CARTA DIRIGIDA A LA GENTE QUE RODEÓ LA CASA DE GOBIERNO DE MISIONES PARA PEDIR UN CAMBIO DE RUMBO POLÍTICO QUE PONGA FRENO A LA CRISIS
QUE SE VAYAN LOS INEPTOS Y LOS CORRUPTOS
Mons. Joaquín Piña Batllevell, obispo de Puerto Iguazú
[6 de junio de 2002]
A mis hermanos de la Plaza Nueve de Julio:
“Su Padre Obispo del Norte, –diócesis de Iguazú–, por medio de este pequeño mensaje, quiere decirles que, aunque me fue imposible acompañarles físicamente, ya saben que de corazón estoy con Ustedes.
Por lo demás, quiero que sepan que me siento perfectamente identificado con mi hermano Juan Rubén Martínez, Obispo de Posadas, con quien coincidimos en una misma posición de apoyo a la verdad, a la justicia y a los más débiles. Y con mi representante y delegado para la Pastoral Social, el laico, director de Cáritas Diocesana, Carlos Di Marco, que a su vez trabaja, codo a codo, con el Director de Cáritas Posadas, Presbítero Juan Carlos Belgrano.
Lamento profundamente esa actitud soberbia, intransigente de un Gobierno que se esconde, y no quiere dialogar con ustedes, –es evidente que quieren vencerles por cansancio–, y ni siquiera se ha prestado a dialogar con quienes, con muy buena voluntad, se habían ofrecido para mediar en este asunto. No se puede mediar cuando una de las partes no está dispuesta a escuchar.
Algún día tendrán que hacerlo, porque el pueblo ya no aguanta más. Ya nos engañaron demasiadas veces. Ya abusaron bastante de Ustedes. Ya hace rato que se ve que no representan a quienes les votaron; sino que responden a sus propios intereses, que son los del Fondo Económico y el modelo neoliberal que nos han impuesto.
Se ha visto claro a los que nos ha conducido este tipo de política, agravado por la corrupción en todas las esferas del Gobierno. ¿Cómo algunos de ellos se han enriquecido tanto, cuando todo el país está en la miseria?
Se comprende que todo el pueblo haya dicho ¡BASTA! Ya no aguantamos más ese tipo de dirigencia. Es necesaria una renovación total de los cuadros, si es que queremos una Argentina distinta. Que se vayan los ineptos y los corruptos, y que dejen lugar a gente nueva, que sin duda que los tiene que haber. Porque, a pesar de todo, yo sigo creyendo que existen los argentinos capaces y, sobre todo, honestos, como son la gran mayoría de Ustedes, gente de trabajo, sacrificada, que merece todo mi apoyo.
Que se dejen ya de hablar de “infiltrados” y “activistas”, que esto es un viejo cuento, que ya lo sabemos. Claro que los puede haber, como los ha habido siempre y en todas partes, -peores que ellos son los punteros del Gobierno y sus “ñoquis” asalariados-; pero ahora no se trata de infiltrados, sino que es el pueblo. Todo el pueblo de Misiones, desde los niños que pasan hambre, los maestros desanimados, los empleados de la salud, hasta los viejitos, que fueron grandes trabajadores, y en este momento, como consecuencia de la mala política del gobierno, se han quedado sin nada.
Hermanos, ¡no aflojen! que con la ayuda de Dios todo esto tiene que cambiar.
Un abrazo para ustedes y sus familias de su Padre Obispo
Puerto Iguazú, provincia de Misiones, 6 de junio de 2002
Mons. Joaquín Piña y Batllevell, obispo de Puerto Iguazú
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