DISCURSO EN EL ACTO
DE CONMEMORACIÓN DEL DÍA DEL EJÉRCITO
Néstor Kirchner
[29 de Mayo de
2006]
Señor vicepresidente de la Nación ; señores presidentes
de las Cámaras Legislativas; señor gobernador de la provincia de Buenos Aires;
señora ministra de Defensa; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional;
señor jefe del Estado Mayor General del Ejército; señores jefes del Estado
Mayor Conjunto y de los Estados Mayores Generales de la Armada y la Fuerza Aérea ;
autoridades nacionales, provinciales y municipales; personal militar superior y
subalterno de las Fuerzas Armadas; señoras y señores:
Como presidente dela Nación y comandante en jefe
de todas las Fuerzas Armadas de la
Nación , quiero saludarles con motivo de la celebración del
Día del Ejército en conmemoración de los 196 años de su creación.
Como presidente de
El papel de la Primera Junta y en
especial el de los doctores Mariano Moreno, Juan José Castelli y Manuel
Belgrano en su creación y desarrollo, exigen que recuperemos con toda fuerza el
espíritu de aquellos próceres, para impregnar con él nuestro accionar actual y
futuro.
Entre las consideraciones del acto de
creación se manifiesta lo que quiero destacar citando textualmente: “y aunque
para justa gloria del país es necesario reconocer un soldado en cada habitante,
el orden público y la seguridad del Estado exigen una fuerza reglada
correspondiente a la dignidad de las provincias”.
Es interesante ver como en 1810 se tuvo
especialmente en claro que la defensa para ser integral no puede concebirse
como una cuestión solamente militar, y que para organización y funcionamiento
de lo militar se requieren reglas de subordinación al poder civil.
La plena, efectiva y constante subordinación
a los poderes constitucionales no sólo debe verse como necesaria y legítima en
su accionar, en tanto se ubican al servicio de la voluntad del pueblo
organizado en el gobierno civil, electo democráticamente, sino también como
fidelidad a su propio origen. Concepto de la defensa integral y preeminencia
del poder que surge del pueblo en democracia, son conceptos centrales de la
problemática que encierra la defensa nacional.
Hoy que en nuestra Patria, la República Argentina ,
estamos mirando con esperanza al futuro, es fundamental tener presente esos
conceptos, no sólo por una cuestión conceptual de democracia, constitución y
voluntad popular, sino también por comprensión histórica. Muy mal les fue a las
Fuerzas Armadas, y mucho peor al país y a sus ciudadanos, cuando se olvidaron
de estos conceptos.
Hoy nuestra economía crece de manera
continuada y enérgica; los beneficios de ese crecimiento han disminuido
notablemente la pobreza, la indigencia y el desempleo; se ha recuperado el
valor del salario y de las jubilaciones; el consumo nacional ha salido del pozo
al que el derrumbe del 2001 lo había sepultado; estamos impulsando un
importante incremento en el presupuesto de educación para garantizar su calidad
y goce a todos los ciudadanos; hemos sorteado con éxito la difícil
renegociación de la deuda externa y aumentamos la autonomía de nuestras
decisiones al cancelar préstamos con organizaciones financieras
internacionales; estamos desarrollando una política internacional soberana,
afirmada en la región y especialmente en el MERCOSUR, con espíritu de
integración y cooperación con nuestros pueblos hermanos.
Es claro entonces que de la reconstitución
económica, cultural, social y política de nuestra Patria deben participar las
Fuerzas Armadas, específicamente en el área de Defensa y en el marco de la Constitución.
Por ello nos disponemos a iniciar un proceso
de revisión, reconversión y modernización integral del sistema de defensa
nacional. Por imperio de la
Constitución y las leyes la defensa nacional tiene por
finalidad garantizar de modo permanente la soberanía e independencia de nuestra
integridad territorial y nuestra capacidad de autodeterminación, así como la
protección de la vida y la libertad de nuestros ciudadanos.
La integración y la acción coordinada de las
Fuerzas Armadas para solucionar aquellos conflictos que requieran el empleo de
la fuerza en forma disuasiva o efectiva para enfrentar las agresiones de origen
externo, constituyen elementos que son centrales en el cumplimiento de su
misión básica.
Debemos avanzar de manera sostenida en un
proceso que permita readecuar y establecer nuevas bases, sobre las cuales se
debe ordenar el sistema de Defensa y las propias Fuerzas Armadas. Primero,
aplicando efectivamente los criterios de organización militar establecidos en la Ley de Defensa Nacional y
estableciendo las autoridades civiles el ejercicio efectivo de la conducción de
política de defensa; luego, estableciendo directivas de nivel político
dirigidas a organizar y enmarcar el desarrollo de las Fuerzas Armadas.
Esta revisión requiere una efectiva función
de la conducción civil de la gestión y planificación presupuestaria conjunta y
un incremento de la transparencia en la exposición y posterior ejecución de la
misma.
El objetivo que se persigue es disponer de
unas Fuerzas Armadas racionalmente organizadas, financieramente sostenibles en
el marco de los presupuestos asignados, adecuadas en su organización a las
normas y a la institucionalidad vigente, que garanticen un nivel de eficiencia
que se corresponda al gasto público comprometido con el sector. Ello
posibilitará a los hombres y mujeres que eligen servir al país en la carrera de
las armas tener un horizonte profesional promisorio que les permita cumplir sus
actividades personales y profesionales.
Como es público, el equipamiento y
reequipamiento de las Fuerzas Armadas constituye un objetivo de nuestro
Gobierno, para cobertura de las necesidades propias de la defensa, pero también
con el objetivo subsidiario de concurrir al incremento de la producción
nacional.
Vemos como muy promisoria en este sentido la
producción por el Ejército Argentino, en asociación con el brasileño, del
vehículo Gaucho y la repotenciación de diversos transportes y ambulancias.
También entendemos que las tareas de
remodelación de media vida de la fragata Libertad, buque escuela de nuestra
Armada, efectuadas en el astillero Río Santiago, constituyen parte del esfuerzo
por auxiliar a la reconstrucción de la industria naval nacional, en tanto se
trabaja en los proyectos de construcción de los patrulleros de alta mar.
Queremos mejorar de manera decisiva la
vigilancia en nuestro cielo. En una primera fase estamos procediendo a la
contratación de un prototipo y 10 radares secundarios monopulso argentinos,
desarrollados y fabricados por la empresa INVAP, cuyas patentes han sido
cedidas al Estado Nacional. Este contrato en pleno desarrollo pretende
consolidar la presencia de un proveedor local de tecnología de avanzada en
materia aeroespacial, que permita no sólo abastecer al mercado interno sino
también abrir nuevos mercados para la exportación de productos con un
significativo valor agregado.
Se encuentran también adicionalmente
finalizadas las especificaciones técnicas requeridas por el llamado a
licitación pública internacional que habrá de convocar la Fuerza Aérea para la
provisión de tres radares móviles contemplados en el sistema y se espera que
puedan estar operativos a principios del año próximo.
Nos interesa que en adelante la industria
argentina pueda participar activamente en la provisión de nuevos radares de
triple dimensión, desarrollados y fabricados en nuestro país y que sean
necesarios para avanzar en las otras etapas del plan de desarrollo de nuestro
sistema de vigilancia aeroespacial.
El equipamiento material constituye un
instrumento significativo para el desempeño de las Fuerzas Armadas. Entendemos,
no obstante, que necesitamos paralelamente un esfuerzo decisivo para la
superación personal en la orientación y en la disposición de los oficiales
superiores, oficiales jefes, oficiales, suboficiales y soldados.
Es nuestra preocupación utilizar de manera
sistemática los recursos del Estado para la defensa, por ello el Ministerio de
Defensa ha firmado un convenio con el INTI para que oficie como evaluador
global del área de Defensa; se han firmado convenios de cooperación con las
universidades nacionales de La
Plata y Buenos Aires, con el objetivo específico de evaluar
el estado de los equipos aéreos de las tres fuerzas; estamos estimulando el
desarrollo de CITEFA y de los otros institutos científicos de investigaciones,
corazón tecnológico de las Fuerzas Armadas, para incrementar los desarrollos
nacionales de defensa.
El Gobierno que encabezo ha definido de
manera meridiana la orientación de la defensa en el marco constitucional de la
vigencia de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. La
revisión crítica del pasado está siendo acompañada por la necesaria
capacitación de los cuadros castrenses en esta materia. En el día de hoy
comienza en el Ministerio de Defensa un curso dirigido a jefes, oficiales y
suboficiales, que durante una semana trabajarán en el más alto nivel para que
la tarea futura nos permita superar definitivamente los oprobios del pasado.
Aspiramos a que como ciudadanos soldados los hombres del Ejército participen de
su tarea específica, la de profesionales de la guerra en el marco de la
estrategia defensiva que adoptamos. Queremos Fuerzas Armadas prestigiadas por
el cumplimiento de su rol y comprometidas con el futuro de la Nación.
Esto no es para nosotros un discurso de
ocasión, debemos señalar aquí, forzosamente, que han ocurrido hechos que no
ayudan a la construcción de aquel prestigio. Me refiero a las denuncias de
espionaje interno realizadas en Trelew y a la participación de integrantes de
estas fuerzas en un acto público, en el que no sólo se ha agredido a
periodistas que realizaban su labor sino que se ha incurrido en conductas,
acciones y palabras a las que no sería temerario calificar de rayanas con la
apología del delito al reivindicar el terrorismo de Estado, tal como ha
ocurrido el pasado 24 de mayo en la plaza San Martín.
Queremos avanzar en la construcción de una
Argentina con crecimiento, empleo, producción, integrada en un proyecto
nacional que nos contenga a todos. La inclusión, la equidad, la igualdad que
Argentina necesita requiere Fuerzas Armadas comprometidas con el destino de la Nación y subordinadas al
poder de origen popular.
Quiero que quede claro que como presidente
de la Nación
Argentina no tengo miedo ni les tengo miedo, que queremos el
Ejército de San Martín, Belgrano, Mosconi y Savio, y no de aquellos que
asesinaron a sus propios hermanos, que fue el de Videla, Galtieri, Viola y
Bignone. Hay un nuevo país, necesitamos soldados comprometidos con el destino de
la patria, y como presidente de la Nación Argentina vengo a reivindicar un Ejército
nacional, comprometido con el país y alejado definitivamente del terrorismo de
Estado.
Señores oficiales y suboficiales, les pido
fuertemente ese concepto y esa filosofía que definitivamente nos incorpore a la
construcción de la patria que los argentinos necesitamos. Muchísimas gracias.
NESTOR KIRCHNER
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