DISCURSO EN
GUALEGUAYCHÚ, PROVINCIA DE ENTRE RÍOS
Néstor Kirchner
[5 de Mayo de 2006]
Señores Gobernadores; señores legisladores;
autoridades nacionales; señor Intendente de Gualeguaychú, querido amigo, que
nos conocemos igual que con el Gobernador de tanto tiempo; señores intendentes
de todas las localidades del país que se encuentran presentes; integrantes de la Confederación Central
del Trabajo; señores empresarios; señores de la Asamblea Ambiental ;
amigos, amigas; hermanos y hermanas del pueblo de Gualeguaychú: es una gran
felicidad poder estar compartiendo con ustedes esta verdadera asamblea ciudadana,
de ciudadanos argentinos de una punta a la otra: de Sur a Norte y de Norte a
Sur.
Quiero agradecer profundamente la presencia de los señores gobernadores, intendentes, concejales y legisladores. Su presencia y el motivo que nos convoca tiene especialísima relevancia y fuerte simbolismo. Estamos aquí reunidos la totalidad de las distintas instancias de Gobierno y pueblo, la suma plural de todos los idearios políticos comprometidos conla Nación ,
con responsabilidad institucional, en un esfuerzo conjunto por superar divisas
y asumir sólidos compromisos con el país y con nuestro pueblo.
Quiero agradecer profundamente la presencia de los señores gobernadores, intendentes, concejales y legisladores. Su presencia y el motivo que nos convoca tiene especialísima relevancia y fuerte simbolismo. Estamos aquí reunidos la totalidad de las distintas instancias de Gobierno y pueblo, la suma plural de todos los idearios políticos comprometidos con
Es relevante que todos manifestemos, como lo
ha hecho ya la Legislatura
de Entre Ríos, y a su solicitud el Congreso de la Nación , nuestro apoyo a una
instancia que debemos emprender. Tiene especial simbolismo que lo hagamos cada
uno desde nuestra responsabilidad institucional y desde nuestro propio
alineamiento partidario, nuestras convicciones y nuestros ideales, teniendo
conciencia de que en esa enriquecedora diversidad expresamos un conjunto unido
y solidario.
Hemos venido a Gualeguaychú, más allá de
cualquier especulación, más allá de cualquier actitud descalificatoria o
agravio que le quiera restar la calidad soberana y nacional que tiene esta
soberanía, a comprometernos con el desarrollo sostenible para consolidar una
política de crecimiento con equidad, que incorpore con fuerza la dimensión
ambiental a las acciones de todos los niveles de Gobierno; hemos venido a
Gualeguaychú a comprometernos a elevar los estándares actuales de cuidado de
nuestro medio ambiente para que permanezca sano y saludable; hemos venido
también a respaldar el camino seguido, respetuoso del derecho interno e
internacional, en el diferendo ambiental que tenemos con el Gobierno de la
hermana República Oriental del Uruguay en razón de la violación de las
obligaciones que surgen del Estatuto del Río Uruguay.
Esa controversia nos lleva hoy ante la Corte Internacional
de Justicia, por imperio del artículo 60 Estatuto del Río Uruguay, firmado en
Salto, Uruguay, el 26 de febrero de 1975. En violación de aquel estatuto, que
es ley para las partes que debe ser observada, el Gobierno de Uruguay autorizó
la construcción de las plantas de pasta de papel ENCE y BOTNIA en Fray Bentos,
a menos de 7 kilómetros
entre sí, desconociendo los riesgos significativos ambientales y a la salud que
establecimientos de tales características pueden causar, y sin haber satisfecho
nuestras preocupaciones concernientes al impacto sobre el río, el medio
ambiente y la población de ambas orillas.
Hemos venido a decir que no es una cuestión
que atañe sólo a la provincia de Entre Ríos o a la ciudad de Gualeguaychú, esta
es una cuestión ambiental que atañe a los pueblos uruguayo y argentino y que la República Argentina
toda asume como un problema propio.
No estamos hablando de afectar la soberanía
de ningún país, estamos hablando de defender el medio ambiente sano. Nadie,
nadie puede reclamar soberanía para el uso de un bien, de un recurso que no es
enteramente propio. El Río Uruguay es un río internacional y como tal debe ser
protegido y preservado. Por eso nos dimos un estatuto que debemos respetar
ambos países.
Debemos respetar la soberanía e integridad
territorial de todos los estados y de conformidad a ese estatuto y las normas
del derecho internacional todo uso proyectado por uno de los Estados de este
curso de agua debe ser informado. Cuando la actividad proyectada tiene entidad
suficiente para causar un eventual daño transfronterizo, como es el caso de la
plantas, su localización y la falta de previsión respecto de sus residuos
líquidos, sólidos o gaseosos, el Estado que las permite debe consultar a los
fines de negociar de buena fe el emplazamiento, las técnicas y las modalidades
del emprendimiento, para impedir el daño ambiental. Si esa actividad se
manifiesta de efecto nocivo transfronterizo no puede llevarse adelante sin
consentimiento o autorización explícita del país afectado. Si existe daño transfronterizo y no existe
consentimiento o autorización, el Estado responsable debe cesar en su actividad
haciéndose responsable del daño causado.
Nos dicen que se trata de la mejor
tecnología disponible y que el impacto será mínimo, pero no nos brindan la
información suficiente ni encaran los estudios que aclararían la cuestión. Nos
dicen que nosotros también tenemos plantas que contaminan y cuya tecnología
deberemos mejorar seguramente, pero no dicen que están distribuidas en
distintas localizaciones, bien distantes entre sí, y que producen anualmente
sumadas apenas la mitad de lo que producirían en un solo emplazamiento las
papeleras de Fray Bentos.
Tenemos derecho a que Uruguay respete las
obligaciones previstas por el Estatuto de 1975 y como las negociaciones
directas lamentablemente hasta ahora han resultado infructuosas, estamos habilitados
a someter esta controversia a la Corte Internacional de Justicia para que se
respete el derecho internacional vigente.
Elegimos el camino del derecho, la
prudencia, la racionalidad, firme y dignamente defenderemos nuestro derecho a
un ambiente sano, exigiendo el respeto a la ley.
No están ni la provincia de Entre Ríos ni la
ciudad de Gualeguaychú solas en esta lucha por el derecho, está la República Argentina
y el pueblo argentino todo comprometido para solucionar esta controversia.
Queremos también hoy aquí comprometernos a
promover incansablemente la integración regional que nos permita un desarrollo
sostenible en función de tres componentes: el crecimiento económico, la equidad
social y la protección del medio ambiente.
Esta integración debe respetar los derechos
de cada uno de los países, la integración no puede ser el resultado de la
imposición unilateral, de la abierta y flagrante violación de los acuerdos
bilaterales, que además forman parte del derecho internacional. Eso nos obliga
a adoptar y promover la adopción de políticas que integren la dimensión
ambiental, social y económica para asegurar su plena operatividad.
En la región y en nuestro país debemos
incorporar la dimensión ambiental en todos los niveles de Gobierno, optimizando
el uso de instrumentos tales como el ordenamiento territorial, la obligatoria
evaluación del impacto ambiental, la adopción de sistemas de diagnóstico e
información ambiental, la participación ciudadana y el régimen económico de
desarrollo sostenible.
La protección de un ambiente sano debe estar
en el centro de nuestras políticas de Estado, en el marco de una verdadera
responsabilidad intergeneracional.
Desde nuestro carácter de acreedores
ambientales del mundo los países en desarrollo debemos interpelar con
serenidad, pero con firmeza y sinceridad, al mundo desarrollado. Los países que
han logrado mayor desarrollo muchas veces lo han hecho a costa de la
degradación del medio ambiente y produciendo una fuerte afectación mundial,
evidenciada claramente en el cambio climático. Sabemos que instituciones
internacionales y fundamentalmente algunos de esos mismos países, desde hace
años, postulan alentar a las industrias contaminantes para que se muden a los
países pobres del planeta en razón de los menores costos. Sería trágico que,
valiéndose del poder del desarrollo económico, nos impusieran la degradación
del inmenso capital ambiental que nos han dejado en nuestro atraso relativo,
como precio por la creación de puestos de trabajo que nuestras sociedades necesitan.
El mundo es uno solo, de modo que no resulta
razonable transferir empresas contaminantes al mundo en desarrollo, menos
cuando son de un tamaño tal que no encontrarán en nuestros ambientes menos
contaminados los sumidores adecuados para neutralizar los efectos degradantes
de nuestros recursos hídricos, nuestro suelos y nuestra atmósfera. La única
opción es respetar el medio ambiente en los países desarrollados y también en
los demás, puesto que el daño que se le provoca al ambiente se le provoca al hombre,
a la mujer y a la humanidad.
Los argentinos y los latinoamericanos que
valoramos el derecho a la vida como un bien supremo, debemos hacernos cargo de
la lucha por evitar que los países centrales nos parcelen en función de sus
intereses, aprovechando nuestras carencias y evadiendo al mismo tiempo la
responsabilidad que tienen en la materia del cambio climático y degradación del
medio ambiente.
El mundo es un solo y todos debemos ser
parte del debate, el norte debe escuchar al sur, los que tienen desarrollo a
los que aún no lo han logrado, para que todos colaboremos con el cuidado del
medio ambiente.
Tenemos absolutamente claro que no puede
haber soluciones confiables sin la acción de todos los países del mundo, en
tanto la naturaleza del problema es de escala planetaria. No puede ser que los
estados en desarrollo reclamemos pero nadie nos escuche. Es imperioso recorrer
el camino de las soluciones, debemos exigir soluciones.
Los que tienen más recursos de capital y más
recursos tecnológicos para hacer frente a los efectos adversos del cambio
climático no pueden seguir incumpliendo los compromisos que surgen por efecto
de la aplicación del protocolo de Kyoto. Ellos, que a lo largo de dos siglos de
desarrollo industrial usaron sin costo el bien común global que es el medio
ambiente y por tanto han recibido de los países menos desarrollados un subsidio
ambiental implícito, no pueden traernos hoy, como solución a nuestros males, la
creación de puestos de trabajo a costa de nuestra degradación ambiental, deben
tomar un fuerte compromiso con el cuidado del ambiente en todos lados y
abandonar el doble estándar que aplican cuando cuidan la polución en sus países
de origen pero contaminan al sur.
En este reclamo los habitantes de
Latinoamérica debemos estar unidos en todos los foros y circunstancias. Ese
debe ser el único camino, exigiendo juntos las soluciones que imperiosamente se
necesitan.
Una vez más agradezco la presencia de todos
ustedes aquí, por su importancia, por su relevancia, por su fuerte simbolismo, por
su lucha. Venimos a decirles a los entrerrianos que nada de lo que ocurre es
ajeno al resto de la Patria
ni le es indiferente a la
Nación. La preocupación del pueblo entrerriano por la amenaza
de la contaminación es preocupación de todo el pueblo argentino, la vocación de
Gualeguaychú por la preservación de su ambiente expresa en el lugar la propia
vocación del pueblo argentino y latinoamericano por el cuidado del medio
ambiente.
Desde el corazón les digo que sé cómo se han
sentido y cómo se sienten. Mi provincia, cuando discutió el problema limítrofe
por los hielos continentales, sintió muchas veces la soledad, y hubiera
valorado mucho un acto como este que muestra a todo un país acompañando al
pueblo de Gualeguaychú.
Por eso les digo: racionalidad, fuerza,
coraje, la
República Argentina en su rica pluralidad y diversidad está
con ustedes. Tenemos la razón, el derecho está de nuestro lado, con la fuerza
moral que da el saberlo confiemos que lograremos superar y obtener los
resultados que corresponden de este diferendo.
Es una prueba de madurez muy grande la que
está demostrando el pueblo argentino. Les pido a todos los hermanos argentinos
y a todos los hermanos uruguayos que no caigamos víctimas de la provocación de
discursos que, sin tener la razón, quieren generar situaciones de política
chica, cuando a esta altura de la historia, de los tiempos y del sufrimiento
que han pasado nuestros pueblos, necesitan dirigentes que hagan política en
grande, superando esas contradicciones pequeñas que nos anulen el futuro y los
tiempos por venir.
Agradezco a todos los señores gobernadores
presentes aquí, con la pluralidad de ideas, a los señores intendentes y al
pueblo presente, con sus diversos pensamientos e ideas sobre cada tema, pero
fundamentalmente entendiendo la unicidad global que es esta Argentina. No me
preocupa la malsana especulación de algunos que quieren confundir este
verdadero acto de conciencia, de responsabilidad, con pequeños actos
electorales de cuarto nivel que los argentinos hemos aprendido a superar con
grandeza, en la lucha por construir un país que nos contenga a todos.
Como les dije siempre, hermanos y hermanas
argentinos y entrerrianos, no me interesa preservarme detrás de un sillón, hoy
mi responsabilidad es representar a este amado pueblo argentino y así lo voy a
hacer.
También la responsabilidad de quienes
estamos aquí es defender la integración de Latinoamérica y así lo vamos a
hacer. Siempre les abrimos los brazos a todos los pueblos de Latinoamérica y
así lo hacemos con los hermanos de este querido pueblo de Uruguay. Como en
algún momento alguien muy importante de ese pueblo uruguayo me dijo que las
plantas eran un presente griego para la tarea que tenían que asumir, les sigo
diciendo desde acá, en este glorioso pueblo de Gualeguaychú, que seguimos
dispuestos a ayudarlos para encontrar el camino de la preservación del medio
ambiente, en unidad y en convivencia, como todos debemos llevar adelante.
Muchas gracias pueblo de Entre Ríos, muchas
gracias Gualeguaychú, muchas gracias Argentina, muchas gracias gobernadores,
muchas gracias Patria querida. Tomémonos de las manos y mirándonos unos a los
otros, entre todos, vayamos construyendo la Argentina que merecen
los argentinos.
Muchas gracias por compartir este momento.
NESTOR KIRCHNER
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