segunda guerra de indepedencia. Un año más tarde, como resultado de su liderazgo militar audaz y la dirección política de los patriotas compañeros, Giuseppe Mazzini y Cavour, Camilo, el Reino de Italia fue finalmente proclamado.
[2] Giuseppe Garibaldi (1807-1882) fue un patriota italiano, nacionalista y líder militar que ayudó a liberar a los italianos de la dominación extranjera y unificar el país.
[3] La falange macedonia era una formación de infantería creada y usada por Filipo II, y más tarde por su hijo Alejandro Magno en su conquista del Imperio persa. Esta formación predominó en las batallas durante el período helenístico hasta ser reemplazada por las legiones romanas. Aunque las legiones romanas ya se habían enfrentado con la falange macedonia durante la incursión de Pirro, rey del Épiro, quienes vencieron a los romanos pero a un alto costo en vidas para los macedonios (de allí victoria a lo “Pirro”), Garibaldi se refiere en su discurso a la confrontación el 22 de junio de 168 aC, donde esta vez, la legión romana -con un cambio de tactica-, derrotó a la falange del rey Perseo en Pidna, junto al monte Olimpo. En efecto, el bloque de la falange creada por Filipo de Macedonia siglos atrás, proyectaba para la línea de batalla una formación en bloque con su frente erizado de picas (grandes lanzas) que fue totalmente neutralizada y superada por la falange romana dirigida por Emilio Paulo, quien dispuso que si bien sus soldados lanzarían sus pila como siempre, inmediatamente después, reagruparían el bloque en múltiples filas de a uno que facilmente se metieron por entre los huecos que dejaban las sarissas macedonias, a quienes de este modo vencieron debastadoramente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario