MENSAJE
DEL
GOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE SAN JUAN
José Luis Gioja
AL ABRIR LAS SESIONES DE LA CAMARA DE DIPUTADOS
EL 1 DE ABRIL DE 2011
En la Ciudad de San Juan, provincia del mismo nombre, de la República Argentina
Sr. Presidente, Sres. Legisladores
Queridas amigas, queridos amigos:
Sanjuaninos,
La primera vez que tuve el honor y el privilegio de dirigirme a ustedes, los miembros de la Asamblea Legislativa de San Juan, fue un 1º de abril como hoy pero de hace exactamente siete años.
Quién lo diría, ¿no? Vuelvo la mirada hacia aquella luminosa mañana del año 2004, veo a mi mujer y a mis hijos, a mis amigos y mis compañeros, a cada uno de ustedes, y no puedo dejar de sentir que fue apenas ayer, pero que a la vez, hay toda una vida de distancia entre aquél día y éste.
Algunos dirán que estamos más viejos y otros que estamos más gruñones o más sabios. Y como en realidad unos y otros tienen un poco de razón, resultado de ello es que aquí nos encontramos nuevamente, con la oportunidad extraordinaria de volver hacia atrás, mirar con una perspectiva más serena y ver con esa profundidad que deviene de haber vivido la vida intensamente.
Fíjense que aquella mañana en la que yo llegué a este venerable recinto, que me trae muy buenos recuerdos por mi pasado aquí, que venia con el corazón hinchado de emoción y la garganta apretada por la magnitud del momento, había una idea que no podía apartar de mi mente ni por un segundo: mi mandato era HACER.
Y con esa idea como estandarte, aquel día comencé mis palabras recordando que el combustible más poderoso para encender los corazones de la gente durante la campaña del 2003, lo que verdaderamente detonó la esperanza, fue ese sentimiento que nos unía a todos por igual: hacer.
Hacer lo que se debía hacer.
Hacer lo que se había dejado de hacer, por desidia o por desgano.
Hacer lo que nunca se había hecho, porque no había cómo o no había con qué.
Y eso que nos planteábamos hacer, era –nada menos- que transformar a San Juan en una de las provincias más activas, más prósperas y más seriamente administradas de la Argentina.
Menuda tarea nos habíamos cargado a los hombros.
Lo digo porque en aquellos momentos aciagos de una Argentina que recién comenzaba a balbucear la palabra “reconstrucción”, imaginar que podíamos convertir a San Juan en un ejemplo para el resto del país, simple y llanamente parecía una quimera, un sueño de quijotes.
Un sueño que si bien allá en Buenos Aires tenía padre y madre, Néstor y Cristina, aquí en San Juan, sólo tenía huérfanos.
Huérfanos, sí, porque nuestra tierra (y estoy hablando de hace sólo siete años, APENAS siete años) nuestra tierra era tierra arrasada. Arrasada por el desinterés, por la falta de ideas, por la improvisación y el desaliento. En San Juan, acordémonos, todos éramos huérfanos porque éramos huérfanos de esperanza.
Así estaban las cosas, pero fuera como fuera, yo me había comprometido. Ustedes se habían comprometido. Todos nosotros nos habíamos comprometido, haciéndonos responsables de la consecución del más preciado de los sueños colectivos de nuestros comprovincianos: salir de la postración de una vez y para siempre.
Y por si eso no fuera suficiente, con el terrible agravante de que formábamos parte de una clase dirigente que -por comisión u omisión, ya no importa- se había terminado ganando el más profundo de los descréditos.
¿O hay alguien aquí al que aun no le toque el alma el eco del “Que se vayan todos!”? ¿O hay alguno, entre todos nosotros, que se sienta ajeno de aquel grito furibundo de rabia y de impotencia cívica?
Hagamos memoria. Porque peronistas, y radicales, y socialistas, y los de derecha y los de izquierda, y los que creen que a ellos no los rozó y los que se imaginan que la culpa fue de otros, y todos y cada uno de nosotros, fuimos partícipes -si no protagonistas- de aquella desgarradora fractura entre política y ciudadanía.
Allá por el 2003 la gente no quería ni podía seguir creyendo en discursos y slogans. En toda Argentina –y por cierto los sanjuaninos no éramos la excepción- las personas clamaban por ver hechos ciertos, y nadie estaba dispuesto a otorgarle ni un centavo más de crédito y ni un minuto más de tiempo a quienes habían traicionado sus esperanzas.
Yo no me olvido. No puedo, no debo, no quiero olvidar. Y espero de corazón que tampoco ninguno de los que hoy están aquí o me están escuchando en toda la provincia pierda la memoria.
Lo digo porque me parece imprescindible tener siempre presente que llegamos cuando todo parecía perdido, y que aun así tuvimos el atrevimiento de prometer que íbamos a hacer de San Juan una de las provincias más prósperas y con mayor justicia social del país. ¿Y saben por qué fuimos capaces de pronunciar semejante desafío? Porque nuestro proyecto, el Proyecto de la Segunda Reconstrucción de San Juan, estaba cruzado como un rayo por la imperiosidad de Hacer.
Ese día lo dije con todas las letras:
Frente a la inacción del pasado, HACER.
Frente a las carencias sociales, HACER.
Frente a los reclamos justos y enojados, HACER.
Frente a la desesperanza y la postergación, HACER.
HACER con inteligencia, con humildad, con respeto, con decisión, con coraje.
HACER con todos y por todos, porque jamás nos sobró un sanjuanino y jamás nos faltó voluntad para darle a cada uno lo que en verdad le corresponde.
Hoy, ni yo ni nadie tendría la arrogancia de decir que está todo terminado, pero sí podemos tener el orgullo de saber que desde que empezamos, no nos detuvimos jamás. Van a ser ocho años abrigados por la ilusión de nuestro proyecto de la Segunda Reconstrucción de San Juan, un modelo que reunió todas las ideas, con la decisión irrenunciable de hacer, de hacer bien y de hacer una vez por todas.
Encuadrados en esta propuesta seria, inclusiva y pluralista, nuestro gobierno enfrentó la inmovilidad y el desaliento de décadas con la única consigna de trabajar. Trabajar con alma y vida, sin excusas y sin excepciones. Trabajar, como dijimos desde el primer día, sin siestas, ni domingos, ni feriados. Y contra la desconfianza de quienes no podían o no querían creer, trabajar y seguir trabajando.
Y después de tanto esfuerzo, sentimos que todo ese trabajo no fue en vano. Nadie podría decir que resultó fácil, simple o regalado. Pero en estos años donde tuvimos que superar tanta piedra puesta y vuelta poner en nuestro camino, el resultado se levanta a la vista del que quiera ver. Ahí está todo.
Encaramos la terminación de Caracoles y Cuesta del Viento. Ahí están, terminados.
Finalizamos el Centro Cívico, después de haber sido por décadas el gran monumento a la desidia. Ahí está, funcionando.
Inauguramos el nuevo Hospital Rawson, otra obra paralizada por años y hoy el centro hospitalario más importante de Cuyo. Ahí está, cada día con más y mejores servicios.
Construimos una escuela cada 40 días, con 42 terminadas, 27 construyéndose y 11 más en licitación. Pero además, somos la provincia que más escuelas especiales ha inaugurado en el país. Ahí están todas ellas, con los chicos donde más los queremos: en el aula.
Erradicamos 69 villas de emergencia y levantamos una casa nueva cada tres horas, para completar 22.000 viviendas antes de fin de este año. Ahí están, dignas, sólidas y seguras.
Parquizamos y forestamos la Circunvalación, una obra maravillosa que no se inauguró nunca, pero ahí está, para que todos la disfruten.
Pavimentamos más de 1000 Km. de calles y caminos. Tendimos la nueva Línea de 500 KV. Llevamos el agua y la luz hasta los poblados más remotos. Ahí están.
Construimos y refaccionamos decenas de establecimientos de salud como los microhospitales de San Martín, Rawson, Chimbas y Angaco, y nuestro querido hospital Marcial Quiroga. Ahí están.
También están el nuevo Hospital Ventura Lloveras de Sarmiento y el nuevo de Pocito que inauguramos en los próximos meses. Y saben que, el viernes 8 de Abril con el Ministro de Salud de la Nación firmaremos un convenio para empezar a construir el nuevo hospital de Albardón igual a los anteriores.
Construimos el Estadio Único para 25.000 espectadores, con una emocionante fiesta de inauguración. Y Ahí está.
No sigo enumerando obras emblemáticas porque Ustedes ya las conocen.
Pero creo que también hemos intentado cumplir con aquellas necesidades intangibles que tanto hacen a la calidad de vida de nuestra gente, especialmente nuestros hermanos más necesitados.
A nuestros queridos abuelos les entregamos más de 40.000 jubilaciones y pensiones dignas.
Gracias a la aplicación seria y transparente de eficientes programas de alimentación, salvamos de las garras de la desnutrición a más de 7.000 chicos.
Los Planes Jefes y Jefas de Hogar han descendido, desde diciembre del 2003 a octubre 2010, un 99.55%. Pasamos de más de 36. 000 beneficiarios a sólo 164.
Con habilidad, con ingenio y una aguda focalización, logramos mantener más de 30 programas sociales nacionales y provinciales funcionando simultáneamente, empezando por el más importante de todos: la Asistencia Universal por Hijo.
Somos la provincia que más ha bajado la mortalidad infantil en la Argentina.
En materia económica,
Somos la Provincia que más creció en estos últimos siete años, el 114%.
Somos la provincia que más ha incrementado sus exportaciones en los últimos siete años, las multiplicamos por casi 15.
Somos la provincia que en forma proporcional crea más nuevos empleos del país.
Somos la provincia que ocupa el lugar número 1 en transparencia y cumplimiento de sus obligaciones fiscales.
Finalmente, no podemos olvidar el esfuerzo hecho por mostrar San Juan al mundo y a atraer a gente de toda Argentina y de los cinco continentes para que viera nuestra belleza y nuestra cultura. Con esa idea, peleamos hasta traer el Rally Dakar a la provincia, transformamos a nuestra Fiesta del Sol en uno de los mayores espectáculos de la Argentina, llevamos la muestra Titanes de Ischigualasto hasta Japón.
También relacionado al turismo, no puedo dejar de mencionar que, porque los emprendedores cada día creen más en quienes trabajan seriamente y con políticas de estado, hoy podemos decir con orgullo que en sólo siete años casi hemos duplicado la capacidad hotelera completa de la provincia.
Por supuesto, cómo no vamos a seguir enorgulleciéndonos también con las cosas lindas que hicimos entre todos: la celebración del Bicentenario cantando el Himno desde Ischigualasto, el Abrazo del Tricentenario con decenas de miles de personas unidas en torno a la Avenida de Circunvalación. Y por supuesto, el extraordinario evento que organizamos para Mercosur, donde fuimos capital política y social del subcontinente, con la visita de los presidentes, cancilleres, embajadores y autoridades de todos nuestros países hermanos asociados.
Claro que si recorrer tanta obra importante ayuda a dimensionar la vastedad del trabajo realizado, de la misma forma lo que hoy está construyéndose, en etapa avanzada de proyecto o licitándose, evidencia la magnitud del compromiso que tenemos por delante. En ese sentido, quiero destacar dos emprendimientos de extraordinaria relevancia, que inauguraremos en los próximos días y situarán a San Juan como un verdadero paradigma de modernidad en el país.
En primer lugar, la primera planta de energía solar fotovoltaica de Argentina y Sudamérica conectada a la red, que cuenta con 4.836 paneles solares para producir 1,2 mW de energía eléctrica limpia, y será la primera de otras 6 plantas similares que se instalarán en nuestra provincia.
Y en segundo lugar, un verdadero sueño cumplido: la inauguración del Parque de Tecnologías Ambientales, ubicada en el ex vertedero de Rivadavia y que es nada menos que la planta de tratamiento de residuos más moderna de Argentina. Es este un emprendimiento de gran tecnología y alto valor social, donde decenas de trabajadores que antes se ganaban la vida cirujeando en la basura, fueron capacitados y ahora tendrán trabajo digno y estable en una planta de clasificación de residuos, los que posteriormente son transformados en materias primas, compost y gas metano para generar energía.
Sin duda, el tema hídrico y energético nos preocupa enormemente y a ello hemos dedicado importantes esfuerzos que están dando sus primeros frutos. A este respecto me satisface mucho poder informar que las obras de Punta Negra -que venían postergándose desde hace años hoy marchan al ritmo previsto: los 1.200 operarios que están asignados a la construcción ya han superado el 14% del total de las obras del dique, lo que nos da claras evidencias de que se cumplirá la fecha de entrega.
La otra obra monumental que avanza a paso firme en su etapa de proyecto es el dique El Horcajo, a 45 kilómetros de Barreal. Se trata de una idea anterior a la de Ullum, pero mucho mayor, que reúne un gran potencial energético con un extraordinario atractivo turístico, que comienza en la posibilidad de transformarse en un centro de deportes acuáticos y se completa con el proyecto de la pista de esquí en Los Manantiales y el cerro Mercedario.
No puedo olvidar tampoco un sueño enorme que tenemos y estamos empeñados en hacerlo realidad: la colonización del valle del río Bermejo, donde hoy se está haciendo la nueva ruta 150 y estamos construyendo la Línea de 132 kv entre Huaco y Baldecitos, cerca de Ischigualasto. Sabemos que al este de Huaco tenemos unas 64.000 hectáreas que hoy son apenas un desierto, pero tienen gran potencial productivo, por lo que brindando energía vamos a poder electrificar los pozos y sacar las aguas subterráneas de calidad que hay en este Valle.
Finalmente, el ámbito del arte y la cultura también están contemplados con dos obras de enorme trascendencia:
Una de ellas ya está asomando a la mirada de todos: el Museo Provincial de Bellas Artes “Franklin Rawson”. Esta obra de 5.000 m2 albergará la tercera colección de pinturas en importancia de la Argentina y contará con una sala de exposiciones permanentes, otra de exposiciones itinerantes, biblioteca, hemeroteca, patio de esculturas y un auditorio para 150 personas.
La otra gran obra emblemática es el Teatro del Bicentenario, que como ustedes saben ya está licitado y se emplazará en avenida Córdoba entre España y Las Heras. Tendrá una superficie aproximada de 2,2 hectáreas y formará parte del conglomerado cultural que integran el Auditorio, Estadios Abierto y Cerrado, Centro de Convenciones, Facultad de Ingeniería, Predio Ferial, Centro Cívico, Legislatura y Museo de Bellas Artes.
No creo prudente seguir extendiéndome en los avances que hemos realizado este año, puesto que en verdad son muchos y ustedes podrán informarse extensamente en el documento que se ha puesto a su disposición.
Sin embargo, quiero compartir a este respecto un sentimiento muy personal: cuando empezamos hace siete años, no faltaron los que se paraban a mirarnos desde la vereda del frente, con sonrisa sobrada y las manos en los bolsillos. Eran los profetas del “No se puede”. Hoy, está a la vista que sí pudimos, y si mucho de nuestra gestión está relacionado con el ladrillo y el cemento, será porque por un lado tenemos una formación técnica muy marcada, pero por otro, porque el déficit de infraestructura que había en nuestra provincia alcanzaba niveles patéticos.
Quiero reiterar que sobre sus bancas, se encuentra el detalle de lo hecho Área por Área de mi Gobierno en los Anexos respectivos, material que esta disponible para quien lo necesite.
Señor Presidente, Señores Legisladores:
Todos sabemos que ésta es una ocasión especialmente apropiada de poner las cosas encima de la mesa y no pienso esquivar la oportunidad, porque si queremos ser sinceros, tan sinceros como se le debe al pueblo, dar cuenta de lo obrado es dar cuenta de todo. Es abrir el alma y decir lo que haya que decir sin sacarle el cuerpo a los dolores, por más profundos, cercanos o injustos que sean.
A ese respecto, debo decirles que la decisión de proponerle a los sanjuaninos una enmienda a la Constitución ha sido una de las más difíciles de mi vida pública, pero sin duda, la que me ha golpeado con los desgarros más profundos.
Sé que eso es parte del costo y aunque el cuero sea duro a fuerza de aguantar golpes, les garantizo que lo que en realidad termina mitigando todos los dolores es escuchar a mis amigos, a constitucionalistas, a compañeros de trabajo y militancia, a cientos y cientos de sanjuaninos y especialmente a mi familia, todos exhortándome a no aflojar ante los embates, a no ceder frente a las infamias, a seguir adelante en una decisión que considero la más difícil de toda mi vida política.
Es cierto. Y porque es cierto, no necesito que nadie me venga a dar lecciones de democracia o a recordar lo que yo mismo he mencionado en varias ocasiones estas últimas semanas: me refiero a que durante todos estos años sostuve -y aun sostengo- que la alternancia en el gobierno es un procedimiento lógico y deseable para la democracia. Sin embargo, al mismo tiempo, las circunstancias me han hecho comprender que es ilógico y es indeseable que por sostener aquello, me convierta en un necio, incapaz de aceptar verdades que no pueden ser negadas.
Ninguna de esas verdades está oculta al público. Al contrario.
- La primera verdad es que, efectivamente, he comprobado una importante inclinación ciudadana a que el proyecto que encabecé durante estos siete años, continúe entregando más y mejores frutos a la calidad de vida de los sanjuaninos.
- La segunda verdad es que el ejercicio de la democracia no es ni más ni menos que el ejercicio de decidir, y que nuestra propia Carta Magna es garante de ello, al determinar que la ciudadanía tiene el poder de decidir si se requiere o no una enmienda constitucional y de qué manera debe llevarse a cabo.
- La tercer verdad es que, como consecuencia de lo anterior, no puede haber nada antidemocrático, nada antirrepublicano, nada anticonstitucional en que el pueblo ejerza ese derecho inalienable que es el expresar su opinión, haciendo uso de las herramientas que están legítimamente diseñadas para ello.
Por el contrario, decidir una enmienda constitucional es un acto del más ejemplar sentido democrático: si la mayoría de los sanjuaninos decide libremente que la Constitución se enmiende, la Constitución se enmienda. En cambio, si no existe voluntad mayoritaria para aprobar la enmienda, muy bien también: hasta ahí se llega.
En todo caso, a quienes de verdad quieran tener una opinión fundada y veraz sobre este magno proceso constituyente que está encarando la sociedad sanjuanina, les voy a dar un único consejo: lean la Constitución.
El que tenga dudas, que lea la Constitución. El que no me crea, que lea la Constitución. El que piense mal, que lea la Constitución. El que desconfíe, que lea la Constitución. Todo está ahí y a la vista de quien quiera enterarse.
Me parece que leer nuestra Carta Magna es más que suficiente como forma de enseñarle el camino a quien lo ha perdido, y por eso no voy a agregar una sola palabra ni de respuesta ni de reproche a quienes me han agraviado e injuriado con tanta saña en estas últimas semanas. Simplemente quiero recordarles que en democracia manda el pueblo, no los políticos. Y es sabido que a quienes las urnas les dan la espalda, eso es una evidencia que no pueden soportar.
Sobre este tema quiero informarles que: Hemos dictado una Ley de Necesidad y Urgencia, mediante la cuál se dispone otorgar un aporte a los Partidos Políticos habilitados, y que participen en el acto comicial previsto para el día 8 de Mayo próximo.
Este aporte, debe ser destinado a los gastos ocasionados por la campaña electoral, que se desarrolla en ocasión de los comicios convocados con motivo de la enmienda constitucional.
La distribución de estos fondos, se hará con un mecanismo similar al que utiliza la Nación Argentina para estos casos, y con cargo a rendir cuentas.
Esta decisión tiene que ver con nuestra convicción cívica y la permanente voluntad de ofrecer las mayores garantías de participación a los Partidos Políticos, y a los Ciudadanos de San Juan; sobre todo en temas tan trascendentes como el que nos ocupa.
Señor Presidente, Señores legisladores, Sanjuaninos Todos:
Con toda humildad puedo decir que hemos trabajado casi ocho años para devolverle a la gente aquello que jamás debió haber perdido: el orgullo de ser sanjuaninos. Y consecuente con eso, cuando nuestro proyecto ya ha dado frutos y comienza a exigir mayores sacrificios para animarnos a mayores logros, acepté el desafío y le dediqué varios meses a pensar, evaluar y escuchar las opiniones más expertas y las voces más sensatas.
Sólo después de ese proceso tomé la decisión de proponer la enmienda para, en caso de ser aprobada, tener la posibilidad de una segunda reelección.
Quiero en esta ocasión, agradecer a los señores Diputados tanto del oficialismo como de la oposición, que después de un profundo y participativo debate, se haya aprobado por esta Cámara el Proyecto de Enmienda Constitucional que envié oportunamente para su tratamiento legislativo. Hoy estamos en el proceso electoral para que el Pueblo de la Provincia se exprese libremente sobre esta decisión de la Cámara de Diputados.
No soy imprescindible, no me siento imprescindible.
Nadie es imprescindible.
Sí soy el que conduce este Proyecto Político que hemos denominado “Segunda Reconstrucción de San Juan”; y que ha logrado, con el acompañamiento del Pueblo de San Juan, todos juntos, empezar a poner de pié a la Provincia, y revalorizar la autoestima de los Sanjuaninos.
Es en esa condición que me siento en la obligación de ofrecer a mis comprovincianos, nuestro humilde servicio para esta etapa, que es clave para el crecimiento sostenido que pretendemos. Confío en cada uno de mis comprovincianos, y estoy profundamente agradecido que me hayan permitido gobernar por dos periodos a nuestra patria chica.
Hoy como antes -con las mismas ganas, con el mismo entusiasmo, con el mismo compromiso, pero con mayor experiencia- me he animado a pedir a mis conciudadanos, que me permitan el honor de postularme un vez más, por un nuevo periodo para el cargo de Gobernador de San Juan. Aspiro a contar con la adhesión de los Sanjuaninos.
Si estas palabras serán las últimas que pronuncie en una apertura de sesiones de la Asamblea Legislativa es algo que está en manos del pueblo de San Juan. Instancia que, tenga el signo que tenga, no va a ser una novedad en mi vida política, porque jamás he tenido un cargo que no fuera originado en el deseo, la confianza y la voluntad de la gente de San Juan.
Yo soy un agradecido de ello, así como soy un agradecido de todo cuanto Dios quiso darme en esta vida. Lo bueno y lo malo. Lo feliz y lo doloroso. Por eso hoy no puedo darles la espalda a quienes me han permitido ejercer el servicio público y, quiero dejar establecido que voy a seguir jugándome para que puedan ejercer sus derechos en la más absoluta plenitud hasta el último instante de mi vida política.
Lo digo con profunda humildad, con absoluto respeto y con plena consciencia de los enormes costos que ya estoy enfrentando por ello.
Dios los bendiga a todos y cada uno de ustedes, y nos permita seguir obrando con nuestras mejores virtudes en beneficio de nuestros hermanos sanjuaninos.
Muchas gracias.
JOSE LUIS GIOJA
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